✧autumn
*Pov Jungkook*
El tiempo pasó muy rápido, tanto que ya a llegado otoño.
Últimamente los días y los meses los siento muy ligeros, como si el tiempo se estuviera acelerando. Cada vez realizo menos cosas, todo porque el tiempo no me alcanza bien. Irónicamente, mis planes siempre acaban completándose de la mejor forma, así que no sé qué ocurre.
¿Seré sólo yo Tae?, probablemente sí, porque tú sigues tan activo y radiante como siempre.
Por eso intento pasar por alto mi preocupación, si todo está en orden contigo, entonces no debería buscarle más puntos al tema. En algún momento esa sensación acabará y las cosas seguirán su curso normal.
En fin, ésta noche salimos al cine a petición tuya, ya que dijiste que habría función especial de películas antiguas románticas, tus favoritas.
Yo, como siempre, me vestí con mi ropa obscura y até mi cabello en una coleta, ya que también a estado creciendo más rápido de lo común. Pero tú... Dios, ni siquiera hay palabras para describir lo hermoso que te veías.
Esa boina de cuadros, a juego con tu pantalón, me hizo sonreír al instante. Además, te colocaste tus lentes sin aumento, ya que te gusta usarlos como accesorio, y honestamente, me volviste a enamorar con esa apariencia tan linda.
Escribiré un nuevo diccionario, porque entre tantas miles de palabras y significados, no existe ni uno que te describa a la perfección. Simplemente, todos los halagos, en todos los idiomas, se quedan tremendamente cortos a lado tuyo.
—Creí que no podías gustarme más.—hablé luego de suspirar—Pero veo que me equivoqué.
—Kookie...—reíste nervioso—No entiendo porqué te sigo gustando aún después de tanto tiempo.
—¿Seguro que quieres escuchar la respuesta?, nos perderemos la película si comienzo a hablar de eso.—sonreí en grande.
—¿Algún resúmen?—abrí la puerta para dejarte pasar primero, sé que te agrada mi caballerosidad.
—Ummm... Porque tienes todo aquello que me encanta, en cualquier sentido, eres perfecto para mi.—me fue difícil resumir mis sentimientos en una frase tan corta.
—Y tú eres perfecto para mi, Kookie.—me diste un beso rápido antes de terminar de salir.
Escucharte decir ese tipo de cosas es mi motor principal para ser feliz, me llena de alegría saber que me gané el corazón de un ángel. Te prometo que algún día seré digno de ello.
Ya estábamos dentro de la sala, tomaste mi mano y la entrelazaste con la tuya.
Mientras tú veías atentamente la película, sonriendo y suspirando por las escenas más románticas, yo te miraba a ti, y tenía exactamente las mismas reacciones.
Porque aún cuando no estás haciendo nada, eres el chico más hermoso.
Cuando la película acabó, fue momento de darte una sorpresa que había preparado durante un par de meses. Sé cuánto te gusta viajar, y aprovechando que nuestra situación económica a mejorado mucho, me tomé la libertad de regalarte un nuevo viaje, ésta vez, un tanto más lejos.
—Amor, cierra los ojos.—pedí con una sonrisa, la música final de la cinta sonaba a la par.
—¿Para qué?—reíste levemente.
—Sólo hazlo, ¿sí?—arqueaste una ceja y obedeciste.
De mi chaqueta saqué dos boletos de avión, tomé tu mano y los puse sobre ella sin dejar que la cerraras, hiciste una linda carita de confusión, supuse que porque el obsequio no tenía peso.
—Sorpresa.—me contuve de gritar, pues aunque la gente había comenzado a irse, podía tener problemas si hacía mucho ruido.
Abriste los ojos, viste los boletos y los tomaste mejor para leer lo que decían.
Tu sonrisa fue apareciendo poco a poco, dejando que tus mejillas se inflaran y tus ojitos brillaran, regalándome una perfecta vista.
—¿París?, ¿enserio bebé?—me dirigiste una mirada de emoción pura.
—Sí bonito, es la ciudad del amor, y sé que siempre has querido conocerla.—sonreí en grande.
—¡Te amo!—me abrazaste con algo de dificultad debido a que seguíamos sentados, y segundos después, me besaste con mucho cariño.
No podía esperar a recorrer contigo la capital más romántica del mundo, siempre habíamos soñado con ir, de hecho el plan era pasar nuestra Luna de miel en París cuando llegara el momento de casarnos. Pero, ahora que la vida parece sonreírme más que antes, ¿porqué no adelantar un poco algo tan maravilloso?
*Pov narradora*
La pareja pasó una semana en París, visitando cada sitio turístico que se toparon, luchando por entender un poco del idioma, y riendo cuando se les ocurría usar el traductor de su celular y éste les daba las palabras equivocadas.
Las calles pintadas de tonos naranjas y marrones eran un paisaje hermoso, el aire era frío sin llegar a ser excesivo, las hojas caían, el ambiente era tranquilo. Simplemente el lugar era perfecto.
Jungkook besó a Taehyung frente a la torre Eiffel, creando una imagen digna de ser pintada.
Lo llevó al Museo Louvre, mientras Tae miraba embelesado aquel arte, Jungkook lo miraba a él con ese mismo sentimiento.
Lo convirtió en su musa delante del Arco del triunfo, tomándole bellas fotografías.
Caminaron bajo la lluvia, jugaron en ella cómo dos niños pequeños y acabaron besándose bajo la luz de la Luna.
Hicieron el amor cada noche, lenta y cariñosamente, entregándose mutuamente todos aquellos sentimientos tan enormes que se tenían el uno al otro, con la vista de la ciudad y el brillo tenue que ésta daba, queriendo atesorar cada momento.
Jungkook creía tener la mejor suerte de todas, tan sólo con poder despertar cada mañana y ver a su novio abrazado a él, se sentía completo. Todo iba bien, cada cosa que se estaba proponiendo la cumplía sin mayores obstáculos, por primera vez en su vida, sus planes no eran interrumpidos, a pesar de su limitado tiempo.
Sin duda, era mejor que él continuara pensando que todo estaba bien. Seguramente, a Jungkook no le gustaría saber que Taehyung estaba solo, sentado junto a él, llorando y esperando una respuesta positiva.
Aguardando por una esperanza que se alejaba cada vez más.
❝En otoño, te llevaré a París, serás mi musa en cada uno de aquellos hermosos lugares, y te diré que tú eres el paisaje más precioso que mis ojos podrán apreciar, porque tú, opacas totalmente a la ciudad entera❞
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