Capítulo 001

Presente.

Las mañanas en Tokyo son ruidosas, muchas personas caminan por las calles con poco espacio entre ellos debido a la gran cantidad de personas y el ruido de los motores de cada transporte público llena el espacio. El cielo azulado de la mañana apenas se puede apreciar gracias a la contaminado dejando un color más opaco y grisáceo, hace muchos años era incluso más claro, más brillante.

Kenma recuerda ese cielo azul brillando gracias a la luz del sol, era una hermosa vista cuando querías ignorar el horrible alrededor, Kenma extraña ese cielo.

Ahora se encuentra entre toda la muchedumbre con un café desabrido para su agrado, preguntándose en cómo lograron sacarlo de su cama tan temprano. Cuando recibió seis llamadas seguidas de Daichi pensó que se había equivocado de persona para llamar tan temprano, sin embargo, a la séptima se dio cuenta que quizás no era una equivocación. Según Daichi, el General había solicitado que él, Daichi, y Kuroo se encargarán del problema
Presente.

Las mañanas en Tokyo son ruidosas, muchas personas caminan por las calles con poco espacio entre ellos debido a la gran cantidad de personas y el ruido de los motores de cada transporte público llena el espacio. El cielo azulado de la mañana apenas se puede apreciar gracias a la contaminado dejando un color más opaco y grisáceo, hace muchos años era incluso más claro, más brillante.

Kenma recuerda ese cielo azul brillando gracias a la luz del sol, era una hermosa vista cuando querías ignorar el horrible alrededor, Kenma extraña ese cielo.

Ahora se encuentra entre toda la muchedumbre con un café desabrido para su agrado, preguntándose en cómo lograron sacarlo de su cama tan temprano. Cuando recibió seis llamadas seguidas de Daichi pensó que se había equivocado de persona para llamar tan temprano, sin embargo, a la séptima se dio cuenta que quizás no era una equivocación. Según Daichi, el General había solicitado que él, Daichi, y Kuroo se encargarán del problema. Kenma realmente odia ser despertado por las llamadas por problemas que otros podían arreglar, después de todo tenia prohibido utilizar al completo su irregularidad. ¿O bendición? Realmente a Kenma no le importaba la definición que la sede tenía para ellos, incluso si algún día lo llamaban extraterrestre; para Kenma eso no tiene nada de importancia.

"¿Alguna persona sospechosa?" pregunta Daichi en su oído, a lo que Kenma apenas registra mientras toma un sorbo del horrible café que le han dado en esa cafetería.

"No veo nada" responde Kuroo, también en su oído mientras Kenma finge estar escuchando música "Tristeza, estrés, felicidad, lujuria... nada más que eso"

"¿Entonces el ataque era falso?" pregunta Daichi de nuevo, confundido.

"Según las pistas que Kiyoomi nos entregó se supone que alguien entraría por esa puerta al mediodía y explotaría junto a esta cafetería" Kuroo parece estar leyendo el informe que les entregaron a ellos tres, pero el cual Kenma no se molestó en leer.

"Kiyoomi no se equivoca, algo estamos olvidando..." dice Daichi pensativo "¿Kenma?"

Kenma sigue toma asiento junto a la ventana calmado.

"¿Tú ves algo?"

Kenma toma otro sorbo haciendo una mueca, mirando brevemente a su alrededor mientras baja la taza. Si Kuroo no era capaz de divisar el color del sospechoso, probablemente la persona estaba actuando demasiado relajado o triste lo suficiente para no levantar sospechas entre ellos, lo cual no es extraño pese a que no hace mucho fichas de ciertos integrantes de los Dotados, y desafortunadamente el regalo de Kuroo. Nadie sabe exactamente cómo realmente se filtró la información, solo saben que desde ese momento han comenzado a estar las cosas tensas entre los "Protectores".

Kenma los detesta.

Los dichos Protectores solamente existen para vigilarlos las veinticuatro horas del día, haciéndoles preguntas específicas sobre lo que ha realizado durante el día para después comparar las respuestas con los reportes que los Jefe de Grupo de cada grupo de dotados entrega. Según los Protectores, alguno de los Dotados fue quien ha comenzado a confabular en su contra y pretende arruinarlos. Después de aquel incidente, la paranoia ha consumido a los altos mandos.

Kenma sin darse cuenta parte del removedor entre sus manos.

"Cabello castaño, hombre, lleva un hoodie amarillo, riéndose con la anciana que le llevó un pastelito" murmura Kenma tratando de unir la el palito del café en su mano, pero es inútil. A veces se le olvida lo fácil que puede perder los nervios, cuando recuerda cosas que se supone viven detrás de su cabeza bajo llave.

