Capítulo 21. Abrazo grupal

El 14 de noviembre del 2013 cumplí 17 años. Es bien sabido que con cada cumpleaños llegan las sorpresas, algunas buenas y otras no tanto, pero yo no estaba preparada para lo que se avecinaba.

Fui a la escuela, como cualquier otro día. No esperaba que alguien me felicitara porque no le había comentado a nadie, creo que solo Lukas lo sabía...

—¡Felicidades, Ruth! —exclamó enérgica mientras me sujetaba del brazo—. Te traje algo, espero que te guste. Morgan me dio una gran bolsa de regalo, en el interior se encontraba una sudadera negra con capucha.

—Gracias —expresé amable mientras sacaba la prenda de la bolsa y la observaba con detenimiento—. Es totalmente mi estilo, me encanta.

—Entonces, póntela —demandó.

Rompí la etiqueta con los dientes, y me vestí frente a Morgan. Rápidamente, me quité el suéter que llevaba puesto y me puse lo que me regaló. No quería que ella se diera cuenta de las cicatrices de mis brazos, jalé las mangas de la sudadera hasta cubrir la mitad de mi palma, como siempre las usaba.

—Perfecto, se te ve genial —Morgan aplaudió levemente. —Sé que comenzamos a conocernos hace poco, pero estoy segura de que nos convertiremos en grandes amigas —Una dulce y cálida sonrisa se dibujo  en sus labios.

—Gracias Morgan, yo pienso igual —Le sonreí y nos dimos un abrazo afectuoso. Morgan era muy dulce y buena; forjar una amistad con ella era sencillo, es una chica que se da a querer.

—¡Oh, abrazo grupal! —exclamó Twenty, quien apareció de repente, sentí como nos rodeó con sus brazos—. Únete Nick. Nick también nos abrazó, aunque con menor entusiasmo.

Formamos un sándwich, Morgan y yo en el centro, y los chicos a las orillas. Poco a poco fuimos rompiendo la unión hasta separarnos.

—Bueno, ¿y por qué el abrazo? —Soltó despistado Twenty

—Es cumpleaños de Ruth—. Aclaró Morgan.

—Oh, cierto —Se dio un golpe en la cabeza con la palma de la mano. —¡Felicidades! —Me despeinó el flequillo con una de sus manos de manera juguetona.

—Feliz cumpleaños, Ruth —dijo Nick y sonrió de lado con timidez. Timidez que me parecía extraña en él.

—Gracias Chicos.

—Nick, dale nuestro regalo —Ordenó el castaño.

—¿Nuestro? —siseó Nick.

—Sí, yo te ayudé a conseguirlo.

Nick afirmó con la cabeza y sacó un paquete perfectamente envuelto con papel brillante color azul de su mochila y me lo dio. —Toma, espero que sea el indicado —dijo en un hilo de voz.

Rompí la envoltura con ligera desesperación y mucha curiosidad. —¡Es el libro que quería! —grité y brinqué de felicidad—. Es increíble ¿Cómo supiste?

—E-Elton —Respondió desviando la mirada.

No tenía idea en qué momento Elton le había dicho a Nick sobre este libro, pero me había sorprendido gratamente. Era un libro de poesía escrito en español, y no era cualquier ejemplar, era la edición de pasta dura con la portada de flores. —Yo lo había buscado por semanas, sin éxito —comenté mientras hojeaba el libro.

—Ruth, créeme que no fue fácil encontrarlo... —señaló Twenty. —Nick me hizo conducir al otro extremo de la ciudad solo porque era para ti, visitamos más de 10 librerías... —explicó acompañado de ademanes con las manos.

—Twenty exageras —musitó avergonzado.

—Gracias Nick, y a ti también.  —Los abracé a los dos, con un brazo rodeé el cuello de Nick y con el otro a Twenty, para alcanzarlos tuve que pararme de puntitas y ellos se inclinaron hacia mí. Como Nick es más alto, él me sujetó de la cintura para alzarme un poco.

—¿Qué sucede? —Lukas se hizo presente.

Lukas ladeó la cabeza extrañado por la imagen de nosotros tres abrazados. De inmediato, yo solté a los chicos y corrí a sus brazos.

—Felicitábamos a Ruth —indicó Nick.

—Oh, ya veo —Lukas enchinó los ojos y levantó las comisuras de sus labios.

—Mira, esto me lo dio Morgan —Di una vuelta modelando mi sudadera, y luego le mostré el libro—. Y este ellos, ¿no es hermosa la portada?

—Sí, sí —Lukas dio un vistazo rápido a los obsequios y se giró para ver a los chicos, su visión se centró en Nick por breves instantes, y luego sacudió su cabeza, saliendo de sus propios pensamientos. —Ruth, disculpa. No te había felicitado hoy —Sonrió como siempre y depositó un tierno beso en mis labios—. Oye, ¿qué te parece si vamos a algún lugar para festejarte?

—Claro, me encantaría.

—Hey Lukas, no me digas que no le vas a regalar nada a tu novia —cuestionó Twenty tratando de sonar casual.

—Ya me dio algo ayer —respondí guiñándole un ojo a Lukas.

