Extra 12

Cómo reaccionarían a "¿Puedo besarte?" las diferentes parejas canónicas?

♈♋

Salió de su habitación, lista para ir en dirección a su trabajo, sin embargo, se detuvo al inicio del pasillo, justo en la unión de la escalera. Ambos se miran, él parecía querer decir algo.

—Cáncer.—Dijo al fin.—¿Puedo besarte?

Su voz sonaba segura y parecía anhelar lo que pedía. La chica sintió la sangre subir a sus mejillas y tragó en seco.

—Sí. —Dijo con voz calma al tiempo en que asentía.

Dado que ella se encontraba un peldaño arriba que Aries, no era necesario que este se encorvada para alcanzarla. Sus manos se dirigieron a la cintura, mientras su rostro se acercaba peligrosamente al de ella hasta que sus labios se unieron en un cálido beso. Al separarse, se dedicaron una mirada.

—Ten buen día. —Dijo él.

—Tu también, teñida.—Sonrió.

***

Respiro hondo antes de entrar por la puerta de la habitación del chico. La miró un segundo antes de terminar su partida. Dejo el control en la cama, se acerco a Cáncer y le observo dudoso pues estaba ansiosa o algo así.

—¿Que te pasa? ¿Ocurre algo?

Ella negó y titubeo un segundo si hablar o no.

—¿Puedo be-

Fue genuinamente interrumpida. A penas él escuchó las primeras sílabas y al ver su adorable cara llena de pena, se lanzó a besarla. El gesto fue correspondido sin dudar. Podía hacerlo, podía besarle, pero era diferente si se trataba de preguntar directamente, jamás lo había hecho antes. Se sentía tan bien y por un segundo, nada importó. Se separaron y él sonrió.

—No tienes que preguntarme, idiota.— Aclaró y ella le golpeó.

♌♒

Se encontraban conversando tranquilamente en el patio trasero, disfrutando el clima agradable para ambos. Leo rió antes de poner una postura más coqueta, sacando un poco de lugar a Acuario.

—Puedo besarte ¿no?—Sonaba más como una afirmación a una pregunta.

Acuario soltó una carcajada estruendosa antes de fingir una postura sería.

—No.—Negó

Una sonrisa burlona nació en su rostro cuando el signo de fuego alzo una ceja con cierto toque ofendido.

—Cómo sí me importara.—Afirmó el modelo.

—Esa es mi linea.

Tomó el rostro del signo aire y unió sus bocas en un beso apasionado, quitándoles el aire con rapidez.

***

Acuario no se molesto en preguntar sí se le permitía aquello. Se ahorró las palabras y paso directo a la acción. Sus brazos se enrollaron al rededor del cuello de Leo y con un beso divertido, fue suficiente para transmitir lo que quería.

♑♓

Tenia que intentarlo, aunque fuese una vez ¿Acaso es un cobarde? No, pero le causaba inmensa vergüenza hacer aquello. Por octava vez en un minuto, trono sus dedos antes de acercarse a la chica.

—Oye, Piscis.

Se giró para encararlo.

—¿Que pasa?—Preguntó. —¿Necesitas algo?

—No, no. Yo me preguntaba.—Le escucho respirar nervioso. Podía imaginárselo nervioso y lo adoraba. —¿Puedo besarte?

Su cara se tiñó de rojo con la "mirada" de ella encima suyo. Ella se sonroso.

—Sí. —Sonrió tímida.

Se acercó a su cara. A unos cuantos centímetros, comenzó a titubear por culpa de la pena, pero lentamente unió sus labios. Suavemente, como si ella pudiera degastarse, como si fuera algo preciado.

Ella sintió el calor del rostro de él, gracias a su sonrojo. Añoraba poder verle avergonzado, pero ahora solo podía imaginarlo.

Se alejaron con rapidez.

***

Imaginemos que Piscis puede ver

Se animó a si misma, entregándose todo el valor que requería. No era la gran cosa pero quería hacerlo, por ella y por él. Después de todo Capricornio no es bueno con estas cosas.

—Capri.—Ambos se miraron. Ella le hizo una seña para que se acercara, cosa que hizo. Comenzó a titubear.—¿Puedo, ya sabes, besarte? Aunque esta bien si no quieres.

Se sorprendió un poco. La admiró por completo; jugaba con sus dedos y tenia la cabeza gacha, mirando el suelo con inquietud. No sabia que responder. Lo mejor que se le ocurrió fue lo que hizo. Se inclinó un poco para que ella pudiera alcanzarle, cerro los ojos y espero.

Piscis le miró un segundo con confusión. Dudó, pero al darse cuenta que era lo que él le decía sin palabras, rápidamente enrojeció. Comenzó a tartamudear cosas incoherentes y al final, lo hizo. Con rapidez, le dio un beso pequeño en los labios, como sí le estuvieran apresurando. Sin embargo, fue dulce.

♐♍

La puerta se abrió con brutalidad, de manera abrupta y sonora. Ella miro asustada la entrada, cruzando miradas con el azabache.

—¡Virgo!—Canturreaba.—¿Puedo besarte?

Él esperaba una respuesta negativa, pero fue una reacción diferente. Ella tenia los pómulos rosas y desvió la mirada hacia otro punto, nada salio de su boca y lo tomo como una afirmación.

Casi corrió donde ella, le tomo con una mano el mentón y la obligo a mirarle. Sonrió encantador y sin pensarlo dos veces, le beso. Un beso largo y duradero. Ella torpemente respondió a la acción, llevando sus manos a los costados de él. No sabia cómo hacerlo pero no importo.

***

Ambos estaban en el sofá. Ella leía y Sagitario veía la televisión. Dejó de procesar las palabras y miro de reojo al chico, luego medito un segundo y finalmente abandonó el libro sobre la mesa de la sala. Se acomodo un poco en dirección a él y hablo.

—¿Puedo...besarte?

Se obligó a no desviar la mirada y observó la reacción del chico. Este dejo de prestar atención al programa y con los ojos abiertos de para en par, le miro. Sonrió animado.

—¿Que?—Cuestionó Sagitario.

—¿Puedo besarte? —Exhaló.

Lucia como un cachorro animoso e inquieto, con ojos brillantes y suplicantes.

En respuesta, él se abalanzó sobre ella, cayendo ambos contra los cojines del sofá. Le besó una y otra vez, sin detenerse un segundo, por otro lado ella trataba de detenerlo y separarlo de sí. No era lo que esperaba, pero se sentía igual de bien. Se resignó y aceptó cada uno de los besos. Él se alegró inmensamente al escuchar a ella preguntarle aquello, pues no es esa clase de chica. Le quería transmitir todo lo que sentía.

♊♎

Pintaban las paredes de la habitación perteneciente a Géminis. Conversaban sobre todo y nada, hasta que la plática tomo un curso inesperado.

—Entonces ¿Puedo besarte?—Habló coqueta Libra, dándole un golpe pequeño al chico en las costillas.

Aturdido por las palabras, el chico se detuvo y después, se cubrió la cara con la mano libre, ocultando su notorio sonrojo que llegaba hasta el cuello. Asintió en silencio. Alegre de la pregunta, miró nuevamente a la chica y vio cómo ella reía enternecida.

Se paro de puntitas para alcanzar los labios de él. Ella sonreía mientras el mayor solo enrojecía cada vez más, de ser posible. Era tan tranquilo y elegante. Era demasiado para él.

Cuando se separaron, el mayor volvió a cubrirse el rostro, evitando que ella le vea sonreír cómo estúpido por la emoción que sentía del gesto.

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