La Cueva

Hola a todos de nuevo,

Antes de comenzar con esta historia quiero aclarar que los diálogos los transcribí del doblaje que tenía a la mano de Soul of Gold, ya sea el latino, el español o con subtítulos, así que la pésima redacción e inconsistencias en la trama no son cosa mía :'c

Por ejemplo, Mu llega bien bravo preguntándole a Shaka por las armaduras divinas y tres doritos después no sabía de su existencia ??? Los diálogos son reiterativos y contradictorios, pero así fue todo SoG ??? Aún así lo amamos no solo por darle cámara a nuestros bellos dorados y montón de fanservice, sino también porque alimenta el alma de las y los shakamuistas, lo cual nos tiene reunidos aquí hoy uvu.

En fin, espero disfruten la historia.

...O...

En las gélidas tierras de Asgard, los caballeros de Oro deambulaban sin rumbo fijo, algunos habían optado por explorar los placeres que les fueron negados como devotos al santuario. En tanto otros eran guiados por su sentido del deber para con sus semejantes.

En el caso del caballero Mu de Aries, la sospecha de que algo no andaba bien en esas tierras no solo lo llevó a custodiar a un niño cuyos padres desaparecieron sin dejar rastro, sino también a buscar respuestas, casi al costo de su nueva vida.

No era rara para nadie esta forma de actuar del caballero de la primera casa, prueba de ello fue el enardecido combate que mantuvo con el trío del lamento, en su afán de comprender sus intenciones verdaderas. 

Afortunadamente para él, en esta ocasión el caballero de Leo intervino oportunamente, evitando su fatal desenlace.

-Solo se me ocurre una persona que podría darnos las respuestas que necesitamos....-Concluyó Mu de su charla anterior con Aioria y Lyfia, dónde intercambiaron impresiones de lo que podría estar sucediendo en Asgard, involucrando al Ygdrassil y su efecto en los cosmos de todos.

-Espero que tengas suerte.-Dijo Lyfia, esforzándose por no evidenciar la pena que sentía de que no se les uniera en su camino al Ygdrassil.

-Aioria ten mucho cuidado,  Lyfia cuida de él...

Los mencionados dieron un respingo con las palabras del peli lavanda, quien les vio divertido y añadió: "Espero que seas capaz de domar al impulsivo León cuando llegue el momento..."

Lyfia se ruborizó de inmediato, y volteó a ver al objeto de sus sonrojos, notándolo ofuscado y con una mirada de desaprobación para su compañero.

Deseándoles lo mejor, Mu se dió la media vuelta y emprendió su camino en búsqueda de "está" persona, Aioria frunció el ceño y negó con la cabeza mientras lo veía perderse en el impoluto paisaje.

-Aioria ¿Te...te encuentras bien? ¿Estás molesto por lo que dijo tu compañero? Descuida, yo no...

El caballero de Leo soltó un suspiro contenido-No le tomes importancia, en realidad espero que él no esté siendo dominado por sus impulsos...

...O...

En otro lugar a la par, Milo de Escorpio y Shaka de virgo tenían una conversación que muchos calificarían de acalorada.

-¿Tu ya lo sabes? ¿por qué hemos revivido Shaka?. Lo que está ocurriendo en Asgard es el motivo por el que hemos revivido aquí...

-Solo estoy seguro de una cosa, por el momento no tenemos suficientes razones para luchar...

-Puede que no sepamos quien nos ha devuelto a la vida ni por qué, pero esa persona se encuentra aquí, ¿podrías explicármelo Shaka? vamos a luchar aquí en Asgard ¿o me equivoco?

-Esperar y tener paciencia, ese es el mejor consejo sobre el arte de la guerra que podemos seguir contra quien quiera que este jugando con nosotros, los caballeros de oro...

-Estoy completamente seguro, ha sido Camus el que me ha atacado...

-¿Camus?

-Shaka, haz dicho que no hay razones para luchar, pero siento que mi cosmos me esta pidiendo que lo haga, yo no necesito más razón que esa...