—Ah, qué traviesos —Twenty se echó a reír y abrazó a Lukas del cuello al tiempo que alborotaba sus cabellos—. Tú de inocente solo tienes la cara.

Lukas enrojeció y estaba demasiado avergonzado como para negar las insinuaciones de Twenty, yo solo solté una risa nerviosa — No, eso no —. Intenté refutar a Twenty, pero no me prestaba atención.

—Ruth, ¿vas a dar una fiesta o algo? —. Preguntó de pronto Nick salvándonos del momento incómodo.

—No, solo voy a salir con Lukas.

—¿Por qué no vamos todos? —sugirió Twenty.

—TWENTY —lo reprendió Morgan—. ¿Qué tal si prefieren ir solos?

—No, es una estupenda idea —declaró Lukas, sus palabras me tomaron por sorpresa—. Si vamos todos será más divertido, ¿no crees Ruth?

No estaba muy segura de que responder así que me limité a asentir.

—Podemos ir por sushi, o por pizza —Propuso Lukas.

—Yo quiero sushi —dijo Twenty.

—Creo que la cumpleañera debe decidir.

Ru

Solo existía una persona en el mundo que me llamaba de esa manera... Me quedé petrificada, como si hubiera visto un fantasma.

Los chicos seguían debatiendo sobre a qué lugar debíamos ir, pero sus voces me parecían un eco.

—Ru. —Volvió a decir la voz, ahora sonaba con mayor claridad. Me giré lentamente y ahí estaba, parada frente a mí.

—Tú.

El tiempo había añadido arrugas a su rostro, pero la reconocí enseguida. Quizá más delgada y un poco más demacrada, de lo que la recordaba. Su piel morena clara contrastaba con su cabello negro azabache largo y lacio, sus ojos eran una mezcla de color verde con miel alrededor de la pupila, como los míos. Mi corazón se estremeció.

Martha volvió.

—¡Que gusto verte de nuevo! —Ella se acercó con intenciones de darme un abrazo, yo di un paso para atrás.

Me siento frágil, siento que si me toca me destroza.

—Chicos, será mejor que vayamos otro día —pronuncié mientras mi vista estaba fija en la mujer que tenía enfrente.

—¿Estás segura? ¿No íbamos a celebrar?

—L-lo siento, solo discúlpenme...

—Ruth, ¿no quieres...? —Lukas me susurró al oído, pero lo interrumpí.

—No, estaré bien—Respondí con un nudo en la garganta y una sonrisa en los labios.

Él acarició mi mejilla y me besó en la frente. Lo sujeté de la chaqueta unos segundos, quería pedirle que se quedara conmigo, pero no lo hice. Lukas se dio la media vuelta y se fue con los demás.

—Vámonos —Ordenó Nick. Oí sus pasos alejándose, una parte de mi quería irse con ellos...

—¿Esos chicos son tus amigos? —Permanecí en silencio solo observándola. Ella sacó una cajetilla y un encendedor de su bolso. —Me alegra ver que todo va bien en tu vida —Se llevó el cigarrillo a la boca y lo prendió.

—No entiendo qué haces aquí, ¿qué es lo quieres? —inquirí molesta.

—Quería verte de nuevo —Le dio una calada al cigarro—. Cuéntame de tu vida, Ru.

—No te parece que todo está de maravilla, y tú no formaste parte de eso...

—Ru, ¿por qué actúas así conmigo? —Expulsó el humo por la boca.

—N-No puedes desaparecerte de mi vida y creer que voy a recibirte con los brazos abiertos cuando se te ocurra volver —le reclamé y la voz me temblaba.

—Te extrañé.

—Mentira —Chillé—. Yo no te importo.

—No cariño, ¿por qué crees que no me importas? —El cigarro se consumía entre sus dedos mientras hablaba.

—Quizá porque han pasado 7 años desde que te fuiste, y hasta hoy te apareces. —Mi voz era ácida, tanto que las palabras me quemaban antes de salir por mi boca.

—Ru, yo no te deje porque quise —Tomó mi cara entre sus manos—. Hija, ellos me separaron de ti...

—NO —bufé y me zafé de su agarre. —Ellos me dieron algo que tú no —la señalé con el dedo—, un hogar y una familia.

—Soy tu madre y eso nunca va a cambiar.

Me sobé la nariz y las lágrimas que tanto me había esforzado por contener, salieron.

Tenía razón, era mi madre después de todo.

—Oh, cariño ven—. Extendió sus brazos hacia mí —Déjame abrazarte—. Me envolvió con sus brazos; era cálida y desprendía un olor a tabaco —Ru, siempre serás mi niña.

Yo quería creerle, confiar ciegamente en sus palabras, pero después de tantas promesas rotas... Creer en sus palabras no es un acto de fe sino de terquedad y masoquismo, pero algo en ella me hacía dudar, otra vez olvidó mi cumpleaños.


Saludos queridos lectores

Pasaron demasiadas cosas en este capítulo. (Les deje una canción arriba)

Díganme que ya lo veían venir, fui dejando pistas sutiles, quizá demasiado sutiles.

En fin, no sé qué más decirles solo que este acontecimiento marca el inicio del caos, de aquí en adelante todo se vuelve mas intenso.

Gracias por leer, votar y comentar.

Nos vemos en el siguiente capitulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top