"¿Él...? No veo nada hostilidad, de hecho, parece demasiado triste" habla Kuroo desde su lugar dentro del café hablando a la pantalla de su laptop, como si estuviese en una reunión.

"Es él" murmura Kenma caminando al bote de basura dejando caer el removedor, mirándolo con demasiado interés en verlo caer.

"¿Kenma, no habrás usado tú...?"

Kenma chista también tirando el café.

"No, no lo he usado" Kenma lleva una mano a la parte trasera de su cabeza como si ardiese, pero la piel allí es fría por el clima "Y si lo intentase probablemente mi cabeza ya estaría explotando"

"¿Entonces?" Insiste Daichi, preocupado.

"El chico ha revisado tres veces su teléfono, pero no parece estar recibiendo ningún mensaje, ha estado mirando a los lados con un disimulo menos entrenado, una de sus manos baja cada dos minutos para tocar algo dentro de su hoodie" Kenma en tono aburrido mira el cielo hacia el edificio donde sabe que Daichi está observando "Estaba ansioso por hablar con alguien y aprovecho a la pobre anciana, faltan un minuto para el mediodía. De todas formas es una suposición, saben que no me importa si esa cosa explota"

"Ow, Amethyst es tan encantador" dice Kuroo dulcemente burlándose claramente de Kenma, quien odia su apodo.

"Solo hagan lo que tengan que hacer para que yo pueda ir a casa a dormir" gruñe Kenma caminando para posicionarse junto a la gente que cruzará la calle.

El sonido del semáforo comienza a cambiar dando paso finalmente a todos los peatones, Kenma apenas ha dado un paso cuando distingue el sonido de algo disparándose, pero el ruido de la gente es mayor a eso, incluso las bocinas de los autos ocultan el ruido que Daichi, o como le gustan llamarlo Falcón, ha hecho para eliminar al objetivo sospechoso. Kuroo quien se había acercado al joven fingiendo conocerlo, se sienta junto a él abrazándolo justo cuando la cabeza del chico cae inerte en su hombro. Nada ha cambiado para nadie, más que un agujero en el vidrio de esa tienda que pocos notarán, la vida de nadie fue alterada y pocos sabrán lo que han hecho.

Otro día aburrido.

[...📌...]

Hay ventajas en ser uno de los más famosos entre la sede de los Dotados, por ejemplo, la mayoría no se te acerca porque los cargos más altos les enseñan que hay niveles que respetar y que por ende, no deben dirigirse a Flourite. Se considera una falta si alguno de ellos pasa la línea y podrían ser castigados severamente, así que, podría decirse que a Kenma le agrada que lo alejen de todos. Es decir, si pusiera obviar el hecho de que muchos lo ven de lejos como un ejemplo a seguir, cuando está realmente lejos de serlo.

Llegar a la sede cada día para reportarse sigue siendo un dolor en el culo que le gustaría saltarse, pero ni siquiera por su puesto le permiten hacerlo. Sin embargo, su sesión de preguntas es interrumpida cuando unos tacones de aguja golpean con fuerza el piso, abriendo la puerta sin ningún ápice de educación. Kenma ya la había escuchado con el ferroz ruido del pasillo, pero quien parece sorprenderse es su Protector, quien se lleva una mano al pecho.

"Por Dios, Saeko te hemos dicho que toques la puerta" su protector, Kenzo, regaña poniéndose de pie "Estoy entrevistando al monstruo que me pone de nervios, y tú vienes aquí a darme ese tipo de sustos"

"Escucha, en primer lugar, te he dicho que no los llames así" Saeko entra con confianza hasta acercarse a ellos, mirando la habitación verdosa con poca iluminación "Qué horror, en la encuesta anual siempre recomiendo dar otro diseño a estas horribles salas. Ugh, no me quiero ni imaginar la Central"

"Señorita Saeko, no es por ser grosero, pero ¿podría irse de aquí?"

Saeko se gira a ver a Kenzo quien se encoge en su haciendo cuando la mirada de la mujer lo observan con una ceja levantada, analizándolo. Kenma quiere burlarse del tipo que estuvo hace no muy poco amenazando con explotar su cabeza si algo no concordaba ahora estaba siendo intimidado por una mirada de la señorita Saeko.

"Voy a irme con este muchacho de aquí" señala la rubia a Kenma quien se pone de pie. Cualquier oportunidad de saltarse este proceso no lo desperdiciaría de ninguna manera.

