El Problema.
Mitsuki no recuerda como su familia se fue al caño, pero si sabe, que es su culpa. Aún cuando su esposo dijera lo contrario, este tipo de situaciones solo se debían a las malas decisiones de alguien, y esa persona, es ella.
Cerro sus ojos, suspirando mientras recordaba aquellos momentos en los que su familia fue feliz, aquellos cumpleaños en los que comieron pastel hasta que les dolió el estómago, o cuando Katsuki vio la nieve por primera vez, la Navidad o acción de gracias...
Gruñó, decidiendo ignorar su corazón para seguir trabajar, colocándose otro conjunto de ropa para modelar.
No había razón por la cuál sufrir por algo que jamás podría ser arreglado.
Katsuki bostezó, aburrido con la clase que estaban impartiendo en esos momentos, geografía no era algo que le llamara mucho la atención, en especial ahora cuando su maestro tiene una voz tan baja que lo arrulla con cada palabra.
Era segundo día de su tormento, después de haber peleado con ese bastardo Alfa la tarde pasada, su reputación ahora estaba más marcada en la mente de todos, en especial a aquella chica odiosa que ayer no quiso darle ese lugar, al parecer ni siquiera quiere verlo.
Sonrió un poco, sí, eso era lo más inteligente.
Con cuidado, siguió escribiendo las notas que el profesor dejaba en el pizarrón, no tenía mucho más que hacer.
Después de casi una hora, la clase por fin terminó, dejando al salón entero agotado por la excesiva información que se les dio en tan poco tiempo, algo bueno para el Omega, pues todos estaban muy metidos en sus asuntos como para molestarlo.
Excepto cierto persona.
Comenzó a garabatear en su cuaderno, pequeños dibujos sin sentido como un pez con brazos humanos o un perro alienígena, era divertido pensar en muchas cosas sin que nadie te moleste.
Una mano salió agresivamente de la nada, tomando la hoja en la que dibujaba y arrancándola del cuaderno en un sonido ensordecedor, que hizo callar todo el bullicio del aula.
Aquel chico hizo bola el pedazo de papel y lo lanzó por encima de su hombro, cruzándose de brazos de forma dominante.
--- Con que este es el dichoso Omega que le rompió la nariz al idiota de Izra, hm, no está mal.--- el rubio rodó sus ojos en fastidio, de verdad deseaba ser invisible o algo parecido, así evitaría este tipo de confrontaciones, ya tuvo bastante con la vez pasada, su madre había dejado claro su puesto en el conflicto, no puede solo defenderse como... Como si fuera Alfa.
Suspiró, levantándose de su lugar en silencio para pasar de largo al Alfa, golpeando su hombro en el camino.
--- Qué- ¡Hey!--- gruñó el otro, ofendido ante esa simple acción inofensiva.
Katsuki tomó la bola de papel para después incinerarla con su Quirk, dejando nada más que un polvo negro en la palma de su mano. Sabía que todas las miradas estaban en él, desde todos los incidentes sucedidos el primer día de clases era obvio que ahora era la novedad de la puta escuela.
Y a él le encanta dar un show.
Se levantó del suelo con su mano sosteniendo firmemente la ceniza antes de correr, asustando a todos pero tomando desprevenido al tipo que quería, lanzando el polvo a la cara del mismo con una sonrisa de victoria.
--- ¡Ha! ¡Estúpido!--- gritó, soltando una fuerte carcajada al ver cómo este tosía de forma incontrolable y trataba de quitarse la ceniza de los ojos, por lo que tuvo que salir corriendo del salón, dejando a varios alumnos entre confundidos y encontrando la situación (y la risa del rubio) bastante graciosa.
Talló las pequeñas lágrimas en sus ojos, le dolía el estómago de tanto reír pero fue tan refrescante.
--- Ay, joder, pero que idiota.--- murmuró, regresando a su lugar bajo las miradas de todos sus compañeros.
O eso, hasta que alguien golpeó su cabeza, por lo que respondió, sin pensar, lanzando dando un codazo directo al estómago del muchacho, no fue un golpe fuerte, rayos, ni siquiera intentó que lo fuera, pero el coro de oh's resonó por todo el salón, Bakugou solo dio un suspiro, fastidiado, y no quiso fijarse quien había iniciado la riña.
Estiró sus brazos, relajándose cuando los huesos se libraron del estrés que tenía encima, justo antes de que el mismo Alfa lo tomara de sus hombros y lo levantara de su lugar a la fuerza, solo para que lo tirara al suelo y él se pusiera arriba, levantando su brazo para darle en el rostro.
--- ¡TÚ-
--- ¡Nishima!--- gritó el profesor que venía entrando, dando zancadas hasta la pareja para tomar al Omega de forma brusca pero inconsciente, colocándolo detrás de él.
--- ¡Ve a la oficina del director, ahora! ¡Hemos tenido suficientes problemas contigo, está era tu última advertencia!--- gruñó, empujando al estudiante directo a la salida aún teniendo la mano de Katsuki atrapada con la suya.
Las feromonas del maestro estaban en un frenesí que los hizo a todos sentarse, pues jamás lo habían visto de esa forma, era el más tranquilo de todos he incluso muchos decían que no era un Alfa, solo un Beta con perfume de dicha casta, ahora se dan cuenta de que tan equivocados estaban.
Katsuki, por otro lado, intentó zafarse del agarre que el mayor tenía en él, pero le fue imposible, así que ahora está atrapado a seguir al docente por dónde esté quisiera llevarlo.
Frunció su nariz, los Omegas tenían un olfato sensible, mucho más que los Alfas, así que este tipo de situaciones siempre lo hacían-
--- ¡Kshhu!---
Estornudar.
Talló su nariz con la manga de su uniforme, sintiendo como otro estornudo se creaba lentamente detrás de sus mejillas, por lo que solo pudo poner la mitad de su rostro en el interior de su brazo, volviendo a estornudar.
--- Maestro.--- murmuró, volviendo a tener un espasmo, lo que le causó un jadeo de molestia mientras tallaba una vez más su nariz.
--- ¿Podría soltar mi mano? Está comenzando a doler...--- pidió, sintiendo la mirada de todos sobre él.
--- Ah, lo siento.--- el docente libero su muñeca, algo rojiza y estaba seguro de que al día siguiente tendría moretones que serían bastante dolorosos.
