Capitulo 5

"... me prometiste el cielo y la tierra y todo lo que no existiera..."

Desperté por el molesto sonido de mi alarma, aunque es muy temprano yo tengo entrenamiento. Me siento muy cansado después de la fiesta de anoche, que fue de todo menos divertida. Me di vuelta y busqué a Emily a mi lado y ella no está aquí, debo ir a buscarla y asegurarme de que no vaya a desayunar con Nicole, eso terminará en un desastre y no lo puedo permitir.

Me levanté de la cama y me di una ducha rápida, luego bajé a buscarla en su lugar favorito de la casa «la cocina» y me sorprendí al no encontrarla ahí tampoco.

—¿Emi? —nadie respondió.

—¡Emily! —exclamé un poco fastidiado, pues se me está haciendo tarde para el entrenamiento. Salí al jardín y caminé buscándola, hasta que llegué al gimnasio, sentí una punzada en el corazón al recordar que anoche le fui infiel dos veces a mi novia en este lugar.

Entré y la vi corriendo en la faja, se ve muy cansada y sudando por el ejercicio extremo al que yo sé que no está acostumbrada, me sentí muy mal al recordar mi comentario de hace algunos días.

«Deberías cuidar más de ti»

—¿Emi? —ella siguió corriendo sin notar mi presencia, debe ser porque usa audífonos, miré a mi alrededor y el corazón se me detuvo cuando vi en una esquina algo rojo muy pequeño, definitivamente son las bragas que usaba Nicole anoche, las dejó aquí a propósito.

Caminé muy despacio sin que Emily notara mi presencia y guardé en mi bolsillo la pequeña prenda íntima de la mujer que me vuelve loco.

—¿Leon? —su voz me sorprendió y me di vuelta con nerviosismo, apretando mi mano en el bolsillo del pantalón deportivo que llevo puesto.

—¡Emi! te estuve buscando por toda la casa, no sabía que harías ejercicio. —respondí tratando de disimular mis nervios

—Me levanté temprano y necesitaba relajarme, me siento mucho mejor ahora. —aclaró secándose el sudor con una pequeña toalla de felpa, me acerqué a ella y le di un beso en los labios.

—Me alegra mucho saber que te sientes en tu casa. El ejercicio te ayudará mucho, deberías empezar a usar tus redes sociales para recomendar productos, vida sana y esas cosas. —sugerí tomándola por la cintura y ella se movió.

—Ya te dije que no quiero ser «influencer» eso no es lo mío, Leon. —respondió visiblemente fastidiada.

—Está bien, cariño. Yo debo ir al entrenar y tú podrías venir conmigo. Luego iremos a seguir conociendo Munich ¿Qué opinas mi amor?

—Eso me encantaría, pero tengo un compromiso para desayunar hoy, con Nicole ¿recuerdas? —preguntó sonriendo emocionada.

—Oh, en realidad no tienes que ir, amor, ya te dije que esa mujer no es agradable. —sugerí tratando de persuadirla para que no salga con Nicole.

—Sé lo que dijiste, sin embargo prefiero conocerla y formarme mi propia opinión sobre ella. Te iré a buscar al entrenamiento más tarde, luego del desayuno. Ahora debo ir a darme una ducha y tú debes irte o llegarás tarde, nos vemos más tarde cariño, te amo. —me dio un beso en los labios y luego salió del gimnasio.

Me subí a mi auto y conduje rápidamente,  aunque antes de llegar llamé a Nicole, debo obligarla a que no vaya a desayunar con Emily, estoy casi seguro de que lo único que busca es lastimarla y no puedo dejarla hacerlo.

—¡Hola guapo! Estaba pensando en ti justo ahora, acabo de despertar de un sueño maravilloso contigo ¿quieres que te lo cuente o prefieres hacerlo realidad más tarde? —habló en tono muy sensual, tuve que luchar contra las ganas que tengo de dar vuelta al timón e ir a su casa.

—Nicole, necesito pedirte algo. —hablé seriamente.

