Capítulo 10.‒ Significado de felicidad, amor y sacrificio

Isabel: bien creo que ya va siendo hora...‒ es detenida por el guardián de Metratón‒ ¿Qué sucede?‒

Uri: espera un segundo...ellos tienen un motivo en específico para hacer todo esto, si interferimos será un problema‒

Isabel/Alice: entendido‒

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Shaka al descubrir que verdaderamente las intenciones de Saga, Camus y Shura eran realmente matar a Athena los guio hacia el jardín de las sales gemelos, un jardín que fue escondido por Shaka para preparar su sacrificio premeditado. La batalla entre Shaka contra Saga, Camus y Shura inicia al entrar a la sales gemelos el caballero de virgo despoja a los sus tres rivales de sus cuatro sentidos la técnica más poderosa de Shaka "el tesoro del cielo" antes de que ellos recurran a la técnica que Athena prohibió por considerar injusto e infame que tres Santos de oro tuvieran que atacar al mismo tiempo para derrotar a un solo adversario, esa técnica era conocida como la exclamación de Athena. Saga, Camus y Shura sabían que si una trinidad de Santos de oro utiliza esta técnica que fue prohibida eternamente por su vileza, terminarían despojados de su honor como Santos y serían marcados en la historia como individuos de la peor clase, pero era un riesgo que tenían que llevar acabo para poder llegar a Athena y sonido la misión de matar a la diosa de la guerra. Aioria, Seiya y los demás habían llegado por fin a la casa de virgo para ayudar a Shaka pero fueron detenidos por mu quien cuidaba de la puerta que llevaba a las sales gemelos donde se encontraban Shaka, Saga y los demás, ellos pudieron sentir el momento en el que Saga, Camus y Shura utilizaban la exclamación de Athena matando a Shaka.

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Shiryu: Shaka...‒

Hyoga: No, no puede ser...‒

Shun: él no sea...‒

Seiya: Shaka murió...‒

Mu: Shaka de Virgo se ha ido...‒

Aioria: ‒su puño impacta por la furia en el muro de la casa de virgo al sentir como el cosmos de un compañero suyo se desvanece‒ Shaka tú muerte será vengada...‒

Mu: ‒*¿Por qué murió Shaka?...*‒

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Las puertas que guiaban al interior de las sales gemelos son abiertas dejando ver a Camus, Shura y Saga, este último con el rosario de cuentas de Shaka bajo la atenta mirada de los dos caballeros dorados presentes junto a los cuatro caballeros de bronce. Saga comenzó a avanzar lentamente y con paso firme hacia Mu, extendiéndole el rosario de cuentas, pidiéndole que lo tomara en memoria de Shaka, Mu tomo en sus manos el rosario. Lo siguiente en pasar fue ver a un furioso Aioria que ataco con su técnica a Saga, Camus y Shura quien les ordenaba levantarse y que lo atacaran a él cobardemente como lo habían hecho con Shaka, antes de que si quiera Aioria pudiera acabar con ellos de una vez fue detenido por Mu.

Aioria: pero Mu ¿Por qué me detienes? suéltame...-

Mu: ¿Por qué? ¿Cuál es el caso en matarlos ahora? desde este momento ya no hay nada más que puedan hacer ¿por qué continúan peleando?...-

Aioria: ¿qué?...-

Mu: ¿Por qué murió Shaka? creo que hay un sentido más profundo en el hecho de que haya decidido morir-

Aioria: mu estoy harto de escuchar tu palabrería en esta ocasión no hay algo después de que uno de los nuestros amigos fue acecinado no eres un caballero, no ni si quiera eres un hombre son solo cobardes al servicio de Hades, no eres un caballero, ya no son caballeros dorados...-

Mu: entonces de nada sirve...-

Aioria: ya hablamos mucho...esto es por Shaka, ¡¡plasma relámpago!!...- la batalla siguió hasta la llegada sorpresiva de Milo de escorpio quien se unió a la batalla. Mientras en la estatua de Athena una lluvia de pétalos llamaron la atención de la diosa Athena quien recibió en sus manos los tres pétalos que Shaka envió a Athena con un mensaje escrito, la diosa al entender el mensaje se dejó caer al suelo entendiendo el mensaje que le quería transmitir el caballero de virgo. A Saga, Camus y Shura no les quedaba mucho tiempo así que decidieron usar nuevamente la exclamación de Athena con lo que no contaban es que Mu, Milo y Aioria se atrevieran a utilizarla también.

