32

—Te tengo que contar algo.

Me giro y observo a Betty, sonriente, con sus mejillas sonrojadas. Asiento y me lleva a la parte de atrás, cerca de los probadores.

—¿Qué hiciste ahora? —Me cruzo de brazos y ella sonríe pícara.

—Te voy a contar esto, Emma, pero no puedes decirle a nadie. —Asiento dudosa—. Estoy saliendo con alguien, no sé en qué momento él se fijó en mí, pero estoy muy feliz que lo haya hecho. —Sonrío al notar cómo le brillan los ojos, al parecer está muy encariñada.

—Qué bueno, Betty, eres una chica maravillosa. —Agacha la cabeza con pesar y frunzo el ceño en confusión.

—Es un poco complicado, Emma, estamos saliendo en secreto. Él me pidió que no lo hablara con nadie. —Niego con la cabeza en desaprobación.

—¿Está casado? —pregunto, asombrada, y ella niega con la cabeza—. Entonces, ¿por qué esconden su relación? —Suspira y se acerca a mi oído.

—Estoy saliendo con Mitch Brooke. —Mis ojos se abren en sorpresa y la miro como si estuviera loca.

—¿Qué? —Se balancea de un lado a otro mientras sonríe.

—Tengo unos meses viéndome con él, Emma, me espera a dos esquinas de aquí y me lleva a mi casa o a la suya. —Muerde su labio inferior de manera sugestiva.

Parpadeo varias veces sin poder creer lo que me dice. Ahora entiendo por qué me ha dejado en paz, me siento aliviada, pero tampoco quiero que él juegue con ella.

—Betty, debes alejarte de Mitch, él no es un buen hombre —le advierto.

Ella rueda los ojos y luego me da la espalda.

—No lo conoces como yo, Emma, es todo un caballero y me complace en lo que quiero. —Camina hacia nuestro puesto en la caja registradora dejándome aún perpleja.

══ ✧ ❀ ✧ ══

Entro al consultorio de Adam, él está caminando de un lado a otro mientras habla por su celular y me hace seña para que me siente. Me acomodo en el sillón de cuero y observo el lugar de manera minuciosa.

Vine porque quiero cumplir mi palabra y buscar ayuda para mis traumas del pasado. Sé que si no logro superarlos nunca podré ser feliz ni estar contenta conmigo misma. Además de que deseo estar con Seth, que podamos vivir juntos y, si todo sale bien, formar una familia.

Esos pensamientos me hacen feliz, yo sé que su situación es muy difícil y que debo tener mucha paciencia. Pero estoy dispuesta a hacer lo que esté a mi alcance por nosotros, en honor a lo que sentimos. Nuestras vidas no han sido color de rosa, pero es tiempo de dejar atrás todo lo que nos ha hecho daño y seguir adelante.

—Discúlpame, Emma, era algo importante. —Adam se sienta frente a mí y me mira con intensidad.

—No te preocupes, yo vine porque quiero verme con un profesional. —Agacho la cabeza, avergonzada.

Él asiente y busca algo en el cajón de su escritorio.

—Te recomiendo a este psicólogo, Emma. —Me extiende una tarjeta—. Es un colega con muchos años de experiencia. —La tomo, mi mente tratando de procesar el porqué él se niega a tratarme.

—Gracias, Adam, nos vemos otro día.

Me levanto, dispuesta a irme, pero él me agarra el brazo e impide que lo haga.

—Esta noche tengo una reunión con algunas personas en un restaurante, es algo así como una tertulia para discutir de experiencias en relaciones tóxicas y trastornos. ¿Te gustaría asistir? —Sus palabras me dejan sin habla y, si soy sincera, no sé qué decirle.

—Creo que estaré ocupada esta noche, pero gracias de todos modos. —Me mira directo a los ojos y luego niega varias veces.

—No creo que sea prudente que estés de nuevo con ese hombre, Emma. Sé que no debo meterme en eso, pero quiero que sepas que las personas que sufren ese trastorno son muy inestables y no tiene cura. —Mis ojos se nublan de la impotencia al escucharlo hablar de algo que no conoce.

—Seth y yo no estamos juntos, él está poniendo de su parte para llevar una vida normal —contraataco, sintiéndome ofendida por lo que dijo. Levanta los brazos en señal de rendición.

—Entiendo, disculpa por meterme en tu vida, solo era un consejo.

Me levanto del sillón y camino hacia la puerta, enojada.

══ ✧ ❀ ✧ ══

Salgo de mi casa con una pequeña maleta a rastras. Vislumbro a Seth que está recostado de su camioneta esperándome y chequeando algo en su teléfono. Ayer me llamó llorando y dijo que hoy iba a ver a su hija. Me sorprendí bastante y una felicidad invadió mi pecho al notarlo tan emocionado.

