Capítulo 4: "Miradas"

Entramos a un salón parecido a un gimnasio donde había demasiadas personas que gritaban con vasos de alcohol en sus manos. Hice una mueca al ver una pareja comiéndose la boca.  

Lottie bailaba al ritmo de la música. Supongo que la ponían para la espera de la pelea, no sabía como funcionaban este tipo de 'eventos'.

Pasé mis manos por mi remera rosada limpiando algunas manchas de cerveza y comparé mi vestimenta con las demás chicas, y creo que en este lugar, yo era una monja. Las chicas llevaban sus mini faldas y sus remeras bien cortas, junto con sus zapatos de tacón alto. En cambio, yo estaba vestida con una remera rosada, que parecía el conjunto de mi pijama, con un jean negro y mis convers. 

No quería venir a estos lugares, pero Lottie, literalmente, me obligó. Además quería verlo, quería saber que hacía. Pero realmente me estaba arrepintiendo de haber venido. 

-Espero que te quedes quieta, no quiero que te alejes.-Lottie me señaló con su dedo entrecerrando sus ojos. Asentí con mi cabeza rodando irónicamente mis ojos. 

-Si, mamá-alcé una de mis cejas esperando una respuesta de su parte, pero lo único que conseguí fue un bufido. 

Y empezaron los gritos y las chicas diciendo de todo menos palabras bonitas. 

La pelea había empezado...

Avancé unos pasos para observar detenidamente la pelea, y lo vi. Era él, Foster. Miré a su pecho observando su cuerpo. Su abdomen lo tenía marcado y sus manos las tenía vendadas. Y observé la pelea. Giré mi cabeza para ver al contrincante; este tenía su abdomen esculpido y una sonrisa de muerte.  Sorprendentemente, el rival de Foster, sonreía.

Y yo todavía me estaba preguntando que rayos estaba haciendo aquí. Lottie, pensé mientras observaba los movimientos del chico misterio del colegio de Santa mónica.

La pelea empezó con un movimiento del contrincante, ambos tenían su guardia frente de su cara y Foster con su típico rostro lleno de misterios y seriedad dentro, empezó a caminar en círculos observando y esperando el próximo movimiento del chico sonrisas.

Y eso mismo pasó.

El contrincante de Foster avanzó tres paso con su guardia asegurada y lanzó su primer puño. Cosa que el chico seriedad esquivó. Sonreí aliviada sin saber el porque.

Foster giró su cabeza cuando otro puño aterrizaba en su mejilla izquierda, y conectó su mirada con la mía. Abrí mis ojos al notar como su mirada se endurecía y frunció sus labios. Se levantó como si no le hubiesen hecho nada. Se limpió la sangre de su labio y sonrió irónicamente. Empezó a saltar en su lugar y avanzó hasta arrinconar al chico sonrisas en la esquina del telón. Empezó con sus puños a golpear en la frente del otro chico mientras que este se intentaba defender; pero era imposible.

El contrincante de Foster cayó al suelo. Haciendo que don misterio, gane la pelea. Blanqueo mis ojos al pensar que todo está arreglado cuando los gritos de las personas empiezan y los comentarios sexistas de las mujeres hacia Foster, aparecen.

Me giro dejando al chico idiota en la cima de su montaña y trato de localizar a Lottie, y cuando lo hago, me encuentro que ella está en una esquina con un chico lleno de tatuajes. Hago una mueca con mis labios y me retiro del gimnasio por esta noche.

(**)

Acomodo mi mochila mientras camino por los pasillos del instituto. Me dirijo hacia mi casillero dejando a Lottie hablando con las porristas. Giro mis ojos al escucharlas cuchichear sobre algunos chicos del equipo de fútbol.  

Son taaan notables.

Abro mi casillero luego de  colocar la contraseña y sacó algunos libros y guardo otros que no me van a servir hasta luego de la tercer hora. Suspiro y apoyo mi cabeza en la puerta del casillero cerrando mis ojos sólo por un momento. Estaba exhausta.

Anoche, cuando la pelea terminó, tuve que caminar hasta la ruta para conseguir un taxi o alguien que me llevara. Pues Lottie tenía las llaves de mi auto, ya que ella le tocaba manejar.

-¿Cansada?-me preguntan detrás de mí. La voz tan gruesa y misteriosa hace que levante mi cabeza del casillero y gire mi cuerpo para observar quien rayos me estaba hablando.

Abrí mis ojos al ver al mismo chico que había recogido a Foster ayer. Tragué saliva al sentirme intimidada por tantos tatuajes en su cuerpo.

-¿He?-murmuré no sabiendo que decir.

Mi comentario hizo que el chico soltara una carcajada y me sonriera.

-Te juro que no muerdo - levantó una de sus cejas acompañado de una típica sonrisa. -Bueno... A menos que tu lo desees, lo hago con gusto. -sonrió de manera perversa haciendo que yo rodara mis ojos.

-¿Se te perdió algo?-pregunté arisca. El chico tatuajes río y acarició su barbilla como si estuviera pensando en que decir. 

-Solamente pasaba por aquí. -respondió. Hizo un mohin con sus labios y levantó una de sus cejas en forma burlesca. Se encogió de hombros y dio dos pasos para atrás. -Nos estamos viendo, princesita.

