Doy vueltas en círculo, los nervios me llevan al límite y hacen que tiemble. Marco su número otra vez, espero con ansias poder escuchar su voz, pero sale de nuevo la grabadora.

Hace días que no tengo noticias de Seth. Luego de que Axel viniera y me explicara cuáles son sus planes, he tratado de verlo y hasta fui a su casa; pero nunca está ahí y no toma ninguna de mis llamadas. No entiendo qué es lo que está pasando, creí que habíamos superado esa parte, al parecer estaba equivocada.

Giuseppe me ha estado regañando porque no he podido comer ni dormir bien, entiendo que esté preocupado por mí, pero es algo que no puedo controlar. Tengo un mal presentimiento de todo esto, ya no sé dónde más buscar ni a quién llamar que me sepa decir qué es lo que está sucediendo con Seth.

—Emma.

Me giro y quedo frente a Betty que me mira con pesar. Suspiro al notar cómo ella desvía la mirada, incapaz de sostener la mía.

Ella también me tiene preocupada, ha cambiado mucho desde hace días y estoy segura que Mitch le hizo o le dijo algo. Entra al baño y se me acerca, noto que se abraza a sí misma y luego resopla.

—Te quiero pedir perdón por cómo me he comportado contigo, soy una tonta. —Solloza y me acerco para calmarla.

—No digas eso, Betty, no tengo nada qué perdonarte. —Asiente mientras limpia sus mejillas despacio.

—Tenías razón, Emma, todo lo que me dijiste sobre Mitch es cierto. —Agacha la cabeza, avergonzada.

—Por lo menos te diste cuenta a tiempo, ¿qué te dijo o hizo para que abrieras los ojos?

—Hace días quiso terminar lo que teníamos, me confesó que amaba a otra chica. —Llora de nuevo, cubriendo sus ojos con una toalla de papel—. Le gustas, Emma, por eso he estado distante contigo.

Sus palabras logran sorprenderme. Yo creí que me había librado de él y resulta que no.

—No te preocupes, no siento nada por él. —Arruga la cara en desagrado y suspira, derrotada.

—Cometí una estupidez por querer mantenerlo a mi lado. —Sus ojos me miran intensamente ahora—. Me acosté con Mitch sin ninguna protección pensando que él podría corresponder sin problemas y me acabo de enterar que estoy embarazada.

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Delia me observa con preocupación. Vine porque es la última esperanza que me queda de tener noticias sobre Seth. 

—Hace un tiempo que no lo veo, Emma, pero la última vez que lo hice discutimos. —Escaneo su rostro, habla con tristeza y enojo a la vez.

—¿Qué pasó? —pregunto, presa del miedo, sin saber qué cosas podrían hacer que Delia esté así con Seth.

—Me habló de una pelea, le dije lo estúpido que es y se fue enojado. No se ha aparecido por aquí más. —Asiento desganada, es la misma información que tengo.

Me despido y salgo de su casa con los ánimos por el suelo, detengo mi andar al reconocer que he sido una tonta. Debo buscar a Seth en el horrible lugar donde se desarrollan las peleas.

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Golpeo al tipo con saña, mis ojos están cegados por la rabia y el odio que siento por mí mismo. Los gritos de las personas que se encuentran aquí me sacan de la ensoñación y suelto al pobre hombre que cometió el error de desafiarme.

Lino me ofrece agua, sonríe complacido por el éxito que he conseguido luego de que esté consumiendo las sustancias, que según ellos, me ayudará a ganar.

Tomo del líquido, limpio mi cara y manos con una toalla y visualizo al hombre que dejé noqueado. La pelea con él fue una prueba para saber cómo me está ayudando a mejorar el medicamento y debo reconocer que me siento otro.