Como es a otro Estado, viajaremos hoy sábado, él la verá en la tarde y pasaremos el día de mañana con ella también. Estoy nerviosa, no quiero ver a Cristina, pero no me queda de otra. Le había prometido a Seth que lo iba a acompañar y estoy decidida a cumplir con mi palabra.

Me abraza con fuerza, puedo notar cómo tiembla de lo nervioso que está.

—Todo va a salir bien.

Asiente y entra al vehículo. Hago lo mismo, acomodándome en el asiento del copiloto.

—Es un viaje de algunas horas, Em, puedes dormir y te despierto cuando lleguemos. —Niego, decidida a aprovechar este tiempo para que conversemos.

Le hago algunas preguntas que solo responde con monosílabos, me llama la atención que sus brazos lucen más alterados y me asusta el hecho de que se haya parado varias veces en la carretera para vomitar.

—¿Estás bien? —Asiente, moviendo varias veces la cabeza—. Te ves pálido. —Trata de sonreír, pero le sale una mueca.

—Los medicamentos tienen efectos secundarios, es algo normal.

Asiento, dudosa, y miro de reojo cómo su rostro se distorsiona por el asco. Se detiene, baja en un santiamén y vacía su estómago de nuevo.

***

Siento que me remueve, lo manoteo y me acomodo para seguir durmiendo.

—Em, hemos llegado. —Abro los ojos y veo a Seth mirándome divertido—. Así que no te ibas a dormir, ¿eh? —Niego y bajo del vehículo.

Estamos frente a una casa enorme, con grandes rejas negras. Él se queda paralizado mientras mira al horizonte, nervioso. Lo tomo de la mano y la aprieto, suspira y camina hacia ellos junto a mí. Llama por teléfono a alguien y se paraliza al ver a la madre de su hija caminar hacia nosotros.

Se detiene al verme, me encojo ante la mirada de odio que me da y ella observa a Seth como si quisiera matarlo.

—¿Cómo te atreves a traer a esta mujer, Thiago? No abuses de mi generosidad, mucho estoy haciendo al permitir que veas a Corina. —Agacho la mirada avergonzada, sus palabras me hieren y al mismo tiempo me hacen enojar.

—No tienes por qué meterte con quién ando o no, Cristina, y te recuerdo que no me haces un favor, es mi derecho estar con mi hija. —Ella suspira resignada.

—Espera aquí, no quiero que mi madre te vea y arme un escándalo. —Camina hacia la casa, dejándonos solos.

—Creo que fue un error venir contigo —digo con pesar, lo que menos quiero es buscarle problemas.

—No le hagas caso, cariño. —Me estrecha contra su pecho y me abraza con dulzura—. Estoy muy feliz de que estés aquí. —Me pierdo en su aroma y calor.

Me aparto de él cuando escucho los tacones de Cristina al caminar hacia nosotros. Tiene una niña en brazos con su carita enterrada en su pecho. Tomo la mano de Seth, está sudorosa, su cuerpo tiembla y sus ojos no se apartan de la pequeña.

—Corina, mira quién te vino a visitar.

La niña levanta la cabeza.

Sus ojos son de un verde intenso, su carita redondita y su pelo lacio negro le cae por la frente. Es hermosísima, sus mejillas con un sonrojo natural al igual que sus labios.

Seth aprieta su agarre en mi mano y se queda paralizado sin dejar de mirarla. Le palmeo la espalda, sus ojos se posan en mí y puedo notar que está aterrado.

La niña nos mira, curiosa, sus ojitos escanean a mi chico con intensidad. Cristina la pone en el piso y ella la agarra con fuerza por la falda. Luce asustada al ver que Seth se le acerca con lágrimas corriendo por sus mejillas. Puedo percibir todo lo que siente, es como si yo experimentara lo mismo.

—Hola.

Se arrodilla frente a ella para quedar más o menos a su alcance. Corina lo mira y luego a su madre, esperando alguna aprobación. Seth extiende sus brazos y la niña se le acerca con timidez.

Sollozo al ver cómo él la abraza con dulzura. Se aleja y escanea su rostro mientras acaricia sus mejillas. Nunca lo había visto mirar así a alguien, con tanto amor y ternura. Sus manos tocan su pelo con suavidad, como si de un cristal fino y frágil se tratara. Es un momento muy especial, ella observa su cara y ríe al tocar su pelo.

Es la escena más hermosa que he visto en mi vida, ¿este es el hombre frío y distante del que me enamoré? No lo creo, parece otra persona y estoy segura que es incapaz de hacerle daño a alguien. Espero no estar equivocada.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top