Capítulo 21: Locura (Parte 1)

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Pateé la puerta rompiendo la cerradura, hice una mueca pero... no iba a tocar, no estaba de ánimos.

Sentí una carcajada y apreté el arma que tenía en mis manos mientras soltaba un suspiro. Caminé rápidamente hasta la sala de la casa y me encontré a Alice de pie con Lancaster a su lado apuntándole con un arma en su cabeza. Apreté mi mandíbula tratando de no entrar en una crisis y dispararle a la cabeza y terminaba el asunto. Pero no, estaba Alice a su lado y no quería ocasionarle algún trauma o enojo conmigo.

Yo la quería a mi lado. Conmigo. Juntos.

Alice estaba sollozando pero no hacía ni un ruido, su maquillaje estaba corrido y miraba hacia mis ojos. Apreté mis labios y apunté hacia el idiota.

— Te doy tres segundos para dejarla ir antes de que te meta un tiro. — dije entre dientes. Él sonrío.

— Pensé que ibas a venir con los idiotas de perros que tienes a tu lado, pero me sorprendiste, te doy un punto a tu favor.— dijo sarcásticamente.

— Suéltala. El problema es conmigo, no con ella.

— Muy bien dicho, Matthew. — cerré mis ojos con fuerza soltando un suspiro rendido. Alice había gritado mi nombre cuando estábamos hablando por teléfono y ahora sabían mi verdadera identidad. Estaba jodido. — Mi problema es contigo. Por eso te quiero muerto, así que... ya sabes que hacer ¿O quieres que te lo demuestre con tu noviecita?apretó el arma aún más sobre la cabeza de Alice haciendo que ella soltara un grito y empezara a llorar más fuerte.

¿En dónde carajos estas, hermano?

— Suéltala. — dije sabiendo que no lo haría. Él negó con su cabeza. Tenía las pelotas bien puestas para venir a la casa de Liam sabiendo que lo estábamos buscando por que su novia le había disparado. Tal vez por eso había aparecido aquí y con Alice, para dar una advertencia y generar miedo.

Miedo mis pelotas.

— No vamos a ponernos a discutir con " tú sí y yo no", estamos grandes y todos sabemos muy bien que papel tenemos en esta historia. Tú muerto,y yo despidiéndote en el cementerio.

— No lo creo, Lancaster. — dijo Nathan apuntando por detrás de la cabeza de Lancaster. Sonreí mientras daba un paso hacia delante. Alice no entendía nada. Nathan había entrado por la puerta trasera como le había dicho y así sorprenderíamos al idiota que teníamos en frente. — Dile adiós a tu noviecita. — sacó el seguro del arma y cuando estaba por disparar, Alice gritó.

— ¡No! ¡Él tiene información de mi padre! — ¿Qué? Nathan me miró confundido, haciendo que su agarre de la pistola sea más liviano, Lancaster lo notó y empujó a Alice al suelo mientras que le daba un golpe en la cara a Nathan y salía corriendo por la puerta de atrás. Disparé a su dirección ocasionando que él también disparara, me encogí y seguí disparando. Salí corriendo pero antes de que pudiera salir de la casa, Alice tomó de mi brazo deteniéndome.

— No, Matthew. No vayas, tienes que dejarlo. Él sabe algo de mi padre. — Miré a Nath que estaba en el suelo, le di una mirada y apunté con mi cabeza hacia la puerta; él entendió y salió corriendo en búsqueda de Lancaster.

— ¿De que mierda estás hablando, Alice? — pregunté confundido. Todo lo que sabía del padre de Alice y Nathan era que lo daban por muerto, pero no estaba muy seguro, la historia que me había contado Liam era muy extraña y me generaba duda, pero no quise preguntar. La familia no es tema que entre en la conversación de los robos.

— Él dijo que sabía donde estaba mi padre, Matth. Me dijo que estaba muy cerca de nosotros. Tengo que saber que le sucedió. — solté un suspiro mientras pasaba mi mano por mi rostro. Mi otra mano tenía mi arma, así que le puse el seguro y la guardé debajo de mi pantalón en la parte de mi espalda. No quería que ella tuviera más contacto con alguna arma o los robos.

No me gustaba que Alice estuviera metida con toda esta mierda, por eso mismo había decido tomar distancia con ella. Si estábamos juntos, ella era un blanco para los Dragons y eso me carcomía la cabeza y sobre todo, la conciencia.

— No tienes que escuchar lo que él te dijo, Alice. Los Dragons juegan con tu mente y lo sé por experiencia propia y no querrás saber como termina todo. Ignora lo que dicen y vive en paz. Sal de este mundo. — ella me miró enojada y supe que estaba muy lejos de mí aunque la tenía tan cerca en este momento. Cada día que pasaba la estaba alejando y ese era mi objetivo, pero no me gustaba para nada.