Volvió a estornudar justo cuando pensó que todo se había acabado, gruñendo por lo bajo mientras regresaba a su lugar bajo la pesada mirada de todos. Qué manera de perder su compostura, odiaba tener un estornudo tan delicado como muchos decían, arruinaba su estética de "delincuente".
Estornudó una vez más, pero la sensación se había ido por completo, por lo que solo suspiro aliviado, tomando su libreta de la materia para poder dejarla en una hoja sin nada en ella, esperando que la clase iniciara.
Ignoró la sensación de ser el centro de atención y siguió con su día, sabiendo que esto iba a propagarse por toda la maldita escuela.
--- ¿Qué lees?--- escucho el rubio de la nada, haciéndolo saltar levemente solo para mirar mal a la persona que tenía al lado, pero sus facciones se suavizaron al ver qué solo era el tipo de cabello morado del día anterior.
--- Ah, lo siento, no quería asustarte, ¿Cómo estás? Cierto, no me conoces, yo soy Shinso Hitoshi, estoy en tu clase, me siento atrás de ti pero creo que no lo has notado, ¿Cómo están tus heridas? La otra vez estaban bastante mal y- ahora que lo pienso no somos siquiera extraños, lo siento, debe ser incómodo para ti-
--- Es el Resplandor, de Stephen King...--- murmuró el Omega al verlo así de nervioso, dejando el objeto de lado para poder ver al pelimorado mejor.
Estaba en la azotea, era el lugar más tranquilo y no quería ser castigado por su madre de nuevo por crear una pelea aún después de su amenaza, sigue dolido por sus palabras pero la vida tenía que seguir, después de todo.
--- Ah, sí, no me gustan mucho los libros de terror... Prefiero los de crimenes o fantasía.--- el Alfa masajeó su cuello.
--- Bueno, yo prefiero leer romance pero un género diferente de vez en cuando no le hace daño a nadie.--- bromeó, sonriendo con cariño ante la suave risa del contrario.
--- Supongo que tienes razón.--- comentó, sentándose frente a él pero separado, como si quisiera mantener su distancia.
--- Ayer...--- comenzó el pelimorado, atrayendo una de sus rodillas a su pecho. --- Ayer vi lo que tú madre te hizo...--- dijo sin más estribos, pero Katsuki sintió como si le hubieran dado un golpe en el abdomen, sacándole todo el aire de sus pulmones.
Resulta que se había atragantado con su propia saliva.
--- ¿A-A que te refieres?--- hablo tratando de lucir tranquilo pero su voz estaba algo ronca debido a que las ganas de toser cada vez lo inundaban más, por lo que tuvo que aguantarse un poco.
--- Escuché lo que te dijo y yo... Uh, yo quería pedirte disculpas...--- el ceniza se confundió aun más, frunciendo sus cejas para después levantarse abruptamente. --- Creo que la manera en la que todos te han tratado en solo estos dos días han sido mediocres, no deberías tener que soportarlo después de todo lo que ella hace, supongo que ella es la razón por la que te hiciste esas cortadas en los brazos, se que mis disculpas no valen nada pero si tan siquiera puedo hacerte ver qué no-
--- A ver, espera un segundo.--- interrumpió el ceniza, levantando su mano para hacer énfasis en sus palabras, denotando un pequeño temblor en las mismas.
--- ¿Me estás pidiendo disculpas porque me tienes lástima? ¿O porque crees que soy un Omega débil?---
Shinso palidecio, levantándose rápidamente para tratar de explicarse a si mismo.
--- ¡No, no! ¡No lo hice con esa intención! ¡Solo quería disculparme porque todo el mundo te trata mal y no es justo! ¡No es justo que solo por ser diferente alguien te lastime y diga cosas hirientes hacia ti! ¡Eres un Omega, pero eso no cambia el hecho de que seas un ser humano y merezcas ser tratado como tal!--- gritó mirando al suelo antes de soltar un jadeo de sorpresa para después elevar su mirada.
--- Oh... Eso es... Bastante dulce de tu parte...--- murmuró Katsuki sin saber que más decir, sintiendo sus mejillas calentarse ante aquellas palabras que jamás en su vida había escuchado.
--- Lo siento por lo que dije, no creí que... Que eso pensaras.--- soltó una risita tonta, evitando mirar a los ojos al pelimorado.
Se sentía tan avergonzado.
Hitoshi por otro lado, se sonrojó al ver el rostro del Omega, volviendo a mirar al suelo para pensar en como seguir la conversación.
--- No te preocupes,--- dijo el rubio después de un rato. --- no dire nada a tu manada, se que a ellos no les gusta gente como yo, pero gracias de nuevo, de verdad aprecio tus palabras.--- en ese momento, el timbre de la escuela sonó, dando a notar el final del receso, por lo que, con una última mirada, Katsuki se despidió para dirigirse al salón.
Y Shinso sintió como su corazón casi se salía de su pecho con solo hablar un rato con ese chico.
--- Muy bien, chicos.--- hablo el profesor de educación física, aplaudiendo para intentar transmitir su falsa emoción, ya había pasado casi una semana en esta nueva escuela.
--- Hoy haremos carreras de relevos, vayan a cambiarse y no olviden su botella de agua.--- avisó, recibiendo un "sí" como respuesta por parte de todos.
Katsuki estiró su cuerpo, tomando su ropa para ir a cambiarse.
O eso esperaba.
--- ¿A donde crees que vas?--- se detuvo justo cuando estaba en la puerta, dando un sonoro suspiro para girar y encontrarse con la fastidiosa cara de un Alfa. --- ¿No es obvio?--- respondió con sarcasmo, dándole la espalda para entrar al lugar, solo para ser empujado al suelo.
--- Es el baño de hombres, tú no lo eres, un Omega como tú es igual que una mujer, lárgate.---
--- ¡Nosotras tampoco lo queremos aquí!--- escucho a lo lejos, por lo que, a regañadientes, se levantó decidió esperar a que todos se cambiarán de ropa para poder entrar él.
Una vez que los pasillos estuvieron solos, fue al baño y se puso la camisa blanca y los shorts azules que me habían dado como uniforme, saliendo rápidamente para poder llegar a tiempo.
--- ¡Muy bien, ahora, niñas en un grupo y los niños en otro!--- escuchó gritar al entrenador, por lo caminó hacia el grupo de chicos sin hacer mucho escándalo.
