༺Atajo༻

Estaba nerviosa, se miró frente al espejo. Acercó sus almohadillas al cristal, el cual al tacto crujió desmoronandose sobre el suelo.

Se estaba apagando, lo pudo ver en el espejo, estaba hueca. Su gravedad estaba atrayendo todo con desespero, no hay estrellas en sus vías lácteas, no hay planetas, todo se han ido al agujero negro en su cabeza. Necesita galaxias, galaxias brillantes, estrellas relucientes.

—¡No! —dijo autoritaria. Acomodó los pliegues de su vestido rosado y acomodó la camelia en su cabello. —Todo está bien, todo está bien, todo estará bien, todo estará bien, yo estoy bien. —Decía intentando recoger el vidrio en el suelo. Por primera vez saldría con amigos; irían al cine, con Asui: un planeta cálido y vivo, con Shoto: una galaxia heterocromática, con Kirishima: un sol, con Katsuki: un meteorito.

Estaría bien, estará bien, todo está bien.

Sonrió mirando el resultado, miró al reloj, sólo 15 minutos.

Quizá no todo salga bien. —Cetus se acercó a ella.

—Saldrá bien, Kiri confía en mí.

Kiri quiere el dinero de papá —opinó Aquarius.

—Bakugou-kun quiere el dinero de papá, papá tiene mucho dinero —masculló poniéndose los zapatos.

—¿Y Kiri, qué quiere? —preguntó enojado Cetus Borealis.

Ochako sonrió. —Él me dijo que supernovas.

La puerta se abrió, Amai entró despacio:

—Ochako, traje un poco de juego de durazno para ti —dijo suave. —Es para la suerte.

La gélida mirada de su hija la hizo apretar el vaso, Ochako continuó en el suyo.

—Recuerdo que esta posion la usaba Ashido-san ¿No es así? —le ofreció el vaso.

Notó los ojos hinchados de su madre, no quería hacerla sentir mal, ni ser responsable de sus lágrimas. Tomó el vaso y lo miró, el aroma a durazno la hizo sonreír suave y beber un sorbo.

—Te aseguro —dijo rota—, que estará todo bien .

Le entregó el vaso sin una gota, le sonrió enérgica: —¡Gracias, Amai-chan!

El corazón de la mayor se contrajo, liberando un tornado de emociones en su sangre.
Salió rápido de la habitación y bajó a la cocina para llorar amargamente en la privacidad del lugar.

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Le dió un sabor amargo mirar a la madre de Uraraka. Su cabello castaño estaba despeinado y su mirada cristalina, estaba llorando.

—¿Dónde está Ochako? —se apresuró a pasar Bakugou. —Se nos hace tarde, tráfico de mierda.

—Con permiso —dijo Eijiro. Pasó al lado de la mujer quien se quedó con las palabras en la boca.

—Tienen dinero, deberían enviar a un chófer por nosotros, lo que nos pagan no da para el transporte —dijo Katsuki subiendo las escaleras. La mujer corrió a detenerlo.

—¿Sucede algo, señora Uraraka? —habló Kirishima.

—Ella dijo que era mejor quedarse en casa —afirmó.

Bakugou la miró burlón.
—¿Bromeas? Se la pasó hablando de eso tres días enteros. —Apartó la mano de su hombro y subió.

Ochako estaba recostada, con la pijama encima, con el cuerpo entero cubierto por una sábana de cobijas.

—Hey, cara redonda, me jodiste tanto para que no decidas ir al final.

Kirishima llegó detrás de él.
La habitación era enorme, plagada de estrellas brillantes fosforescentes, a rosa pastel y helado napolitano.

Amai llegó por detrás. —Lo ven, parece que decidió no ir al final.

Bakugou gruñó marchándose, Kirishima miró por última vez el cuerpo de Uraraka.


La función había comenzado.
Shoto estaba platicando con Asui, Kirishima sólo prestaba atención a la película, habían comprado boletos para la película que Ochako deseaba ver.

Su celular sonó, contestó.

—¿Si?

—¡Oh! B-buenas noches, soy Kuri, quería preguntar cómo van las cosas con mi niña.

Torció los labios. —Buenas noches señor Kuri. Al final decidió no asistir.

—¿Eh? ¿En verdad? —notó la tristeza. —Lo siento mucho, en verdad pensé que asistiría.

—Yo también —dijo Kirishima.

—Gracias, perdón la molestia.

—No es nada —colgó la llamada.

Se levantó y salió camino al baño. Marcó el teléfono de Ochako, quizá podría convencerla. Sonaba y no respondía, insistió por un largo rato, hasta que se rindió y volvió a la sala.

Terminó la película, se despidió de todos y se fue a donde tenía que esperar a Bakugou, quien se había ido a otro lado.

Su celular sonó, no hizo caso, estaba bebiendo un frappé que había comprado a la salida del cine. De nuevo sonó y de malas contestó.

—Perdón —chilló Ochako entre lágrimas.

—¿Ochako, qué sucede? No te preocupes sólo-

—Yo no quería dormir, Kiri yo no quería dormir, en verdad yo no quería dormir. —Dijo entre lágrimas.

—Oye, tranquila, podemos ir después —intentó calmarla.

—No. —Colgó.

Kirishima miró extrañado el teléfono.


━━━━༺NotaAn༻━━━━
¿Qué creen que haya pasado?
En seguida el siguiente capítulo.

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