Los trozos

Holis~

¿Me extrañaron? 😊 

-Aquí es- asintió Brain. Habían estado corriendo por unos segundos, deteniéndose frente a una gran puerta de madera. La coneja apoyo sus manos contra la madera, empujando y bufado anotar que la puerta no se abría. -Cerrado- gruño.

-Permiso~- Crazy se adelanto con una gran sonrisa, cerrando el puño y levantando el brazo, golpeando con fuerza la puerta y logrando derribarla. -¡Listo~!- rio, ignorando las miradas sobre su persona. Vieron hacia dentro, notando que era una simple habitación con una mesa metálica en medio y algunos grilletes en las paredes, una coneja de pelaje fucsia acuclillada frente a una caja que estaba cerrando lentamente.

-¡Si vinieron!- sonrío, levantándose y acercándose, sonriéndoles con cariño puro. Camino directo hacia Mug, dándole una rápido beso en la mejilla y riendo al ver que él se sonrojaba.

-Tienes una admiradora, ¿eh~?- sonrío Cup con diversión.

-C-Cállate- murmuro Mug con las mejillas rojas y desviando la vista, intentando ignorar la risa de su hermano.

-¿Como llegaste aquí?- Oswald frunció el ceño, confundido. -Te vimos ser arrastrada por esas...cosas- hizo una mueca.

-Unos personajes de "Mundo Otaku" pasaron por aquí- ella sonrío enormemente.

-Mundo...¿qué?- los toons las miraron sin entender pero las conejas estaban hablando en voz baja entre ellas.

-¿Conan y Kaito Kid?- Crazy enarco una ceja, sonriendo ligeramente.

-Junto Jyugo y Uno- asintió con emoción.

-¿Qué hacían aquí?- pregunto Brain de brazos cruzados.

-Dijeron que estaban liberando más personajes encerrados en las celdas del otro lado...- bajo las orejas, nerviosa. -...me vieron cuando se estaban dirigiendo a la salida y en cuanto se encargaron de los Koopa-Esqueletos, les dije que se vallan- suspiro ligeramente. -No quería que les pasara nada malo...- murmuro.

-¡Bien echo!- la coneja naranja golpeo con algo de fuerza la espalda ajena, sonriendo enormemente y sin darse cuenta como Amore hacia una mueca ligera de dolor pero le devolvía la sonrisa.

-Lamento interrumpir el momento emotivo pero...- Bendy avanzo unos pasos, llamando la atención. -...¿Qué se supone que haremos ahora?- gruño.

-Cierto...- Mickey suspiro. -...aun estamos en problemas-

-¡Y esto solo empeora!- gruño Cup con molestia. -¡Miren!- se voltearon, sudando frio al ver a aquel especie de lobo parado en medio del gran salón. Antes de que cualquiera pudiera moverse, se escucho un disparo y pudieron ver con sorpresa que el cuerpo del lobo estaba nuevamente lleno de miel, sus patas pegadas al piso. Gruño, intentando liberarse.

-¡Le di~!- Amore sonrío con gran emoción, con un arma muy parecida a la de Rabbid Peach pero de color blanco y con detalles azul.

-¿De donde sacaste eso?- pregunto Félix con asombro.

-La encontré en una de las habitaciones- ella rio ligeramente, sin darse cuenta de que los toons la miraban con sorpresa.

-¿Sabes donde se encuentran los trozos del corazón?- pregunto Brain con seriedad, viendo como la coneja fucsia asentía rapidamente.

-Ustedes vayan...- el conejo saco su control de su bolsillo.

-...nos encargaremos de esa cosa~- rio Bendy, sus guantes rompiéndose al volver sus dedos en garras.

-Me quedare con ellos- sonrío Crazy con confianza, haciendo aparecer un gran martillo en una de sus manos.

-Genial~- sonrío Cup con diversión.

-Iré con ustedes- hablo Mug.

-¡Yay~!- Amore sonrío enormemente, abrazándose al brazo ajeno sin soltar aquella extraña arma. -¡Estaré con Mug~!- canturreo, al mismo tiempo que el mencionado se sonrojaba por completo.

-Bien- asintió la de anteojos.

-¡Oh, cierto!- soltó al de pantalón celeste, metiendo su mano libre en su bolsillo y sacando un pincel muy familia, tendiéndoselo al ratón. -Toma~- sonrío. -Es como el pincel de tu mundo, dispara disolvente y tinta-

-Gracias- sonrío el toon famoso, agarrando el objeto con cuidado.

-¡No hay de que~!- sonrío con cariño puro.

-Yo...- miro a los hermanos, al demonio, a la taza de pantalón rojo y al lado salvaje. -...les deseo mucha suerte...- les mostró una ligera sonrisa.