Seiya: no...No puede ser...la exclamación de Athena...-

Shun: ¡¡alto!! Por favor...-

Shiryu: ¿Qué pasar cuando las dos exclamaciones de Athena choquen una contra la otra?...-

Mu: la exclamación de Athena es tan poderosa como el Big Bang cuando hagan colisión...su poder solo se duplicara o se triplicara, se incrementara infinitamente cuando esto suceda la casa de virgo todas las casas incluso el santuario entero será destruido-

Hyoga: entonces ¿porque hacerlo? Saga, Mu ¿Por qué elegir algo tan absurdo entonces? Por favor únicamente se van a matar entre sí...-

Shiryu: ¿Están hablando realmente enserió? ¿Emplearan toda la fuerza en este ataque?...-

Shun: ¿Con eso acabara esta difícil situación?...-

Saga:*si acabamos con todo y con todos de una sola vez ya no habrá necesidad de llegar con Athena*-

Aioria: ¿Es lo que piensas en realidad?...-

Mu: Seiya, Hyoga, Shun, Shiryu protejan a Athena...-

Milo: Esto es también por Shaka los destruiremos Saga...-

Saga: *muy bien no desperdiciaremos más el tiempo entonces*-

Camus: *ya hemos hablado lo suficiente*-

Milo: están acabados...-

Seiya: ¡¡Alto!!...- la técnica es ejecutada, en ambos lados el poder estaba en igualdad hasta que Saga, Camus y Shura comenzaron a empujarlos hacia atrás dándose cuenta de que alguien más estaba interfiriendo, y así era Seiya, Shun, Shiryu y Hyoga estaban ayudando a pesar de que Mu, Milo y Aioria les pedían que no interfirieran.

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Saori: Kanon, dásela a Saga...‒

Kanon: si...‒ se acerca a su hermano con el cofre que con anterioridad Athena le pidió‒ tómala saga...‒

Saga:*Kanon*‒toma el cofre en sus manos y lo abre‒*¿ah?...esto es*‒

Saori: si...Saga hace trece años cuando era un bebé trataste de tomar mi vida con esta daga...‒

Milo: ¿Por qué un objeto tan despreciable?...‒

Saori: Milo, Aioria, Mu todo está bien...Mu ¿Tú entiendes verdad?...‒

Mu: ‒solo asiente en silencio‒

Saga: ‒*¿Por qué esto?...*‒

Saori: Saga ¿No entiendes? debes tomar mi vida con ella...‒

Saga: ‒*pero...*‒

Saori: no debes dudar termina con mi vida con esta daga...entonces así se liberaran de su dolor y agonía ¿Cierto? Ya no cargaran con ello...‒

Saga: *Athena*...‒

Saori: Saga...‒Athena clava la daga matándose ella misma bajo la atenta mirada de Saga y los demás presentes

Saga:*¡¡Athena!!*...‒

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Una chica se encontraba ascendiendo entre lo que quedaba de las estructuras griegas, deteniéndose al percatarse de algo.

Laila: la presencia de Athena...desapareció‒

Michahel: es uno de los enemigos más fuertes a quienes se están enfrentando...mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más cerca‒

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Alice: ‒percatándose de la expresión sorprendida de su amiga‒...Isabel ¿Qué te sucede?

Isabel:...ella está aquí...Laila, está en el Santuario‒corre al encuentro de su hermana, encontrándole a tan solo metros de distancia‒ ¡¡Laila!!

Laila: ¡¡Isabel!! Hermana te extrañe tanto‒corre a abrazarle‒

Isabel: no deberías estar aquí...‒

Laila: tú tampoco y sin embargo estas aquí...‒sonríe‒

Isabel: esto no es un juego Laila, es tu vida la que está en riesgo‒con un tono bastante molesto‒ regresa a casa, mamá y papá te están esperando

Laila: ¿Qué?...‒no lo entendía porque tan repentino cambio. En un momento estaba feliz de verle y ahora quería que ¿Se alejara?‒

Isabel: Laila no empieces ¿Sí? Sabes que lo hago por tú bien, esta situación no es para ti‒

Laila: ¿No es para mí? No te estoy entendiendo‒

Isabel: ambos sabemos que me entiendes a la perfección, las batallas nunca han sido para ti y lo sabes, jamás has sido una persona que resuelva los problemas a golpes‒