—Pídeme lo que quieras, mi amor. —respondió.

—Preciosa, necesito pedirte que canceles el desayuno con Emily, por favor. —pedí casi suplicando.

—¿Y por qué debería hacer eso? —preguntó y noté su fastidio.

—Porque ella no tiene la culpa de nada de lo que está pasando, no quiero que la lastimes porque yo soy el único culpable aquí. Déjame manejar esta situación a mí, no debes acercarte a ella y tampoco dejar prendas íntimas en mi casa.

—Antes te encantaba encontrar mi ropa interior en cualquier lugar de tu casa, decías que te excitaba mucho.

—Lo sé, pero ahora es diferente. Emily vive conmigo y es mi prometida, por favor Nicole tienes que respetar eso.

—¡No, yo no tengo que respetar nada, Leon, tú debes tomar una decisión o yo diré toda la verdad!

—Cariño, por favor te pedí tiempo y me lo diste, necesito pensar en cómo manejaré lo de Emily, por favor ten paciencia.

—Yo quiero que estés conmigo y quiero que le digas a todos que me amas a mí.

—Por ahora no puedo hacerlo, sin embargo te prometo que pronto solucionaré este problema. Ahora debes ayudarme y cancelar el desayuno con Emily.

—Lo haré solo si tú vienes a cenar conmigo esta noche.

—Eso no es posible Nicole, no puedo dejar a Emily, ella acaba de llegar aquí. Cariño, por favor entiéndeme.

—¡Mañana! Cenas conmigo mañana y yo no le diré nada a tu noviecita inglesa ¿qué opinas Leon?

—Está bien, iré a cenar contigo mañana, pero tú debes cancelar el desayuno de hoy.

—No es necesario cariño, iré a desayunar con Emily y no le diré nada sobre nosotros, es una promesa.

—¡No! Nicole, por favor no vayas, ella no se merece esto.

—Yo tampoco me lo merezco y estoy aquí porque te amo. Emily no se enterará de nada hoy, te lo juro amor.

—Cariño, por favor...

—Es una promesa, mañana cenaremos juntos en mi casa. Ahora debo dejarte porque necesito entrar a la ducha, no querrás que haga esperar a Emily. Adiós, bebé. —se despidió en tono burlón y colgó.

—¡Maldita sea! —exclamé golpeando el timón de mi auto, acabo de estacionarme y necesito calmarme para poder entrar al entrenamiento sin pensar en qué puede estar diciéndole Nicole a Emily.

Salí de mi auto y saqué mi maletín de la maletera, estoy muy nervioso y no puedo evitarlo. Llamé a Emily y ella no contestó, es muy posible que esté aún en la ducha.

—Hola hermano ¿todo bien? —el saludo de Javi me sacó de mis pensamientos.

—Hola. —lo saludé totalmente distraído.

—¡La fiesta de anoche fue un éxito! ¿Cómo está Emily? ¿Se siente feliz aquí en Munich? —preguntó mi compañero.

—Uh, sí, ella está feliz. —respondí.

—Me alegro mucho. Aline quiere invitarlos a cenar a casa el viernes ¿te parece buena idea? Podría ser una excelente manera de que ellas dos se conozcan bien. Aline quiere añadirla al chat que tiene con Anna, Jessica y las demás.  —mi amigo habla y habla y yo me siento cada vez peor. —podríamos ir juntos allá. ¿te parece? —preguntó y me di cuenta de que no había escuchado nada de la última parte de lo que me dijo.

—Uhm sí, claro. Yo le diré, a Emily. —respondí mientras caminamos juntos hacia adentro, espero que Javi no haya notado mi estado de ánimo.

—Excelente, bueno vamos. —exclamó alegremente, confirmándome que no notó mi distracción.

—Sí, vamos.

Salí de la ducha y elegí algo que ponerme para el desayuno, estoy un poco nerviosa por salir con esa mujer a la que recién conozco.  No obstante si quiero encajar realmente aquí y tener una vida con Leon, debo esforzarme por hacer amigas pronto.