--- ¡Profesor, Bakugou está aquí! ¡¿No debería ir con las niñas!?--- Katsuki miró mal a ese individuo, gruñendo levemente mientras se acercaba de forma amenazante hacia el muchacho, a la mierda las reglas de su madre.
O eso iba a hacer, pero el maestro se le adelantó al darle un golpe en la cabeza con su libreta.
--- Bakugou no tiene porqué ir con el equipo de las niñas, no fastidies y guarda silencio.--- mencionó con su voz algo extraña, como si lo estuvieran obligando a hacer algo que no le gustaba. --- Como sea, hagan equipos de 4, el festival deportivo está a la vuelta de la esquina y si su grupo quiere ganar un premio hay que practicar.--- jadeos de molestia se escuchó por parte del grupo, pero lo hicieron de todas formas.
Katsuki se quedó parado, viendo como la mayoría del salón se dividía en dichos grupos, pero él, como era de esperarse, se quedó solo.
--- ¿No tienes grupo?--- preguntó el maestro, asustándolo, pero pudo fingirlo con una sonrisa.
--- Ah, sí, creo que todos están completos, uy, ni modo, creo que me sentaré en las gradas-
--- ¡Ustedes!--- volvió a sorprenderse, siendo tomado de su brazo de forma brusca para guiarlo con tres muchachos. --- Son solo tres, ¿Y su cuarto integrante?--- un chico, de lentes y cabellos azules como el mismísimo cielo, habló.
--- No tenemos, maestro.--- explicó, mirándolo fijamente.
--- Muy bien, aquí tienen.---
--- ¡Pero- ¡No queremos a un Omega en nuestro equipo!--- gritó uno que tenía cuernos, soltando feromonas de furia hacia el maestro.
--- Es eso o ustedes terminarán limpiando todo el patio después de clases.--- amenazó el mayor, mirando fijamente a los tres jóvenes, dos Alfas y un Beta, mientras sus facciones se deformaban en derrota.
--- Está bien, como sea, igual vamos a perder, aunque será más humillante con un Omega.--- refunfuño, tallando su rostro. --- ¡Perfecto! Los veo en la línea de partida.--- y así, el mayor desapareció, comenzando a formar las competencias.
--- Uh, hola...--- murmuró Bakugou, tratando de hacer las cosas un poco llevaderas, ya que el silencio era muy incómodo.
--- Hola.--- respondió el Beta, pero tan pronto lo dijo, recibió un golpe por parte del cornudo.
--- Hagamos esto, no queremos ser tus amigos, solo aleja-
--- ¿Cuál es tu Quirk?---
--- ¡Midoriya!--- gritó el peliceleste hacia el castaño.
--- Oh, puedo hacer explosiones con mi sudor.--- el Omega estiró sus brazos y activo su peculiaridad, soltando unas cuantas chispas antes de que una pequeña explosión naciera de sus palmas. --- Eso es increíble, ¿Puedes hacerlas más grandes?--- volvió a preguntar el Beta, acercándose más a él.
--- Pues-
--- Ya basta, Midoriya, o van a creer que eres más rarito de lo que ya eres.--- gruñó el de lentes, por lo que el chico solo bajó su mirada y cesó con las preguntas. --- Como sea, vamos a perder, eso es seguro, así que no importa como nos acomodemos.--- explico, mirando mal al Omega antes de darle un empujón en su hombro.
--- Tú, ve a sentarte por allá-
--- ¿Enserio? ¿Qué, quieres que te traiga tu medicina, tu comida? ¿Por qué piensas que te voy a hacer caso?--- respondió, cruzándose de brazos como un signo de intimidación. --- Oh, no lo sé, ¿Tal vez porque eres inferior a cualquier persona aquí? Un Omega como tú es peor que la basura, ni siquiera nosotros queremos estar contigo.--- respondió el de cuernos, que sinceramente comenzaba a plantarse un homicidio.
--- Ya veo, ¿Entonces el hecho de ser un Alfa te da el derecho de tratar hasta los Betas de una forma tan miserable? No te preocupes, cabrón, nadie se muere por estar con perdedores impotentes como ustedes dos.--- la cara de los muchachos hizo que cada palabra valiera, pues estaban tan ofendidos por sus palabras que sus mejillas se tornaron tan rojas como una fresa.
Katsuki miró al peliverde, dedicándole una sonrisa cariñosa antes de estirar sus brazos.
--- Iré al final, si no les molesta, creo que practicar un poco no me haría mal.--- mencionó, dándoles la espalda para ir hacia las gradas, escogiendo un lugar con sombra y lejos de la gente al mismo tiempo, ahí, se quedó a observar las carreras de las chicas, podía notar que muchas ni siquiera se esforzaban, ha de suponer que siempre perdían en los festivales deportivos.
Pero que salón tan patético le tocó.
Decidió acostarse, su turno iba a tardar si esto seguía con ese tipo de velocidad, igual no es que le importara... Oh, esperen, debería ir a calentar antes de iniciar la carrera, no quiere que le dé un calambre en medio de la competencia.
Lo que Katsuki probablemente no ha notado, porque es un idiota en esos aspectos, es que la mirada de todos estaban en él desde que llegó al patio, y no de la forma en que era el único Omega o por todo lo que había sucedido el día anterior, si no por su maldita confección física.
Su Quirk, como su madre, tiene glicerina, lo que provoca que su piel sea tan pura como la piel de un bebé, incluidas sus piernas, y todos estaban viéndolo sin que lo notara, o bueno, bajan su mirada cada que pasaban a su lado.
--- ¡Muy bien!--- gritó el maestro después de un tiempo, tallando el puente de su nariz, algo fastidiado.
--- Ninguno de los equipos lo está intentando, así que hagamos esto, son 7 equipos de cuatro, así que serán dos rondas, una de 4 equipos y la otra de tres , los equipos que ganen, no solo podrán ser parte del equipo para el Festival, tampoco tendrán que limpiar el patio durante todo lo que queda del semestre.--- eso sí que emociona varios, pues pronto, todo el mundo tomaba la carrera más enserio.
Excepto su grupo, ellos estaban seguros de que no ganarían.
--- ¡Primeros equipos! ¡Los primeros que quieran participar den un paso!--- Katsuki sintió un escalofrío en su espalda, como si la mirada de alguien estuviera puesta en él, por lo que giro su cabeza de un lado a otro hasta que los encontró.
Kariage y su grupo de tontos estaban en la esquina, parece que se tuvieron que dividir en dos grupos pero eso no le importaba, lo que le parecía extraño era como no hablaban entre ellos, solo... Lo miraban.
