6
Me coloco los tacones, perdida en mis pensamientos, mientras Joao parlotea sobre algo. Trato de prestarle atención a lo que dice, sintiéndome culpable.
—Entonces él me besó, Emma. —Sus mejillas se han enrojecido y eso hace que se vea muy tierna.
Joao es una chica linda, de pelo corto negro y ojos grandes marrones. Ella tiene mucho tiempo trabajando aquí en el bar y me trató bien desde que me conoció. Las otras chicas suelen estar en peleas entre ellas mismas todo el tiempo, siempre en competencias, debatiendo quién es la mejor.
—Eso es maravilloso —le digo con sinceridad.
Joao no ha tenido suerte en el amor. Es difícil en estos tiempos encontrar a alguien que valga la pena, la mayoría de los hombres nos quieren tratar como putas cuando se enteran que trabajamos aquí.
—¡Emma! —Tamara entra al camerino como un rayo—. Llegó tu día de suerte, niña.
Su entusiasmo me espanta. La peluca que lleva ahora es de un rojo intenso.
—¿Qué? —Mi confusión es evidente.
—Hay un hombre que ha ofrecido mucho dinero por un baile privado tuyo.
Aplaude y ríe como loca. Suspiro, tratando de buscar las palabras correctas para contestarle.
—Sabes que no doy bailes privados, Tamara, ese fue nuestro trato cuando empecé a trabajar aquí.
—Lo sé, Emma, pero este hombre ha ofrecido mucho dinero. Le dije que escogiera a otra bailarina y me dijo que solo te quiere a ti.
Arrugo la cara en desaprobación, pueden ofrecer lo que sea y no lo haré.
—Soy camarera, ese baile lo puede hacer otra...
—¡No estás escuchando! —Levanta la voz, haciendo que salte en mi lugar—. Dijo que eras tú, Emma, vístete que no podemos perder el tiempo.
—Puedo hacerlo yo, Tamara —Joao interviene y se lo agradezco con el alma.
—Es a Emma que quiere —repite con cansancio—. Déjanos solas, Joao. —Asiente, me mira con pesar y se retira—. No te entiendo, dices que quieres superarte y cuando se te ofrecen las oportunidades, te niegas.
—No es ese tipo de oportunidades que busco, Tamara. Sabes bien que desde el principio te advertí que no haré bailes privados, masajes ni ningún tipo de actividad que conlleve estar en una habitación a solas con un hombre —replico, decidida.
Este bar es un lugar donde se ofrecen distintos servicios, dependiendo de lo que el cliente quiera.
—Emma querida. —Me abraza por los hombros—. Tú no sabes qué te puede deparar el futuro, ese hombre se ve que está interesado en ti y está forrado en dinero. Mírame a mí, ¿cómo crees que pude poner este bar? Aproveché el interés de un viejo rico. Tienes suerte, porque el tipo es joven y está muy bueno. —Me sienta en el taburete frente al gran espejo iluminado—. Ponte bonita que no está a discusión, lo haces o te vas del bar.
══ ✧ ❀ ✧ ══
Entro a la habitación sintiéndome asqueada, parpadeo varias veces para evitar que las lágrimas que están locas por salir me arruinen el maquillaje. No hay de otra, no me puedo dar el lujo de quedarme sin trabajo porque no sé en qué pie estoy parada con Seth. Debo ser profesional, solo es un baile.
Hay poca iluminación, un tubo en medio del cuarto, que no pienso usar, y un hombre trajeado en una silla. Su cabeza está hacia abajo, su mano sostiene un vaso de alguna bebida. Alza su rostro, me mira y sus labios esbozan una sonrisa ladeada.
El señor Brooke se para de su asiento y camina hacia mí sin dejar de observarme. Me encojo en mi lugar al sentirlo cerca, no entiendo el porqué este hombre me persigue. Su interés por mí me desconcierta.
—Tranquila, Emma, no es necesario que bailes. —Lo miro, sorprendida, y me relajo un poco—. Utilicé este pretexto para hablar contigo porque soy consciente que de otra manera no hubieses aceptado.
—¿Pagaste tanto dinero solo para hablar conmigo? No te creo.
—No es solo eso, Emma, quiero proponerte algo.