"¡Aún no hemos terminado!" rechina Kenzo señalando las diez páginas de preguntas, apenas habían completado cinco.

"Que lástima" responde Saeko con falso pesar "Me temo que Amethyst tiene asuntos más importantes, además son órdenes directas de Nekomata"

La mirada de Kenzo cambia al igual que la de Kenma, ambos observan a Saeko confundidos. Rara vez Nekomata hacia presencia en la sede, pocas veces se relacionaba directamente con ellos. Kenma lo ha frecuentando dos veces en la vida desde que llegó a ese lugar, en una de ellas la pequeña mano de Kenma estaba siendo sujetada por alguien más, y en la segunda se habló de esa misma persona que se aferró valientemente a su mano aquella primera vez, solo que en esa segunda vez la mano de Kenma estaba vacía.

"¿Pasó algo grave?" pregunta Kenma tratando de empujar los recuerdos de su cabeza.

Saeko asiente.

"Ya llevé a los otros a la sala de juntas, pero hay algo grande pasando que requiere la presencia de Flourite" Saeko vuelve a mirar a Kenzo "¿Escuchaste? Flourite, ellos son los héroes de esta ciudad, así que deja de llamarlos de forma despectiva o te juro que le diré a Nekomata"

Kenzo presiona sus labios en una línea fina claramente disgustado, pero Saeko apenas le presta atención girándose para salir de la habitación con el sordo sonido de sus tacones resonando. Kenma la sigue sin molestarse en disculparse por irse, quizás en otro momento oo habría hecho, pero Kenzo era honestamente un hombre detestable.

Kenma guarda su distancia de Saeko quien avanza con agilidad por los pasillo, luce demasiado confiada de si misma, pero Kenma puede observar como sus hombros parecen estar temblando ligeramente, una de sus manos parece querer cerrarse en un puño y la respiración contenida hasta que llegan al ascensor. Ella finge que es por los tacones que le han cansado, pero sus ojos dicen otra cosa, aún así, Kenma no lo menciona y finge no haber visto ningún detalle.

Cuando han llegado finalmente a uno de los pisos más altos, Kenma es recibido por los trabajadores de ahí con una sonrisa incómoda y despectiva, a lo cual está acostumbrado. Gracias al eslogan de: "Unidos por los Regalos" con un horrible isotipo de una mano sosteniendo con fuerza la llama qué representa a los Dotados, los trabajadores regulares creen que tienen poder y superioridad sobre los "fenómenos" debido a que la mayoría está controlada. Por ejemplo, la mayoría de ellos tienen un chip en la nuca como un recordatorio de que el poder sigue siendo del Gobierno, y por ende, la gente normal piensa que también tienen el poder.

"Adelante, yo me quedo aquí" dice Saeko una vez han llegado a las grandes puertas, Kenma solo la mira de reojo antes de agradecer entre dientes "Y... oye, sé que ustedes son muy reservados, p-pero si alguna vez necesitan en quien apoyarse, yo... yo estaré ahí, soy buena escuchando"

Kenma la observa confundido: "¿Tienes permiso para eso?" pregunta el de cabello teñido. Saeko le da una sonrisa tensa, pero amable.

"Bueno..." Saeko baja la mirada unos segundos antes de mirarlo "No, pero... si no me delatan, yo tampoco lo haré"

Kenma solo la observa en silencio antes de asentir y seguir adelante, tocando la puerta dos veces hasta escuchar la voz que le permite entrar. Una vez las puertas se abren puede ver a los miembros de Flourite reunidos en la mesa, los pares de ojos se giran a mirarlo, lo cual no ayuda a la incomodidad del ambiente. Kenma camina lentamente hasta llegar al señor Nekomata, y colocarse en una rodilla con la cabeza abajo con dos manos en su corazón, tal como le habían enseñado.

Sé cortés, muestra lealtad, deja de lado tu humanidad, eres un objeto útil. Recuerda ante todo mostrar sumisión a tus altos cargos. Sin ellos no vales nada.

"Gracias por honrarnos con su presencia, estoy a su entera disposición" repite Kenma monótono y sin vida, tal como una máquina, un objeto sin vida.

