CAPITULO 23
A medida que Sir Richard emprendía viaje tras viaje, su tiempo en casa se reducía cada vez más. Extrañaba profundamente a su amada esposa, Lady Elizabeth, y a sus dos hijos pequeños, Thomas y Emily. A pesar de que los extrañaba, sabía que su deber como caballero era importante y no podía abandonar sus responsabilidades. Los días se convirtieron en meses y los meses en años. Sir Richard viajaba sin cesar, enfrentándose a peligros y desafíos en cada esquina del reino. A medida que su fama crecía, sus viajes se volvían cada vez más largos y peligrosos...
Paula deja de leer la historia en el momento en que su hijo cierra el libro de golpe, con cierta molestia en su rostro.
-Alan, cariño, ¿qué pasa? -inquiere completamente sorprendida por la actitud tosca de su hijo.
-No me gusta esa historia -menciona con los brazos cruzados, el ceño fruncido y sus mejillas infladas.
-¿Qué? Pero si 'El Caballero Ausente' es una de tus historias favoritas -asegura, dándole un rápido vistazo a la portada del libro y luego a su hijo.
-Ya no -dice dándole la espalda y metiéndose entre las sábanas.
-Cariño - deja el libro sobre la mesa y se acerca a su hijo, que se encontraba escondido entre las sábanas. -Se puede saber por qué ya no te gusta 'El Caballero Ausente -inquiere mientras acaricia el pequeño cuerpo de su hijo.
-Porque Sir Richard es como papá - dice el pequeño con un tono de voz entristecido.
Paula siente un nudo en el estómago al escuchar las palabras de su hijo. Las similitudes entre Sir Richard y su esposo la golpean de repente, y comprende el profundo impacto que la ausencia de su marido está teniendo en la vida de su hijo.
Se acurruca junto a su hijo bajo las sábanas, envolviendo su cuerpo en un cálido abrazo. -Lo siento, cariño -susurra con una voz llena de culpa y tristeza.
-No es culpa de mamá, es culpa de la Carter Corp - dice el pequeño con voz temblorosa mientras hunde poco a poco su rostro en el pecho de Paula -por la Carter corp. es que papá no está aquí, para papá la Carter corp. es más importante que nosotros
-Alan... - comienza a hablar, pero es interrumpida por su hijo.
-Ya no quiero que papá sea dueño de la Carter Corp. Por su culpa, ya no pasa tiempo en casa ni juega conmigo -menciona el pequeño con evidente malestar en la voz.
Paula siente un apretón en el corazón al escuchar las palabras de su hijo, ya que la verdad duele. Si bien sabía que Ryan se esforzaba por estar en casa y pasar tiempo con Alan, los malentendidos y la falta de comunicación entre ellos habían dificultado esa conexión. La culpa crecía dentro de ella, ya que esta situación no solo los estaba afectando a ellos, sino también lastimando a su hijo.
-Entiendo que te sientas así, cariño -susurra Paula mientras se acurruca más cerca de él, abrazándolo con ternura. -Quiero que sepas que no es culpa de papá ni de la Carter Corp. -asegura con voz firme. -A medida que crecemos, a veces tenemos más responsabilidades y nos enfrentamos a desafíos que nos hacen....
El pequeño, lleno de rabia y frustración, interrumpe a su madre con su voz temblorosa. -Entonces no quiero ser grande -exclama con una mezcla de tristeza y enojo. -No quiero... si ser grande significa abandonar a los que amas, no quiero.
Paula siente cómo sus propias lágrimas amenazan con brotar mientras abraza fuertemente a su hijo. Acaricia su cabello suavemente y le susurra con ternura -Cariño, ser grande no significa necesariamente abandonar a quienes amas. Podemos aprender a equilibrar nuestras responsabilidades con nuestro tiempo en familia, al igual que papá ha hecho hasta ahora.
El pequeño levanta la mirada hacia su madre, dejando ver sus ojos llenos de tristeza y confusión. -Ya no, papá ya no pasa tiempo conmigo ni con mamá, y no me gusta. Ya no quiero que papá sea el dueño de la Carter Corp. No quiero, no quiero -dice aferrándose con fuerza a Paula, buscando consuelo en su abrazo.
Paula siente el peso de las palabras de su hijo y la magnitud del dolor que está experimentando. Respira hondo antes de hablar
-Cariño, entiendo tu tristeza y frustración - suspira suavemente Paula, acariciando el cabello de su hijo con dulzura antes de responder. -A veces, las decisiones que tomamos en la vida son complicadas. Ser dueño de la Carter Corp. es importante para papá, no solo porque le brinda la oportunidad de ayudar a mucha gente, sino también porque tiene sueños y metas personales.
El pequeño baja la mirada al escuchar las palabras de su madre.
Paula, al ver cómo decae la mirada de su hijo, suavemente toma su rostro entre sus manos y le habla con voz suave pero firme. -Papá te ama más que a cualquier otra cosa en el mundo. Tú eres lo más valioso para él -asegura Paula con convicción. -Así que nunca pongas en duda todo el amor que papá siente por ti.
El pequeño, con los ojos llenos de lágrimas, inquiere con voz temblorosa -¿más que la Carter Corp.?".
