18
Retoco mi maquillaje con fastidio, el día se ha tornado más largo que de costumbre o quizás es mi mal humor. Miro a la chica en el espejo con ganas de llorar y echar todo a perder, me odio por sentirme tan vulnerable. Puede que se deba a que estoy en mis días o lo más probable es que la bipolaridad de Seth se me haya contagiado.
Seth. Ese chico va a acabar conmigo un día de estos. Estoy cansada de esperar algo de parte de él que nunca llegará. ¿Por qué siempre tengo que enamorarme de las personas incorrectas?
—Aquí estás.
Betty se posiciona a mi lado y pinta sus labios de un rojo intenso que le queda de maravilla.
—Sí, solo quería respirar un poco y arreglar mi pelo.
Me paso las manos por los mechones, tratando de acomodarlos mejor.
—¿Qué te parece si salimos después que acabe nuestro turno? —Niego, desganada, esperando que no insista—. No seas amargada, Emma, ¿cuándo fue la última vez que hiciste algo por ti?
Parpadeo, quiero disimular las lágrimas traicioneras que están locas por salir. Estoy sensible, mi periodo y el chico que amo están haciendo estragos en mí.
—Está bien —acepto porque no quiero llegar a la casa y encontrarlo.
Miro a todos lados en mi puesto —ahora mismo de cajera—, esperando que Mitch no venga. Ha estado visitando la tienda muy a menudo en estos días. Sé que aunque diga otras cosas, es por mí que viene. Betty me dijo que él y la señora Winston son muy amigos, pero nunca había visitado tanto el lugar como ahora. Me siento acosada por él, presionada por su mirada profunda y escrutinio. Es como si él supiera cosas de mí que hacen me intimiden.
No confío en él, no creo que sus intenciones sean buenas y pienso que lo mejor que debo hacer es contarle a Seth y ponerlo al tanto. No le he dicho nada de nuestras interacciones porque no creí que fuera necesario, además, él tiene muchas cosas por las que preocuparse ya.
Suspiro, aliviada, cuando es la hora de salir. Betty no me deja sola porque no quiere que me vaya sin ella y es algo que agradezco.
══ ✧ ❀ ✧ ══
Me pruebo unos tacones hermosos color vino, se ven muy bien y sofisticados. Podría lucirlos con un vestido plateado que tengo, corto y hermoso. Mi mente viaja a yo usando ese atuendo junto a un Seth trajeado y su pelo hacia atrás. Niego varias veces, otra vez soñando despierta, al parecer nunca voy a aprender.
—Son hermosos, Emma, llévalos.
Miro el precio y decido dejarlos ahí, no puedo darme el lujo de gastar tanto dinero. Ella bufa molesta y los toma, para luego caminar hacia la caja.
Salimos de ahí riendo. Aprieto en mi mano la bolsa con los tacones, satisfecha. Hacía mucho tiempo que no me daba un gusto o hacía algo para mí.
Entramos a una cafetería, Betty se sienta y yo me posiciono en la fila para hacer el pedido. Mis ojos recorren el lugar, distraída, hasta que vislumbro a Seth sentado en una de las mesas que están al fondo. Mi corazón se acelera y dejo de respirar al percatarme de quién es la mujer que está junto a él. Si no me equivoco es su exesposa, la tal Cristina.
No puedo dejar de observarlos, ella habla animada y él la mira embobado. Sus ojos no dejan de escanearla en ningún momento, eso lo dice todo. Un dolor atraviesa mi pecho al ver cómo ella posa una mano sobre la de él y no hace nada para retirar el toque. No sé qué está haciendo esta mujer aquí, pero su sola presencia hace que toda la esperanza e ilusión que tenía se hagan añicos. Es obvio que Seth aún la ama, su manera de mirarla lo delata.
No me pasa desapercibido lo bella y delicada que es esta mujer. Su pelo es hermoso y largo como a Seth le gusta, sus ojos son verdes y exóticos. Estoy segura que no ha sido usada como lo han hecho conmigo ni está dañada como yo. Sus movimientos son elegantes, es una mujer fina y refinada. Quizás es una profesional exitosa, con sus sueños realizados y, sobre todo, tiene al hombre que amo comiendo de su mano. Me siento tan diminuta y me recrimino el haber pensado siquiera que tendría alguna oportunidad con él.
