12
—Alguien está muy feliz hoy.
Betty pasa por mi lado con una sonrisa pícara y me sonrojo porque soy muy obvia.
Ha sido un día hermoso, el sol brillante y la buena vibra de un lunes que promete. Estoy segura de que nunca había sonreído como lo he hecho hoy en mis veinte años de vida. Ayer fue el día más feliz que he podido recordar y no solo por el viaje a la granja, sino por cómo terminó nuestra gran aventura.
Luego de montar a caballo, recorrimos todo el lugar y nos bañamos en el lago. Almorzamos con Lucas y en la tarde regresamos a la cuidad. Seth se comportó de maravillas, pedimos pizza para la cena y vimos películas. Lo mejor fue cuando me llevó a la habitación entre sus brazos, hicimos el amor de una manera que no puedo explicar.
Tuve que morderme la lengua varias veces evitando que salgan los "te amo" que quería gritar. Esa noche será inolvidable para mí, nunca lo había sentido tan apasionado, entregado y a la vez delicado. Es como si me hubiese dicho sin palabras muchas cosas, estoy segura de que él siente lo mismo que yo y le da miedo admitirlo como me pasaba a mí.
Por eso he decidido darle su tiempo, no voy a presionarlo porque lo que menos quiero es que se asuste y crea que lo que siento no es real. El solo pensamiento de que Seth y yo pudiéramos tener alguna oportunidad en el futuro de una relación sin secretos, dudas ni obstáculos, es el motor que me impulsa a querer luchar por esto.
Sé que lo lograremos, voy a hacer que su confianza en mí le permita abrirse y que pueda al fin decirme lo que le aqueja. Quiero ayudarlo, que sienta que no está solo y que estoy dispuesta a todo con tal de estar a su lado.
—Emma. —Mitch se acerca, está vestido de traje y con un maletín en la mano—. Te estaba esperando.
Suspiro con desgano porque me había olvidado de él por completo y lo que me propuso en días atrás.
—Hola.
Mi voz sale tímida y agacho la cabeza, apenada sin saber el porqué.
—Quiero llevarte a tu casa, Emma, pero primero podríamos dar un paseo.
Levanto la mirada, encontrándome con sus ojos azules y sus labios esbozan una sonrisa de lado.
—No se va a poder, Mitch, pero te lo agradezco.
Camino hacia la calle, pero él me toma del brazo, impidiendo que siga.
—¿Prefieres viajar en un sucio e inseguro autobús que conmigo? —Sus ojos muestran algo que no logro descifrar. Una rabia emana de él y hace que tiemble—. Además, necesito saber si pensaste en lo que te propuse, quiero una respuesta ya.
—La respuesta es no, Mitch. —Me suelto de su agarre, molesta—. Como te dije, lo único que puedes obtener de mí es una sincera amistad. —Frunce el ceño y me mira incrédulo.
—No puedes decirme eso, Emma, dijiste que no tenías pareja. —Su tono me molesta, ¿quién se cree que es?
—No dije eso, mi caso es complicado. Aun así, no siento nada por ti, discúlpame.
Trato de alejarme, pero no me deja, me agarra el brazo de nuevo con más fuerza.
—Es por ese tipejo, ¿no? —escupe con rabia sin disimular su desagrado—. El loco ese que vive contigo. —Trato de zafarme, pero me lo impide.
—Déjame, me lastimas.
Los ojos se me nublan ante lo intimidante que luce.
—Solo te advierto algo, Emma, ese hombre no es quién crees que es.
Me suelta con brusquedad y sube en su auto hecho una furia.
Las lágrimas escapan de mis ojos al fin, ¿qué rayos acaba de pasar?
══ ✧ ❀ ✧ ══
Trato de mantener la mente en blanco. El sillón cómodo hace que quiera dormir mientras Mía revisa unos papeles. He iniciado con mis terapias de nuevo, me estoy tomando los medicamentos y poniendo de mi parte.
Llevo dos años sin ver a mi hija, la última vez ella tenía uno, estoy seguro que ni siquiera me recuerda. Trato de no olvidar su olor y la forma en que se sentía su piel cuando le besaba las mejillas, pero es como si fuera un sueño que se va desvaneciendo con el paso del tiempo. Odio a Cristina, a su madre y a cada una de las personas que intervinieron para quitarme a mi bebé. Juré vengarme y acabar con cada uno de ellos, pero ahora solo quiero recuperarla.