Laila: pero puedo ayudar...Hyoga me entreno lo suficiente, me mostro como controlar a la perfección mis poderes así como Aioria y Kanon hicieron con ustedes...por favor, Isabel no me hagas esto‒

Isabel: ‒*Perdóname por lo que te diré hermana*‒ en toda tú vida, desde que éramos unas niñas fuiste débil y eso no cambiara hoy...no importa quién te entrene o cuantas personas se compadezcan de ti, jamás lograras ser rival para nadie...entiéndelo bien, o te lo hare entender yo, no me importara atacar a mí propia sangre, apártate del camino no quiero terminar siendo yo la que te proteja‒

Laila: yo...‒el nudo en la garganta dolía. La escena no pasaba desapercibida por los protectores de la chica, pero tampoco podían intervenir, era algo con lo que ella tenía que liderar, encontrar su propia fortaleza‒ lo siento no quería estorbar a nadie...‒retrocede unos pasos bajo la atenta mirada de su hermana menor, tal vez tenía razón no era lo suficientemente fuerte...Hyoga lo había dicho una vez era presa fácil...observo a su hermana por unos instantes para correr lejos de allí, no importaba a donde solo quería esconderse y que no la viesen derrumbarse como tantas veces atrás lo había hecho. En cuanto a Isabel, la culpa le invadía, pero tenía que hacerlo, al menos una de las dos tenía que volver con sus padres si las perdían a las dos ambos sufrirían al perderlas, puede que no fuesen sus padres de sangre pero habían sabido darles el verdadero amor de padres‒

Isabel: perdóname...lo hice por tú bien...‒dirige su mirada a los guardianes de su hermana‒asegúrense de llevarle a casa sana y salva por favor no quiero que le pase nada, esta vez me toca a mí ser quien la proteja... ¿No van a ir tras ella?‒

Shamael: no creo que sea conveniente...creo que lo que necesita es estar sola por un momento, si alguien se acerca a ella con intenciones de hacerle daño...lo sabremos‒

Isabel: ‒asiente‒ entiendo‒dice para después irse y unirse al campo de batalla que pueda iniciar‒

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¿Por qué? Era la pregunta que rondaba en su cabeza, su hermana tenía razón nunca había sabido cómo lidiar con cosas como estas. Jamás se le caracterizó por una chica que usara la violencia física o verbal a su favor. Era más una chica pacifica, dicha personalidad siempre le había traído problemas, era la más débil y vulnerable de las tres. Entonces ¿Por qué se esforzó tanto? Hyoga solo había perdido su tiempo al final, sus poderes no servirían de nada, no en una chica como ella.

La chica se enfocaba tanto en su sufrimiento, culpándose por ser tan débil, sin darse cuenta del Cosmos maligno que se encontraba al acecho.

¿?: Esto será más fácil de lo que se pensaba‒permanecía observando cada movimiento de la chica, no había señales de sus guardianes era la oportunidad perfecta, la chica se había levantado para irse al encuentro con sus guardines e irse a casa, claro que eso no estaba en los planes del Espectro que la observaba apareciendo frente a ella en cuestión de segundos‒ espero no importunar a la hermosa chica que llora...‒decía con fingido pesar‒

Laila: U-usted es uno de ellos...es‒recordando‒ uno de esos hombres que entro a la casa

¿?: Hypnos Dios del sueño al servicio del señor Hades mucho gusto‒sonríe con malicia‒ ahórrame el tener que luchar, no quieras hacerte la valiente mocosa porque como dijo tu hermana...no lo eres‒

Laila: ¿Qué es lo que quiere?‒

Hypnos: ‒ríe‒ ¿Es que acaso no entendiste lo que te dije? Sabes que me será sencillo derrotarte, ya vivimos esto con anterioridad, así que se buena niña y ven conmigo por la buenas‒

Laila: ‒observando el lugar de reojo, no había señales de Michahel o Shamael estaba sola en esto‒ y yo le he dicho que no iré a ningún lado con usted ni con nadie

