༺Sol༻
Ochako curaba las heridas de Eijiro, él parecía molesto. Limpió su labio y se alejó de él.
—Kiri, estás enojado. —Lo miró a los ojos. —Perdón, no pude alejarlos.
Era intimidante que ella mirara a sus ojos sin ninguna pizca de vergüenza, como si supiera todo con un sólo vistazo. Le sonrió torcidamente. —No es eso, Ochako.
Uraraka colocó el algodón sobre la bandeja plateada en su habitación. Habían ido a su casa, claro, sólo ellos dos, Katsuki se había ido a otro lado.
Kirishima se sentía algo intimidado por todo ahí, la habitación de Uraraka era agradable, pero tener a su madre mirándolos desde la puerta como si temiera que pasara algo le molestaba.
Ochako sonrió de lado, de una forma casi aterradora, como si le dijera con ello a Eijiro: entiendo.
—Amai-chan, vete —dijo mirándola. —Estamos bien.
La mujer suspiró —, llámenme si necesitan algo. —Cerró la puerta.
—¿Qué es lo que te molesta? —preguntó curiosa poniendo una bandita rosada con estrellas azules sobre el puente de la nariz de Kirishima.
El pelirojo sólo hizo una mueca, movió la cabeza negando la importancia de la respuesta.
—¿Es Bakugou-kun? —se sentó a su lado. —No conozco a su novia —comenzó a jugar su cabello. —Y eso es malo. —Llamó la atención de Eijiro con aquél comentario. —La odio, y no sé quién es. Veo que cuando él se va tu siempre frunces el ceño. Cuando Shinso convivía con alguien más me enojaba, cuando Mina alagaba el cabello de las demás me daban ganas de llorar —subió las piernas a la cama y recargó su rostro de lado en sus rodillas. —¿Estás celoso?
El rojo atacó sus mejillas —¡Ochako, eres sorprendente! —dijo incómodo. —Y aterradora.
Sonrió dulce. —Papá me enseñó a ponerme en el lugar de los demás —chilló alegre. —No estés triste, odiar no es malo.
—Es mi amigo, no debo sentirme así —gruñó frustrado.
Aquarius se envolvió en el cuerpo de Eijiro, jugaba su cabello rojo y con su lengua de humano y serpiente lamía la parte de atrás de su cuello; Ochako sólo prestaba atención a la lamia de escamas oscuras.
—Quizá es porque no le has dado una supernova —dijo neutral. —Le di una a Sho-chan y la ha encantado.
—¿Qué hiciste qué? —parpadeó miles de veces tratando de de descifrar la mirada cafeína de la castaña.
—Le di una supernova a Sho-chan —dijo extrañada, pensaba que hablaba normalmente.
—¿¡Y él qué hizo!? —preguntó ansioso.
—¡Me ha dado varias de vez en cuando, unas más pequeñas que otras! —dijo emocionada.
—¿¡Ah!? —la tomó de los hombros. —¿¡Es tu novio!? —dijo rojo.
Ochako lo pensó. —¿Novios? No, no lo somos —dijo sonriendo y mirando el rostro de Kirishima.
—¿¡Eh!?
Ochako llevó su dedo índice a su mentón. —¡Oh! Ya veo, tu dices que si le doy una supernova a alguien se convierte en mi novio automáticamente, entonces ¿Eres mi novio, Kiri?
Los vocablos se fueron de los labios de Eijiro.
—¿¡Tengo dos novios!? —chilló Uraraka sorprendida. —Una linda galaxia y un sol —dijo suave.
Uraraka miró de nuevo a Kirishima. —Debes darle una supernova a Bakugou-kun, así será tu novio ¡Y no el de ella! —festejó juntando sus manos.
—Las cosas no funcionan así —masculló.
—¿Entonces? —se tiró a la cama rendida. —Bakugou-kun es muy guapo, aunque tú no mereces un meteorito se verían muy bien juntos.
—No funciona así.
—Primero debes alejar a su novia, engullela ¡Los soles tienen una gran atracción gravitatoria! —alzó los brazos haciendo énfasis.
—No es normal, ambos somos hombres ¿Sabes?
—¿Eso que significa? Eres un sol, necesitas planetas, estrellas y una galaxia a los cuales le debes dar calor —sonrió.
—No entiendo mucho de lo que dices, Ochako —dijo acercándose a ella, recostándose de lado y picando sus mejillas. —Entonces tu eres mi estrella.
—Si, soy tu estrella, Kiri, gracias por darme calor —su voz tranquila y neutra era en cierta parte agradable. El pelirojo ya tenía el corazón en la garganta y ella estaba apasible sin una pizca de pudor.
—Estoy jodido —dijo Kirishima rendido.
—Puedo ayudarte —dijo animada. —¡Mi gravedad atrae a todo y lo engulle en el agujero negro! —señaló su cabeza. —Por eso Amai-chan no me deja convivir con los demás, porque tarde o temprano los acabo arrastrando.
—Que miedo —chilló Eijiro mirándola. Era tan linda, que sentía cierto odio por la naturaleza al haberla hecho a partir de un molde roto.
Uraraka miró sobre el hombro de Shoto, la novia de Katsuki le revolvió el estómago.
—¿Es ella? —dijo curiosa.
—Así es —Todoroki le dió permiso para que viera mejor.
—Es tan linda —musitó con las mejillas rosas. —La odio.
Shoto miró la escena y después acarició la cabellera de Ochako.
—Ya veo, ten cuidado con ella.
Uraraka sonrió de lado, y avanzó hacia la pareja, quería que el sol dejara de opacarse por nubes negras. Afiló la mirada y sacó aire tranquila.
—Bakugou-kun.
━━━━━༺NotaAn༻━━━━━
¿Quién quieren que sea la novia?
Tengo una idea bien hard.
Aviso que a quien le corresponda ser la piedra en el camino del Poliamor le daré hate en la obra.
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