Mientras Milo salía de la cueva, tambaleante y mal herido, Shaka negaba con la cabeza.

-El apego es sin duda el origen del sufrimiento humano.-Pensó, y como si Milo pudiera leerle el pensamiento, se detuvo, sosteniéndose del borde de piedra con una mano y murmuró aún dándole la espalda.

-Mu también está luchando allá afuera, seguramente notaste el despliegue de su cosmos, hubo un momento en el que pareció se esfumaría...

Shaka dio un respingo, por supuesto que lo había notado, pero no esperaba que Milo lo trajera a colación. 

-¿Sigues pensando que no hay razones para luchar, Shaka? 

El escorpión no esperó por una respuesta, la carne le quemaba por ajustar cuentas con aquel que se dijo su mejor amigo alguna vez, así que se marchó dejando a Shaka preocupado y reflexivo.  

...O...

El Ariano empezó su recorrido con entusiasmo, pero pronto descubrió que había sobre estimado sus capacidades con un cosmos tan debilitado por el Ygdrassil y su anterior pelea.

El teletransportarse no era una opción, seguramente quedaría -más- moribundo con la cantidad de energía requerida para ello, y si bien él era un hombre de Jamir, caminar en el medio de una tormenta de nieve no ayudaba a su estado actual. 

Aún así, siguió firme en su objetivo, motivado por aquella hambre del saber que parecía no saciarse nunca.

Además...

Sacudió su cabeza, apretando los párpados con fuerza y recitando mantras para serenar su mente.

Estaba en ello cuando de pronto sintió el cosmos de Afrodita golpearle casi de manera violenta, en un intercambio de información que le hizo perder el equilibrio. Asombrado por lo que se le reveló, agradeció la gentileza de su compañero por compartírselo.

No terminaba de reponerse por detectar la pelea entre caballeros dorados y lo comunicado por  Piscis, cuando el cosmos de este último se esfumó.

Ahogó sus sollozos para no provocar una avalancha, tragándose su amargura por haber perdido a su querido compañero nuevamente.

Esta lucha entonces iba en serio, había un enemigo a vencer que ocasionó una baja entre sus compañeros de armas, además, claramente algo muy turbio estaba sucediendo a raíz de ese árbol...

El tiempo apremiaba, y él se sentía tan lento y vulnerable en su estado actual.

Además...

Suspiró quedamente, estaba cerca...

No había marcha atrás.

...O...

-Es aquí.-Musitó, sus facciones se endurecieron de inmediato y con paso firme hizo su entrada en aquella cueva, queriendo proyectar esa seguridad a quien encontraría en ella. 

Una vez dentro, vio cara a cara a quién fue su compañero de entrenamiento durante su infancia en el santuario, cómplice de aventuras, asesor personal en matemáticas y tantas cosas más...

-Shaka...

El mencionado dio un ligero respingo al escuchar su nombre, la energía de Mu era tan débil que no fue capaz de detectarla. Probablemente la influencia del Ygdrassil era parcialmente responsable de ello.

-Quiero que me digas algo.-Dijo sin rodeos.-ya debes saber, sobre el otro poder oculto que tienen nuestras armaduras, la armadura divina. 

Shaka esbozó una sonrisa de lado, estaba feliz de constatar que su amigo seguía con vida y tan ávido de conocimiento como lo recordaba.-Mu ¿Acaso crees necesario usar ese poder en Asgard? ¿O por qué te interesa saberlo?

El tibetano le vio con intensidad.-¿Has estado en esta cueva desde que volvimos a la vida? ¿No te has percatado de lo que sucede en el exterior?

El hindú negó con la cabeza.-Desperté en las faldas de esta montaña, en medio de una ventisca terrible, no fui capaz de utilizar mis habilidades telequinéticas o de teletransportación...así que me refugié aquí. Desde entonces he intentado contactarme con Athena sin éxito, he decidido aguardar hasta que lo consiga.