Terminé de arreglarme justo cuando ella llegó a recogerme, tomé mi abrigo, mi bolso y salí de la casa.

La rubia conduce un hermoso auto deportivo del cual no sé mucho, solo que es blanco y muy lujoso.  Ella viste unos jeans de diseñador, una blusa y un abrigo que la hace ver aún más alta de lo que ya es, me sentí muy pequeña a su lado.

—Emily, buenos días. Vamos.

—Hola Nicole, gracias por invitarme. —la saludé tímidamente.

Luego subimos a su auto y llegamos a un hermoso café, nos sentamos en la mejor mesa del lugar y parece que conocen muy bien a Nicole, nos trajeron café y luego pedimos el desayuno.

—Emily, cuéntame sobre ti ¿cómo se conocieron Leon y tú? —preguntó bebiendo un poco de café.

—Bueno, fue en el hotel en el que yo trabajaba. Él llegó con el equipo del Chelsea a un evento y yo estaba encargada de la comida, en reemplazo del Chef principal. Desde que nos vimos congeniamos y luego empezamos a salir juntos, poco tiempo después él me pidió que sea su novia. —recordé sonriendo los momentos más lindos con Leon, cuando él aún vivía en Londres.

—¿Y cuando él se mudó aquí? quiero decir ¿Cómo manejaron las cosas? Las relaciones a larga distancia son bastante complicadas, sin embargo ustedes lo lograron —afirmó sonriendo, pero no sé por qué siento que no es del todo sincera.

—Sí, fue muy difícil al principio, él iba a verme y yo vine algunas veces. Aunque para mí era más difícil venir por mi trabajo, luego él apareció con el anillo y todo cambió. Estoy aquí y nos casaremos pronto. —sonreí. Su mirada se dirigió inmediatamente al anillo en mi dedo.

—¿Puedo verlo? El anillo. Soy fan de las joyas. —confesó y yo la dejé ver el hermoso anillo que uso en mi dedo, se quedó mirándolo fijamente por unos segundos, lo cual me pareció raro.

—¿Te encuentras bien? —pregunté.

—Sí, porsupuesto, estoy perfectamente. —respondió, pero después de eso, cambió su estado de ánimo.

Casi quince minutos después nos fuimos. Le pedí que me traiga a ver a Leon, quedé con él para que nos viéramos aquí.

—Nicole, muchas gracias por el desayuno. En verdad lo pasé muy bien. —le agradecí antes de bajar del hermoso auto.

—Fue un placer, me encantó conocerte Emily, espero que seamos buenas amigas. —respondió sonriendo.

—Yo espero lo mismo. —intercambiamos teléfonos y luego yo bajé del auto.

Caminé por el estacionamiento hacia la puerta del centro de entrenamiento del Bayern Munich para buscar a mi novio, cuando estaba a punto de entrar alguien abrió la puerta antes que yo lo haga.

—¡Emilia! —exclamó al verme.

—¡Hola! —respondí sonriendo, por alguna razón cada vez que lo veo tengo muchas ganas de sonreír.

—Debes estar buscando a Leoncito, está por salir. —dejó su maletín en el piso.

—¿Qué haces?

—Voy a quedarme a hacerte compañía hasta que Leon salga. Además, necesito que me digas qué debo comprar para nuestras clases.

—Pensé que era una broma. —reí.

—¿Una broma? No «Pequeña Leoncita» yo no bromeaba, en realidad quiero aprender a cocinar. —respondió emocionado.

—Está bien ¿Te parece buena idea si te envío una lista por mensaje? No serán muchas cosas y creo que la mayoría las tendrás en tu casa.

—No tengo ni la menor idea de lo que hay en la despensa de mi casa, casi nunca como ahí y cuando lo hago es lo que cocinan para mí.

—No entiendo cómo es que todos ustedes son deportistas y no se alimentan bien en casa. —sostuve con preocupación.