Alice me volvía loco. Y en cualquier momento, iba a cometer una locura.

Como meterme en sus pantalones.

— Entonces tú también sal de este mundo, sal de los robos. Ven conmigo a otro lado, nos escapemos. — la miré sorprendido. Parpadeé.

— ¿Qué...?— me había quedado sin palabras.

— Ya me escuchaste, no lo volveré a repetir. Una vez que tú, Nath y Liam salgan de los robos y se olviden de todo esto que es un mundo lleno de peligro, yo saldré con ustedes. Mientras tanto, me tendrás que ver la cara aunque te moleste. — pude respirar. Solté un suspiro interno tratando de tranquilizar mi corazón.

— ¿Enserio tú crees que me molestas? — dije sorprendido. ¿Acaso los besos que nos hemos dado no le han dado otra idea?

Ella abrió su boca para replicar algo, pero Nathan apareció detrás de Alice. Lo miré molesto pero él se encogió de hombros mientras disimulaba una sonrisa.

Joder, hermano. Había escuchado todo.

Antes de que pudiéramos hacer algo, Liam apareció con su respiración agitada, colocó sus manos en sus piernas tomando bocanadas de aire y luego se enderezó observándonos confundidos.

— Casi atropello a una señora que estaba con su gato en medio de la calle para venir aquí, díganme que todos están bien porque me va a dar un ataque al corazón de los nervios que tengo en este momento. — apreté mis labios para ocultar una sonrisa porque no era el momento indicado, pero la reacción de Liam en este momento era demasiada divertida.

Asentí serio y miré de reojo a Alice, ella estaba en silencio con todo su maquilla corrido y observando a Liam nerviosa.

— Me alegro de que estés bien, Alice. — caminó hasta ella y la rodeó en un abrazo. Besó su coronilla y luego se separó de ella. — ¿Qué pasó? ¿Y el idiota de Lancaster?— nos miró rápidamente a todos pero nadie habló. — Vamos, díganme que pasó. Acabo de ver la puerta rota y sé que has sido tú, Matth porque tú estilo es ir de frente. — Alice carraspeó su garganta y me limité a mirarla de reojo. Nath sonrío divertido pero Liam siguió hablando. — Tengo que gastar mis ahorros para que mi madre no se entere lo que acaba de suceder, así que díganme si hay alguien muerto en algún lado para prepararme psicologicamente.

— El idiota escapó, Liam. Traté de seguirlo pero ya era demasiado tarde, se escondió en algún lado. — respondió Nathan cruzando sus brazos por encima de su pecho. — Pero está herido en su brazo, así que no está muy lejos de aquí, tiene que esperar a que algún Dragon aparezca para ayudarlo. — solté un suspiro mientras pasaba mis manos por mi rostro. Joder, ahora me estarían buscando por que le disparé a Lancaster.

Que se jodan. Ellos trataron de matar a mi chica.

— Hay que encontrarlo, Liam. — dijo Alice tímida. Liam la miró confundido. Cerré mis ojos con fuerza sabiendo que vendría una disputa familiar en cualquier momento y más con Liam frustrado.

— Tú no tienes que meterte en este asunto, Alice. Desde este momento estas fuera, hablaré con El Jefe y haré lo que sea para sacarte de esta mierda en que te has metido. — dijo enojado mirándonos de reojo a Nathan y a mí.

Tragué saliva sintiendo mi conciencia sucia. Sabía que Alice estaba con nosotros metida en esta mierda de los robos porque yo la había besado. Joder, esa noche se veía realmente hermosa y no pude resistirme a esos labios color carmesí.

— Liam...-replicó ella, pero su hermano le dedicó una mirada tan fría que sentí que mis nervios brotaban. Liam no tenía el derecho de tratarla mal, sí, ella había cometido un error, pero vamos ¿Quién no los comete?

— No, Alice. Está dicho.

— Lancaster sabe algo de papá. — soltó ella de repente. Liam la miró confundido y luego fijó sus ojos en mí, me encogí de hombros mientras le dedicaba una mirada seria. No quería meterme en donde Alice luego se las agarraría conmigo.

— ¿Qué acabas de decir?— ella soltó un suspiro cansador.

— Él me dijo que sabía donde estaba papá, por eso tenemos que buscarlo. Él está vivo. — me deba pena verla tan entusiasmada. Joder, tenía ganas de abrazarla y darle un beso en estos momentos.

— No te metas en esto, Alice. — murmuró Liam con advertencia mientras negaba con su cabeza. — Ellos mienten, inventan cosas para atraparte y lavarte la cabeza. ¡Joder, Alice! ¡¿Cómo puedes creer en algo así!? Papá está muerto, simple. Caso cerrado. — le apuntó con su dedo índice y su rostro estaba demasiado serio. Nunca lo había visto así. — No te quiero ver en esta mierda, te dí dos advertencias. Estas suspendida hasta nuevo aviso. — Miró a Nath y luego a mí que nos dedicábamos ver la pelea de los hermanos. — No quiero que le pasen datos del próximo robo, no va a ir a la reunión de esta semana, no quiero verla cerca de ustedes ni del resto de "La Manada". Alice está fuera hasta que yo lo diga.