"Levántate, chico, no me gustan esas cosas"

̶L̶o̶ ̶d̶i̶c̶e̶ ̶p̶a̶r̶a̶ ̶s̶e̶n̶t̶i̶r̶s̶e̶ ̶b̶i̶e̶n̶ ̶c̶o̶n̶s̶i̶g̶o̶ ̶m̶i̶s̶m̶o̶,̶ ̶a̶l̶ ̶i̶g̶u̶a̶l̶ ̶q̶u̶e̶ ̶l̶o̶s̶ ̶d̶e̶m̶á̶s̶ ̶a̶l̶t̶o̶s̶ ̶m̶a̶n̶d̶o̶s̶,̶ ̶a̶d̶o̶r̶a̶n̶ ̶v̶e̶r̶ ̶e̶l̶ ̶p̶o̶d̶e̶r̶ ̶q̶u̶e̶ ̶t̶i̶e̶n̶e̶n̶ ̶s̶o̶b̶r̶e̶ ̶n̶o̶s̶o̶t̶r̶o̶s̶ ̶.̶ ̶

Kenma se pone de pie haciendo una breve reverencia esperando la indicación.

"Ve y siéntate, quiero hablar sobre algo muy importante" Nekomata camina lentamente hasta tomar el asiento en la cabeza de la mesa "Lamento que sea de improviso, también fui informado con poca antelación"

Daichi se aclara la garganta: "Perdone que intervenga, pero ¿podría decirnos qué ha sucedido?"

Kenma toma asiento al mismo tiempo en que Nekomata toma el suyo con un control remoto en la mano, apagando las luces dejando que la pantalla en el centro de la sala de reuniones se encienda.

"Verán, hemos estado recibiendo alertas de supuestas interceptaciones sobre los equipos que reclutan gente con regalos" explica Nekomata "Ya saben, Dotados, lastimosamente parece que solo eran para monitorear a quienes iban dentro"

"¿Cómo es que esto no se nos informó? Pudimos haber ayudado" dice Kuroo para si mismo, pero Nekomata lo escucha.

"Según la gente y el General de sede, dijeron que podrían solucionarlo ellos mismos debido que se pensaban que los atacantes eran humanos" Nekomata niega con la cabeza "Se sugirió incluirlos desde el inicio, pero lo negaron porque pensaron que iban a complicar las cosas y no querían que los nuevos Dotados se relacionen con ustedes"

Claro, nuevamente, exclusión.

"Esta semana se tenía planeado transportar a los Dotados nuevos a esta sede, pero eso era completamente falso" continúa Nekomata "Alguien nuevo para el equipo Flourite era transportado"

"¿Qué?"

"¿Cómo es que no supimos de eso?" pregunta Kiyoomi con el ceño fruncido.

"El General no cree que sea algo que debamos de contarles" responde Nekomata tranquilamente "Así que, se mantuvo en totalidad secreto que está nueva persona sería el reemplazo de Firefly"

Kenma levanta la mirada esta vez mirando hacia Nekomata quien no parece perturbado por la fija mirada de los miembros de Flourite, incluso si sus rostros están entrenados para no revelar emociones, era palpable el disgusto de todos en la mesa. Pueden ocupar un nuevo espacio, pero nunca reemplazar a Firefly.

"Entiendo que no les guste como suene, pero así es como lo habían planeado" Nekomata selecciona el botón del control remoto finalmente mostrando la foto de un joven. Cabello negro, lacio, ojos oscuros, rostro vacío ojeroso.

No es nada parecido a Firefly.

Él nunca sería Firefly.

"Como saben las irregularidades son diferentes para cada cuerpo, pero se estuvo buscando mucho el mismo elemento de Firefly qué mostrase la misma fuerza para usarlo" continúa Nekomata mostrando otras imágenes, esta vez el chico está manipulando el fuego entre sus dedos "Ven, no es la misma fuerza pero se planeaba seguir formando su especialidad"

Kenma trata de respirar pausadamente.

Calma.

"Akira Kunimi era el nuevo Firefly" Nekomata avanza hacia otra imagen mostrando el fuego en el chico Akira Kunimi en sus brazos "Pero todos esos planes se fueron al carajo cuando el transporte en el que se encontraba fue interceptado"

"¿Está vez lo lograron?'

Nekomata niega con la cabeza.

"No es que esta vez lo hayan logrado" Nekomata se cruza de brazos pensativo "Está vez quisieron hacerlo, porque dejaron rastros para demostrar que pueden atacar en cualquier momento"

"¿Con qué propósito...?" se pregunta Daichi en murmuro.

"Y eso es lo que ustedes averiguaran, queremos que se investigue la desaparición de Akira Kunimi" Nekomata se pone de pie mirando a todos en la mesa "Y mayormente, encontrar a los culpables de este secuestro"

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