Capítulo 28. Sello de advertencia
Al finalizar las clases, mientras bajaba la escalinata de la salida del instituto divisé a Nick sentado en el último escalón leyendo, Twenty estaba de pie a su lado recargado en el barandal.
—Hola chicos.
—Hola Ruth —dijo Nick mirándome por encima del libro.
Twenty me saludó con un movimiento de mano y una media sonrisa. Me percaté de que traía puesto un traje negro formal y camisa blanca.
—¿Por qué estás vestido así? —le pregunté señalando su atuendo, al tiempo que me sentaba junto a Nick.
—Voy a salir con Morgan.
—¿Tendrán una cita? —solté sorprendida.
—No —respondió sacudiendo la cabeza—. Me invitó a su iglesia
—¿Su primera cita será en la iglesia?
—Que no es una cita y no lo repitas delante de ella o se pondrá mal —dijo esto último en un hilo de voz y se sonrojó ligeramente.
—Oh, aquí estás Twenty —profirió Morgan, quien se asomaba detrás de él. Morgan lucía un poco más arreglada que de costumbre, se veía linda.
—M-Morgan —musitó nervioso y una sonrisa boba se dibujó en su rostro.
Él la iba saludar chocando los puños, ella extendió su mano. Ambos rieron y se dieron un apretón de manos.
—Que elegante —exclamó Morgan.
—¿Piensas que debo cambiarme?
—No, te ves muy bien —habló ella con una sonrisa en los labios.
—Voy a la tienda —Nick cerró el libro de golpe y se levantó—. Acompáñame, Ruth.
—No, prefiero quedarme —dije frunciendo los labios y cruzándome de brazos.
—Vamos, no seas floja —Me tomó de la mano y me jaló haciendo que me parará.
—Solo quiero dejarlos solos —me susurró Nick al oído.
Fruncí el ceño confusa.
—Si que eres lenta para estas cosas —bufó tocándose el entrecejo—. A Twenty le gusta Morgan.
—¿Él te lo dijo?
—Basta con ver cómo la mira —señaló como si fuera más que evidente.
—¡Qué cliché! A Twenty le gusta Morgan y a ella le gustaaa... —me cubrí la boca con ambas manos y dejé la frase incompleta.
Nick me miró arqueando una ceja y yo le sonreí nerviosa mostrando los dientes.
«Por poco hablo de más. Morgan me matará»
No sabía qué decir para enmendar mi error.
—¡Hey, señorita!
Esa voz desconocida me salvó de darle una explicación a Nick. Voltee en todas direcciones buscando quien me llamaba.
—Señorita —Era el vagabundo que me aconsejó. Hizo un movimiento con la mano para que me acercara a él.
—¿Ese es el idiota? —murmuró cubriéndose la boca mientras apuntaba con sus ojos a Nick.
—No, él es...
—Ah, entonces le sirvió mi consejo —mencionó entusiasmado—. Ahora podré subir la tarifa.
Asentí con una sonrisa y me despedí del hombre, él alzó su pulgar en alto y le guiñó el ojo a Nick.
—¿Desde cuándo tienes amigos vagabundos? —Alcé los hombros—. Eres más rarita de lo que pensé.
Fuimos a la tienda y compramos unos dulces, me aseguré de que esta vez Nick pagara por todo y no robara nada.
Nick abrió la caja de pasitas cubiertas con chocolate y tomó un puñado. —¿Quieres? —Me ofreció y asentí extendiendo la palma de mi mano; él sostuvo mi mano y se acercó para examinar, pasó uno de sus dedos suavemente sobre la cicatriz—. ¿Y esto?, ¿cómo te sucedió?
—Fue un accidente con un abrecartas —respondí con un leve temblor en la voz.
Con su otra mano bajó la manga de mi sudadera dejando al descubierto parte de mi brazo. Acarició mi piel con sumo cuidado, repasando las marcas en mi muñeca. Me estremecí a sentir el toque de sus dedos.
—¿Aún te duele?
—No, ya han cicatrizado.
—Me refiero a lo que te llevó a hacerte daño. ¿Ya has sanado?
Agaché la cabeza. Un nudo se formó en mi garganta impidiéndome pronunciar palabra, quería sonreír y decir que todo estaba bien, pero no pude.
—Ahora comprendo porque Elton me pidió que cuidara de ti —Nick subió la manga de mi suéter y sonrió con calidez—. Ruth, entre más te conozco, menos te entiendo.
—¿En qué momento Elton te pidió eso?
Desvió la mirada y respondió: —El último día que lo vi, yo le prometí que te cuidaría.
