Capítulo 4.‒ Comprender lo que sucede

Tres de los cinco guardianes de las poseedoras del poder Kalakaua, se encontraban observando la escena hasta ver al pelirubio llevarse a la chica.

Labiel: y... ¿por eso no querías que interviniera? Lo mismo que él hizo, pude hacerlo yo...‒ reclamándole

Shamael: en realidad el reclamo lo esperaba de Yofiel no de ti, pero conociendo tú forma infantil de actuar‒suspira‒ como se ve que no conoces lo que es el sentimiento amor

Labiel: ¿infantil? Yo no soy infantil, solo digo que no entiendo la necesidad de no interferir cuando...‒apuntándole con el dedo índice mientras analizaba lo dicho por su compañero y lo visto hace unos instantes‒...oh no, no, no, eso no puede ser ¡¡es un caballero de Athena!! Yo mismo me encargo de esto‒siendo detenido por Yofiel que le tomaba de la camiseta impidiéndole irse‒

Yofiel: hagas lo que hagas el resultado será el mismo, sabemos una de las tantas habilidades de Shamael, nunca se equivoca siendo él quien representa el amor que sienten los humanos,la señorita Laila estará bien...por lo menos eso esperó, sí sufre a causa de ese chico entonces será la primera falla de Shamael, lo qué significa la tumba, espero que estés en lo correcto...idiota‒observando al guardián/caballero Celestials‒

Shamael: solo yo sé lo que hago, a la señorita Laila no le pasara nada‒

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Dos chicas se encontraban caminando por los pasillos, por lo menos intentando encontrar alguna señal de la pelinegra que tenía horas sin volver. Durante el trayecto fueron interceptadas por dos caballeros dorados.

Alice: ouh... ¿Quién rayos son ustedes?‒cuestiona al ver la silueta de dos hombres frente a ellas aun sin verles a la cara, para posteriormente dirigir su mirada en uno de ellos en específico, observándole con el ceño fruncido‒ ¿Kanon?

Isabel: ‒volteando a ver al otro caballero‒ ¿Y este monigote qué? ¿Dónde está el gato? Creí que te acompañaba junto con ese rubio después de todo parecían inseparables cuando esos idiotas se les ocurrió invadir nuestra casa‒señalan a la pelirubia y posteriormente a ella misma‒ y una ausente, que quien sabe dónde demonios se ha ido

¿?:‒con el ceño fruncido‒ no deberían estar aquí, no son amazo...‒calla al sentir el "cosmos" de ambas chicas‒ me supongo que ustedes son las chicas que mencionaron mí hermano y los demás al llegar

Alice: ¿tú hermano?...‒sorprendida‒ (Inner: ¿no me digas que metimos la pata hasta el fondo?)

¿?: Eso fue lo que dije...‒menciona sin interés siguiendo su camino‒

¿?: Y una vez más vuelve a confundirlos...‒

Isabel: al menos podemos decir que si tienes cierto parecido con tú hermano, en el poco sentido del humor y siendo un cascarrabias total, herencia de familia me supongo‒menciona con sorna‒

Alice: no parece muy contento con lo que le has dicho...‒

Isabel: ‒se encoje de hombros‒ no me importa mucho

¿?: ¡¡Saga, Shura!!...hay un tema que aún no hemos terminado respecto a...‒la pelilila para de hablar al percatarse de la presencia de ambas chicas‒ Isabel, Alice el tema tiene que ver con ustedes y su hermana entre más pronto lo resolvamos era mejor

Isabel: ¿resolver? ¿De qué manera?...‒viendo a la chica esperando alguna respuesta. Se encontraban en una habitación, mientras se les explicaba lo que pasaría de ahora en adelante‒

Isabel y Alice: ¡¡ ¿qué nosotras tres qué?!!...‒gritan sorprendidas‒ se suponía que no duraríamos mucho tiempo aquí

Athena: sería difícil que llevasen una vida normal teniendo en cuenta el cosmos que poseen...‒

Isabel: oh si claro el cosmos...‒recordando la breve explicación que les habían dado a ambas y algo más‒

‒Flash Back‒

La chica llevaba dos días esperando que su hermana despertara, la situación comenzaba a frustrarle incluso comenzaba a perder las esperanzas de volverle a ver sonreír una vez más, ¿qué le diría a sus padres cuando volvieran? Que habían perdido a una de sus hijas por una razón poco creíble ¿Cómo les explicabas a tus padres que habían personas con habilidades...especiales? Era una locura, si le hubieran dicho que estaría en una situación como esta, se hubiese reído de no haberlo vivido hace unos días.