-Entiendo. Yo desperté en un pueblo custodiado por un "Dios Guerrero" al parecer son caballeros al servicio de la actual representación de Odín en Asgard, sin embargo, este Dios Guerrero estaba experimentando con los habitantes de aquel pueblo, entenderás que tuve que intervenir...

El caballero de virgo lo vio atónito.-¿Experimentar dices?

Mu asintió con la cabeza.-Me presenté ante él y lo enfrenté, me capturó pero gracias a ello obtuve información valiosa, además ahí pude confirmar que no estamos en igualdad de condiciones para luchar. Al parecer todo a causa de un árbol de nombre Ygdrassil.

-¿Ygdrassil? El árbol de la vida, según la mitología nórdica....

-Asi es. A medida que avanzamos hacía él, nuestros poderes se debilitan, parece ser que se está alimentando de nuestro cosmos.

Ya veo.-Shaka bajó ligeramente la barbilla y sonrió afablemente.-Que interesante. Es agradable volver a conversar contigo, debo confesar que lo extrañaba.

A Mu esta declaración lo tomó desprevenido y sintió la sangre subírsele al rostro.-Shaka...

El rubio le vio divertido e hizo un ademán con la mano, indicándole que continuara con su explicación, a lo que Mu carraspeó un poco para recuperar la templanza que tanto trabajo le había costado proyectar.

-En este momento, antes de que el cosmos de Afrodita se desvaneciera y de acuerdo a su último mensaje, hay una poderosa barrera colocada alrededor de Ygdrassil. No podemos acercarnos mientras siga alimentándose de nuestro cosmos, sin embargo, si destruimos la gran raíz expuesta en 3 puntos, la barrera desaparecería e Ygdrassil no debería alimentarse tanto de nuestro cosmos.

-¿Iras, Mu?-Le vio contrariado, para él a pesar de todos los motivos que le habían expresado sus compañeros de armas, aún no existía evidencia suficiente de que esa fuera la causa real por la cual se encontraban de nuevo con vida. Shaka no podía evitar pensar que si se avocaban a una misión que parecía no corresponderles, eso los distraería de su cometido original, que era luchar en la guerra santa. A final de cuentas, sus vidas eran devotas a Athena.

Por su parte, a Mu le tomó por sorpresa la pregunta del semidiós, primero porque gracias a ella entendió que Shaka no pensaba abandonar su posición, pero no solo eso, al parecer también suponía que él se quedaría a hacerle compañía. 

-Mientras hablamos, algo malévolo sigue creciendo dentro de Ygdrassil...

El tibetano no compartía la forma de pensar de su amigo; el permanecer indiferente ante la desgracia y el sufrimiento de los demás simplemente era inaceptable para él, si no existía una orden expresa que le impidiera involucrarse, tenía el camino libre para ayudar a la gente de Asgard hasta donde esta nueva vida se lo permitiese.

Al ver a su amigo tan decidido, Shaka hurgó en sus ropas y le extendió a Mu su mano.-Entonces, lleva esto contigo.

-¡Esa daga es...!

-Si, la daga con la que Athena se quitó la vida cuando pasó al Inframundo. Cuando desperté en Asgard tenía esto junto con la armadura de Virgo. Probablemente esto también es la voluntad de quien nos revivió. Quiero que lleves esa daga siempre contigo, porque es lo que Athena hubiera deseado.

-Si tenemos esta daga...

-Podremos convertir nuestras armaduras en armaduras divinas...

-¿Armaduras divinas?

-El poder definitivo oculto en una armadura. Cuando nuestro cosmos se eleva a su límite, nuestras armaduras demostrarán poderes divinos. Eso es a lo que se le conoce como la armadura divina.

El tibetano observó la daga en su mano con detenimiento, de ella emanaba una energía cálida, muy contrastante con la idea de que alguna vez sirvió para arrebatarle la vida a Athena.

-Ya veo.-Susurró a la par que colocaba la daga en su cinturón.-Partiré entonces hacia el Ygdrassil...

-Aguarda un segundo, Mu...