—Tranquila Emilia, te prometo que yo siempre cuidaré de mí. Aunque necesito tu maravillosa ayuda para hacerlo mejor. —bromeó sonriendo, su mirada es muy dulce y es como si fuera un niño.

—Entonces te ayudaré a cuidar de ti mismo. —afirmé sonriendo orgullosa.

—Uhm ¿Cómo estuvo el desayuno? Saliste con Nicole ¿verdad? —preguntó y me sorprendió darme cuenta de que recuerda todo lo que dije anoche.

—Sí, fui a desayunar con ella, estuvo bien.

—No te preocupes, no tienes que disimular, a mi tampoco me cae muy bien. —confesó sinceramente.

—No lo sé, no me lo tomes a mal, pero hay algo en ella que no me gusta, soy buena para «leer» a la gente. —confesé sinceramente, siento que con él puedo hablar abiertamente sin fingir.

—Entiendo. No te equivocas, ella no es una buena persona, no te acerques mucho a ella ¿Está bien? —luce muy pensativo y preocupado, no entiendo por qué.

—Gracias por el consejo. —respondí.

—No hay problema ¿Y qué «lees» en mí? —preguntó bromeando, sonreí y me quedé mirándolo por una fracción de segundo.

—Mmm bueno, creo que tú... —no terminé de hablar.

—¡Amor, ya estás aquí! —exclamó Leon cuando salió, me abrazó muy fuerte y hasta con nerviosismo. Cada vez me resulta más difícil entender a mi novio, aprovecharé esta tarde juntos para que hablemos de los problemas que hemos tenido últimamente.

—Hola cariño. —lo saludé un poco sorprendida después del apasionado beso que me dio.

Cuando pude separarme de él, volteé a ver si Lucas se había sentido incómodo por esta inusual demostración pública de afecto, pero él ya no está aquí, sentí algo muy extraño al no verlo, no puedo comprender este sentimiento.

—¿Nos podemos ir? ¿Emi, estás bien?

—¿Uh? Sí,  claro, vámonos. —respondí tratando de olvidar lo que acabo de sentir.

Me senté al volante de mi auto y lo encendí, luego conduje lo más rápido que pude hacia mi casa, no entiendo por qué me siento así. Leon es su novio y es algo normal que la bese, el problema es que me molestó mucho verlo hacerlo frente a mí.

Creo que la verdad es que me siento mal porque sé que él la está engañando. Sí, definitivamente esto que siento es por eso, no hay ninguna razón para que yo esté tan molesto. Salí de mi auto cuando llegué a mi casa, entré y fui directamente a la cocina en busca de una botella de agua helada.

Me senté en la barra de la cocina y me quedé pensando mientras observo la cocina de mi casa, es grande y espaciosa. De un momento a otro mi mente me jugó una mala pasada y la vi aquí, sonriendo mientras saca algo del horno, su cabello está amarrado en una cola de caballo y ella viste unos jeans y una de mis camisetas.

—¡Lucas! —la voz de Jessica me despertó del «trance» en el que estaba.

No quiero pensar en la razón por la cual estaba soñando despierto con la novia de uno de mis compañeros de equipo, debo olvidar eso.

—¿Jessica, qué haces aquí? ¿Cómo entraste? —pregunté muy sorprendido por verla aquí.

—Cariño, le pedí a Anna que me diera un duplicado de las llaves de la casa, soy tu novia y no tiene nada de malo. —respondió acercándose a mí.

—¿Qué? ¿No tiene nada de malo? Jessica, creo que debiste haberme avisado antes de pedirle un duplicado de las llaves de mi casa al ama de llaves. —hablé muy molesto, no lo puedo creer.

—¿Debí avisarte? ¿Lucas, qué está pasando? ¿Por qué estás tan molesto y distante conmigo? Anoche en la fiesta quería que la pasáramos bien, pero tú no quisiste estar conmigo y preferiste ir a cuidar a la insulsa novia de Leon.