Ella lo miró enojada.

— ¿Y quién eres tu para decir eso? No tienes derecho, solamente El Jefe puede dar esa orden o alguien que él su permiso. —su voz sonaba orgullosa, sarcástica y a la vez enojada. Negué con mi cabeza rendido mientras que Nathan bajaba su mirada, incómodo de la siguiente oración de Liam.

— Muy bien, hermanita. Has aprendido algo, pero quiero que sepas que estás viendo a la mano derecha de El Jefe, así que puedo hacer y deshacer las ordenes como yo quiera. Así que estás fuera y ni se te ocurra ir a la casa de Matthew porque me enteraré. — Joder, él sí se enteraba de todo. Fue el primero en saber que Alice y yo nos habíamos besado.

Liam tenía poder. Mucho más que yo.

Alice lo miró sorprendida y luego nos observó a mí y luego a Nathan que estaba en un silencio pulcro, nunca había visto a mi hermano tanto tiempo sin decir alguna palabra.

Todo el mundo creía que yo era la mano derecha del Jefe, hasta incluso, pensaban que yo lo era, pero eso no era cierto. Liam era mucho más poderoso que yo, pero estaba en total anonimato, era un chico listo. El hijo de la enfermera del pueblo era un prestigioso estudiante que ayudaba a su familia, nadie sabía sobre las peleas o los robos, porque era protegido de El Jefe y borraba toda duda de Liam y su familia con tan solo chasquear los dedos.

— Ya no reconozco quién es mi hermano. — murmuró observándonos sin ninguna emoción. Estiré mi brazo para poder agarrarla para que no se marchara, pero ella se sacudió y se marchó de la casa sin mirar atrás.

Liam soltó un suspiro mientras pasaba sus manos por su rostro.

— Si quieren pueden irse, yo arreglo todo aquí. Necesito estar solo. — miré a mi hermano asintiendo con mi cabeza. Pasé por su lado y coloqué mi brazo en su hombro dándole algunas palmaditas.

— Te quiero lejos de ella. Sabes muy bien que si está contigo nunca podrá hacer su vida como una chica normal. — murmuró sin dirigirme la mirada. Bajé mi brazo y lo observé serio. Nathan mordió sus labios y me dedicó una mirada de "quédate quieto, no hagas nada estúpido."

— Tienes mi palabra. La Manada primero. — sentencié firme, tragándome las ganas de partirle la cara. Liam asintió satisfecho y nos marchamos.

Menudo día...

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Subimos lentamente las escaleras de la casa y nos topamos con unas bolsas vacías. Apreté mis labios observando divertido a Nathan que negaba con su cabeza rendido.

— Genial, nos robaron la comida de esta noche. Lo único que me faltaba, que me robaran lo que compré robando. Gracias, Karma. — solté una carcajada mientras abría la puerta y entraba a la casa, mirando de reojo como Nath levantaba la bolsa vacía.

— Iré a recostarme. — Dije lentamente dejando las llaves en el colgador. Nathan asintió son su cabeza mientras sacaba sus dos pistolas de atrás de su espalda.

— Limpiaré estas nenas y yo también me iré a la cama. — Alzó sus armas y sonrío divertido. — ¿Esta noche tienes pelea? — preguntó observándome atento.

Solté un suspiro.

— Sí. — murmuré por lo bajo. — Pero no iré, tengo otra cosa que hacer. — esquivé su mirada porque sabía que él entendería que quería hacer. Nathan me leía como si hubiéramos nacido el mismo día.

— Sabes que si te metes con ella, estarás más en peligro que con los Dragons apuntándote con un arma. — dijo un poco molesto. — ¿Por qué no te buscas otra? — solté un suspiro negando con mi cabeza.

— Me vuelve loco, hermano.

— ¿Y cuándo se entere que su padre está vivo y es quién maneja nuestra banda?— dijo midiendo mi reacción. — ¿Te seguirá volviendo loco cuando ella sepa que le has ocultado esa información? Siento que estás haciendo las cosas mal, hermano. Piensa en las consecuencias. — él tenía razón, pero Alice me estaba volviendo loco y no podía sacarla de mi cabeza.

— Lo veré en su momento. Por ahora, disfrutaré de ella hasta que sepa la verdad. No solo Liam le está ocultando cosas. — sentencié enojado mientras subía las escaleras y trataba de olvidarme de toda la mierda de secretos que tenía encima.

Joder, la estaba cagando como el mejor.

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