Isabel: y ¿ahora qué debo hacer? Dios porque me haces esto...‒sentándose‒

¿?: Normalmente todas las personas tienden a culpar a dios por sus desgracias...‒sentándose a un lado de la chica‒

Isabel: ‒levantándose rápidamente manteniendo una distancia que le permitiese defenderse en dado caso que sus intenciones no fuesen buenas‒ ¿Cómo es que llegaste aquí sin que pudiese darme cuenta de que me seguías?

¿?: No hubieses podido hacerlo, no si yo no se lo permito señorita Isabel...‒le sonríe‒

Isabel: espera alto allí ¿cómo sabes mi nombre? Y será mejor que empieces a hablar porque definitivamente soy de las que saben defenderse‒

¿?: Soy Michahel, señorita‒realizando una reverencia en forma de respeto‒ es algo largo de explicar espero mucha paciencia y comprensión de su parte

Isabel: creo que estás buscando a la persona equivocada, la paciencia no es tanto mi fuerte...‒

Michahel: lo sé, durante años las hemos estado cuidando, velando por su seguridad desde el momento en el que las tres nacieron...‒sorprendiendo a la chica‒ me conocen como Michahel de Centurión fui y sigo siendo parte de los Dai Tenshi mí misión junto con mis compañeros era proteger a la madre de la señorita Alice, la de su hermana y usted

Isabel: ¿nuestras madres? Pero...‒interrumpida‒

Michahel: sus madres biológicas, sabían del poder que justamente hoy aun poseen‒tomando su mano mostrándole por breves instantes la marca que en muchas ocasiones creía que era parte de su imaginación pudiendo comprobar que era real‒ esa marca que las tres comparten se le conoce como Kalakaua significa "la flor que nunca se destille con el sol" que es la misma que se encuentra en el dorso de su mano la misma que tienen la señorita Laila y Alice, el motivo por el que las atacaron es para extraer de ustedes el poder incontrolable que poseen y entregárselo a la hija de Hades con un único propósito, que el dios del inframundo logre eliminar a Athena de este mundo y con ello las esperanzas de los humanos

Isabel: ¿Por qué entregarnos algo así entonces? ¿Por qué no dárselo a alguien capaz de controlarlo?...‒

Michahel: no existe persona capaz de controlar un poder de esa magnitud, pero si las que puedan aprender a controlarlo con entrenamientos, precisamente los mismo con los que se preparan a los caballeros al servicio de Athena

Isabel: entonces, ¿el encontrarnos con esos tres estaba planeado?‒

Michahel: algo así‒le sonríe‒la protección con ustedes tendrá que aumentar, no tendrán de que preocuparse en otra cosa que no sea entrenar‒

Isabel: pero ¿cómo podre convencerles de entrenarnos?...‒

Michahel: no es necesario, me encargare de hablar con Athena yo mismo, la señorita Alice ya debe de estar informada al igual que usted, de su hermana habrá que esperar un poco más

Isabel: ¿Por qué esperar?...‒

Michahel: me temo que no me es posible revelar eso, aun...‒

‒Fin Flash Back‒

Alice: tierra llamando a Isabel...‒golpeándole la cabeza‒ ¿me escuchas?

Isabel: claro que te escucho tonta...‒golpeando su hombro‒

Alice: auch, oye no tengo la culpa de que te metieras en tu burbuja, tenía rato hablándote y no respondías, los caballeros ya se han ido y Athena esta con nosotras‒señala a la chica‒

Isabel: ouh... ¿Qué sucedió?...‒

Athena: tres de mis caballeros se encargaran de ayudarles con el poder que poseen‒

Alice: eso y Laila aún no vuelve, ¿Qué tal si le paso algo?‒

Isabel: no es posible, antes de que le hagan algo a ella, Laila sería capaz de dejarlos sin descendientes‒explica‒ más por reflejo que por defensa, me sorprendió mucho cuando intentó golpear a ese hombre, ella no suele recurrir a eso sin antes analizar la situación‒pensando‒ mencionaste algo acerca de entrenamientos ¿cierto? Me supongo que serán aquí mismo

Alice: el tuyo el mío si...‒sonriendo nerviosa‒ pero de Laila no puedo decir lo mismo, ya sabes, el Kalakaua‒señalando el dorso de su mano‒ ya lo saben

Isabel: tarde o temprano lo harían...‒suspira‒

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Laila caminaba siendo acompañada de cerca por el pelirubio mientras acariciaba la cabeza de Zafiro.