[...]
Parecía un martes como cualquier otro, había decidido que le contaría a Lukas lo sucedido en el tiroteo, antes de que alguien más lo hiciera. Estaba sacando unas cosas de mi casillero cuando una imagen bizarra se presentó ante mí. Nick abrazando a Lukas del hombro, charlando y riendo como si fueran grandes amigos.
«¿De qué me perdí?»
Una sarta de preguntas invadió mi mente al verlos: ¿De qué hablan?, ¿por qué se ríen? y ¿desde cuando se llevan tan bien?
—¿Y esa cara? —me preguntó Nick divertido—. ¿No me digas que estás celosa?
—Por supuesto que no, tonto.
Lukas soltó una carcajada. —Nick, es cierto lo que me contaste —dijo entre risas. Con sus dedos dividió mi flequillo a la mitad y depositó un tierno beso en mi frente.
—¿Qué le dijiste? —cuestioné a Nick—. ¿De qué hablaban?
—De ti.
«¿De mí?»
—¿Y qué exactamente? —le pregunté a Nick entrecerrando los ojos—. Espero que le hayas dicho cosas buenas.
—Le advertí a Lukas que eres un peligro —respondió y lo vi mal—. Eres de esas chicas peligrosas, de quienes, si te descuidas, podrías quedar enamorado para toda la vida —habló clavando sus penetrantes ojos azules en los míos, su mirada tenía un efecto casi hipnótico sobre mí. Y sus palabras fueron como una corriente eléctrica recorriendo todo mi cuerpo.
—Tu advertencia llegó tarde —comentó Lukas soltado una risita, al tiempo que le daba una palmada en el hombro a Nick.
—Quizá si tuvieras un sello de advertencia... —Nick golpeó con sus dedos índice y medio mi frente.
—Aun así —interrumpió Lukas—, habría caído —declaró Lukas esbozando una sonrisa y envolviéndome en sus brazos. Me besó suavemente en los labios, poco a poco el beso se intensificó, de pronto sentí que Lukas rompió el contacto bruscamente. Antes de que pudiera reaccionar, alguien me empujó con fuerza, mi cuerpo golpeó contra el casillero.
—¿Qué sucede contigo Nicole?
—¿Cómo es que sigues andando con ella? —chilló Nicole molesta—. Ella está involucrada en la muerte de Charlie.
—¿Qué dices? —la cuestionó Lukas irritado—. ¿De dónde sacaste esa mentira?
—No es una mentira —alegó ella indignada—. Derek nos lo contó, ¿verdad Lisa?
Lisa asintió con timidez.
—Debió confundirse, ella no haría algo así —señaló con seguridad y giró hacia mí esperando una respuesta de mi parte—. ¿Ruth?
Negué con un movimiento de cabeza.
—¡Maldita mustia! —vociferó Nicole, y alzó su brazo con intención de soltarme una cachetada, pero Nick frenó su ataque sujetándola de la muñeca.
—Ni se te ocurra ponerle una mano encima a Ruth —le advirtió Nick con severidad. Nunca lo había visto reaccionar así.
—¡Suéltame! —Nicole comenzó a forcejear con Nick.
—Cálmate, por favor —suplicaba Lisa.
—¿Cómo puedes poner a Ruth por encima de tu hermano? —gritó iracunda.
Lukas parecía sobrepasado por la situación, se quedó inmóvil observando en todas direcciones como con vértigo. Me preocupé, su pecho subía y bajaba, incluso podía escuchar su respiración agitada. Tomé su mano intentando tranquilizarlo.
—¡¿Tan embelesado estas de esa mosquita muerta?! —chillaba Nicole apuntándome con el dedo. Nick aprovechó para cargarla de la cintura y apartarla de nosotros. Nicole tiraba golpes al aire y pataleaba furiosa—. Qué vergüenza Lukas.
—Ve con Derek, él te contará todo —añadió Lisa antes de marcharse tras Nick.
Lukas se dejó caer en el suelo, con sus manos se cubrió el rostro y comenzó a llorar.
—Lukas —Me arrodillé a su lado. Suspiré profundamente, sabía que había llegado el momento de decirle la verdad—. Tenemos que hablar...
Queridos lectores,
Espero que les haya gustado el capítulo. Me consto un poco de trabajo estructurarlo.
¿Qué creen que va a pasar después?
¿Creen que esto cambie los sentimientos de Lukas?
Cada voto es un abrazo para el buen Lukas.
Gracias por leer.
Si te está gustando esta historia deja un voto o comentario.
Saludos y sigan acompañándome en esta historia.
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