Capítulo 1: El comienzo
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Suelto un suspiro mientras marco con un fibrón amarillo los resúmenes para el examen. Estaba cansada y ya era bastante tarde, pero eso me pasaba por quedarme hasta tarde con Lottie, mi mejor amiga. En realidad ella se llama Charlotee, pero para resumir su nombre le dicen 'Lottie'.
Bebo mi café soltando un suspiro mientras dejo la taza en la mesa. Esta estaba llena de papeles de biología con el tema del cuerpo humano, estaba cansada de esta materia. Estaba cansada del instituto. Pero es algo necesario, supongo que te sirve para el día de mañana.
-El hígado se encuentra...-murmuro para mi misma, pero me interrumpo cuando escucho la puerta de entrada siendo abierta y luego se escucha un portazo.
-¡Ya me cansé de esto!-chilla Lottie agarrando dos mechones de su cabello con muchos colores. Alcé mi ceja confundida por su reacción.-Oh, hola, Alice. ¿Biología de nuevo? -Asentí sin abrir mis labios y miré a sus ojos verdes.
Lottie era bastante...extraña y algunas veces tenía esos ataques de locura, pero era especial. Bastante. Ella es de una estatura mediana y tiene sus cabellos de distintos colores. Sus ojos son verdes y tiene un año menos que yo, dieciséis.
-¿De qué hablas, Lottie?-pregunté ignorando el llamado de mis apuntes.-¿Tan mal fue la cita?
-No lo entiendes-murmuró en un suspiro. Sacó la silla de su lugar haciéndola para atrás para poder sentarse y agarró mis manos.-Es cansador estar buscando a alguien. Tengo que encontrarlo.
-¿Porqué es tan importante? -pregunté tomando un sorbo de mi café. Tragué la bebida tan deliciosa que me salvaba el pellejo cuando me quedaba hasta tarde estudiando para los exámenes.
-Es importante. Punto.-no entendía su punto, ella estaba buscando esa persona especial, por ese motivo, todas las noches salía en busca de ese "amor". Cuando se cansaba, venía a casa llorando. Y me dolía no poder ayudarla, pero yo era una firme creyente, que al amor no hay que buscarlo. Porque nunca lo encontrarás.
-Sabes lo que opino respecto a ese tema, Lottie. -opiné sabiendo que ella me ignoraría y se marcharía a dormir. Para mañana por la noche, salir de fiesta.
Ella alza sus manos al aire y bufa haciendo una mueca con sus labios.
-Lo sé, lo sé. Por eso no te he pedido ningún consejo, Alice.-frunzo mis labios y miro a sus ojos cristalizados. Alcé mis cejas confundida observando como se levantaba y camina hasta su cuarto, para luego cerrar la puerta de su habitación con fuerza.
Cierro mis ojos frotando mi frente. Bajo mi mirada hacia mis apuntes mientras agarro mi marcador fluorescente y sigo haciendo mis resúmenes.
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Aprieto mis libros con mis brazos y acomodo mi mochila en mis hombros, camino en silencio y recordando las cosas de biología para la siguiente clase, pero era imposible. Es imposible aprenderse todo el cuerpo humano en dos días.
Camino hasta llegar a mi casillero, coloco la contraseña y abro la puerta. Dentro de este había un montón de libros, meto dentro de este los que no voy a usar y saco el de Historia y Biología.
Cuando estoy cerrando la puerta de mi casillero, escucho un chillido y unas pisoteadas. Coloqué mis ojos en blanco sabiendo que era Lottie, con un chusmerio nuevo o una fiesta para el fin de semana.
-¡Alice!-murmura mi amiga en un grito.-¿Adivina que me enteré?-alcé mi ceja incitándola a hablar. Charlotee se aclaró su garganta como siempre hace antes de contar el nuevo chusmerio del Colegio de Santa Mónica. Acerca su cuerpo hacía mi y susurra mirando mis ojos fijamente.-Foster ha vuelto.
Abro mis ojos retrocediendo y alejándome de ella.
-Que bueno.-me limité a contestar. Giré mi cuerpo con un suspiro y empecé a caminar hasta la siguiente hora de clases, biología.
-¡Hey! ¿no te emocionas? Ese chico si que es hermoso.-murmura mirando hacia todos lados.
-Lo sé, pero es misterioso. Y por algo lo llaman "Fost"-escuché un suspiro de su parte y me alejé de ella sin detenerme.
Tiré mi mochila al piso y me senté en la mesa de siempre, eran individuales y eso era lo que más me gustaba, no compartir mesa con nadie. Lottie llegó un tiempo después y se sentó a mi lado en su banco individual. Me fulminó con su mirada, le sonreí con inocencia y prestamos atención a la clase del profesor Marshall. Hoy era el examen.
El profesor Marshall empezó a explicar de que se trataba el examen y todo el mundo tuvo que guardar sus cosas, excepto un lápiz y una hoja de carpeta. Él era calvo, aunque tenía unos cabellos en su cabeza. Una nariz alargada y unos labios finos eran parte de su rostro. Sus orejas eran grandes. Su larga y blanca barba llegaba a su pecho con varias trenzas en ella, eso era lo que más me encantaba de este profesor, siempre estaba vestido a la moda y con un humor de los mejores.
Cuando pasa de largo, luego de entregarme mi evaluación y de entrecerrar sus ojos hacia donde me encontraba, Lottie me miró y se acercó hacia mi mesa.
-No vino a clases..-susurró y supe de inmediato que era de él quién estaba hablando. Rodé mis ojos cansada de que todo el mundo hablara de ese chico. Nunca lo había visto pero su nombre era mencionado en todos lados. Él, según Lottie, era la definición de peligro.
Cuando terminamos la evaluación, nos dirigimos hacia el comedor. Abro las grandes puertas azules de la escuela de santa Monica y camino con mi bandeja al mostrador donde una cocinera, que tiene una redecilla en su cabeza y un gran lunar al lado de su nariz, espera a los alumnos con un cucharón.
Estiro mi bandeja con una mueca en mis labios, la cocinera extraña deja una especie de comida de color verde en mi bandeja y mira mi rostro con una mueca de fastidio.
-¿Qué esperas, niña? ¿Una invitación para que te largues? -alzo mi ceja y me marcho para sentarme en mesa de siempre.
-Vaya, esa señora tiene muy mal carácter-murmura Lottie sacando su frasco de pintura de uñas.
-¿En serio?-pregunté refiriéndome como se pintaba sus uñas de color rojo.-No puedo creerlo, estamos en el instituto, Lottie.
Ella alza su mirada y mira a mis ojos frustrada.
-Lo sé, lo sé. No pediste mi opinión.-murmuré alzando mis manos al aire. Pincho el extraño pure de color verde con mi tenedor de plástico.
-Esta comida es un asco-murmuré para mi misma.
-Lo sé, por eso como mi sándwich de atún que traigo de casa.
Alzo mi vista de mi bandeja, y me sorprendo al encontrarme con una mirada tan temida en esta cuidad.
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Nueva historia! Espero que les guste este comienzo, estoy emocionada por este nuevo proyecto y espero escribirlo más seguido.
Supongo que actualizaré los lunes o miércoles.
Muchas gracias por todo.
Di♥
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