twenty-seven
Hunter's POV
Recuerdo cuando tenía alrededor de ocho años y mis padres se divorciaron, antes de que mi papá se transformara en un idiota, tuvimos una pequeña charla. Fue cuando me dijo que debía tomar precaución cuando se tratara del amor, y no le hice caso.
En primer lugar me enamoré de una chica que necesitaba de alguien, que era demasiado frágil como para estar sola, que tenía unos hermosos ojos que gritaban por ayuda. Hice todo lo posible por ayudarla, por mantenerla con vida literalmente, y luego ella se recuperó, se hizo fuerte, poderosa y me rompió el corazón.
Y ahora la tenía en frente de mí, más hermosa que nunca, con la fama a sus pies, y yo rogándole que me diera solo quince minutos de su tiempo. Ella se negaba a mirarme directo a los ojos, parecía avergonzada, pero yo necesitaba respuestas.
— Solo un rato, debo irme pronto. — Se resignó a responder.
Inconscientemente sonreí y luego asentí. — Genial, vamos. — Me dirigí a mi motocicleta que estaba estacionada justo fuera del café.
— ¿Qué? — Me cuestionó con los ojos bien abiertos. — ¿En eso? ¿Es tuya?
— Claro que lo es. — Respondí entregándole un casco. Había llegado a la cafetería junto con un amigo, por suerte, así que traía otro casco para dárselo a Maddie. Ella finalmente cedió y subió a la moto junto a mí.
La llevé lejos y aceleré lo más que pude para ahorrar tiempo, ignorando el hecho de que ella jalaba de mi chaqueta para que redujera la velocidad o porque quizás nos alejábamos demasiado.
Terminé por estacionarme frente a un motel que estaba en medio de la carretera, no me malinterpreten, solamente quería estar alejado de la alborotada ciudad. Además, no pensaba pagar por una habitación ni nada por el estilo, planeaba quedarme en el estacionamiento, pues la vista era realmente increíble.
— Vaya, que romántico. — Soltó en un tono sarcástico apenas se quitó el casco y bajó de la moto. — Si quieres huir y recorrer el país para vivir tu sueño adolescente americano, no cuentes conmigo.
Solté una risa. — Quería alejarme por unos minutos. — Le expliqué. — Ahora, observa la vista.
Ella se tomó un segundo para analizar el paisaje, y guardó silencio. Había cumplido mi objetivo, era el sitio más parecido al mirador al que fuimos en nuestra última cita antes de que todo se estropeara.
~Flashback~
— Lo sé, pero a veces es inevitable. — Acomodé un mechón de su cabello hacia atrás. — Bueno, no importa, ya estás aquí conmigo.
Ella asintió y se acercó a mí, rompiendo la distancia con un intenso beso en los labios. — No me marcharé en un largo tiempo, lo prometo. — Dijo apenas separándose de mí, para luego continuar con el besuqueo.
Como extrañaba esos dulces y suaves labios, ese cabello dorado y desordenado que tenía, su delicioso aroma, sus preciosos ojos, simplemente la había extrañado a ella, la había extrañado demasiado.
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Lo vi en su mirada, era como si toda nuestra historia estuviera siendo trasmitida como una película en su cabeza. Me sentí feliz, por un momento pensé que llevarla a aquel lugar la haría recordar lo feliz que eramos juntos, y sería suficiente para que regresáramos. Sin embargo estaba equivocado. Sí, no la había visto en dos años y habíamos tenido un trágico final, pero prometo que los primeros meses de estar separados no hubo un día en el cual no pensara en ella.
Y reencontrarla ahora, me había cegado, la quería devuelta, quería explicaciones, quería sentir sus labios, su cintura contra mis brazos, sus manos despeinando mi cabello, su delicioso aroma entrando por mis fosas nasales, la necesitaba como nunca antes.
— ¿Por qué me haz traído acá? — Preguntó tímidamente, y se acercó hasta mí.
Yo limpié esa lágrima que cayó con mi pulgar e intente romper el espacio que quedaba entre nosotros. No resistía más, y nuestros rostros estaban a pocos centímetros de tocarse. Juro que podría haberme quedado en esa posición para siempre. — Porque necesito que nos recuerdes. — Dije y finalmente nuestros labios se rozaron.
Un beso increíble, apasionado, lleno de emociones. Literalmente nos separamos por la falta de aire, y terminé besando la comisura de sus labios, su mejilla, luego su frente, para finalizar con un abrazo, la apreté fuerte contra mí, mientras ella escondía su rostro en el espacio de mi cuello.
— No puedo hacer esto. — Murmuró sin alejarse. — No... ya no.
Sentí que mi mundo se derrumbaba, estaba confundido. — ¿Por qué? — Me alejé y fruncí el ceño. — ¿Es tu reputación? ¿La prensa vendrá a acosarnos? ¿Tu manager no lo aprobará?—Hice repetidas preguntas mientras sentía la ira aumentar.
Me sorprendía como nuestros sentimientos y emociones podían cambiar de un segundo a otro. Como por momento tuve a la persona que amaba en mis brazos, sintiéndola indescriptiblemente cerca pero de pronto tenía que ser alejada de mí contra mi voluntad.
Ella intentó mantener la calma, pues uno de los dos debía hacerlo. — No, Hunter. — Sostuvo mis hombros en sus manos. — No es solo eso...
— ¿Entonces qué? — La interrumpí. — ¡No quieres que la maldita prensa se entere! Hay tanto que podría decirles Maddie, tanto que podrían saber...