Entrecerró sus ojos, levantándose de las gradas de forma sigilosa, el silbato había sonado, por lo que decidió acercarse a la orilla de la pista con los demás, viéndolos correr.
Supone que tendría que enfrentarse con ese grupo de payasos en la siguiente ronda.
--- ¿Estás listo?--- dio un pequeño salto, soltando un chillido para nada varonil mientras veía al chico de pecas que estaba en su equipo. --- A-Ah, lo siento, nos toca después de esta ronda, contra Kemuri y Tojori.--- explicó, masajeando su cuello ante la vergüenza.
Katsuki sonrió, golpeando su hombro de forma juguetona.
--- Oye, no te veas así, si te esfuerzas podemos ganar.--- alentó, mirando como el otro equipo corría.
--- ¿Contra la manada de Kemuri? Pff, claro, lo bueno es que están divididos pero no creo que aún esforzándonos con toda nuestra fuerza podríamos ganarles, solo estoy feliz de que Monoma y Shindo no vayan a competir contra nosotros, son muy agresivos.--- Bakugou miró al chico, era más grande que el por centímetros pero con ese cuerpo se notaba a kilómetros que no hacía ejercicio.
--- Tú solo observa como limpio el suelo con esos idiotas.--- el chico palidecio ante esto, pues eran muy pocos los que se enfrentaban a esa manada, y los que lo hacían, terminaban muy lastimados tanto física como emocionalmente.
Pero este chico parece decidido.
--- Prepararé el botiquín...--- murmuró el beta, desapareciendo de su lado.
Katsuki dio un suspiro, sacudiendo su cuerpo, si lo que dijo Midoriya era verdad entonces iba a luchar contra Shinso, el idiota Kariage, su otro amigo castaño y otro idiota irrelevante, esto sería interesante.
--- ¡Muy bien, el equipo de Monoma gana!--- y con un grito de celebración por parte del salón, ahora era su turno, por lo que se puso en la línea de salida para esperar su relevo.
--- Parece que vamos a enfrentarnos, huh.--- Kariage llegó a su lado, con ambas manos en sus bolsillos.
--- Seh, la verdad estaba ansioso de hacerlo, espero que te guste comer polvo, imitación barata de Alfa.--- no hubo respuesta, y eso hizo que el Omega lo viera, confundido.
--- Hagamos una apuesta.--- dijo después de un rato, justo cuando el maestro estaba acomodando a los primeros en participar.
--- Si yo gano está carrera,--- comenzó Katsuki, mirando fijamente al azabache. --- tú me regalas un chocolate todos los días.---
--- ¿Y por qué crees que haré-
--- Me gustan, y no quiero gastarme mi dinero en eso.--- explico brevemente.
--- Olvídalo.---
--- Hm, cobarde.--- el Omega, sonriente, observo como una vena saltaba del enojo en el cuello del Alfa.
--- Está bien, pero si yo gano, tú te vas a parar frente a todo el salón y dirás que los Omegas son seres inferiores a los Alfas.--- se cruzó de brazos, este si era un verdadero castigo.
--- ¡Esta bien! ¡Solo para que lo sepas, me gusta el chocolate blanco y las almendras!--- gritó, yendo hacia el punto de salida.
El pitido de inicio no tardo en escucharse, y los equipos salieron con su respectivo jugador, Katsuki no hizo ningún tipo de expresión al ver cómo su grupo no se quedaba atrás, pero tampoco llevaba la delantera. Al segundo relevo en el cual los tres equipos llegaron al mismo tiempo, fue cuando Hitoshi salió, y parece que también tiene algo de energía debajo de esos huesos flácidos, pues logro liderar la carrera y mantener a su grupo como el primero, después vino Deshida, si mal no recuerda, a él casi lo alcanzaba Midoriya, pero pudo notar como el Beta bajaba su velocidad a propósito.
El Omega tomó su lugar en la línea de salida, lado a lado con Kariage pero sin dedicarle ninguna mirada, esperando cada quien a su respectivo jugador a qué les chocará la mano.
Relamió sus labios, afilió su mirada y ¡Clap!
El bullicio se aplacó a oídos de los corredores, centrándose solamente en el desafío que tenían en sus narices.
Kariage lideraba, una sonrisa maniática adornando sus facciones mientras debajaba atrás al Omega, sabiendo desde el principio que esto sucedería.
Sin embargo, en un momento que no espero, en una curva que tomó, en un aliento que recuperó, la esbelta figura del rubio lo pasó de largo, y todo lo vio como si fuera en cámara lenta.
El rostro del muchacho distorsionado en seriedad, el aire moviendo su cabello, el sudor haciendo brillar su piel aún más bajo el sol, sus brazos moviéndose a la par de sus piernas...
Gruñó, apretando sus dientes para comenzar a exigir más a su cuerpo, no iba a perder contra un patético Omega, no frente a todos y no frente a su manada.
Se acercó, pero cada vez que lo hacía, Katsuki aceleraba aún más, dejando un espacio casi inexistente entre ellos, pero al final, y para su muy mala suerte, Bakugou fue el que llegó a la meta, no él.
Había silencio, nadie gritaba, solo podían ver al chico ganador sin palabras en su boca, inclusive el maestro, quien seguía con su mano apuntando el cielo.
--- ¡Hah!--- exclamó Katsuki, deteniéndose de a poco para darse la vuelta y colocar sus manos sobre sus rodillas, tratando de calmar su respiración mientras sus mejillas casa vez se teñían más de rosa.
--- ¡Tómala, no entrené cómo idiota para nada! ¡HAHAHAHA!--- soltó una risa histérica, pero al entender el ambiente a su alrededor, se calló, colocando su mano sobre su boca mientras el rubor viajaba hasta sus orejas.
--- ¡Lo lograste, enserio ganaste!--- exclamó Midoriya, el beta intento correr hacia el chico pero el Alfa de cuernos lo detuvo, tomándolo del brazo antes de colocarlo detrás de él, una expresión de odio firme en su rostro.
Katsuki rodó sus ojos.