Entonces está Emma, rayos, no sé qué demonios estoy haciendo con ella. Ver en sus ojos la alegría por esa simple salida, me partió el alma en dos. Ella está tan acostumbrada a que le hagan daño y a sufrir, que cosas tan vanas como eso la deslumbran. Fue una satisfacción para mí poder ver lo feliz que estaba, ella merece eso y mucho más. El caso es que no podrá ser conmigo, por eso no quisiera que ella se haga una idea equivocada por las cosas que hemos vivido recientemente.
—Seth. —Salgo de mis pensamientos y observo a Mía teclear algo en su computador—. ¿Estás listo? —Asiento y me acomodo, esperando a que empiece.
══ ✧ ❀ ✧ ══
Camino despacio detrás de ella, decidí viajar para ver si podía tener una oportunidad esta vez. Sé que estoy haciendo las cosas mal, pero no me pude resistir, el proceso para mi recuperación es lento. Estoy desesperado, el insomnio y la falta de apetito me están volviendo loco. Además de todas las cosas que tengo que lidiar a cada momento para no sucumbir y acabar con todo de una buena vez.
Puede que se apiade de mí y me permita verla, no pierdo nada con intentarlo una vez más. Entra a un centro comercial de prisa, la imito y camino casi a la par de ella. Su cuerpo está más llenito ahora, su pelo sigue igual de largo y luce como una mujer de dinero. Quizás logró lo que quería, según tengo entendido se casó con un empresario.
Tenerla tan cerca mueve algo dentro de mí, ¿aún amo a esta mujer? No lo creo, tanto tiempo planeando mi venganza y la forma de hacerla sufrir, ha opacado lo que sentía por ella. En cambio, la odio con todas mis fuerzas por todo el daño que me ha causado.
Entra a una cafetería y se sienta en una mesa para luego tomar el menú, distraída. Me acerco y me acomodo frente a ella.
—Está ocupado —dice, sin levantar la mirada.
—Cristina.
Deja caer el menú y sus ojos verdes se encuentran con los míos. Puedo notar lo aterrorizada que está, su boca se abre en sorpresa y mira a todos lados con temor.
—Thiago —susurra, presa del miedo. Toma su celular, pero se lo arrebato en un movimiento rápido —. Voy a gritar fuerte si no te alejas de mí.
—No, escúchame, por favor. Solo quiero hablar contigo.
Mira a su alrededor aún paralizada, siento un sabor amargo al verla tan conmocionada por mi presencia. ¿Esto es lo que provoco? ¿Qué clase de monstruo soy?
—No tenemos nada de qué hablar, todo se dijo en esa corte donde te pusieron una orden de alejamiento que estás incumpliendo ahora mismo —habla con rabia, se nota que ella me odia tanto como yo lo hago.
—No fue justo que me alejaras de mi hija, solo te pido verla, Cristina, aunque sea de lejos.
Mando al demonio mi orgullo, los ojos se me tornan borrosos por las lágrimas contenidas. El nudo en la garganta me asfixia, no puedo seguir así.
—Corina tiene un padre que la ama, le da todo lo que necesita y no representa ningún peligro para ella. —Se levanta dispuesta a irse—. Me dijo mamá que fuiste a la casa, la próxima vez que lo hagas o te acerques a mí, me voy a encargar de que te pudras en una cárcel.
—¡No! —La tomo del brazo y algunos personas voltean a vernos—. He cambiado, estoy llevando mi tratamiento. Solo quiero verla, es mi derecho.
—No me toques. —Se zafa de mi agarre con asco—. Dame mi teléfono. —Se lo paso y camina de prisa hacia la salida.
Me paralizo, viendo cómo se aleja, con el corazón hecho pedazos. Corro detrás de ella que va hacia el parqueo y cierro la puerta de su auto, impidiendo que entre.
—¡Aléjate de mí! —grita y agradezco que estemos solos en este lugar.
—No puedes hacerme esto, soy el papá de Corina, es mi hija —le reprocho con lágrimas saliendo de mis ojos. Pateo el piso impotente, siento que el mundo se me cae encima otra vez.
—Estás loco, ¿no lo entiendes? Ella está mejor sin ti. —Noto cómo sonríe con satisfacción al ver que sollozo desesperado—. Es lo que mereces por todo lo que me hiciste. —Entra al vehículo de prisa y se va sin que pueda evitarlo.
Caigo al piso de rodillas, el dolor crece con cada latido, mis ojos llenos de lágrimas. Golpeo el suelo desesperado, siento cómo mis manos se van raspando y la sangre salen de ellas.
Me acuesto en posición fetal, esperando que todo sea una pesadilla y ruego que este dolor pare. Mi mente empieza a crear e imaginar todo lo que podría hacer para salir de este infierno, es lo mejor, ya no hay vuelta atrás.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top