—Emma, ¿pasa algo? Es tu turno.
Betty me mira, preocupada. Veo cómo las personas que están detrás de mí me observan con molestia al igual que el cajero, quien está esperando la orden.
Salgo de ahí corriendo, ignorando los gritos de Betty.
══ ✧ ❀ ✧ ══
Entro al local, coloco mis cosas sobre una silla y me siento sobre unos escalones, un poco alejada para llorar con libertad. Puede que solo estén hablando se su hija, trato de ser positiva.
—Emma, ¿qué haces aquí? —Giuseppe me mira, confundido, y se sienta a mi lado—. Me dijiste que hoy no vendrías.
—Lo siento. —No sé por qué me disculpo y agacho la cabeza.
—Corazón, ven aquí.
Me abraza y lloro en su hombro, desesperada.
Él saca un pañuelo de su pantalón y me lo entrega para que limpie mis fluidos.
—Discúlpame por esto.
Me sueno la nariz y me limpio el rostro, espero que pueda dejar de llorar.
—No es nada, cariño, ¿qué es lo que sucede?
Sus ojos me inspiran tanta confianza que termino hablándole de Seth y nuestra extraña relación.
Las formas raras que hace con su boca me hacen reír, Giuseppe es todo un personaje.
—No quiero seguir así, pero no sé qué hacer. —Asiente y se acomoda en la silla, fingiendo que piensa.
—Emma, quiero que sepas que la vida no es fácil, unos la pasan mejor que otros, pero cada quién tiene sus problemas. —Asiento en acuerdo—. Te voy a dar un consejo porque te aprecio mucho y eres una persona especial. Es mejor que te retires, va a doler, pero tienes que aprender a amarte y valorarte para que los demás lo hagan contigo. —Sus palabras me duelen, pero sé que tiene razón.
—Él me necesita, estoy ayudándolo con su problema para que pueda recuperar a su hija. —Niega varias veces.
—No, querida, eso es lo que te dices para seguir aguantando, él sabe qué debe hacer y cómo hacerlo. No te hagas más daño, quizás en un futuro puedan estar juntos si él quiere y pone de su parte, pero ahora no.
Siento un amargo en la boca al escucharlo. Tiene razón, pero no me imagino una vida sin él.
—No sé si pueda —susurro, avergonzada.
—Claro que puedes, estoy seguro que al principio será horrible y te sentirás como la mierda. —Ríe y hago lo mismo—. Pero después vas a agradecer haberlo hecho, no es sano para ti seguir viviendo con él. En cuanto a ese hombre, Mitch, aléjate de él también. —Frunzo el ceño, confundida.
—¿Por qué dices eso? —Rueda los ojos con fastidio.
—Se le nota que está loco y obsesionado contigo. No me gusta ni un poco, me da mala espina.
Pienso lo mismo que él.
—Sí, no sé como quitármelo de encima y más ahora que te está ayudando con la escuela. —Sus ojos se abren en sorpresa y niega varias veces.
—¿A mí? Claro que no. —Lo miro como si estuviera loco, yo vi cuando se ofreció a pagar todas las boletas—. Le dije un rotundo no cuando quiso pasarse de listo con su inmundo dinero, necesitamos ayuda, pero no de él ni así. —Sonrío aliviada al escucharlo.
—Muchas gracias, eres el mejor. —Lo abrazo y él corresponde.
—Puedes contar conmigo, de hecho, en el condominio que vivo hay una pieza vacía por si te animas a salir de ahí. —Asiento no muy convencida, no puedo dejar a Seth solo por ahora.
—Lo voy a pensar, muchas gracias.
Se levanta, va hacia donde está la radio y la enciende.
—Ven, Emma, vamos a aprovechar el tiempo ya que estamos aquí.
Me levanto, más animada, y empezamos a bailar como dos locos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top