Hypnos: bien que ha si sea, no me tomara mucho después de todo‒ataca a la chica quien logra esquivar su técnica por poco, la velocidad con la que se movía era mucha comparada a la rapidez con la que ella se movía, tal vez si conseguirían llevársela pero no se la llevarían si no haber dado batalla por lo menos, mientras que el servidor del Dios del inframundo esquivaba los golpes y ataques de la chica sin que le ocasionara ningún rasguño, las ideas comenzaban a agotársele a la pelinegra así como las energías para mantener una pelea con ese sujeto‒ ¿Qué sucede? ¿Las energías se te acaban? Creí que me darías más problemas para llevarte, si esperas algo de tus guardianes ellos jamás llegaran digamos que están lo suficientemente ocupados...al igual que el resto de los guardianes, ninguno llegara a rescatarte‒

Laila: ‒*era una trampa, la discusión con Isabel no la tenían planeada pero...utilizarla para su beneficio, ¿Y ahora qué hare?...Isabel, tenía razón será demasiado fácil que obtengan el Kalakaua... ¿Por qué no soy fuerte? ¿Por qué soy tan débil?*‒se cuestionaba mentalmente mientras le daba la oportunidad al enemigo de acercarse a ella

Flash back

Era uno de los tantos días en los que realizaba sus entrenamientos bajo la supervisión del Santo del Cisne por órdenes de Athena y de acuerdo al elemento que ella poseía. Había tantas dudas rondando su cabeza deteniendo los movimientos que realizaba.

Laila: Hyoga ¿Por qué me sigues entrenando? No he logrado ningún avance a lo largo de las semanas, me has repetido una y otra vez que esto lleva tiempo pero... ¿Tú no habrías mostrado mucho más avances en mi lugar?

Hyoga: ‒suspira‒cada quien aprende de forma diferente...no todos aprenden de la misma forma, unos aprenden más rápido que otros pero eso no significa que no sepan hacer nada bien, tú tienes habilidades diferentes a las demás y no me refiero tan solo por los poderes que tienes contigo... ¿Has visto los peces?‒

Laila: si los he visto‒con el ceño fruncido‒

Hyoga: ¿Y qué notas en ellos? ¿Alguna diferencia quizá? Dime una‒

Laila: bueno pues los peces son...pequeños y grandes...son de diferentes especies y...‒interrumpida‒

Hyoga: ¡¡te he dicho una!!‒exclama viéndole con seriedad. La mirada fija en ella y el tono de voz que utilizo ella le hicieron bajar la mirada‒

Laila: lo siento...‒lo dijo en un tono parecido al de un murmuro pero lo suficiente para que el Santo de Cisne le escuchara‒

Hyoga: ‒suspira observando a la chica‒ he allí el problema...‒

Laila: ¿Eh?...‒dirige su mirada incrédula‒

Hyoga: cualquiera que te vea como enemigo buscara la forma de destruirte y no precisamente físicamente utilizara el poder verbal, el hablara y hablara hasta encontrar tú debilidad, te atacara con lo que más demuestres miedo a veces las reacciones corporales o gestos sirven de mucho es por eso que no puedes demostrarle esa parte de ti a nadie‒cruzando miradas con la pelinegra‒ mucho menos prestar atención a lo que te dicen...porque el día en que lo hagas...le darás la razón a todos, cada palabra que te digan la creerás y la procesara tú cerebro ¿Sabes? El poder de la mente es tan poderosa, que puede hacer que una persona se desmorone con tan solo decir "tú no puedes ¿Para qué lo intentas?...fracasaras de una forma u otra"‒

Laila: ¿El poder más grande? Está en la persona si le das la oportunidad...si no le demuestras lo contrario...si no te esfuerzas por alcanzar tus metas por lo que digan...las personas al escuchar pierden esperanza, la fuerza que les da la convicción en ti mismo de seguir. Tú haces de ti mismo alguien fuerte, no es otra persona el enemigo más que tú mismo...tu eres quien se limita‒asiente feliz‒ entiendo Hyoga...‒viéndole a los ojos‒

Hyoga: ¿Sucede algo?‒

Laila: Y esa determinación ¿la usas tú a menudo?

Hyoga: ¿eh?...no ese es Seiya, lo he visto siempre en él, suele arriesgar su vida a pesar de todo lo que le digan, le pongan el obstáculo que le pongan el siempre sobrepasa el límite que le dicen nunca alcanzara...yo no suelo llegar tan lejos‒escucha la risa de su acompañante‒ ¿A que debo el motivo de tu risa?