— ¡Cuéntale a todos! ¡Grítalo! ¡No me interesa! — Exclamó fuerte con lágrimas en los ojos. — ¡Todo lo que tuvimos se ha ido de todas formas!
— Si lo hiciera... ¿Sabes que les diría? — Pregunté calmado, ella negó llorando. — Que te hice feliz, que ahora nuestros corazones están rotos, que lo que pensé que podíamos llegar a ser es imposible, gracias a ti.
Ella me dirigió una mirada rápida, entre furiosa y dolida. — ¿Gracias a mí? ¿Es todo mi culpa ahora? — Se cruzó de brazos. — ¡Dime porque no me fuiste a buscar cuando me marché a Londres! ¡¿Por qué me dejaste ir?!
Y entonces todo se aclaró en mi mente. Su madre jamás le dijo que fui por ella al aeropuerto, que rogué y lloré por que me dejaran verla para decirle que la amaba y que por favor se quedara. No, Maddie nunca se enteró de todo eso. — Tu mamá no te lo dijo ¿Eh? — Mi voz se quebró de pronto, recordando ese día que tanto me hacía daño recordar. — Conduje horas desde Arizona para ir a buscarte, para decirte que te amaba, que eras la única para mí.
— ¿Lo hiciste? — Me observó confundida.
Asentí ligeramente. — Tu madre me vio y me prohibió verte, dijo que arruinaría tu vida, que no me necesitabas más. — Ahora un par de lágrimas caían libremente de mi rostro.
Maddie's POV
Luego de la verdad que Hunter me entregó sin piedad alguna, lo único que pude hacer fue guardar silencio. Necesitaba pensar, ordenar las ideas en mi cabeza. Entonces, ¿MI madre tenía la culpa de todo? ¿Era por ella que pensé todos esos años que Hunter se había dado por vencido conmigo? Eso explicaba mucho.
Luego de unos diez minutos de completo silencio entre ambos, él decidió seguir con su dañino discurso. — Cuando te fuiste, te prometo que deseaba lo mejor del mundo para ti. Pero después de todo siempre pensé que volverías. — Su voz estaba quebrada. — Llegarías y me dirías que lo único que encontraste fue angustia y miseria. Que me extrañaste y que me necesitabas tanto como yo a ti.
— Y lo hice... — Dije en un tono de voz casi inaudible, pues apenas podía hablar, me partía el corazón verlo así. Hunter se veía tan frágil, y yo no era capaz de ayudarlo, pues siempre fue él quien se encargó de darle valentía y fortaleza a mi corazón.
Él negó con la cabeza. — ¿Y sabes qué? — Me miró e hicimos contacto visual. — ¡Siento celos de la forma en que eres feliz sin mí! ¡Maldita sea!
No entendía como es que Hunter siempre creyó que yo estaba bien sin él, pues mi situación era de todo menos así. Las primeras semanas sin él fueron una tortura, llena de lágrimas y dolor. Mackenzie tenía que acompañarme por las noches hasta que yo me durmiera, cansada de llorar. Con el paso de los meses, me sentí mejor, pues tenía una carrera que sacar adelante, pero aún así mi corazón dolía, y no dejaba de hacerlo.
Cada vez que sentía que la anorexia quería apoderarse de mí nuevamente, pensaba en él, para no tener ninguna recaída de la cual me arrepentiría. Me imaginaba lo mucho que sufrió intentando hacerme entrar en razón, salvándome la vida, pensaba que no quería volver a dañar a alguien así nunca más. También intentaba traer a mi cabeza aquellas escenas en que él me llamaba 'princesa', en las que me decía 'te amo', en las que nos besábamos a escondidas en mi habitación.
Sostuve su rostro entre mis frías manos, conectando nuestras miradas inyectadas de sangre. Acaricié sus suaves mejillas y luego su nuca. Él simplemente me dejó, después de todo le daba tranquilidad. — ¿De veras crees que soy feliz sin ti? — Le pregunté sinceramente y el no respondió. — ¿Piensas que hay alguien más que podría llenar tu lugar en mi corazón? ¿Que alguna vez olvidaré como estuviste allí para mí sin importar nada? — Lo cuestioné, y se notó como el comenzaba a recobrar la compostura. — Fuiste la primera persona que me enseñó el verdadero significado del amor, lo sabes.
— ¿Y por qué ha sido tan difícil? — Preguntó. — Todo lo que tenga que ver con nosotros ha sido tan complicado, estoy cansado.
— Con todo lo que hemos vivido, he logrado comprenderte y conocerte. — Dije tomando su mano, entrelazando nuestros dedos. — Te amé... te amé demasiado. — Me acerqué más a él. — Y todavía te amo. — Confesé finalmente, juntando nuestros labios.
Sus labios junto a los míos se sentían tan bien, y él se distanció un par de centímetros. — También te amo, nunca dejé de hacerlo. — Dijo antes de volver a besarme.
Y el beso continuó, más apasionado y salvaje que nunca. De alguna forma, él terminó por cargarme mientras mis piernas rodeaban sus caderas. Ya no eramos tan jóvenes e inocentes como antes, definitivamente, y todo ese tiempo perdido lo estábamos recuperando en plena carretera abandonada.
Cuando nos dirigimos a una de las habitaciones del motel de enfrente, supe que ya no había vuelta atrás. Ahora no podría volver a alejarme de Hunter, nada me haría dejarlo otra vez. Estábamos finalmente juntos, reconciliándonos, siendo felices.
Él era mío, y yo sería suya para siempre.
CONTINUARÁ...
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