--- ¡Agradezcan imbéciles, gracias a mi ganaron, flojos de-
--- ¡¡BAKUGOU!!--- el gritó de su maestro regreso a todos de su trance, recibiendo ahora el centro del atención. El adulto fue hacia el rubio y colocó una de sus manos sobre el hombro del mismo, una sonrisa apasionada adornando su sudorosa cara. --- Eso fue una increíble demostración de fuerza y rapidez, mantuviste tu posición aún cuando tú equipo no dio nada de si, ¡Eres perfecto para el festival deportivo! ¡Tal vez ahora está perdedora clase por fin pueda ganar algo!--- gritos de indignación resonaron por el campo, pero el docente lo ignoro, tomando al chico de su brazo.
--- ¡Kemuri, Shindo, Monoma!--- los mencionados se pusieron firmes.
--- ¡Vamos a mi oficina, ustedes serán el equipo que represente su clase!---
--- Ni siquiera me dejó decirle que no...--- murmuró el Omega para sí mismo, soltando un suspiro cuando el maestro termino de hablar con ellos, a sus lados, los otros tres idiotas estaban.
--- ¿Qué? ¿Ya te acobardaste?--- se burló Neito, sonriendo de forma altanera. --- No, no es eso...--- fue su respuesta, y se fue del lugar, dejando a los tres Alfas confundidos y a la vez escépticos ante su voz tan triste.
--- Pff, omegas, nadie los entiende.--- Shindo masajeó su cuello, optando por mirar a su líder. --- ¿Que haremos ahora? Realmente no quiero pasar tiempo con ese tipo...--- Kariage suspiro, tallando sus ojos ante la fatiga que todo esto le estaba causando.
--- Tendremos que hacerlo de ahora en adelante... Espero que no sea por mucho.--- mencionó Monoma, estirando su cuerpo mientras caminaba por los pasillos con sus amigos. --- La verdad quiero ganar este festival, los demás del salón solo se la pasan jugando cuando deberían estar haciendo otras cosas, es un desperdicio de energía... Pero quién sabe, a lo mejor con ese pedazo de basura podamos ganarle a los de último grado.--- explico Shindo, sacando unos pockys de su bolsillo del pantalón.
--- ¿Podrían callarse? Ya tengo bastante con la maldita apuesta que perdí con ese cerdo, no quiero volver a escuchar su nombre nunca más.--- refunfuño el líder, golpeando su cabeza contra sus manos.
--- ¿Y que era la apuesta? ¡No puede ser! ¿¡Vas a fingir ser su pareja!?--- exclamó Neito con pánico, colocándose frente al muchacho para detenerlo.
--- ¿Qué? No, me pidió que le comprara un chocolate todos los días.--- los otros dos se veían confundidos, abriendo y cerrando su boca para intentar decir algo.
--- ¿Chocolate? ¿Solo así? No algo como, no sé, ¿Más humillante? Quiero decir, si sabía que iba a ganar debió de apostar más.---
--- No ayudas, Neito, voy a romperte los dientes si sigues hablando.---
--- ¿Te dijo porqué?---
--- Solo que no quería gastar más dinero en eso.--- Yō paso su mano por su barbilla, pensando.
--- Como sea, ayer compré el videojuego nuevo que salió en la tienda, ¿Qué hacemos?--- explico, pasando su brazo por los hombros de Monoma.
--- ¡¿Enserio lo tienes!? Iré a tu casa, me quedaré como el parásito que soy.--- exclamó dando saltos pequeños para después desaparecer por el pasillo, a lo que los otros dos sonrieron ante sus reacciones.
--- ¿Qué hay de ti? ¿Vas a acompañarnos?--- preguntó después de un tiempo.
--- Ah, si, claro, pero no sé si pueda quedarme a dormir, mi hermana me pidió que la ayudara con su tarea.--- Shindo asintió, sonriéndole mientras le daba una palmada en su hombro.
--- Puedo esperarte toda la noche, no te preocupes.---
--- Eso no-
--- ¡Nos vemos en mi casa entonces!---
Kariage solo pudo suspirar, decidiendo dejar el tema de lado para ir por su mochila ya que las clases se habían terminado con todo lo que tardaron hablando con su maestro de Educación Física. Lo primero que notó fue el Omega estaba guardando sus cosas con un aura de tristeza a su alrededor, haciendo sentir a todos en el aula incómodos.
Pero no duró mucho, ya que al terminar, tomó su mochila y la puso sobre su hombro, mirando al suelo para retirarse rápidamente del salón.
--- ¿Qué le pasa a ese rarito?--- escucho murmurar.
--- Uhg, aún no puedo creer que nos pusieran a un Omega aquí, ojalá se caiga de las escaleras o algo.---
--- Pff, concuerdo contigo, son inútiles, no se porqué se esfuerzan tanto en darle un lugar en el mundo si igual no van a hacer nada heroico.---
--- Deberían darle más crédito a ese muchacho, le ganó a Kariage hoy en las carreras.---
--- ¿Y eso a quien le importa? Si gana o no, si es fuerte o es débil, igual es un Omega, apuesto que tampoco ganaremos con él en el equipo de relevos.---
El Alfa tomó su mochila, no sabía porqué todos estaban tan a la defensiva contra el Omega, quiere decir, él también lo está, pero hay algo en ellos que lo hace sentir algo ansioso.
Movió su cabeza, saliendo del salón y caminar hacia la puerta principal de Aldera, encontrando al susodicho en la banqueta, esperando a alguien. Su ánimo seguía por los suelos por lo que podía observar.
Se detuvo, mirándolo fijamente, no paso mucho cuando un auto estacionó frente al chico, quien con la cabeza baja, subió al mismo sin decir nada más.
Había algo en todo eso que le daba un sentimiento de pesadez en su pecho.
Katsuki entro a la escuela sin ganas de insultar a nadie, su anterior pelea con su madre lo había dejado agotado tanto física como mentalmente. Quizás fue en la forma que se decepcionó o en la manera que le empujó por todos lados, pero sentía que a su madre ya no le importaba, jamás debió de sobresalir tanto en Aldera pero ya no tenía manera de huir.
Uhg, todavía le duelen sus costillas, está seguro de que casi le rompe una.
--- Oye.--- saltó ante la voz de alguien detrás de él, dándose la cuenta rápidamente para encontrar a su "líder de manada".
--- Ah, solo eres tú, ¿Que necesitas?--- murmuró lo bastante audible, aún mirando el suelo, de verdad que no quería escuchar nada de él.
Para su sopresa, su mirada captó una barra de chocolate frente a él, por lo que, con sumo cuidado, la acepto, mirando al muchacho con incredulidad antes de recordar porqué se la daba.
