Capítulo 12

Han pasado varias semanas desde la pelea en la biblioteca con Mateo, no me ha vuelto a dirigir la palabra y yo mucho menos, así estamos mejor.

Han sido unas semanas super exhaustas, el trabajo de ciencia, las prácticas de voleibol y la campaña de presidencia, que al final la mejor idea que tuve fue la de cambiar ciertas cosas para la comunidad LGBT de la escuela; además de estudiar para los exámenes de todas las materias. 

Al menos las cosas estaban saliendo bien, hasta los momentos habíamos ganado todos los partidos de voleibol, volviéndome más popular en la escuela, lo cual también significaba más votos para la presidencia. Tenía el apoyo de la mayoría de las mujeres, a excepción de aquellas que amaban al idiota de Mateo.

Hoy había organizado pegar avisos por la escuela con ayuda de Julio y Miranda en donde había un breve resumen sobre las nuevas implementaciones que habrían si ganaba la presidencia, en donde la mayoría se enfocaba en la comunidad LGBT. Esto era un arma de doble filo, ya que por un lado estaba segura de que tendría todo el apoyo de la comunidad, pero por otro lado estaba segura de que tendría varios haters que no estarían de acuerdo.

Me dirigía al patio cuando un pequeño grupo del equipo de futbol choco contra mi, estaba segura que a propósito, haciéndome tirar los avisos al suelo.

Los chicos me miraron y se echaron a reír.

"Lo que me faltaba, que Mateo ahora enviara a sus secuaces".

Un grupo de chicos que estaba cerca me ayudo a recoger los avisos que estaban en el piso.

 — Muchas Gracias.

— ¿Así que tu compaña se trata de ayudar a la comunidad LGBT? —me preguntó una chica que vestía con ropa ancha y se veía algo varonil.

— Solo son algunas de las mejoras, también trataremos otros temas.

 — ¿Y tú qué sabes sobre lo que nosotros necesitamos? —agrego otro chico que se había acercado.

— ¿Son de la comunidad LGBT? 

— Así es, y tu no lo eres.

— ¿Y ustedes que saben de mi vida?

— ¿Crees que no sabemos quien eres? —agrego la chica— Eres capitana del equipo de voleibol, actual presidenta; todos en la escuela te conocen y muchos hablan de ti, todos sabemos que eres heterosexual.

—Si, soy heterosexual, ¿Eso me impide querer apoyarlos?

—Seguro solo lo haces para tener nuestros votos asegurados, una persona como tu no entendería por lo que nosotros pasamos —dijo el chico subiendo un poco el tono de voz

Mire a mi alrededor y me di cuenta que las personas nos comenzaban a mirar y yo a sudar frío.

— Escuchen, dentro de unos días se hará un debate con preguntas a los candidatos de la presidencia, si tienen dudas pueden aclararlas ese día.

Termine de acomodar los afiches y trate de seguir mi camino, intentando evitar una incómoda conversación, pero me lo impidieron.

— No tenemos ninguna duda —dijo el chico con voz alta para que lo escuchara—, como todos los demás, solo hacen esas campañas para su propio beneficio.

— Yo solo quiero que todos se sientan cómodos y felices en la escuela —me defendí aun manteniendo la calma.

— ¿Así? Has sido la presidente todo el año, ¿Por que no habías propuesto esto antes?

"Buena pregunta."

— Y-Ya se estaba trabajando en ello, solo que no había necesidad de divulgarlo a todo el mundo.

— Que mala mentirosa —bufo el chico.

Ya a este punto varias personas del patio estaban muy entretenidos escuchando nuestra disputa.

— Oigan, el voto es libre, yo solo cumplo con mi trabajo, y ustedes pueden votar por la persona de su preferencia —intente concluir.

Di media vuelta, pero a esos chicos les estaba gustando la atención.

— ¿Te quedaste sin defensas? —dijo la chica.

— Obvio, solo se quiere aprovechar de un grupo de marginados para hacer una campaña "inclusiva".

Perdiendo la ultima gota de paciencia que me quedaba, la cual no era mucha, me gire y los mire fijamente, sabia que mi mirada no traía nada bueno, cuando ambos chicos dieron medio paso atrás inconscientemente a la defensiva.

