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Un precioso y menudo omega de cabello platino y sedoso llamado Park Jimin, andaba cabizbajo por los pasillos del instituto público de Busan.

Iba vestido con un suéter color azul pastel, jeans claros y unos zapatos básicos. Su mochila era de color naranja pastel con un pequeño peluche de color marrón en forma de conejito enganchado en su cremallera, el mismo se lo había regalado su madre cuando tan solo era un niño.

Su atuendo era totalmente tierno y le quedaba de maravilla dándole un aspecto delicado, sin embargo sus compañeros de clase no pensaban lo mismo y simplemente creían que su estilo era demasiado aniñado y molesto de ver.

El mismo se desplazaba con cautela a través del pasillo temeroso de chocar con alguien, ya que seguramente eso conllevaría a un sinfín de burlas o enojo descargado en su contra.

Desde pequeño había sido el blanco perfecto de las burlas de sus compañeros, ya fuera por su condición de no poder hablar o por lo escueto que su cuerpecito se veía en comparación a los demás de su misma jerarquía omega.

Tras un minuto más, por fin llegó a su clase.

Aún cabizbajo y sin mirar a nadie intentó entrar en su clase, sin embargo un fuerte olor a tierra mojada combinada con café hizo que frenara en seco.

Él conocía ese olor, era un alfa, pero no cualquiera. Era Sehun, el chico que le hacia la vida imposible cada vez que podía.

Rápidamente el que era más pequeño dio un paso hacia atrás totalmente intimidado por la fuerte figura frente a él, que ahora le estaba cortando el paso para poder entrar en clase.

—Odio que compartamos clase, tu aroma me marea muchísimo. —Habla con autoridad el alfa. —Hoy no quiero que vengas a clase, un omega defectuoso como tú jamás debería haber nacido.

Los ojitos de Jimin se cerraron levemente al escuchar las crueles palabras dirigidas en su contra por parte del mayor. Él no podía hablar y sabía que le había llamado defectuoso por ello.

Jimin hizo oídos sordos e intentó acceder al aula no queriendo faltar porque mañana habría examen de historia coreana, mientras, la clase entera observaba con curiosidad la escena por supuesto apoyando a Sehun.

De nuevo el alfa se movió para cortarle el paso y no dejarle entrar.—He dicho que no te quiero hoy aquí. —Habló con más autoridad haciendo que Jimin se retorciera levemente ante la potente voz.

Aún así no se dio por vencido e intentó entrar, sin embargo Sehun ya cansado decidió hacer algo que para los omegas era demasiado molesto.—Vete de aquí. —Dijo con voz de mando.

Al instante el omega de baja estatura se vio golpeado por la dura voz y como acto reflejo se llevó sus pequeñas manos a sus orejas en un amago de calmar el sonido casi metálico que se había esparcido por sus oídos debido a la voz usada por el otro, bajando su cabeza más sin poder evitarlo con sumisión.

Sin poder hacer más, Jimin rápidamente salió corriendo de allí con sus ojos inmersos en lágrimas, era la primera vez que alguien le hablaba con voz de mando y encima para echarle injustamente de un lugar.

Decidió ir a donde siempre solía ir en el recreo para esconderse de todos, la azotea.

Subió los escalones tropenzándose varias veces debido a las lágrimas que empañaban sus ojos y una vez arriba se sentó en una esquina del sitio para en seguida hacerse una bolita.

Lágrimas brotaron de sus ojillos, notando su corazón latir irregular y sus oídos todavía sensibles por la voz de mando que había escuchado.

Intentó respirar hondo para calmar su respiración y tras unos minutos consiguió tranquilizarse, aunque el malestar aún seguía en su pecho.

Recordó las palabras del otro diciéndole "defectuoso" y se sintió mal, él no había elegido nacer mudo, realmente era muy cruel el ver como las personas se metían con él por ello. Simplemente le hacía perder la confianza en el hecho de que alguna vez alguien le tratara bien o amablemente.

Apoyó su frente en sus rodillas flexionadas y pegadas en su pecho cuando de repente un ruido metálico le hizo entrar en alerta.

La puerta de la azotea se había abierto y en seguida tuvo miedo de ser descubierto por algún profesor porque sería amonestado.

Rápidamente se escondió tras unas mesas viejas apiladas, que se hallaban abandonadas en el lugar.

—Joder, no sé ni para qué me esfuerzo si siempre termino expulsado de la puta clase. —Una ronca voz hace eco en la azotea.

Jimin miró curioso desde su escondite a la persona que acaba de entrar y al instante se queda sin respiración al ver a la persona que ahora estaba ahí con él, Jeon Jungkook, un chico alfa de último año que acudía a la otra clase B, mientras que él mismo acudía a la A.

Sus manitas comenzaron a temblar, Jungkook era conocido por odiar a todos los que se les interpusiera en su camino y por ser cruel con los demás, aunque realmente él nunca había visto a ese alumno dañar a nadie. Éste iba completamente vestido de negro, muy a diferencia de él.