--- Oh.--- mencionó. --- No creí que lo harías...--- confesó, pero sintió como una sonrisa se hacía paso en su rostro al notar que era uno con almendras.
--- ¿Por quién me tomas? Te odio pero nada cambia que hicimos una apuesta, sería patético si no la cumpliera.--- gruñó el contrario, quien al verlo de esa forma no pudo evitar sentirse un poco mal al pensar que solo se lo iba a aventar a la cabeza.
--- Gracias.---
--- Como sea.--- y con esto, el Alfa se fue, pero no estaba consciente de que su regalo alegró al Omega por el resto del día.
Y fue demostrado tan pronto entro al aula.
Cómo siempre, recibió miradas de odio por parte de los Alfas y los Betas huyeron de su camino con temor de ser relacionados con él, pero los ignoró a favor de sentarse en su lugar comer felizmente su chocolate.
La chica a su lado, que jamás se centro a saber su nombre, lo estaba mirando fijamente, podía sentir sus ojos clavados en su cuello por alguna razón, por lo que, de un momento a otro, conecto miradas.
Fue incómodo, por decir menos, porque parecía que estaban jugando a quien parpadeaba primero, aunque en realidad, una pensaba en matar a alguien y el otro en si debería hablar o simplemente seguir con lo suyo.
--- ...¿Quieres?--- murmuró después de lo que pareció ser una eternidad, apuntando el chocolate hacia la chica, quien salto un poco ante su voz pero siguió mirándolo.
--- ¡Hah! ¿¡Por qué querría miles de calorías inservibles!? Para tu información, yo quiero estar bonita hasta mi boda, no voy a arruinar mi futuro porque comí muchas-
--- Oye, tú ya estás bonita, créeme que comer chocolate no va a cambiar nada de eso, así que, ¿Quieres o no?--- la chica, lejos de verse indignada se veía sorprendida ante sus palabras, incluso él lo estaba, una ola de vergüenza paso desde su estómago hasta su rostro, sintiendo como el rubor aparecía hasta sus orejas.
No dijo nada, solo levantó su mano, tomó un pedazo y dejo de verlo, por lo que hizo lo mismo, no queriendo ser irrespetuoso siendo que todos estaban tranquilos por una vez en sus jodidas vidas de adolescentes.
El lugar quedó en silencio, las suaves platicas de los demás cayendo a segundo plano mientras Katsuki comía y leía en tranquilidad.
O eso era, hasta que sintió escalofríos como advertencia antes de que su parche aromático fuera arrancado de su cuello de forma forzosa, haciéndolo saltar de su lugar como si alguien lo hubiera electrocutado.
Miró a quien lo hizo, no era de su edad, lo noto rápidamente por su altura y lenguaje corporal, lo cual era alarmante, pues ellos eran mucho más fuertes que él, y se notaba que no venía solo.
--- Pff, desde el inicio quería ver quién era ese Omega que fue aceptado en esta escuela, debo decir niño, eres lindo, apuesto que tu aroma debe de ser dulce.--- hablo con un tono rasposo, jugando con el parche del muchacho.
Katsuki podía sentir que todos lo estaban mirando, pero el solo tenía en mente no quitar su mano de su glándula aromática, pues las feromonas de un Omega en un lugar lleno de Alfas pubertos solo conducirian a un desastre, por lo que intento tomar su mochila pero el mismo cabrón se lo impidió, empujándolo lejos.
--- Ah, ah, ah, no seas desobediente, quita tu mano, anda.--- retrocedió un poco, sabía que esto iba a hacer que muchos le perdieran el miedo, pero era peligroso para sí mismo que esto sucediera, pero justo cuando iba a correr a los baños, choco contra alguien, quien lo tomo bruscamente de su cabello y lo tiro al suelo.
Bakugou comenzó a patalear, rasguñando lo que tenía en frente mientras las feromonas de pánico surgían por todo el salón, pudo notar por el rabillo del ojo como varios retrocedian y cubrían su boca y nariz con su mano, eso significaba que su aroma ha estaba al aire libre.
Katsuki sentía una furia indescriptible recordiendo cada parte de su piel, pero no podía conectar ningún golpe pues el peso de ese Alfa seguía sobre él y no importaba cuántas veces se moviera, no se movía en absoluto.
Inhaló.
Logro sacar su mano.
Se recargo en la pared.
--- ¡¡QUÍTATE DE ENCIMA, BASTARDO INFELIZ!!--- una fuerte explosión sacudió el lugar, y Katsuki vió el momento perfecto para darle una patada y levantarse del suelo.
Todos lo miraban, una vez más, pero no podía hacer más que intentar calmarse, si su pánico se convertía en miedo, los demás presentes iban a saltarle encima, y no quería ser marcado en contra de su voluntad, muchas gracias.
--- Vaya, el Omega se defiende...--- se burló el líder de aquella manada, ni siquiera perturbado por el hecho de que uno de sus compañeros estuviera en el suelo con la cabeza pintada de negro, bien, pero mareado, después de todo el rubio no quería lastimarlo.
--- Pero necesitas esto, ¿No?--- mencionó mientras le mostraba su mochila, su sonrisa sin borrarse.
Katsuki gruñó por lo bajo, un sonido grave y de advertencia que sorprendió a muchos ahí presentes.
--- Entregame mi maldita mochila.--- amenazó con un tono calmado, sentía como el pánico poco a poco se transformaba en furia, y eso no era bueno. --- Sabes lo que pasa cuando retiras el parche aromático de cualquier persona, cabrón, si me das mi mochila no le diré a los maestros.--- gruñó de nuevo, recibiendo uno por parte del mayor.
--- Ven y quítamela tu mismo, dulzura.---
Hay un tenso ambiente en el salón, y Katsuki se pregunta dónde mierda está la maestra odiosa que le toca a esta hora, no quería volver a pelear con alguien teniendo en cuenta lo mucho que su madre se enojo la anterior vez, pero, ¿Qué le quedaba? Esta seguro de que no habrá de otra.
Miró al Alfa, retrocediendo un paso antes de que este se abalanzara contra él, por lo que, sin pensar, soltó un golpe directo a su cara que los hizo caer a el suelo a ambos, sin embargo, sin esperar ni siquiera un segundo, Bakugou se dio la media vuelta y salió corriendo hacia las escaleras, tenía que separarse de la gente o sería peor para todos.
Cuando llegó a la azotea sin encontrarse con ningún enemigo decidió dejarse caer en las jardineras que habían ahí, tratando de recuperar su aliento y de calmar sus feromonas.