El mencionado tuvo que volver sobre sus pasos y girarse hacia Shaka de nuevo, curioso de qué tenía que decirle ahora.-¿Que sucede? ¿Finalmente te has convencido de acompañarme?-le sonrió con sorna.

Shaka permaneció impávido ante el intento fallido de Mu por bromear con él, su rostro se veía incluso más severo que con su charla previa.

-No pude evitar notar que estás más al tanto que yo de lo que está ocurriendo en Asgard. Afroditan nos comunicó por su cosmos toda la información que ahora me has compartido sobre el Ygdrassil, he hiciste una investigación por tu cuenta según me contaste en tu enfrentamiento contra el Dios guerrero...

La sonrisa del pelilavanda desapareció de inmediato, Shaka entendió entonces que había dado en el clavo.

-Incluso tú, al ser lemuriano, estabas al tanto de que las armaduras doradas poseían la cualidad de demostrar poderes divinos...tu pueblo creó las armaduras, tú estás instruido en el arte de repararlas, es lógico pensar que no era un secreto para ti. Sin embargo, viniste a mí por respuestas que tú mismo formulaste...

El lemuriano esbozó una sonrisa socarrona, no valía la pena seguir fingiendo demencia o echarse para atrás, era ahora o nunca.

-Tienes razón, siendo franco decirte esto no es lo único por lo que vine...necesitaba hablar contigo en persona.-Mu le miró de frente ¿Cuando se había vuelto tan difícil ver a Shaka a la cara?.-Honestamente, a la mitad de nuestra conversación cambié de idea y pensaba simplemente marcharme, pero debí adivinar que notarías lo incongruente que era mi visita. 

Aunque estas palabras tomaron por sorpresa al semidiós, no dijo nada ni se divisó en su rostro expresión alguna, sino que decidió aguardar pacientemente a que Mu se explicase.

-Shaka...-El ojiverde decidió sentarse de nuevo frente a él, en parte porque la charla lo ameritaba, pero en mayor grado temía que le fallaran las piernas.-Cuando nuestros compañeros de armas lucharon contra tí y alcanzaste el 8vo sentido en el templo de virgo, Saga cumplió tu encomienda y me entregó el rosario de las 108 cuentas, con tu mensaje en él...

El lemuriano sentía como le sudaban las manos y podía jurar que los latidos de su corazón hacían eco en las nevadas montañas, aún con todo ello, contuvo la respiración y apretando levemente los párpados, tomó el valor suficiente para decir lo que Shaka no se había molestado en nombrar.

-Lo sé todo. Y quería responder. 

-No esperaba que lo hicieras, no hace falta.

-Pero quiero hacerlo, Shaka.

El mencionado sonrió de lado.-Mi intención solo fue que lo supieras, era mi última posesión terrenal de la que debía despojarme antes de morir. Fue una sorpresa para mí vernos de nuevo en el muro de los lamentos, así como no esperaba encontrarnos aquí en Asgard...

Mu desvió la mirada al recordar ver a Shaka en el Inframundo después de conocer sus sentimientos hacia él, para después extenderle aquel rosario y demandarle que siguiera con vida, en vez de tener esta conversación.

-Hubiera querido responderte entonces, pero simplemente no era el momento.

-Nunca será el momento.

-Tienes razón.

Ambos se quedaron en absoluto silencio por unos segundos.

-¿Hace cuánto?-preguntó Mu débilmente, sin poder ver a Shaka a la cara.

-Lo supe cuando desapareciste del santuario sin decirme nada, me costó mucho entender qué sucedía, pero finalmente la claridad llegó a mí.

-Ya veo...-una sonrisa melancólica hizo evidente para Shaka que, al igual que él, Mu no la paso bien.

-¿Entonces Mu, tú...?

El mencionado asintió tímidamente con la cabeza.-Cuando sentí tu cosmos emanar del rosario, y comunicarme tu mensaje ¡Fui aún más miserable de permitir que Saga y los otros...!