—¡No la insultes! Ella no tiene la culpa de lo que tu amiga y Leon le están haciendo. Todavía no puedo creer que tú lo sabías y no hiciste nada para detener a Nicole. —exclamé totalmente indignado.

—¿Que yo no hice nada? ¿Qué se supone que debía hacer? Lucas, Nicole y Leon son personas adultas y ellos deciden sobre sus vidas. Nosotros deberíamos olvidarnos de ellos y concentrarnos en nuestra relación. —puso sus brazos alrededor de mi cuello y la alejé de mí.

Sinceramente no puedo tenerla cerca, me siento asqueado de saber que ella justifica la bajeza que le están haciendo a Emily.

—Lucas, mi amor, ven vamos a la habitación, necesitas relajarte y yo quiero ayudarte. —habló tratando de sonar sexy, sin embargo yo lo único que quiero es que se vaya de aquí.

—No Jessica, será mejor que te vayas. Yo estoy cansado y esto no está funcionando.

—¿Qué? No amor, por favor no digas eso, yo te amo, voy a dejarte descansar. Volveré mañana para que hablemos ¿Está bien?

—¡No! Jessica, no hay nada más que hablar. Esto se acabó, no quiero seguir adelante con esta relación, somos diferentes y queremos cosas diferentes. Además, tenemos un concepto muy diferente de lo que significa la lealtad. —afirmé y ella empezó a llorar.

—¿Qué? ¿Lealtad? ¿De qué estás hablando? —preguntó con lágrimas en los ojos y luego volvió a hablar —¿Es por ella? ¿Lucas, tú estás terminando conmigo por esa insignificante mujer? ¿Por la novia de Leon?

—No es por ella. De hecho ella no tiene nada que ver con esto y deja de llamarla así. Es por la bajeza de tu amiga que tú apoyaste. Pero esa no es la única razón, Jessica, nosotros somos diferentes. Te lo he dicho muchas veces, no me gusta que seas tan odiosa con todos, que te creas más que todo el mundo a tu alrededor. Yo no soy así y jamás lo seré, porque todo lo que tengo me lo he ganado con esfuerzo.

—Amor, por favor déjame demostrarte que puedo cambiar. Por favor. Te amo. —suplicó llorando.

—Lo siento mucho, será mejor que te vayas. Créeme que esto es lo mejor para los dos. —afirmé seriamente y con tristeza.

No soy una mala persona y me duele tener que lastimarla así, no obstante es lo mejor, ella merece estar con alguien que la ame realmente y no conmigo.

—¿Lo mejor para los dos? Querrás decir lo mejor para ti, porque yo nunca podré estar bien sin ti. Lucas, cariño por favor déjame demostrarte que esto sí puede funcionar, si los dos ponemos de nuestra parte, estoy segura de que seremos felices. Yo puedo cambiar y ser como tú quieras.

—Jess, no quiero que seas «como yo quiero» quiero que seas una buena persona, pero no lo hagas por mí, hazlo por ti misma. En verdad lamento mucho todo esto, pero yo no soy el hombre indicado para ti. —ella se lanzó a mis brazos y lloró desesperadamente.

—Lucas, por favor, te amo cariño, no me alejes de ti, te lo suplico.

—Hey tranquila, por favor no llores más, estoy seguro de que muy pronto me agradecerás por haberte dejado ir. Encontrarás al hombre que te ame con todo su corazón, pero ese hombre no soy yo, lo siento mucho Jess. —mi ex siguió llorando, felizmente unos minutos más tarde pudo calmarse.

—Toma, bebe un poco de agua. — le entregué un vaso lleno de agua y me senté frente a ella en el sofá en el que le pedí que se siente.

—Gracias. —respondió con tristeza, yo me siento muy mal por haberle causado este dolor, pero estoy seguro de que esto es lo mejor para los dos.

—¿Necesitas algo más? —pregunté y ella me sorprendió cuando se lanzó a mis brazos y me besó. Tuve que alejarla de mí con cuidado, lo último que quiero es lastimarla.