Laila: ya decía yo que no era posible que semejantes palabras de motivación no vendrían de ti‒ríe‒ seguro provienen de Seiya

Hyoga: ¿Qué? Ahora veras, te enseñare a no subestimar las palabras de tú mentor...‒

Laila: ¿eh?‒corre al ver que Hyoga se acerca‒ lo siento, no lo decía con esa intención, lo que quise decir es que tus palabras fueron buenas que parecían sacadas de un libro

Hyoga: muy tarde‒atrapando a la chica ‒haciéndole cosquillas. Algo que no era muy común ver en el Caballero de Cisne‒

Fin de Flas back

Hypnos: lo vez es más sencillo si te quedas quieta‒a punto de tomare del brazo siendo tomado por sorpresa al ser atacado‒

Laila: te dije que no me llevarías contigo...y eso lo voy a cumplir‒

Hypnos: sí así lo quieres, hazte la fuerte no te servirá de nada no frente a un Dios‒

Laila: por lo menos estará bien si muero en el intento‒el elemento agua comenzaba a aparecer en sus manos preparándose para atacarle nuevamente‒

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Ambas portadoras del Kalakaua se encontraban luchando con Espectros que debían admitir eran bastante fuertes, a comparación con los que se habían enfrenado algunos de los Caballeros Dorados. Las cosas se estaban complicando y los guardianes hacían todo lo posible por proteger a las portadoras del Kalakaua, el problema se volvió más grande al sentir el poder de Laila, sabían que debían darse prisa y ayudarle pero ¿Cómo hacerlo? El enemigo no le daba el tiempo ni para respirar.

Isabel: nos están atacando a todos por separado...quieren llevarnos a toda costa...Laila ni siquiera está cerca de sus guardianes ¿Qué haremos ahora?‒cuestionaba mientras se encargaba de su oponente‒

¿?: Preocuparte por ti, porque de alguna u otra forma nos llevaremos a una de ustedes‒

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¿?: Si no tenías verdaderas intenciones de dañar a nadie ¿Por qué la involucraste a ella?‒

Bárbara: no... no lo sé‒observándole marcharse‒

¿?: Tú y tu padre no son muy diferentes entonces, aunque yo no pueda decir mucho al respecto después de todo me deje dominar por el lado maligno‒

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Seiya y los demás Caballeros de Bronce al encontrarse frente a la estatua de Athena encontrando un charco de sangre que pertenecía a Athena, mientras ellos se lamentaban por no haber podido llegar a tiempo para salvarle, ante ellos se presentó Shion de Aries al creerlo un enemigo comenzaron a atacarle, Shion detuvo cada una de sus técnicas sin ningún problema al ver a los caballeros en el suelo comenzó a revelarles la verdadera razón del porque se encontraban tan empeñados en matar a Saori, despertando la armadura de Athena, entregándosela a Seiya encomendándoles a los caballeros de bronce entregarle la armadura a Athena a toda costa. Mientras tanto Saga, Shura y Camus llegaban al castillo de Hades con el supuesto cuerpo de Athena, al ordenar Pandora que quitasen la manta que cubría el cuerpo de Athena ninguno de los tres se movió dándole a Pandora motivos para sospechar mandando a Zeros de sapo revelando que solo era una manta, los caballeros ordenaron a pandora llevarles ante Hades, esta se negó pues sabía que tarde o temprano perderían la vida que Hades les había dado. Pandora le dejo a cargo el castillo de hades a Zero dirigiéndose al inframundo. Seiya y los demás llegaron al castillo de hades encontrándose con Mu, Aioria y Milo luchando contra Radamanthys, quienes les dieron la orden de seguir avanzando y ayudar a saga y los demás, desde la cúpula de cristal vieron a los tres caballeros dorados: Saga, Camus, y Shura en el suelo. Zeros de sapo golpeaba al segundo y Hyoga apretó el puño enfurecido.

Hyoga: Vamos a darle su merecido...-

Los caballeros de bronce rompieron la cúpula de cristal y saltaron dentro.

El tiempo de Saga, Shura y Camus se había terminado, y los tres desaparecieron. Los cuatro caballeros de bronce cruzaron la puerta por donde Pandora iba bajando. Ella bajaba los escalones serenamente, a pesar de que los caballeros la seguían.

Seiya: Espera...‒dijo‒ ¿quién eres?‒ pero Pandora lo ignoró.