Pude acabar con él rápido y sin muchos problemas, el inconveniente está en que me están dando muchas crisis. Las náuseas, dolores de cabeza y alucinaciones se han vuelto más frecuentes cada día. Por eso me he alejado de Emma, no puedo permitir que me vea así. Deseo que esto acabe rápido para poder abandonar las luchas ilegales e irme lejos con ella y mi hija.

Lino se me acerca, pone una mano en mi hombro y lo palmea varias veces.

—A eso me refería, Seth, si sigues así la pelea con Oniel será pan comido. —Asiento, no muy convencido.

—Eso espero, quiero acabar con esto de una vez por todas. ¿Cuándo es que por fin pelearé con él?

Camina y lo sigo en silencio. Entra a su despacho y hace seña para que me siente. 

—Será en dos semanas. —Suspiro con frustración al escuchar sus palabras.

—No me estoy sintiendo bien, Lino, esto me puede traer problemas. —Niega con la cabeza.

—Tranquilo, Seth, sabes que no haría nada que te perjudique, solo debes enfocarte.

Mitch entra al lugar y sonríe cuando me ve.

—El campeón está aquí. —Aplaude efusivo y sé que solo se está burlando de mí.

Me levanto de la silla, paso por su lado y golpeo su hombro con el mío para luego salir.

—¿Te crees la gran cosa, cierto? —Paro en seco al escuchar su voz—. Estás tan jodido, Seth, pero no te preocupes, yo me encargaré de Emma mientras estás ausente. —La ira me ciega y me abalanzo sobre él, dispuesto a matarlo.

Siento que me sostienen y me alejan del rubio con brusquedad. Trato de zafarme, doy puñetazos al aire y unos brazos me inmovilizan por detrás.

—Estás muy mal, Seth —habla con fingida pena y el tipo que me sostiene me lleva a rastras a algún lugar. Me remuevo con violencia, al parecer es una bestia porque no me deja defenderme y me somete como si fuera un niño.

Mitch abre la puerta de una habitación que nunca había visto aquí en el gimnasio, el hombre entra conmigo y luego él.

—¡Suéltame! —vocifero, agitándome con violencia y un golpe me hace caer al piso. Puedo sentir la sangre escurrir de mi cabeza hacia mi rostro. La vista se torna borrosa, un pitido es lo que escucho y una aguja penetra mi brazo. 

Trato de moverme, pero me vuelvo pesado, ahora los gritos en mi cabeza se hacen más abundantes y molestos. Las lágrimas salen de mis ojos sin control, los recuerdos de lo que viví con mi hija y Emma llenan mi mente.

—Estás muy inestable, Seth. —La voz de Mitch se escucha clara y chillona, esto hace que cubra mis oídos por instinto—. Te mantendré aquí para que estés vigilado y medicado como se debe, hasta que pase la pelea.

Trato de levantarme, pero el mareo y las náuseas hacen que caiga de nuevo. Necesito salir de aquí, debo ver a Emma y explicarle todo lo que me está pasando. Me toma del cabello, siento su respiración en mi cuello y luego en mi oreja.

—Puedes estar tranquilo, Seth, voy a encargarme ahora de Emma como se debe. Te advertí que te ibas a arrepentir por haberme atacado —susurra y luego ríe como si de un loco se tratara.

Escucho pasos que se alejan y luego la puerta cerrarse. Me remuevo en el piso, sin fuerzas, todo me da vueltas y sollozo desesperado.

Los recuerdos de cuando era un niño y me encerraban como a un animal vienen hacia mí, esto hace que me sienta más enfermo de lo que estoy. Araño el piso, todo esto me lo busqué al querer solucionar mis problemas por la vía más fácil, debí esforzarme un poco más. Mi mente va creando posibles escenarios de cómo terminaré: todos ellos horrorosos y perturbadores.

Entonces siento que floto, la droga toma dominio de mi cuerpo por completo y caigo poco a poco en la inconsciencia.

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🙋‍♀️ ¿Qué creen que  pasará ahora?

Muchas gracias por leer ❤