Cerebro

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-Tututututut~- Kiddo tarareo, deteniéndose frente a la gran puerta del castillo y sonriendo, soltando la mano de Mug para apoyarlas en la puerta y empujar. Las puertas se abrieron lentamente, la conejita dando dos largos saltos para entrar. Junto aire, llevando sus manos a cada lado de su boca y cerrando los ojos. -¡YA LLEGUE!- su voz resonó, sacándole un risita.

-Vaya...- murmuro Mickey. El lugar era mucho más pequeño de lo que pensaban. Estaban en lo que parecía ser la sala, con sillones individuales de diferentes colores uno al lado del otro y mirando todos a una misma dirección, una consola llena de botones de colores y palancas, junto a una gran pantalla que abarcaba gran parte de la pared.

-¡¿HOLA?!- la conejita grito pero no recibió otra respuesta más que el eco de su voz.

-Cómodo~- Bendy se dejo caer en uno de los sillones de color naranja, sobresaltándose al escuchar un chillido. Tanteo con la mano y saco algo, enarcando una ceja al ver lo que parecía ser un pollo de hule. Se encogió de hombros, tirándolo y escuchándolo chillar cuando se encontró con el piso. 

-Con una pantalla así, mis hijos serian muy felices- rio Oswald al ver la gran pantalla.

-¿Solo tus hijos?- Mickey enarco una ceja, mirándolo de reojo. El conejo rio, encogiéndose de hombros.

-Este lugar es muy raro- Mug susurro, acercándose a un sillón con diseño a cuadros de color blanco y rosa, enarcando una ceja al ver un muñeco sentado ahí. Lo agarro y lo miro de cerca. -¿Soy yo?- se sorprendió al verse así mismo en versión muñeco, con ojos negros y una gran sonrisa.

-Eso...am...- bajo la vista al sentir un ligero tirón en su pantalón, encontrándose con la conejita que lo miraba fijamente. Ella se rasco ligeramente la nuca, bajando las orejas y mirándolo con timidez. -Eso es mío-

-Oh...- miro al muñeco y luego a la más pequeña. -Toma~- se lo extendió con una sonrisa. Ella lo agarro, abrazándolo contra su pecho. Mug se sentó, palmeando su regazo y dándole una sonrisa. -¿Quieres sentarte conmigo Kiddo?-

-Yo...- miro a su muñeco y luego a él. -Por favor~- extendió sus brazos sin soltar su muñeco, sonriendo cuando Mug la alzo y la sentó en su regazo. Abrazo su peluche, acurrucándose contra él.

-¿A quien estamos esperando?- Cup se dejo caer en un sillón color rojo.

-No sé- ella se encogió de hombros, apretando ligeramente su muñeco.

-¿Como que no sabes?- Félix enarco una ceja, mirándola de brazos cruzados.

-Antes de irme, solo Brain estaba aquí- la pequeña lo miro, parpadeando ligeramente. -Ella debería de estar por aquí-

-¿Brain?- la copa con pantalones rojo la miro de reojo, curioso. La conejita abrió la boca para hablar pero soltó un chillido al sentir un firme agarre en sus orejas, gritando y soltando su muñeco cuando la alzaron de golpe.

-¡Hey!- se voltearon, frunciendo el ceño al ver a una coneja más grande sujetando firmemente de las orejas a la pequeña que chillaba y pataleaba con fuerza, exigiendo que la soltasen. La coneja mayor tenía el pelaje rosa claro, con ojos negros y anteojo con el marco del mismo color, vistiendo una camisa blanca bien abotonada, con pantalones negros y zapatos negros muy limpios. Ella tenía el ceño fruncido y sus largas orejas caídas, con su mano libre en su cintura.

-Eres una desobediente- gruño.

-¡NO LO SOY!- chillo la más pequeña.

-Si lo eres- la sacudió, suspirando con cansancio. -Te dije, específicamente, que no podías salir del castillo-

-¡Ni siquiera me fui muy lejos!- frunció el ceño, cruzándose de brazos. -Fui por chocolate- hizo un puchero.

-Siempre vas por chocolate- gruño, volviéndola a agitar.

-¡Hey!- Oswald se adelanto, llamando la atención de la coneja rosa claro. -¡Deja de agitarla!-ella lo miro con frialdad, entrecerrando los ojos.

-Si no mal recuerdo, también te dije que no trajeras a nadie hasta que podamos resolver todo el desastre- la de anteojo miro con mala cara a Kiddo.

-Tú no lo entiendes- negó la pequeña, frunciendo el ceño. -Ellos no...-

-Cállate- ordeno con molestia. Los toons se quedaron callados, sin saber si debían intervenir o no.

-¡Eres una odiosa!- con ambos pies y toda su fuerza, Kiddo pateo el costado de la coneja más grande, sacándole un gemido y logrando que la soltara. Aterrizo de pie, sonriendo.

-Niña irrespetuosa...- la miro con mala cara, llevando su mano el lugar golpeado.

-¡Tonta!- Kiddo frunció el ceño.

-¡Paren de una vez!- grito Félix, sobresaltándolas y logrando que lo miraran con curiosidad. -Al fin...- suspiro.

-Tranquilas, resolveremos lo que sea que este pasando aquí- Mickey sonrío con nerviosismo.

-Si es que nos lo dicen en vez de pelear entre ustedes- rio Bendy, moviendo ligeramente la cola.

-Ustedes...- la de anteojos entrecerró los ojos, pensativa. -...no son de aquí- afirmo.

-Ni siquiera sabemos que es o donde es aquí- Cup se cruzo de brazos, enarcando una ceja.

-Esto es raro...- suspiro la coneja, para después parase derecha y mirándolos con seriedad. -Disculpen mi comportamiento pero ha habido muchos problemas en muy poco tiempo- se acomodo sus anteojos. -Mi nombre es Brain, soy el lado inteligente y educado-

-¡A mi ya me conocen pero lo diré de todas formas!- la conejita rio, con las orejas bien paradas. -¡Soy Kiddo, el lado infantil~!-

-¿Lados?- Mug ladeo ligeramente la cabeza, mientras sus amigos se miraban entre si con confusión. -¿Lados de que?-

-¡Lados de Ink, por supuesto!- la pequeña rio, mientras la coneja a su lado dejaba escapar un profundo suspiro.

-¡¿De Ink?!- las miraron con gran sorpresa, sin poder creerlo.

-Si me lo permiten, yo se los explicare- hablo Brain, acomodándose los anteojos.

-Por favor~- suplicaron. Tenían un extraño presentimiento.

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