Shun: Espera‒ dijo, y Pandora se detuvo. Los ojos de uno se fijaron en los del otro por un momento, y Pandora continuó descendiendo. Shun iba a seguirla pero fue detenido por Seiya.

Seiya: Espera, Shun...‒

Radamanthys los esperaba...pelearon con él inútilmente...al final, Seiya y Radamanthys cayeron en el hoyo que los conduciría al Inframundo...

Shun, Shiryu y Hyoga miraron el hoyo...cundo llego Dohko el maestro de Shiryu explicándoles que solo había una manera de llegar al inframundo y no quedar bajo las ordenes de Hades.

Hyoga: Debemos adquirir el Octavo Sentido, y solo hay una manera de hacerlo- y los cuatro saltaron tras Seiya.‒

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Shun despertó. Miró a su alrededor. Seiya seguía inconsciente, y no había rastro de Radamanthys, Dohko, Hyoga o de Shiryu.

Shun: Seiya...- lo llamó- despierta...-

Seiya: Shun- dijo el Pegaso- ¿qué pasó? ¿Qué...? ¿Dónde estamos? ¿Y los demás?-.

Shun se encogió de hombros. Ambos se pusieron de pie y decidieron dirigirse a Giudecca, donde estaba el trono de Hades.

En el camino, Seiya y Shun conocieron a Orfeo, quien decide ayudarlos a llegar a Giudecca, escondiéndolos en un cofre lleno de rosas.

Al llegar al trono de Hades, Orfeo se sacrifica para ayudarlos a matar por lo menos a Radamanthys...pero no lo logra... en cuanto a Shun se encontró con la persona que menos espero ver.

Shun: ¿Ari-Ariza? ¿Qué haces aquí?‒

Perséfone: ¿Te refieres a la humana que me presto su cuerpo?, ella muy pronto morirá, pero no te preocupes te daré un premio de consolación te reunirás con ella‒

Shun: ¿Qué cosa?...‒

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Bárbara: Madre ¿Has solicitado mi presencia?‒

Perséfone: tu padre por fin esta devuelta en el inframundo y tenemos que asegurar su victoria contra Athena...el inmenso poder del Kalakaua ¿Dónde está? Espero no me decepciones querida hija he puesto todas mis esperanzas en ti‒

Bárbara: yo...mamá, yo no... ¿Por qué hacemos esto? Papá siempre ha sido cruel con las tres ¿Porque ayudarle?...‒

Perséfone: ¿Te atreves a cuestionar a tú padre?...oh es que acaso no pudiste cumplir con lo que te ordene‒

Bárbara: no es eso mamá yo...‒interrumpida‒

Perséfone: cállate conseguiste que unos cuantos Caballeros de Athena te siguieran ¿Para qué? No te ayudaron en nada al contrario si quiera te entregaron el cadáver de Athena, fue energía desperdiciada...y el Kalakaua ni siquiera lo...‒observando a Hypnos entrar con la pelinegra que hacia todo lo posible por liberarse de su agarre‒ Hypnos, sabía que podía contar contigo

Laila: ‒al escuchar la gélida voz dirige su mirada a la dueña de está encontrándose con los rojos iris de la mujer pero lo que más le sorprendió es que se parecía tanto a‒ ¿Ariza?

Perséfone: ‒ríe‒ Perséfone esposa del Dios del Inframundo esa soy yo‒

Laila: pero ¿Cómo? Tú no...‒

Perséfone: ¿Sería capaz de hacer daño a nadie? Tal vez ella no, pero yo sí su corazón puro la identifico como mi contenedor...lo que no contaba es que tu tuvieras ese mismo corazón y el estar fuera de mi alcance es lo que me hizo elegirle‒

Laila: ‒niega con la cabeza‒no es posible, no, Ariza es una persona bondadosa ella no merece ser utilizada como aun juguete ¡¡libérela en este instante!!‒

Bárbara: ‒observa a la pelinegra pero algo más llama su atención su hermanita escondida entre los pilares. Desde que inicio el plan pensó que abría la posibilidad que consiguieran la familia que siempre anhelaron...pero cometieron un grave error ahora la vida de la portadora del Kalakaua se extinguiría en cuestión de minutos mientras ella y su hermana eran expectantes... y las palabras de Saga volvían a su mente ‒

Perséfone: una humana como tú se atreve a darme órdenes...dime ¿Dónde están tus queridos guardianes ahora que los necesitas? Estas sola y desprotegida...dime acaso no le pedirás a ÉL que te salve, tú creador mandara a los Dai Tenshi a cuidarte. Te levantaran con sus manos, para que no tropieces con alguna piedra.

