"De nuevo sola, en la oscuridad de tu mente, presa en una jáula de cristal, y tu mi guardia".

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Recuerdo cuando todo era diferente... Éramos amigas, tu me querias y yo a ti...

Hasta que un día...

Yo causé problemas, sólo queria defenderte de esa chica que te golpeó, en nuestra antigua escuela, querias participar en el musical; audicionaste para el papel protagónico a petición de papá y quedaste seleccionada, estaba tan orgullosa. La chica que te golpeó, Isabella, sólo tenia envidia porque ella queria ser la protagonista.

Te vi caer al suelo, sentí el dólor de verte ahí, llorando, mientas ella y sus amigas te pateaban y se burlaban de ti. Por primera vez tomé el control.

¡Fue para defenderte!

Casi la dejo inconciente por la ira, sus amigas habian huido, llego la directora y... Nos expulsarón.

Papá decidió llevarte al psicólogo, ¡Le contaste todo sobre mi a ese hombre! ¡Todo sobre nosotras!

Y lo único que dijo ese bobo fue:

—No hagas caso a la voz en tu cabeza, tranquila, te tendremos bajo tratamiento.

¿Tratamiento? ¿Acaso ese hombre cree que soy una enfermedad?

Eso fue difícil de procesar... Pero lo peor fue cuando tu también comenzaste a creerlo.

—¿Qué acaso no lo entiendes Frida? ¡Eres una enfermedad, un monstruo, un parásito!

Era la primera vez que te escuchaba hablarme así, sentí como mi corazón era oprimido por un dólor inimaginable.

Fue la primera vez que me sentí triste, sola...

frágil.

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Los años pasaron, yo olvidé el pasado, o eso creí.

Cuando llegamos por primera vez a la Hs conociste chicos nuevos, tuviste amigos, te veias felíz... Yo queria algo de eso.

—Sigfrid déjame salir. –Te pedí–

—No.

—Las cosas podrian ser diferentes si quisieras ¿Sabias? –Insisti–

—Si hablas de cantar la respuesta es "No" y tampoco te dejaré salir.

No podias contenerme para siempre, no lo permitiria.

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Un día salí, nadie parecia notarlo, ese día conocí a un chico, Usag, y también escuché cantar a un chico aún más lindo, Jay.

Él... Ese chico de pelo rubio, ojos celestes, voz angelical, él me hace sentir... Algo desconocido.

Mi tiempo de controlar el cuerpo se acabó, tú te enojaste porque me acerqué a esos chicos, no me importa, verlo a él hizo que valga la pena.

Un día conociste a un chico nuevo, Camilo, parecia gustarte, si... Él era lindo, pero no tanto como Jay.

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Con el tiempo te hiciste novia de Camilo, sin importar lo que yo te advertí, ese chico me daba un mal presentimiento.

Ese chico te utilizó para uno de sus planes, se burló de ti y como si fuera poco se atrevió a besarse con Winnie, su nueva novia delante tuyo.

Lograste olvidarlo y recordaste todas esas veces que te hablé de Jay y lo peligroso que era Camilo.

—Bueno supongo que Jay no será tan malo como él.

¿Eh oido bien? ¿Le darás una oportunidad a Jay? ¿Podré tener una oportunidad?

Te acercaste a Jay y parecia que se agradaron mutuamente, creí que era una oportunidad para que ambas podieramos estar con él...

Que ingenua fui.

Te invito a una cita, tú aceptaste yo estaba, como casi siempre en el espejo. Ese día te acercaste a mi con más felicidad de lo usual, estabas arreglada y parecias muy calmada y en un acto rápido que ni yo pude comprender rompiste el espejo, me desvaneciste.

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"La jáula de cristal se rompió pero la prisionera nunca pudo ser libre".

Fin.