—¿Jess, necesitas que te lleve a tu casa?

—No, me iré yo sola, aunque antes quiero que sepas que no voy a rendirme, lucharé por ti porque te amo y sé que estamos destinados a estar juntos. —se levantó del sofá, acomodó su cabello y su vestido imposiblemente corto. —hasta pronto, cariño. —me dio un beso en los labios y salió de mi casa.

—Solo espero que tu esperanza no me traiga problemas. —afirmé sabiendo que ella no me escuchará. Por lo menos hice lo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo, terminé una relación que no me hacía feliz.

Un rato después, me di una ducha y me puse a ver una película. La verdad es que hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto. Me viene muy bien estar solo, en lo mejor de la película recibí un mensaje de texto y no vi el celular pensando que definitivamente es Jessica, ella dijo que no se rendiría.

Una hora después y cuando la película terminó, me quedé un rato más viendo televisión, vi algunos resumenes deportivos y por fin tomé mi celular para revisar mis redes sociales, encontré un mensaje que no esperaba.

—Hola Luka, soy «Emilia» ☺️ estaba pensando en que como dijiste que no sabes nada de cocina, sería un error enviarte de compras así que decidí hacerlo yo, no queremos arriesgarnos a que tu primera clase sea un completo desastre ¿verdad? Bueno, necesito que me envíes tu dirección y la hora en que debo llegar mañana. - E.

Sonreí al leer su mensaje, la imagino sonriendo al escribirlo, sobretodo porque se identificó como «Emilia»

—«Pequeña Leoncita» me parece una excelente idea. Te paso a recoger mañana a las 5 de la tarde. —L.

Envié el mensaje y me quedé pensando en que debo hablar con Leon sobre las clases, no quisiera que haya un malentendido ni que él piense mal de su novia, a pesar de que él está siendo desleal hace bastante tiempo.

Llegamos a casa después de pasar casi toda la tarde conociendo la ciudad, Emily está muy feliz, sin embargo yo siento que hay algo en su cabeza, estoy realmente nervioso porque estuvo desayunando con Nicole y a pesar de que ella prometió no decirle nada, no puedo estar totalmente seguro.

—¿Te gustaría algo de beber? —preguntó mi novia en cuanto cruzamos la puerta.

—No gracias. —respondí muy preocupado, ella se fue a la cocina y yo fui a nuestra habitación.

Un mensaje llegó a mi celular, es de Nicole recordándome que mañana cenaremos juntos, qué voy a hacer para salir de aquí mañana sin que Emily sospeche, me senté en la cama y la escuché entrar.

—¿Te sientes bien? —preguntó desde la puerta, levanté la mirada y me sentí como un maldito desgraciado.

—Sí cariño, solo estoy cansado.

—¿Estás seguro? ¿Leon, qué está pasando? —preguntó muy confundida.

—Nada cariño, estoy perfectamente bien, te amo. —declaré y me levanté de la cama, la tomé por la cintura y la besé.

Ella se dejó llevar y por unos minutos, sentí que mi Emily es realmente todo para mí. No obstante eso no duró mucho tiempo, hicimos el amor, pero no me siento bien, es como si algo faltara entre nosotros. Sin embargo tampoco puedo dejarla ir, ella es mía y no puedo concebir la idea de verla con alguien más.

Estamos acostados en la cama, ella está en mis brazos, estamos en silencio y mi mente no deja de pensar en que si no hago algo, mi vida será una pesadilla.

—Amor ¿estás despierto? —preguntó volteando a mirarme.

—Dime cariño.

—Quería decirte que Lucas me pidió que le enseñe a cocinar. —me contó sonriendo y se le ve ilusionada, no quisiera alejarla de lo que más le gusta hacer, pero no puedo permitir que mi novia esté en algún lado lado cocinando para otros.

—¿Te pidió que tú le enseñes a cocinar? ¿Y eso por qué? —pregunté.