Laila: eso sería poner a prueba a mí creador, la persona que me dio una hermana y padres amorosos jamás pediré algo así‒

Perséfone: en verdad eres tan leal a él, no serias capaz de sacrificar tu vida por el bien de los demás‒

Laila: se lo que intentas y no te lo daré a voluntad, seres malignos como tú prometen no hacer daño por ese algo a cambio una vez en sus manos...no respetan su palabra‒

Hades: Y si la vida de tú amado dependiera de entregarme tu poder ¿Qué dirías al respecto? El amor es parte de los humanos...uno de los sentimientos que te hacen vulnerable y yo tengo el poder para arrebatarle la vida con tan solo ordenarlo...Thanatos hazlo‒decretaba al Dios de los muertos‒

Laila observaba a través de lo que parecía ser un espejo lo que Thanatos había creado frente a ella, Hyoga se encontraba con uno de sus amigos y compañero de batallas, por otro lado estaban los guardianes y su hermana junto con Alice. Todos con un solo objetivo llegar a Giudecca y detener a Hades. El rostro de Hyoga a pesar de mantener oculta su preocupación sus ojos...no podían mentirle, no a ella. El Santo de Cisne estaba enterado de su presencia en el inframundo. Todo parecía estar en orden hasta que vio al pelirubio quejarse por algún dolor que comenzaba a surgir su cuerpo.

Laila: ¿Qué le está haciendo?‒era expectante del daño que le hacían a la persona que amaba mientras los que le acompañaban se detenían a saber el motivo de su agonizante dolor. No podía traicionar a su creador, pero de no hacerlo lastimarían al hombre que amaba. Se encontraba en una difícil situación ¿Qué pensaría su hermana? Cuando supiera el camino que decidió tomar. Sus guardianes pero sobre todo aquel que les dio la vida. Sabía que cada minuto que pasaba era crucial. No podía seguir escuchando, su dolor era el suyo, si luchaba lo único que lograría era que le lastimaran más, ellos tenían el poder de matar al Santo sin mover si quiera un dedo. Observo al pelirubio, recordando las sensaciones que sintió con tan solo un beso, no podía permitir que sufriera y por primera vez fue egoísta. Arriesgaría su vida por él. Mientras imploraba mentalmente el perdón de su creador.‒ ¡Deténgase!‒observa al Dios de los muertos para después dirigir su mirada suplicante al Rey del inframundo‒ dígale que se detenga

Hades: lo hará si tú nos das algo a cambio‒

Laila: lo haré, lo haré estoy dispuesta a hacer lo que sea solo...dejarle en paz‒

Hades: humanos, jamás entenderán...el amor es solo un sentimiento creado por ellos mismos para engañar‒

Laila: eso no es verdad el amor...es aquel que nos permite encontrar la felicidad, sentir plenitud al sentirnos rodeados de personas que se preocupan por nosotros, el amor que sientes por la familia, por los amigos, por las personas que te rodean, no solo existe el amor hacia una persona. Existe el amor a ti mismo, el respeto por la vida a tu alrededor, ese sentimiento en los humanos no es falso...pero sé que un ser como tú jamás querrá entenderlo...‒viendo a Perséfone‒ obligaste a alguien a permanecer a tu lado

Perséfone:...‒

Laila: Y no te importo hacerla infeliz, con verter su vida en oscuridad y no satisfecho con eso...amargaste la vida de tus hijas alguna vez te preguntaste que pensaban del cariño y protección de un padre. No porque jamás te importo, en tu mundo solo existe tú y solo tú no hay nadie más importante que...‒interrumpida‒

Hades: no estás aquí para sermonearme humana estas para entregarme lo que debió pertenecerme siempre‒dicho esto la chica solo fue capaz de sentir cómo su energía y su vida eran arrebatadas en segundos‒

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La chica permanecía en completa oscuridad mientras se abrazaba a sí misma. Sabía que ya nadie podría salvarle. El mundo sería destruido si Athena y sus Caballeros no se daban prisa...por lo menos tenían algo a su favor...Alice posea uno de sus elementos, lo suficiente para hacerle frente a Hades, un vez que vencieran al ser maligno vivirían en paz...las chicas volverían a sus vidas de antes, sin nada de qué preocuparse, Hyoga le perdería pero después le olvidaría ¿No? Y no podía decir que le dolía porque ya no tenía ese órgano que bombeaba en su cuerpo y le permitía saber que estaba con vida. Tal vez no lo tenía pero aun así el dolor no desaparecía. Estaba sola. Las personas que alguna vez amo le olvidarían.