Paula le sonríe con ternura. -Por supuesto que sí -responde con una leve sonrisa. Él te ama más que a la Carter Corp., más que cualquier trabajo o cualquier otra cosa en este mundo, Tú eres nuestro tesoro más grande y valioso. Papá y yo haríamos cualquier cosa por ti. Te amamos más que a nada, eres nuestro todo.
El pequeño se aferra a ella con fuerza -Entonces, al igual que Sir Richard, papá volverá y jugará conmigo -musita con ilusión en su voz.
-Claro que sí -asegura Paula, estrujando levemente el cuerpo de su hijo entre sus brazos.
El pequeño muestra una sonrisa tímida, aliviado por las palabras de su madre. Sin embargo, todavía siente una pizca de nerviosismo y ansiedad, por lo que duda un poco en hacer la pregunta, pero decide hacerla -¿También hará galletas conmigo y me contará cuentos?.
-Por supuesto -asegura Paula, besando suavemente la cabeza del pequeño -nada haría más feliz a papá que pasar tiempo contigo
Alan, conforme con las palabras de su madre, se deja vencer por el sueño. Paula decide pasar unos minutos vigilando el sueño de su hijo, observando cómo la tranquilidad se refleja en su rostro. Con una sonrisa reconfortante, decide ir a la sala.
Con paso suave, Paula se dirige a la sala y se deja caer en el sofá, sintiendo un peso de preocupación levantarse de sus hombros.
- ¿Todo bien? -inquiere Jenny con evidente preocupación al ver el rostro demacrado de Paula.
Paula gira su rostro hacia la mujer y, con una leve sonrisa, responde -No, nada en estos últimos meses ha salido como esperaba, y.... - Sin embargo, sus palabras se detienen en seco cuando siente cómo las lágrimas amenazan con escapar de sus ojos.
Jenny, al ver cómo Paula está a punto de desmoronarse, no duda en atraerla hacia ella en un abrazo reconfortante y cálido.
-Estoy aquí para ti -susurra Jenny con un tono de voz reconfortante. -Así que déjalo salir - menciona mientras palmea suavemente la espalda de Paula, transmitiéndole apoyo y consuelo.
Paula lucha por contener sus emociones, pero las lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas. Siente una mezcla abrumadora de culpa y arrepentimiento.
-¿Por qué todo es tan difícil? - murmura entre sollozos. -La ausencia de Ryan, la falta de comunicación... todo esto es culpa mía. Hice que se alejara y ahora no solo lo lastimo a él, sino también a nuestro hijo. Soy una tonta. Debí haberle contado cómo me sentía, debí haberle compartido todo. Yo debí... Si tan solo hubiera hablado con él, las cosas no habrían llegado a este punto. Lo arruiné... - Las lágrimas y los sollozos dificultan su voz, haciéndole difícil continuar hablando.
Jenny aprieta el abrazo, brindando una sensación de seguridad y apoyo. -No es así -segura Jenny con voz firme. -No te culpes de todo, Paula.
-Tengo tanto miedo -menciona Paula, aferrándose con fuerza a Jenny. -Tengo miedo de que por mi culpa nos separemos. Tengo miedo de que Ryan entre por esa puerta para llevarse sus cosas y....
Jenny sostiene a Paula con ternura, transmitiéndole una sensación de seguridad y comprensión. Susurra con suavidad mientras acaricia su cabello -no pienses en cosas tan negativas
-Per....
-Pero nada - la interrumpe, alejándose un poco de Paula para poder mirarla fijamente a los ojos. -Eres una mujer fuerte, que no se deja derrumbar tan fácilmente. O al menos, esa es la mujer que me has mostrado en estos últimos meses. Así que nada de culpas y frases negativas - menciona mientras limpia el rostro de Paula con el dorso de su blusa. -Las cosas se arreglan hablando, y eso es precisamente lo que tú y mi hermano van a hacer
Paula queda sorprendida por la firmeza de Jenny y su determinación. mientras Jenny busca algo en su bolso y finalmente saca un ticket de avión.
Confundida, Paula pregunta - ¿qué es?
Sin darle tiempo de terminar la pregunta, Jenny toma la mano de Paula y coloca el ticket en ella. -Lo que tú y mi hermano necesitaban era tiempo para enfriar sus mentes y entablar una conversación que aclare todos los malentendidos. Es hora de que ambos dejen de culparse y abran sus corazones.
Paula mira el ticket en su mano, sintiendo una mezcla de incertidumbre y esperanza. No sabe qué decir, pero Jenny la anima con una sonrisa.
-Luego me agradecerás -menciona Jenny con entusiasmo. - y por mi cariño no te preocupes, yo lo cuido".
Aunque Paula sigue dudando, no puede evitar sentirse intrigada por la posibilidad de una conversación franca y sincera con Ryan. Levanta la mirada hacia Jenny, buscando su opinión.
-¿Crees que sea una buena idea? -pregunta, aún sin apartar la mirada del ticket.
Jenny sostiene la mirada de Paula con seguridad. -Si no lo intentas, nunca lo sabrás.
Esas palabras resuenan en Paula, recordándole que a veces es necesario tomar riesgos para poder encontrar la felicidad.
AQUI UN NUEVO CAPITULO, ¿CREEN QUE HABRA RECONCILIACION?
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