—Porque probó la comida de anoche y le gustó mucho. Mañana iré a su casa a empezar con las clases. —habló alejándose un poco para vestirse con su pijama.

—¿Mañana? ¿Y a qué hora será? —pregunté con curiosidad.

—En la tarde, como a las 5. Podrías venir conmigo. —al escucharla, recordé inmediatamente la cena con Nicole.

Estas «clases» de Emily para Lucas pueden ser muy útiles para mí, necesito tranquilizar un poco a Nicole y sólo lo lograré si paso tiempo con ella, así que con Emily ayudando a Lucas a cocinar, me será más fácil ir a ver a Nicole.

—Uhm de hecho no podré ir, yo quedé con Manuel para ayudarlo con algunas cosas en su casa. —mentí.

—Oh, bueno tal vez podrías venir conmigo la próxima vez.

—Claro cariño, la próxima iremos juntos. —entró al baño a darse una ducha y yo aproveché para contestarle a Nicole, asegurándole que mañana iré a cenar con ella.

Entró una llamada a mi celular y contesté inmediatamente, es Lucas, yo necesito hablar con él.

—Lucas.

—Hola Leon, discúlpame por molestarte. Debo comentarte algo importante.

—No te preocupes hermano, dime qué pasa.

—Quería que supieras que le pedí a Emi-ly que me ayude a cocinar, mañana vendrá a casa a empezar con las lecciones. —mi amigo suena algo incómodo.

—Ella me lo dijo hace un rato. Es una excelente idea, Lucas. —exclamé alegremente.

—Me alegra que te guste la idea, ¿vendrás con ella? —preguntó.

—No, de hecho necesito pedirte que me cubras con esto, mañana debo ir a cenar con...

—Con Nicole ¿verdad? Leon.

—Lucas, por favor tienes que apoyarme en esto, nosotros somos compañeros de equipo. Casi hermanos.

—Leon tú ya sabes lo que pienso. Debes dejar a Emily si no la amas.

—No la dejaré Lucas, es que yo, es muy complicado, por favor necesito que me apoyes con esto, somos hombres y tú debes entenderme, por favor hermano.

—Está bien Leon, aunque no estoy de acuerdo, hablamos mañana en el entrenamiento. Buenas noches. —mi compañero colgó el teléfono.

                 (************)

—Amor, debo irme a entrenar. —le informé a mi novia, ella aún está acostada en la cama y se ve tan dulce.

—Uhm te acompañaré al auto. —respondió y aunque intentó levantarse, yo no se lo permití.

—No cariño, quédate a dormir un poco más, afuera hace mucho frío, yo tengo que irme, te amo, hasta luego. —le di un beso en los labios y luego me fui a entrenar.

—Yo también te amo. —respondí. Él ya no puede oírme y salió tan rápido de la habitación que no me dio tiempo de contestarle.

Decidí hacerle caso y quedarme unos minutos en la cama, aún es muy temprano para ir al supermercado. Debo hacer una lista de todas las cosas que necesito para la comida que pienso enseñarle a Lucas hoy, como si fuera un acto de magia, mi celular recibió un mensaje.

—¡Buenos días Emilia! Estoy listo para aprender a cocinar. Que tengas buen día. Nos vemos más tarde. - L.

Sonreí al ver su mensaje, lo respondí muy rápido, cada vez que me siento un poco triste, él aparece de alguna manera para alegrarme.

Buenos días mi estimado «apprenti» me alegra el espíritu. Que tengas un excelente día. - E.

Me quedé pensando en él por unos minutos, en cuánto le agradezco por su buena onda y por ser el único de los compañeros de Leon, que se molestó en conocerme. Pues aunque sé que aún es corto el tiempo que llevo aquí, de verdad cada vez me siento más fuera de lugar.

Mi celular sonó y me alegré mucho al ver quién me llama.

—¡Olí! No sabes cuánto me alegra tu llamada.

—¡Hola Emi! ¿Cómo estás, cariño? ¿Cuéntame cómo estuvo la fiesta?