══ ✧ ❀ ✧ ══
Golpeo una y otra vez el saco de boxeo con saña, en un intento de sacar todo el enojo y frustración que estoy sintiendo. Los sudores caen de mi frente y por mi torso descubierto, mi respiración se hace irregular y la vista se torna borrosa.
—Suficiente, Seth —Axel me advierte, pero no le hago caso, sigo golpeando y dando patadas a espera de que el amargo pueda salir de mi pecho.
Mis fuerzas me abandonan y caigo al piso, emitiendo un ruido seco.
Axel me hala por un brazo y me rocía agua por todas partes. Es mi amigo de hace unos años, por él conseguí el trabajo en el taller y es quien me ayuda en las peleas. Me siento en el suelo, tomo la botella de agua de su mano y bebo del contenido, desesperado.
—Seth, veo que estás practicando. —Levanto la cabeza y retiro el pelo de mi frente para poder mirar bien. Lino se acerca a mí y niega con la cabeza—. Debes esforzarte más, estás muy delgado.
—Hago lo que puedo.
Me levanto, busco en mi bulto una toalla y me seco el sudor con ella.
—Pues debes hacerlo mejor, lo que se viene es grande y te necesito en buena forma.
Asiento y me coloco una camiseta, dispuesto a irme.
Lino es el hombre que me contrató para las peleas, él se encarga de buscarme contrincantes y de llenarse los bolsillos de dinero cada que gano. No soy un superhombre y he perdido también, pero eso lo he compensado muchas veces. Hace un tiempo me ha estado presionando por mi físico, mi estatura es decente; pero soy delgado y él me quiere más musculoso.
Lo he intentado, he subido algo de masa muscular y aun así no está conforme. Quiere que me inyecte y tome algunas sustancias para ayudarme, mas me he negado. No lo he dicho, pero estoy indeciso en realizar esa pelea. He escuchado que el tipo que será mi contrincante es un maldito monstruo que acaba con su rival, invicto y un gigante el muy cabrón.
—Espérame. —Axel corre hacia mí para ponerse a la par—. No le hagas caso a Lino, estás muy bien así y te ha funcionado. Si fueras más pesado quizás también lento. —Asiento a lo que dice y me subo en la camioneta—. ¿Vas a pelear con ese tipo?
—Aún no lo sé, es buen dinero. —Me encojo de hombros y enciendo el vehículo—. Nos vemos después.
══ ✧ ❀ ✧ ══
Mía abre los ojos en sorpresa cuando me ve entrar a su consultorio. Me siento de manera despreocupada en silencio, mientras trato de convencerme que esto es lo mejor que puedo hacer y puede que ella sea la única persona que me ayude.
—Disculpa que no haya hecho una cita ni te avisé para venir, pero necesito que hagas algo por mí. —Mi corazón late desenfrenado ante lo que he dicho.
No deja de mirarme y se sienta, quedando frente a frente. Revisa varios papeles y archivos, luego saca una carpeta.
—Es una sorpresa verte, Seth, pensé que no volverías.
Asiento a lo que dice, convencido de que esto es una mala idea. Mis manos empiezan a temblar, las ganas de salir corriendo me invaden y las voces en mi cabeza me gritan que soy un estúpido al pensar siquiera en venir.
—Siento que los medicamentos no me funcionan ya, Mía. —Doblo mis manos y muevo los pies, impaciente—. Necesito algo más fuerte. —Sus ojos se desvían de las hojas que leía y se posan en mí. No sé que es lo que piensa, pero estoy seguro que debe ser algo malo.
—Viniste por medicamentos. —Ladea la cabeza con una expresión que no sé descifrar. Odio esto, sé que soy un caso perdido, pero quiero intentarlo por ella.
—No, reconozco que tengo problemas de ira. —Alza una ceja expectante—. También entiendo que no voy a superar mis traumas sin una ayuda profesional —suspiro resignado, debo hacer esto—. Quiero ser una mejor persona.
—Vaya, es el primer paso para tu recuperación. —Asiento mientras muerdo mis labios. La ansiedad carcome el poco raciocinio que me queda—. ¿Estás durmiendo bien? —Niego varias veces—. ¿Comiendo? —Asiento dudoso.
—Estoy haciendo lo que puedo. Mía, quiero algo más que unas terapias —resoplo tratando de ordenar mis ideas—. Necesito que me ayudes a recuperar a Corina.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top