--- Maldita sea...--- murmuró, tallando su rostro con fastidio y preocupación, pues tan pronto su madre se enterará de esto, la pasaría peor, y no está preparado para otra pelea con ella que seguramente dejará en claro que no es importante para ella.
--- Uhg...--- se abrazo a si mismo, cerrando sus ojos mientras pensaba en todas las cosas que pudieron haberse evitado ese día.
Y tan feliz que venía gracias al chocolate que Kariage le dió.
Katsuki, cansado, se quedó en aquella sombra durante varios minutos, sin esperar a que nadie viniera por él ya que seguramente nadie sabía dónde estaba, pero tarde o temprano tendría que bajar y enfrentarse contra su salón/maestros, y no está preparado para ello.
Suspiro, pero en ese momento, la puerta de la azotea fue abierta de par en par, lo que lo hizo sentarse y mantenerse alerta, pues tal vez aquellos Alfas siguieron su olor como los bastardos que son y lo encontraron.
Pero para su alivio, solo era Kariage.
--- Lo suponía.--- fue lo primero que dijo, confundiendo al Omega.
--- ¿Huh?--- respondió de forma patética.
--- Que estarías aquí, como sea, toma.--- lanzó la mochila del muchacho sin cuidado hacia Bakugou, quien algo torpe logro atraparla. --- Ah, uh, ¿Eh?--- volvió a decir, no teniendo palabras para expresar su sorpresa.
--- Quiero preguntarte algo.--- mencionó, sentándose a su lado con su mirada aburrida mientras Katsuki sacaba un parche y lo colocaba rápidamente en su cuello, aliviado de que su aroma estuviera una vez más al incógnito.
--- ¿Que sucede?---
--- Si podías con él desde el principio, ¿Por qué dejaste que te atacarán así?---
Hubo silencio entre los dos, pues Katsuki no sabía cómo responderle sin sonar como un estúpido.
--- Sabes...--- inicio, mirando al horizonte aún cuando la mirada de Kariage estuviera puesta en él.
--- Las feromonas de un Omega son exquisitas al olfato Alfa, si ese chico me olía pues... Huh, terminaría conmigo en el suelo con el trasero en algo mientras el entra en su Rutina y yo en Celo.--- sintió como el chico salto un poco ante eso, pues aquellos temas no eran muy comunes de hablar con la gente, son brevemente explicados en escuelas de Alfas, después de todo.
--- Y...--- continuo. --- Al mismo tiempo, si suelto fermonas de miedo hacia un Alfa y hay otros presentes, lo que pasaría es que sus instintos se liberarían y me protegerían con tal de demostrar que son la mejor pareja... Y bueno, una pelea así en una escuela como esta no sería muy bien vista, ¿Sabes?--- mencionó con una risita, pero no sentía ningún tipo de gracia ante el peligro que él representa para todos.
El lugar se sumió en una incómoda burbuja, pues tanto el rubio como el azabache no sabían cómo continuar con esta conversación.
--- ¡Cómo sea!--- gritó el Omega, levantándose de su lugar de la nada.
--- Probablemente no te interesa y probablemente debería irme porque me odias y si nos ven juntos será algo muy malo para ti, nos vemos oh poderoso líder de manada, ¡Espero mi chocolate mañana!--- y huyo del lugar una vez más, tomando su mochila para desaparecer por la puerta y no mirar atrás.
Kariage lo miró irse, sintiendo como algo cálido se formaba en el interior de su pecho mientras su lobo interior aullaba por alguna razón.
¿Debería haberle dicho que el salón entero le cubrió la espalda cuando la maestra llegó a preguntar que había sucedido? Todos odiaban a esa manada, no era de esperarse que hicieran todo lo posible que se fuera de la escuela.
Oh bueno, se dará cuenta tarde o temprano.
--- Y cuando tengas este número ya en positivo se consigue la demás ecuación, que sería dividirlo contra la cantidad A y multiplicarlo por la cantidad X.--- explico el maestro, escribiendo en el pizarrón con flojera.
--- Muy bien, hagan este ejercicio y vengan a revisar, quien los termine tendrá puntos extra, solo revisaré hoy.--- y con esto, el lugar quedó en silencio, solo podía escucharse el lápiz contra el cuaderno.
El Omega suspiró, tomando su cuaderno para ir al escritorio y dejar el mismo sobre él, sintiendo la mirada pesada de alguien en su espalda, quizá por la envidia de que termino exageradamente rápido o porque seguían algo confundidos con toda la situación del día pasado.
--- Muy bien, toma tu mochila y vete a biblioteca.--- demando el maestro, entregándole su libreta sin espacio para quejas.
El ceniza asintió, caminando hacia su lugar para guardar su cosas, pero a su lado, pudo notar que la chica a la que le había lanzado la bolsa estaba muy ansiosa mientras miraba fijamente su cuaderno sin escribir nada.
Le estaba dando al maestro la espalda, por lo que, sin dejar de mirar al suelo, susurró.
--- Es 73a + 21x - 2.--- la chica lo miró, confundida, pero escribió lo que dijo antes de que se fuera.
Katsuki sabe que si alguien más lo escuchó, se meterá en problemas, pero la chica se veía bastante pensativa y derrotada, serán sus instintos pero odia que la gente esté así a su alrededor.
Se sentó en una mesa sola de la biblioteca y comenzó a jugar con su teléfono, no tenían libros interesantes aquí después de todo, tal vez si metieran más fantasía o suspenso en vez de tonterías como "La Vida De Un Adolescente" o "¿Cómo Ser Un Alfa?" La gente vendría a leer y no a pasar el rato en silencio.
Se quedó ahí durante un rato, luego se aburrió de su teléfono por lo que ahora solo estaba sentado ahí, cómo idiota mirando cada pequeña cosa.
O lo hacía hasta que el asiento de su lado fue ocupado por la chica Alfa.
La miró confundida, pero está parecía ignorar aquello con tal de guardar un incómodo silencio antes de mirarlo fijamente.
--- ¿Cuál es tu plan aquí?--- cuestionó, tomándolo desprevenido.
--- ¿D-Disculpa?--- mencionó tratando de encontrar la lógica en su pregunta.
--- Dije, ¿Cuál es tu plan aquí? ¿Por qué estás aquí?--- repitió.
--- Uh, pues... ¿Pasar el año?--- fue su respuesta, inseguro de porqué, en un momento a otro, tuvo la duda.