El lemuriano apretó sus párpados con fuerza, queriendo contener sus emociones, más de pronto una sensación cálida le hizo abrirlos de golpe. Shaka había extendido su mano hacía él, colocando su palma en el dorso de la mano de Mu, este último alzó la vista asombrado por el gesto, encontrando que su compañero le sonreía afable.

-Perdóname por ponerte en esa posición, fuiste el único capaz de comprender mis intenciones, si no fuera por tí seguramente habría fracasado...gracias.

No pudo resistirlo más y sus ojos se llenaron de lágrimas, si bien Shaka tenía razón y era necesaria su muerte, eso no la había vuelto menos dolorosa para él. El rubio notó esto y entrelazó sus dedos con los del lemuriano.

-Querido Mu, parece que lo has olvidado, la muerte no es el final. El apego hacia este mundo material solo origina sufrimiento y yo no quiero ser eso para ti.

El tibetano le vio serio y soltó su mano, provocando extrañeza en el virgo, quien le vio contrariado y hasta un tanto herido ¿Que había hecho mal?

-No lo he olvidado Shaka, incluso me desconcierta que califiques de apego mis sentimientos, cuando claramente he renunciado a ti tantas veces. Lo hice al desertar del santuario, lo hice en la guerra santa y volveré a hacerlo el día de hoy.

El hindú endureció el gesto, Mu tenía razón.

-Creo en todo caso que tú haz olvidado algo importante: Amor y apego son sentimientos opuestos, y yo siempre he sentido amor por ti.

Shaka sonrió, si bien entre líneas lo habían confesado, escucharlo de la boca de Mu era aún más encantador.

-¿Dije algo gracioso acaso?-Mu era bastante sereno, pero en estos instantes se debatía si protagonizar otro enfrentamiento entre caballeros.

El hindú negó con la cabeza.-No, dijiste algo que me hizo feliz, es todo.

Fue entonces que Mu cayó en cuenta de sus palabras, se sobresaltó un poco y desvío la mirada un tanto apenado. Estos gestos se le antojaban de adorables al semidios, jamás lo confesaría, pero los ademanes de Mu podrían considerarse su única debilidad.

Se acercó al lemuriano sin titubeos y suavemente limpió sus lágrimas, para después tomarle el rostro con ambas manos.

-¿Puedo besarte? 

El rubor que se instaló en las mejillas de Mu le hizo sonreír inevitablemente, y lo tomó como una afirmación. Hizo uso de sus manos para acercar sus rostros y el lemuriano dió un respingo al sentir los labios de Shaka conectar con los propios. Fue un roce sutil, tembloroso y dulce que pronto se convirtió en un corto y tierno primer beso.

-Asi que de esto me perdí todos estos años, es una verdadera pena.-Le dijo el rubio con sus manos aún en sus mejillas, sosteniendolo a escazos centímetros de su cara. Mu juntó su frente a la de él como otro gesto de afecto, muy característico de los tibetanos, dándole la razón sin palabras.

-Shaka, debes saber que estoy dispuesto a dar la vida en esta encomienda, y es mi estado actual es muy probable que sea pronto...-susurró aún con su frente unida a la del rubio y las manos de él en sus mejillas.-Ahora es tu turno de déjarme ir.-Le dijo con un hilo de voz.-Dohko, Aldebarán, Milo y Aioria se dirigen hacia el Ygdrassil y debo alcanzarlos...

El mencionado supo de inmediato a qué se refería, era irónico que gracias a la daga que él le entregó podrían estarse despidiendo para siempre. Aún a sabiendas de esto, asintió con la cabeza y le soltó, fue nuevo para él percibir en sus sentidos el querer retenerlo a su lado, pero fue solo una idea fugaz que le recordó su condición humana. 

Por su parte, Mu le sonrió antes de dirigirse a la salida, no quiso mentir y decir una frase banal de despedida como "hasta pronto" o "nos veremos después" así que simplemente salió de ahí, las palabras sobraban cuando minutos atrás sus labios por sí solos lo dijeron todo.


-Que el universo esté a tu favor, mi querido Mu.

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