La chica lloraba desahogando la pena que le atormentaría por siempre. Unos pasos era lo que podía escuchar, el lugar era tan vacío, no le permitía saber de dónde provenía, hasta que sintió alguien tocando su brazo. Tenía miedo ¿Quién era esa persona y qué quería de ella? No había nada que pudiese ofrecerle, solo el dolor de su alma.

Laila: ¿Quién es? Esa lo que sea que busca no lo encontrara en mí‒

¿?: De entre la oscuridad es sonido de tu llanto me trajo hasta aquí, dime ¿Qué es lo que no te permite encontrar la paz en este lugar?‒por el tono de su voz la chica pudo saber que se trataba de una mujer a su lado...con una voz tan o más melodiosa que la de ella‒

Laila: ¿Cómo encontraría paz? en un lugar tan tétrico como lo es este, creí que después de la muerte las personas encontraban un lugar lleno de luz, siempre hablan de un lugar en el que las penas se van y encuentras la paz...pero yo no encontré ese lugar al permitir que me arrebataran lo que mi creador me confió...salve su vida pero me quede sola y sin posibilidad de alcanzar el cielo‒

¿?:‒sonríe‒ a veces hacemos sacrificios por los que amamos sin recibir nada a cambio...al hacerlo eso nos permite gozar de una felicidad al saber que hicimos un bien por esa persona, en su momento yo también lo hice, por amor a mi pequeño, no había vivido ni la mitad de su vida cuando la muerte le estaba buscando, su cuerpo no resistiría tanto frio así que decidí quedarme en su lugar...una madre siempre hará lo que sea por el bienestar de un hijo‒

Laila: su hijo debe estar orgulloso de tener una madre como lo es usted, seguro que aún le guarda en su corazón‒

¿?: Aún me recuerda, ha sufrido mucho mí ausencia, siempre he visto por su seguridad, siempre le he visto visitar mi tumba, creí que siempre le atormentaría mí muerte...pero entonces sucedió, encontró a la chica ideal para él, le hizo olvidar su dolor a pesar de negar sus sentimientos por ella‒

Laila: debe ser un chico afortunado‒

¿?: Lo era hasta que perdió a la chica‒ambas mujeres logran verse entre la oscuridad, sin duda la madre de ese chico era hermosa. La pelinegra se limitaba a escucharle después de todo no tendría compañía de nadie más‒ murió en batalla, dejo que tomaran su vida a cambio de no ver a mi hijo sufriendo por el dolor que le causaban...deposito en el toda esperanza sabiendo que él y sus amigos protegerían a su Diosa y a la tierra‒esto último sorprendió a la chica‒

Laila: disculpe...pero no logro entender ¿Por qué me dice todo esto?‒

¿?: Porque la chica de la que mi hijo se enamoró y encontró felicidad...fuiste tú‒

Laila: U-usted es...‒

¿?: La madre de Hyoga...Natassia es mi nombre‒dicho esto su campo de visión cambio...en segundos el lugar que estaba rodeada de completa oscuridad desapareció‒ mi hijo encontró la alegría en ti, ese sentimiento que había perdido con mi muerte...eres la mujer indicada para él, te he visto y también a mi hijo, ambos se profesan un amor incondicional

Laila: nos profesábamos...ahora estoy muerta y fuera de su alcance‒

Natassia: no lo estas observa bien...‒sonríe mientras le indica a donde debe prestar atención‒ cuida de él de ahora en adelante

Laila: pero ¿Cómo haré eso?...No tengo la fuerza necesaria‒

Natassia: a veces no se necesita de la fuerza física para proteger al ser amado...solo tú eres capaz de curar el corazón de mi pequeño...cada fragmento de su corazón herido‒

Laila: espere ¿A dónde va?‒viéndole desaparecer de a poco‒

Natassia: no es tu tiempo...y mi hijo te espera‒

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