Programa

No podía creer que estaba ahí, tras el escenario de un estudio de televisión. Era una locura. Primero el acoso en sus redes sociales, las preguntas en las calles y después eso. ¡Demasiada atención para él!

La chica de vestuario y maquillaje le daba los últimos toques a su rostro.

—Podías haber dicho que no.—Habló Leo a sus espaldas y se miraron cuando la chica terminó.

—Nah.—Negó Acuario despreocupado. —Deja de angustiarte.

—No me sorprende que estés tan tranquilo.

—No es la gran cosa, Louis. Solo es una entrevista, o algo así, ¿cierto?

—Cómo tú digas.

—¿Crees que los demás vean?

—Quizás.

—Estás tenso.

—Es mi culpa.—Aseguró cruzándose de brazos. —Te están fastidiando tanto por mi culpa.

—Niño, yo decidí hacerlo y no me molesta todo esto, ¡lo sabes! —Sonrió y le picó la costilla con un dedo, causándole una risilla.—Reír te sienta mejor.

—Basta.—Ordeñó, conteniendo una risa y mirándole serio, alejándose un poco de él. Acuario siguió. — Alec.

Las cosquillas no se detenían y en un intento de escape, Leo corrió por el lugar, olvidando donde estaba y apareciendo en escena antes de lo planeado, solo por unos segundos.

—¡Alec, para! —Pidió riendo como bobo.

—No huyas, cobarde.

Leo resbaló y cayó de senton al suelo, como se sujetó del brazo del otro, este cayó encima suyo, detrás de los sofás individuales del lugar.

—¡Sí!—Chilló divertido Acuario, mientras Leo seguía con sus risas.—Ahora yo soy el de arriba.

—Ya quisieras. —Sonrió.

Se escuchó una exclamación de asombro por parte del publico y ante esto, volvieron a la realidad.

—Sera mejor que te levantes.

—Louis, que amargado eres.

—Alec.

—Bien.—Bufó pero obedeció.

Ambos se pusieron en pie y encararon a la gente sentada frente a ellos y a la presentadora.

—Es una alegría tenerlos aquí, Louis y Alec.—Dijo la chica de unos veintitantos vestida causalmente y de cabello negro y largo.

—Gracias por invitarnos.—Habló cortez el de fuego, sentándose en uno de los sofás.

—¡Sí!—Reafirmó el de aire, siguiéndole.—Nunca había estado en un estudio de televisión. Jamás pensé que vendría a un lugar así.

—Es bueno ver entusiasmo.—La chica se sentó en el tercer sofá, frente a los chicos.—¿Les parece si empezamos?

—¡Adelante!

—¿Cómo se conocieron?

Ambos cruzaron miradas cómplices. Leo hizo un movimiento de cabeza, dejando que el otro diera una excusa, que mintiera por ambos.

—Mi hermano, su hermano y yo somos mejores amigos.—Dijo.—Nos conocimos por eso, ya sabes, yo visitaba su casa y eso.

—¡Oh! Louis tiene hermanos.

—Pensé que ya lo sabrían.

—¡Para nada!

—Sí.—Suspiró Leo cuando ambos le clavaron sus miradas.—Un hermano mayor y uno menor.

—Eso es nuevo.—Afirmó la chica sorprendida. —Y, diganme, ¿tienen la misma edad?

—No, le llevo un año.

—Sip.—Siguió Acuario.— Él tiene veintisiete y yo veintiséis.

—No parece.

—Lo sé, es que me veo más joven.

—Qué divaza.

—Oh no, no sabes como es Louis.

—Mira, yo soy la diva y tú eres la drama queen. —Aseguró Leo. —Así funciona esto.

—La true que sí.

—¿Llevan mucho tiempo saliendo juntos?—Siguió la chica.

Leo arqueó una ceja, su respuesta era afirmativa, pero no sabia cuanto tiempo habían estado saliendo hasta el momento y Acuario, eso poco le importaba, así que tampoco sabia.

—Supongo que sí.—Se encogió de hombros el peli-plateado.—Un par de años.

—Creo que sí.—Agregó el león.

—¿Qué clase de respuesta es esa?

—Es que, no sabemos cuanto tiempo llevamos juntos.

—¿Acaso no les importa?

—No realmente. Mientras sigamos así, da igual si son dos o más años.

El público soltó una exclamación de ternura. La chica dejó escapar risillas, para seguir.

—Bueno, otra pregunta más.—Miró a Acuario.—¿Eres miedoso?

Leo soltó una carcajada sin querer y todos le miraron por un segundo.

—No me hagan caso.—Sonrió.

—No.—Ignoró a su pareja y contestó. —No creo que lo sea.