Abrí mi boca para recriminarle que yo no era una princesa pero él se dio media vuelta y se marchó a pasos rápidos. 

Él junto con su hermano y su grupito de amigos, eran los misterios del instituto de Santa Mónica.

Suspiré cerrando mi casillero y caminé hasta la clase de Historia. 

(*)

-Hay un chico en la clase de química, me ayuda siempre con los ejercicios, pero no me atrae de esa manera, solo me siento con él porque sé que no apruebo esta materia este año, no saldré en años. -murmura Lottie mientras toma de su jugo. Quito mi mirada de mi comida y la observo fijamente.

-Dijiste que este año aprobarías todas las materias.-le contesté. Ella se encogió de hombros como si estuviéramos hablando del clima.

-Lo sé y por eso aprovecho que este chico vino a mi esta semana. Es decir...-Se detiene al escuchar sonar su celular, abre el mensaje y sonríe al leer lo que hay en la pantalla. Levanta su vista y fija sus ojos en mi.-Tengo que hacer algo, espero que no te moleste que te deje sola el resto del almuerzo.

Suspiré rendida levantando mis hombros para dejarlos caer suavemente.

-No tengo problema.-Ella chilló mientras tomaba su mochila y salía despavorida del comedor. Me preguntaba a donde iría y con quien estaría esta vez. Negando con mi cabeza me concentré en la bombilla de mi botella de agua. Esta vez no probé la comida de la cocinera con redecillas en su cabeza, no parecía que se lavara sus manos antes de agarrar su cucharón mágico y servir la comida.

Y se hizo un silencio en el comedor, las puertas del lugar estaban a mis espaldas así que no podía saber de quien se trataba, pero por los murmullos, sabía que era él el que había entrado. Trague saliva sintiéndome nerviosa de repente. Esperaba que no viniera y me preguntara que rayos estaba haciendo la noche anterior y porque estaba en primera fila cuando mi amiga estaba coqueteando con un chico desconocido. Mordí mi labio al sentir que las sillas de la mesa donde estaba sentada hicieron ruido al ser movidas.

Cuatro cuerpos aparecieron en mi campo de visión y levanté mi vista al sentir que alguien se aclaraba la garganta. Foster me observaba serio; estaba delante de sus amigos y entendí que el que mandaba en la manada, era él. Y por supuesto... Yo era la carnada.

Foster cruzó sus brazos sobre su pecho haciendo visibles sus tatuajes, llevaba una remera negra ajustada con unos jeans rasgados y unos borsegos, tenía su cabello negro despeinado. A su derecha estaba su hermano, me di cuenta que era él mismo chico que hablé esta mañana en el pasillo, eran casi idénticos, este llevaba una camiseta de color gris, de ella colgaban unos anteojos negros de sol. Tenía el mismo estilo de pantalón que Foster, pero lo que cambiaba eran su calzado, en vez de llevar borsegos como su hermano, tenía unas convers de color negro. Y llevaba su típico peinado perfecto. 

Este si se peina...

Centré mi vista en sus dos amigos y llevaban el mismo estilo de ropa, solo que sus cabellos cambiaban y sus peinados también. Eran el cuarteto perfecto.

Foster miró a su hermano y este asintió con su cabeza. Tomó una silla, la giró y se sentó mirándome fijamente.

-Dime que estabas haciendo la noche de la pelea.-dijo directamente.

Que cortés... 

Sonreí sarcásticamente mirando a sus ojos marrones. Tenía una voz grave que hacía juego con su estilo de chico malo.

-No te interesa.-contesté sin quitar mi mirada de la suya. Sus amigos abrieron los ojos de la sorpresa y sonrieron divertidos.

-Te apuesto cien que él no logra sacarle información.-murmuró el rubio en el oído de su otro amigo, pero aún así lo escuché. Foster lo miró fulminándolo con la mirada. Este se encogió de hombros divertido y le guiñó un ojo. El morocho negó con la cabeza rendido y centró su atención en mi, de nuevo...

-¿Y bien? ¿Qué hacías en ese lugar?-me encogí de hombros burlesca sin abrir mi boca.

Su hermano se golpeó la frente con su mano negando lentamente su cabeza. Foster, de repente, endureció su mirada y se acercó un poco más hacía mi.

-No te quiero cerca, princesa. Aléjate de mi, terminarás perdiendo.-

-¿Quién es el que busca información?-respondí tratando de calmar mis nervios internos. Quería salir corriendo para encerrarme en mi habitación y no volver a salir nunca más. ¿Tan peligroso era como dicen?-Dime para que quieres saber y te lo diré.

La manada sonrío como si estuviera contando un buen chiste. Foster negó su cabeza lentamente levantándose de la silla. Me miró desde arriba.

-Buen intento, pero no va a funcionar.-tragué saliva al sentirme como una nena pequeña al ver la intensa mirada que tenía.

 Empezaron a caminar hacía la salida, él, como siempre, iba primero con su hermano al lado, y atrás de ellos, los otros dos. Suspiré aliviada recostándome en la mesa tratando de controlar mis nervios.

Mordí mi labio pensando en lo que había sucedido hace unos segundos...

Que bonitos ojos que tenía.

》》》》  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top