Hyoga: ‒observando a la chica de reojo, por alguna razón la chica despertaba afecto en él en tan poco tiempo, la dulzura de Laila había provocado más de una sonrisa en el chico, algo que no cualquier persona lograba y menos a poco tiempo de conocerse‒ ese pequeño estuvo preocupado por ti el mismo tiempo que duraste inconsciente‒acercando su mano al animal que se encontraba en las manos de la chica‒

Laila: a donde quiera que voy él siempre va, aun es pequeño, Isabel desde la primera vez que lo vio seguirme menciono algo de ser su madre‒se sonroja‒ aunque los patos suelen ser así, tengo entendido que nadie le quería por mantenerse aislado de los demás, uno de los tantos días que caminaba por la ciudad pase por la tienda de mascotas en la que se encontraba el, Zafiro me vio hizo de todo para llamar mi atención, los animales reconocen quien les aprecian supongo que es por ello que ahora le tengo conmigo‒ríe nerviosa‒ lo siento, mis platicas no son muy interesantes supongo que te he aburrido

Hyoga: descuida, no lo es para mí‒le sonríe‒ no muchas personas respetan la vida y tú lo haces, he conocido personas que por circunstancias diferentes se cansan de hacer el bien y tú lo haces sin esperar nada a cambio, tus ideales no han cambiado eso te hace ser una persona diferente y especial‒

Laila: ‒sonríe‒ gracias, por lo que hiciste en esa ocasión, de no ser por ti...no sé qué hubiese sido de mí, sí no me hubieras protegido...‒sonrojada‒ esto, quiero decir...‒nerviosa‒ (Inner: ya no hay marcha atrás, lo has dicho, haz sido sincera con ese chico y mira que es lindo, esperemos que no nos salga con novia) ‒

Hyoga: ‒sonríe observando a la chica recordando algo importante‒Laila...sé que has pasado por mucho desde que les atacaron en su hogar, pero de una u otra forma vas a tener que enterarte, quisiera empezar por saber ¿has notado alguna marca inusual?‒cuestiona al recordar lo dicho por Athena‒

Laila: ‒asiente lentamente‒ sí, cuando niña, solían sucederme cosas que no me atrevía decirle a mi madre entre ellas en el dorso de mi mano, una marca...aparentemente es un lirio, no siempre se muestra, ¿acaso tú tienes idea del porque?

Hyoga: ‒asiente‒ hasta ahora lo único que sabemos y te puedo decir es que posees habilidades que otras personas no Laila, ¿recuerdas lo que te explique del cosmos cierto?‒cuestiona al recordar lo dicho por Athena de las tres chicas que se encontraban ahora en el santuario, habría que tener mucho cuidado, no podían permitir que alguien obtuviera un poder cómo el que poseían‒

Laila: si, un pequeño universo dentro de cada ser ¿acaso eso es lo que yo poseo y esos hombres buscaban en nosotras?

Hyoga: su caso es diferente, sin embargo aprenderán a controlarlo, con entrenamientos al igual que los caballeros de Athena lo hacen‒

Laila: eso quiere decir ¿qué entrenaremos aquí en el santuario?‒

Hyoga: tú hermana y amiga sí, en tu caso será distinto‒le explica‒

Laila: ¿qué? Pero ¿A dónde iré yo?...‒

Hyoga: Siberia...‒

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Laila: ¿alguna vez habías visto a alguien temblando como los chihuahuas por climas como lo es el frio?‒cuestionaba mientras observaba como liberaba el vaho de su boca, una nube se formaba en el momento que la chica hablaba‒

Hyoga: ¿el frio no es tu fuerte cierto?...‒

Laila: no, no lo es‒respondía la chica mientras se dedicaba a castañetear observando su alrededor‒ creo que esto del entrenamiento no funcionara conmigo, aun así daré mi mejor esfuerzo, después de todo ya te he quitado suficiente tiempo por venir aquí‒desvía la mirada, al sentir una pendra cálida cubrir sus hombros dirige su mirada al responsable encontrándose con unos ojos azules provocándole un sonrojo capaz de cubrirle la cara por completo‒ esto...‒

Hyoga: tienes más capacidad de la que tú te puedas imaginar‒le sonríe‒ solo debes confiar en ti misma

Laila: ‒asiente sonrojada‒ s-sí

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