—Uhm, estuvo bien. —respondí recordando la fiesta de bienvenida.

—Ok ¿qué sucedió? Cuéntame, ¿por qué estuvo tan mal? —preguntó, Olivia, me conoce demasiado bien y se dio cuenta inmediatamente que algo pasa.

—En realidad no pasó nada en particular, es sólo que siento que será muy difícil que yo encaje aquí por las novias y esposas de los compañeros de Leon. —me quedé en silencio recordando a esas mujeres que parecen salidas de una revista de moda.

—¿Qué sucedió con ellas? ¿Te hicieron algo?

—No Oli, no me hicieron nada, pero son muy diferentes a mí.  La fiesta fue muy aburrida para mí, Leon desapareció la mayor parte del tiempo y yo, bueno, si no hubiera sido por.

—¿«si no hubiera sido por»? —preguntó con curiosidad.

—Si no hubiera sido por Lucas, él me hizo compañía y se interesó por conocerme. —respondí pensando en el francés amigo de mi novio, que a cada minuto que pasa y sin que yo me de cuenta, se convierte en alguien más importante para mí.

—¿Lucas?

—Sí, es uno de los compañeros de equipo de Leon, es muy agradable y divertido. —hablé sin darme cuenta de la sonrisa que se formó en mi rostro.

—Oh ¿Estás hablando de Lucas Hernández? ¿El hermoso Lucas Hernández? ¡Emily, ese hombre es un modelo! —exclamó mi mejor amiga y no puedo dejar de pensar en que ella tiene razón. Lucas es muy guapo, aunque lo más lindo de él, es la transparencia de su mirada y el hermoso color miel de sus ojos.

—¿Emily? ¿Estás escuchándome? —mi amiga me trajo nuevamente a la realidad.

—¿Uh? Sí, te escuché. —respondí muy confundida por mis pensamientos.

—Te decía que ese hombre es guapísimo. Emi, tienes que presentármelo, por favor. —suplicó mi amiga y yo sentí algo que aún no puedo entender, luego me negué rotundamente.

—!No! —exclamé rotundamente.

—¿Qué? No te entiendo, Emi ¿Qué sucede?

—Uhm, quise decir que no puedo presentarte a Lucas pues él tiene novia, es una mujer hermosa y como todas las demás, parece salida de una pasarela de moda. Aunque no es muy agradable. —afirmé recordando los comentarios malintencionados de la novia de Lucas.

—Entiendo, bueno será mejor que me olvide del hermoso Lucas Hernández. —rió divertida y yo reí con ella.

—La verdad sí cariño, su novia es muy desagradable, aún así yo le enseñaré a cocinar.

—¿A la novia de Lucas?

—No Oli, a Lucas, él quiere aprender a cocinar para el día de su cumpleaños.

—¡Oh! bueno, eso es extraño, sin embargo me alegra que de alguna manera estés acercándote a los amigos de Leon. Emi, es importante que trates de sentirte bien ahí.

—Yo lo sé, Oli. Aunque es muy difícil porque me siento fuera de lugar.

—Eso es normal, es un país nuevo, con gente nueva, dale una oportunidad a esa hermosa ciudad en la que vives.

—Tienes razón, lo haré. Gracias Oli, te extraño mucho.

—¡Yo también te extraño mucho, Emi! ¡espero poder ir a verte pronto!

—¡Eso sería maravilloso! ¡No tendrías que preocuparte por nada!

—Lo sé cariño, estoy haciendo todo lo posible. Uhm, de hecho ya debo dejarte porque estoy entrando al trabajo.

—¡Está bien cariño! Muchas gracias por llamar, te llamaré más tarde ¿ok?

—Ok querida, que te diviertas más tarde y tenle paciencia al hermoso francés.

—Claro Oli. —respondí sonriendo.

Nos despedimos y colgamos, luego me levanté de la cama y me metí a la ducha. Debo ir de compras y después de hablar con mi mejor amiga, me siento con ganas de conocer esta hermosa ciudad.

                     (************)

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