El que acababa de entrar en el lugar, era un alumno que aterraba a los demás y ahí se incluía al de cabellos platinos.

Por otro lado, el alfa tras refunfuñar se vio acariciado por un dulce pero fresco aroma que provocó su boca salivar levemente.

En seguida se dio cuenta de que un omega se hallaba cerca, y el olor del mismo le había descolocado de sobremanera, jamás había olido esencia más exquisita en sus dieciocho de vida; melocotón fresco y vainilla dulce pero para nada atosigante.

Cerró levemente sus ojos y se centró en el aroma comenzando a andar guiándose del mismo hasta llegar a una pila de mesas viejas, entonces ahí se puso de cuclillas y se sorprendió al ver a un menudo omega en forma fetal sentado sobre el suelo.

Las manos del omega protegían su cabeza como si él fuera hacerle daño en cualquier momento, y en ese momento quiso no ser Jeon Jungkook, porque sabía que ese omega estaba asustado de él mismo por ser quién era.

—¿Quién eres? —Preguntó el alfa con voz algo rasposa debido a los cigarrillos que consumía con frecuencia.

El otro no respondió. Solamente seguía protegiendo su cabeza con sus brazos y ni siquiera le miraba.

Jungkook aspiró por su nariz en un amago de mantener la paciencia, hoy todo le estaba saliendo realmente mal.

—Es de mala educación no responder cuando te preguntan. —Habló de nuevo algo molesto.

El omega dejó de cubrir su cabeza con sus delgados brazos y miró por un segundo al alfa frente a él. Tan solo les separaban a ambos la pila de mesas viejas.

Jimin mojó su labio inferior y movió sus manos con lengua de señas, para ver si así el otro comprendía que no podía hablar.

Jungkook ladeó su cabeza ante los movimientos del chico, y sus ojos se expandieron de sobremanera.

"Soy mudo."

Le había entendido porque desde pequeño Jeon se ha comunicado con su padre en lengua de señas, ya que su padre era mudo.

"No lo sabía, ¿puedes decirme tu nombre?" Ahora era Jungkook el que había movido sus manos para comunicarse con el otro.

Jimin se vio totalmente anodadado, ¡Jeon Jungkook sabía lengua de señas!

Rápidamente Park le contestó algo tembloroso con sus manitas debido a la sorpresa."Me llamo Park Jimin".

—Yo me llamo Jeon Jungkook, aunque con toda la mierda que se rumorea de mí ya veo que me "conoces". —Hizo comillas con sus dedos, realmente nadie en ese jodido instituto le conocía de verdad, y tampoco lo harían.

Bueno quizá el omega con precioso aroma sí pudiera conocerle más allá de sus facetas de mal humor o peleas más que justificadas según él mismo.

—¿Por qué estás aquí en horas de clase? Estoy seguro que a ti no te expulsan de clase como a mí.

Jimin por fin se atrevió a dejar su mirada sobre el rostro del otro, el aroma del alfa llenaba sus pulmones agitando a su lobo interior sospechosamente, su olor amaderado combinado con menta fresca le estaba alterando levemente.

En seguida sin perder más tiempo le contestó sabiendo que sabía de su lengua. "He decidido no acudir hoy a clases."

Una risa ronca de parte de Jungkook se escuchó, por supuesto el mayor no se había creído eso, el nombre "Park Jimin" le sonaba por estar siempre en lo más alto de las listas de notas, era un cerebrito y para nada se iba a creer aquello.

-No es necesario que mientas, por cierto sal de ahí y sentémonos por allí para comunicarnos mejor.

Jimin asintió algo cohibido, salió de su escondite y ambos se sentaron con prudente distancia entre ellos en un lugar de la azotea.

Park tenía sus piernas cruzadas con sus manitas sobre su propio regazo juntas y Jeon en cambio tenía sus piernas estiradas, sus grandes manos a cada lado de su propia cintura en una postura cómoda.

"Hay un compañero de clase que me odia, bueno mejor dicho todos me odian, así que no quieren que esté en clase con ellos."

—¿Qué mierda? —Farfulló el alfa con enfado tras ver lo comunicado por el tierno omega.

Entonces se dio cuenta que ya había visto a ese omega varias veces caminar ensimismado por los pasillos, pero nunca le había prestado la suficiente atención.

"No todos te odian, yo no lo hago Jimin." Se comunicó Jungkook para hacer sentir mejor al omega, ahora que se daba cuenta los ojitos del contrario estaban algo cristalinos y sus mejillas sonrojadas anunciando que había estado llorando antes de que él hubiera entrado en la azotea.

Y el corazón del frío alfa se vio agitado cuando una cálida sonrisa se dibujó en el rostro del omega, sus ojos casi desapareciendo debido a las regordetas mejillas del mismo.

Presentía algo de ese omega, pero no sabía el qué.

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Primera parte de la historia corta, en principio iba a ser un One shot, pero se me ha hecho tan largo que he decidido compartirlo en una historia corta.

Por supuesto hoy mismo subiré todos los capítulos para leerlo entero.

¿Qué os ha parecido?

Gracias por leer, Saraslifes🤗