Y de pronto, un sujeto, vestido de banana apareció de una caja que simulaba un mueble, colocado intencionalmente junto al sofá de Acuario, salió por sorpresa, intentando asustar al chico. Este solo le miró divertido.

—¿Qué mierda?—Rió.

—¡Era para que te asustaras!—Chilló la entrevistadora.

—Oh, oh. Hagamos como que no pasó nada e intentalo de nuevo.

El sujeto regresó a la caja, para hacer lo mismo, asustar al signo.

—¡Azopotamadre!—Exclamó Acuario de manera exagerada, levantándose de un salto.—Me cague.

Se sentó en el regazo de Leo y sus brazos le abrazaron por el cuello. Fingía estar asustado y estar en problema. Parecía una muy mala parodia.

—Oh, que me da un infarto.

—Lo estas disfrutando, ¿verdad?—Gruñó Leo.

—Uf, pero claro que sí. —Sonrió burlón, dejando de lado su actuación.

—No seas ridículo y sientate allá.

—Sientate en es...

—Alec.—Le cubrió la boca.—No seas vulgar, estamos en televisión.

Le apartó la mano y Acuario hizo un puchero infantil. Leo señaló el otro sofá con sus orbes amarillos, pero el contrario no se movía, se cruzó de brazos como si hiciese un berrinche.
—Alec. No tienes seis años. —Bufó.

Viendo que el chico no parecía querer hacer caso, lo cargó en brazos, se levantó y lo dejó caer en el asiento de manera estrepitosa.

—Ignorando al amargado de Louis.—Acuario se dirigió a la muchacha.—Continuemos.

El lugar se lleno de varias risas. La chica miró sus notas antes de seguir.

—Ah, sí. —Dijo animada.—Tenemos planeada una actividad divertida.

Un chico del staff apareció y le entregó dos pizarrones pequeños con sus respectivos plumones borrables, que después se entregaron a los signos.

—Yo les haré situaciones hipotéticas y ustedes escribirán quien es más propenso a ellas, o quien ya ha pasado por éstas.

—Vamoh a darle.—Le apoyó el peli-plateado.

—Genial.—Se aclaró la garganta con dramatismo exagerado y finalmente, leyó la nota.—¿Quien es más propenso a llamar borracho al otro?

La pareja escribió. La chica les indico que mostrarán lo escrito. La pizarra de Leo decía "Alec", mientras la de Acuario decía "Pollo".

—¿Pollo?—Cuestionó la chica.

—Pues sí, po yo. Lo que se ve, no se pregunta, mija.

—Sin duda.—Rió Leo.—Me ha mandado mensajes, audios y me ha llamado borracho.

—Tampoco es para tanto.

—¿A no?

Acuario negó efusivamente con la cabeza y ante eso, el de fuego sacó su celular del bolsillo. Buscó un instante y finalmente encontró un audio reciente. Al ver lo que hacia, otro chico de staff le entregó un micrófono inalámbrico.

—Escuchen esto.—Dijo y dio play.

—¡Hola!—Se escuchó la voz torpe de Acuario proviniendo del móvil.—¿Está grabando esta shusha? ¡¿Me escuchas?!... Ah que pendejo, ni que me fueras a responder.

—¿Qué haces, canoso?—Sonó la voz de Sagitario al fondo.

—Abriendo la cámara de los secretos. ¿Estás ciego o qué?

—¡Estás ligando!

—¡Con tu hermano! ¡Oh!

—Pues sí, ¿no?

—Pos sí. Mejor cuida al bobo del hippie.

—¡Dile que venga por nosotros!

—¿Oíste? Que quiere que te vengas. —Rió torpemente ante su chiste obsceno.—No, ya, neta. Ven por nosotros, el hippie está dormidito, el negro ya se prendió y yo, ¡Y yo estoy aquí, borracho y loco!, y mi corazón idiota, ¡siempre te amará!

—¡Y yo te amaré! ¡TE AMARÉ POR SIEMPRE!

—No se que sigue.

—Yo menos. Dile donde estamos, subnormal.

—¡En tu corazón! Eh... Pues estamos en el bar de siempre, de toda la vida, de la laif. Donde casi me liga un transgénero, do babes.

—¿Qué piensas al respecto Yubarta?

—Ajá, se mamó. —Habló Géminis aun adormilado.

—Oye, gatito.—Siguió Acuario con voz infantil.— Ven pronto, no es que me sienta muy bien que digamos y me preocupa el rubiecito.

—¿Todavía sigues con el novio?

—Sí. Es qué, ¿lo has visto? O sea, cabrón, está más bueno que el pan. ¡Tiene unas nalgas de oro!

