No, me estoy ahogando. No puedo... ¡Ayúdame!

"Roman! ¡Roman, despierta!" Deceit gritó mientras lo sacudía despierto.

"¿Puedo quedarme aquí contigo, por favor?" Roman gimió mientras miraba a Deceit.

"¿Qué hay de tu trabajo?" Deceit cuestionó.

"Al diablo con eso, prefiero estar aquí contigo. Además puedo hacer mi trabajo en cualquier lugar, de verdad". Roman respondió con una voz pequeña pero resuelta.

"Muy bien, pero sólo por hoy. El otro se preocupará por ti." La voz de Deceit era suave.

"No, no lo harán! No les importo. Sólo actúan como si les importara porque soy vital para Thomas". Roman se estaba poniendo frenético.

"No, que sí se preocupan! Sólo enfréntate a ellos que dales una oportunidad". Deceit habló en voz baja.

"No puedo. ¡Estoy aterrorizada! ¿Puedo probar tu capa?" Roman dijo que cuando empezó a calmarse de nuevo.

"Cuando quieras, estaré allí. Claro, aquí tienes." Deceit le entregó a Roman su capa.

"Gracias, Dece." Roman dijo que girando en la capa.

Roman seguía bailando alrededor de la habitación en la capa de Deceit, riendo y sonriendo hasta que estaba demasiado agotado para pararse y colapsó en la cama. Deceit era reír y sonreír todo el tiempo que lo era Roman y el mundo estaba bien. Se tenían entre sí y nunca se iban. Por ese momento todo estaba bien, no podían mentir y estaban cómodos entre sí, pero había un pensamiento en sus mentes.

¿Por qué sus ojos brillan como las estrellas en el cielo, tirándome? ¿Por qué quiero besarlo?

¿Qué me pasa?