-¡La tendremos!- sintieron, tensándose al escuchar un gruñido. Se voltearon, frunciendo el ceño al ver que el lobo se había soltado y que estaba terminando de lamerse una de sus patas. El lobo se paro, mostrándoles sus filoso y blancos dientes con un gruño, lanzándose hacia delante. 

-¡Vamos!- Mug agarro la mano de las conejas, corriendo mientras las arrastraba directamente a la habitación en que encontraron a Amore. Una vez dentro, cerro la puerta y suspiro, podía escuchar gruñidos y golpes, seguidos de los conocidos disparos de su hermano.

-¿Dónde esta?- gruño Brain.

-B-Bueno...- su tartamudeo llamo la atención, logrando que ambos la miraran fijamente. Amore se tenso, sonriendo con nerviosismo, agachándose lentamente para dejar el arma en el suelo y parándose totalmente derecha. -...s-solo q-quiero que recuerdes que y-yo solo los e-encontré y...-

-¡Muéstrame Amore!- ordeno con voz firme, sobresaltando a la mencionada.

-Tranquila- Mug sonrío con nerviosismo, viendo como la coneja fucsia metía la mano en el bolsillo de su vestido y sacaba algo envuelto en tela blanca. Ella hizo una mueca, cayendo de rodillas y dejando aquel objeto suavemente en el piso, empezando a destaparlo lentamente.

-Deja de ser tan melodramática, sabes que yo...- la voz del lado inteligente murió al ver que lo que la otra destapaba eran los trozos de corazón pero estos se veían...mucho más grises de lo que recordaba. Se acerco y cayo de rodillas, rosando uno de los trozos con la punta de su dedo.

-¡¿Qué paso?!- el menor se acerco, sintiendo algo de pánico crecer en su pecho. Eso no podía ser nada bueno.

-¡N-No lo sé!- negó el lado sentimental rapidamente. -Los encontré así...- murmuro con la vista baja.

-Brain...- Mug la miro, arrodillándose a su lado e intentando mirar los ojos ajeno pero ella mantenía la vista baja.

-Se nos acaba el tiempo...- levanto ligeramente la cabeza, mostrando la mueca que tenia en el rostro. -...y ni siquiera...- gruño, apretando los puños. -...ni siquiera sé como solucionar esto- Amore miro sus manos, bajando las orejas al notar que sus palmas estaban de color gris.

-Y-Yo...- el de pantalón azul quedo pensativo, un foco prendiéndose sobre su cabeza cuando se le ocurrió algo. Metió la mano en el bolsillo de su pantalón, frunciendo el ceño en concentración mientras buscaba algo y sonriendo enormemente al encontrarlo. Saco un frasco, dudando por un momento y poniéndolo frente a los ojos de la coneja con anteojo, llamando su atención. -¿Tú crees que esto sirva?- sonrío ligeramente.

-¿"Una vida extra"?- se sorprendió al ver aquella poción. Miro con asombro a quien estaba arrodillado a su lado, sin poder creerlo. -¿De done...?-

-El cerdo me la dio- sonrío. -Me dijo que Ink le había pedido una pero como no tenia más, le prometió dar el primer frasco terminado- rio. -¡Y aquí está~!-

-¿Crees que funcione?- pregunto Amore.

-Eso espero...- Brain agarro dos trozos, dejándolos en el piso y uniéndolos como un rompecabezas. -Vamos a probarlo- miro a Mug, quien trago con algo de fuerza.

-E-Esta bien- respiro profundo y destapo la poción, inclinando ligeramente el frasco para que una gota de aquel liquido cayera sobre los trozos. Miraron los trozos unidos fijamente y justo cuando pensaron que nada pasaría, pudieron ver con gran sorpresa como la grita entre ambos pedazos desaparecía lentamente, uniéndolos por completo. -¡Funciono!- Mug sonrío enormemente. Aun podía salvarla.

-Que alivio...- suspiro la coneja naranja. Levantaron la vista al escuchar una ligera risa, viendo como Amore se paraba con el arma rara en mano. -¿A donde vas?- enarco una ceja, curiosa.

-Ayudare a los demás~- sonrío. -En cuanto más pronto tengamos todos los trozos, más pronto terminara- rio, empezando a caminar hacia la puerta.

-¿Estarás bien?- pregunto Mug con preocupación.

-¡Claro que si~!- abrió y se detuvo para mirarlo con cariño. -¡Nos vemos!- rio y salió, cerrando la puerta tras ella. Mug y Brain suspiraron, mirándose entre ellos y asintiendo con firmeza. Aun debían unir los trozos que tenían.

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