Güey. Sí lo he visto, no mames, conozco al shabon desde que somos mocosos. ¡Obviamente sé cómo es!

—¡Tienes celos! ¡Mi novio es divino, guapo, sexy! Eh... Me hacen falta adjetivos...¡Es jodidamente suculemto! Y no puedes negarlo.

—Que perro asco. Sí puedo negartelo, ¡ni soy gay, ni me gusta el incesto! Gracias.

—Y el marica soy yo.

—Pos sí, ¿no?

—Pos sí. Bueno, bueno, ya deja se lo envió.

—¡Pensé que era llamada...!

El audio termina y el lugar estalla en risas. Leo mira con prepotencia a Acuario, quien no hace más que preguntarse cual vez fue aquella.

—¿Decías?—Cuestionó burlón.

—¿Seguro que estaba borracho?

—¿Qué otra cosa ibas a estar haciendo a las tres de la mañana en fin de semana con ellos?

—Oye, no lo sé.

—Tengo otro, espera. —Comenzó a buscarlo.—Fue cuando estaba en Noruega.

—¡Men!—Exclamó el Acuario de la grabación.—Te extraño, do babes. ¿Cuando vuelves? Creo que me volví impotente en todo el rato que has estado allá. ¿Qué tal los noruegos?, ¡quiero verlos! Oye we, we, acercate más we, un poco más we, tengo sueño we. ¿Qué hora es allá? Aquí son las chupas. No, mentira, son las dos de la madrugada. Ando tan borracho que casi me como una araña, te contaré después, si me acuerdo. Oie, una chica trató de ligarme, hasta que le dije que me gustan los mashos. ¿Qué tan gay tengo que ser para que las chicas no me coqueteen? ¡¿Me pongo un cartel en la cara o qué?! ¡O quizás deba vestirme con ropa de puta barata! ¿Me prestas tu ropa?...

—Son dos horas de tontería y media. —Admitió el león deteniendo la reproducción.

Acuario se rascó la mejilla con una pizca de vergüenza, notandose en su sonroso que se asentó en sus mejillas. El contrario le miró ligeramente sorprendido, no es como si le viera de esa forma muchas veces, pero no dejaba de parecerle un poco adorable.

—¿Te apenaste?—Le miró divertido, picándole la mejilla con el dedo índice.

—Un poco. —Leo le tomó le rostro con una mano y le obligó a verlo. Acuario fruncio el ceño.—Quita esa jodida sonrisa de tu cara.

—No.

El peli-plateado le sacó la lengua de manera infantil y se apartó al otro chico.

—Vas a dormir en el sillón.—Dramatizó de brazos cruzados.

—Ni dormimos juntos.

—Pues ahora menos. Sigue.

—Bueno.—Rió la chica.— ¿Quien es más propenso a ser detallista?

Los dos se miraron y escribieron. En las dos pizarras decía "Ambos".

—¿Quien es más propenso a tener celos?

Mientras Acuario reía como villano, se dispuso a dibujar un león en su pizarra. Leo gruñó por lo bajo y no tuvo otra opción que escribir "Yo"

—Cierra la boca.—Espetó el de fuego una vez mostraron lo escrito.

—Acuerdate de Peter.—Sonrió malicioso.

—Vuelve a mencionar a tu ex, te reto.

—Ay.

Ante la mirada intensa de color amarillo, prefirió guardar silencio y no tentar a la suerte.

Varias preguntas siguieron. El público reía ante las reacciones de la pareja, o soltaba exclamaciones de ternura. Luego de eso, algún rato después, la chica les invitó a ponerse de pie. Le tapó los ojos a Acuario con una venda, mientras que a Leo lo mezclaba con otros chicos, detrás de un muro improvisado de  cartón, con orificios donde se mostraban una de sus manos. Cuando al peli-plateado se le permitió ver, no pudo contener una risa ante la idea. Tenia que buscar a Leo.

—Por favor.—Dijo con tono diva, pasando su mano por el cabello.—¿Por quién me toman?

Miro a todas las manos y finalmente, se acercó a una en especial. La sujetó y este correspondió al agarre.

—¿Crees que no te reconocería?

—Por supuesto qué lo harías.

—Incluso sin el anillo que te dio Alcander.

—Que raro que te pongas cursi.

Sh...—Miró a la muchacha.—Es este, reconocería su mano de pajero donde fuese.

Leo le pellizcó la mano, sacándole un chillido.

Al finalizar el programa, la presentadora agradeció la sintonización del público y la presencia de los signos. Y para el broche de oro, Acuario le plantó un beso rápido a Leo, antes de marcharse, seguido del otro, dando así, el cierre.

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