Flores

Todos estaban paseando por el parque cercano a su hogar, puesto que estar todo el tiempo en lugares cerrados, puede ser exasperante y ayuda a que algunos de los signos descarguen toda su energía en aquel lugar incluso más amplio que su patio.

Mientras los dos varones de aire, junto al azabache, jugaban por ahí, correteandose como perros y gatos, Virgo caminaba por el lugar, sujetando de la mano a Capricornio, pues no era apropiado dejar a un menor sin atención adulta. Frente a ellos, andaban uno junto a otro, Tauro y Piscis, quienes conversaban tranquilamente sobre algo banal; iban varios pasos adelantados.

En cierto punto de la caminata, Tauro se detuvo a admirar unas florecillas. Eran azul violáceas, pequeñas y formaban esferas curiosas estando todas juntas. Piscis le imitó, parecía emocionada pues las flores eran tan lindas, desde su perspectiva.

—Me gustaría mucho tener unas en casa.—Aseguró la chica de agua, justo cuando los otros dos signos de tierra se acercaban al sitio.

Capricornio le miró, como comprendiendo aun lo dicho. Volvieron a las andadas, dejando atrás a las flores.

Al volver a casa, antes de que Tauro entrara a su habitación, sintió un jalón en su playera, por lo que se giró, encarando al menor de la casa de tierra. Se acuclillo, acomodandose a su altura. El castaño llevó sus manos al dobladillo de su camisa en un gesto de vergüenza, evitando cruzar miradas con el mayor.

—Dime.

—¿Puedo pedir algo?

—Por supuesto.

Al escuchar lo deseado por su hermano menor, el toro sonrió con ternura.

***

Piscis estaba en su cuarto, arreglando la ropa en los cajones de su armario, hasta que llamaron a la puerta. Sin ningún problema, fue y abrió, bajando la mirada al encontrarse con Capricornio, pero por muy poco. El chiquillo escondía algo en sus espaldas, lo que mantenía sus manos quietas y no podía tronar sus nudillos.

—¿Qué pasa, Capri?

El infante pareció dudar un segundo, hasta que al fin, mostró el objeto. Extendió una pequeña maceta color cobre, con tierra y unos pequeños brotes de flores color azul violáceo. Piscis las miró con cierta confusión, hasta que entendió que se las estaba obsequiando.

—Gracias.—Sonrió ella con genuina emoción.—Son preciosas, Capri.

El castaño asintió, desviando su mirada tornasol y tronando sus dedos con vergüenza. Logró ver la sonrisa complacida de la chica y supo que valió la espera, el haber cuidado de esas flores durante meses solo para verla alegre.

El signo de la cabra se marchó, pues Tauro le estaba llamando, así que la chica se devolvió a su pieza, dejando la pequeña maceta sobre su tocador, mirando las flores como enamorada.

"—Son Agapantos. Significan las flores del amor. Ya sabes, por ágape, y eso. Creo que son mejores para profesar su amor a alguien que las rosas rojas."

Es lo que había explicado Tauro aquel día en el parque y como ella era una romántica empedernida, quería una de éstas en su hogar.

Era adorable pensar que su pequeña cabrita había aparecido con ellas en mano para regalarselas como si nada. Probablemente no sabia lo que eso significaba realmente para ella. Pero era tan magnifico que soltó un chillido de ternura a la par que se sonrojaba cubriendo su cara con ambas manos.

*¿Desean algo en especial o les parece hacer preguntas a los genderbender de los signos? El spin-off con "PO" está en proceso.

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