Ella lo miró, entrecerrando sus ojos en busca de algo, pero parece que no lo encontró, por lo que exhaló y recargó su cabeza en su mano, mirándolo.
--- Soy Hamayo.---
--- O-Oh, soy Bakugou.---
--- Eso ya lo sé, genio, ahora.--- levantó su barbilla. --- ¿Que haces para que tus piernas estén así de bonitas?--- Katsuki se atragantó con su propia saliva, una vez más desprevenido ante la curiosidad de la chica.
--- Ah, uh, ¿Son bonitas?--- le pregunto incrédulo, sintiendo sus mejillas encenderse un poco.
--- ¿Eres ciego o que? ¿No viste que todos te miraban cuando corrías? Literalmente todos querían que les pisaras encima, debo mencionar que con esos muslos que tienes es fácil deducir que haces algún tipo de ejercicio, pero hey, el músculo no se ve tan tonificado por lo que tus piernas se ven femeninas, no voy a mentrte, mi grupo de amigas estábamos tan sonrojadas que parecíamos tomates, luego ganaste la carrera y comenzaste a gritar y creo que un cuarto del salón quiere vencerte, otra está enamorada de ti, otra moriría por tener tu cuerpo y la otra, entre esos yo, quiere ver qué tan pequeña es tu cintura, así que, párate y déjame medirla.--- mencionó sin pena, pero cuando la chica levantó su mirada no encontró una de furia o asco, si no un rostro teñido de rosa hasta sus orejas mientras Bakugou, inútilmente, procesaba esa información.
--- E-Entonces, uhm, ¿Solo quieres m-medir mi cintura?--- tartamudeo, sintiéndose extrañamente apenado aunque lo acaban de alargar.
Y Hamayo, muy a su pesar, encontró su nuevo pasatiempo.
Con una sonrisa malévola, asintió, sacando su cinta de medir mientras observaba cómo el chico se levantaba aún consternado por sus palabras.
--- ¿P-Por qué t-tienes una cinta de medir?--- preguntó, su valor de Omega fácilmente apagado por lo anterior.
--- Haré ropa, seré modista, siempre llevo una cinta, agujas, hilo y demás cosas, sirve cuando se te rompe el uniforme y no tienes repuesto.--- explico, tomando la cadera del chico (sonriendo aún más cuando salto ante el toque) para acercarlo a ella.
--- Sabes, para ser un chico que golpea a los Alfas sin miedo, eres muy débil a los cumplidos.--- bromeó, rodeando su cintura con el objeto, sorprendiéndose al ver lo pequeña que era.
--- Ah, si, lo siento... Es la primera vez que alguien me dice eso.--- mencionó sin pensarlo, pero supo que no era lo mejor al ver cómo las manos de la chica se tensaban, rápidamente, se puso nervioso.
Y cuando se pone nervioso, su boca no deja de moverse.
--- A-Ah, bueno, ya sabes, soy un Omega, nadie va andar por ahí diciéndole a un "bueno para nada e inútil saco de huesos busca-penes" que es lindo, que tiene un buen cuerpo o que están enamorados de él, es ilógico.--- soltó una risa histérica, sintiendo como sus manos sudaban ante la absurda cantidad de palabras que salían de su garganta.
--- Ba-
--- Ahí estás.--- y una vez más, Kariage apareció de la nada.
No lo malentiendan, está feliz de que lo salvará de una burla bastante humillante, pero últimamente lo está viendo todos los días, casi como si lo estuviera siguiendo, todavía no entiende porqué fue hasta la azotea a darle su mochila o porqué parece más atento de costumbre.
Lo que lo incomodó, sin embargo, fue como Hamayo y él se miraron, parecía ser algún tipo de odio del que no se habia enterado porque si las miradas mataran, los dos estarían a diez metros bajo tierra.
--- Como vas a estar en el equipo del festival tenemos que entrenar, vamos al patio.--- mencionó sin dejar de mirar a la contraria.
--- Uh... ¿Y si digo que no?--- intentó, pero apenas terminó de formular su pregunta, Kariage levantó su rostro para observarlo de forma pesada.
Katsuki sintió un escalofrío pasar por su cuerpo, y no entendía el porqué pues podía con Kariage aún sin usar su Quirk, pero había algo en la forma de su postura o mirada que lo hizo levantarse sin pensarlo.
--- Ve con Hitoshi, te está esperando en la puerta de la biblioteca.--- Bakugou sentía como su Omega obedecía de inmediato, lo cual era extraño porque jamás lo había hecho con nadie, ni siquiera con sus padres.
En cuanto el Omega se fue, Hamayo se levantó de su lugar para mirar al azabache fijamente, retandolo.
--- Sé que eres territorial, Kemuri, pero no creí que lo fueras con alguien como él.--- mencionó, jugando con su cabello de forma intimidante.
--- No lo soy, por mi él se puede ir a la mierda.--- fue su respuesta, pero salió más defensiva de lo que había anticipado.
--- Entonces no te molestaría si lo hago parte de mi manada.---
--- ¿Y para que lo quieres en tu manada?--- preguntó rápidamente, cruzándose de brazos.
--- Oh, bueno, sería divertido tener a un Omega, en especial alguien como él, es bastante divertido y adorable...--- se acercó más al rostro del Alfa, y aunque Kariage fuera más alto que ella, la amenaza seguía ahí.
--- Ya inicie con el reclamo, te tardaste, Kemuri, solo es cuestión de tiempo para que sea nuestro.--- y con esto, la chica se fue, dejando al muchacho con una furia en su interior que solo su lobo interior entendía.
Katsuki iba a ser parte de su manada, no porque le quisiera, o porque fuera importante para el, solo porque era un capricho.
Mientras tanto, Katsuki, quien hablaba con Hitoshi sintió un escalofrío sin sentido antes de que el líder de dicha manada saliera de la biblioteca, mirándose más enfadado que de costumbre.
El Omega no dijo nada, no sabiendo que una batalla de manadas por él acababa de iniciar.
«- Mis ganas de hacer algo con Omega!Bakugou x una chica Alfa han aumentado, que no se noté JAJAJA
¿Qué les pareció el capitulo?
Son 8000 palabras y la verdad no sé si alcance a poner todo lo que quería jaja
¿Que esperan que pase en el siguiente capítulo?
¿Teorías o pedidos?
¡Lxs amo!
❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top