— ¿Marginados? Esa es la palabra a la que ustedes mismo se están refiriendo, ¿No se dan cuenta que por estar a la defensiva ustedes mismo se perjudican? ¿Al menos leyeron bien lo que dicen los avisos? ¿O solo quisieron descargar la ira acumulada contra mí?

Los chicos abrieron la boca para decir algo, pero los corte al instante.

— ¿Creen que el mundo está contra ustedes? Ustedes me estaban juzgando a mi por ser "heterosexual" ¿Acaso no es parte de la diversidad?

— A ustedes nadie los mira como algo extraño, ustedes están "dentro de lo normal" —se defendió el chico.

— ¿Y crees que eso nos libra del mal? Que no tenemos complejos, que las personas a veces no nos rechazan, que no sufrimos por amor. ¿Sabes que es frustrante? Vivir en un mundo tan sexualizado en donde una pareja funciona correctamente solo si hay buen sexo. ¿Pero sabes que entendí? Que me vale mierda si por ser asexual me van a rechazar, me acepto como soy.

Se hizo un silencio sepulcral por unos segundos, y entendí que mas personas de las que me hubiera gustado me estaban escuchando y viendo.

"Mierda, siempre hablando sin pensar."

— ¿Eres asexual? —preguntó la chica.

Dudé unos segundos en responder, pues ahora que me había desahogado, estaba con la cabeza más fría y no sabia si quería que todo el mundo me escuchara.

— Si, así es, y si creías que no los entendía, pues si los entiendo, entiendo lo difícil que puede ser encontrar apoyo y comprensión en un mundo que a menudo parece centrarse en la sexualidad y sobre todo de una manera arcaica. Entiendo que a veces nos enamoramos de personas que no comparten nuestra misma orientación. Entiendo que es sentirse diferente e incomprendida, sobre todo por las personas que amamos. Entiendo que te juzguen y solo piensen que es un capricho o solo quieres llamar la atención. Pero siempre terminarás encontrando a alguien que te comprenda, y por eso si es muy importante para mi hacer esta campaña.

Julio apareció de la nada rodeándome por los hombros como solía hacer.

— Nunca se está solo —dijo—, si te abres a los demás, te darás cuenta que hay mas personas como tu de lo que pensabas.

Lo mire y sonreí, respondí a su abrazo pasando mi mano derecha por su cintura, el único lugar que nuestra diferencia de estatura me permitía abrazar.

— Gracias —le susurre.

Los chicos con los que había estado discutiendo nos miraron confundidos, evidentemente no querían aceptar que me habían juzgado antes de tiempo.

— Bueno, veremos si es verdad todo esto en el debate —concluyó el chico alejándose por fin.

Cuando los chicos se terminaron de ir y ya no estábamos en la vista de todo el mundo Julio me abrazo fuertemente.

— Estoy muy orgulloso de ti.

— ¿Ah sí?

— Si, hablaste sin miedo, y al fin te aceptaste en voz alta, sin importar lo que los demás pensaran de ti.

— Debo admitir que fue parte de la rabia lo que me hizo hablar de más.

— No importa, verás que ahora todo será mucho más fácil de aceptar y asimilar.

— Si, pero con los chismosos que son en esta escuela, todo el mundo se enteraran, ¿Cómo me trataran ahora?

— Estoy seguro que todo será para mejor, créeme.

Sin soltarme, Julio y yo caminamos abrazados entrando nuevamente a la escuela. 

— ¿Te parece un día de juegos otra vez? —preguntó.

— No estaría mal quitarse un poco el estrés —acepte.

Durante el día sentí mas miradas sobre mi que las acostumbradas, o tal vez solo eran ideas mías. Por suerte nadie mas me dijo nada y al terminar el día Julio y yo no perdimos tiempo en ir a los juegos.

Carreras, puntería, baile, juegos de lucha; Julio y yo hicimos lo posible por utilizar todos los juegos. 

— ¿Terminamos el día con un helado? —sugirió.

— Me parece perfecto.

Julio compró dos barquillas que comeríamos de regreso a casa.

Al comenzar nuestra marcha me tope con la persona más indeseada para mi en estos momentos. Mateo iba tomado de la mano con una chica, una nueva por supuesto, y sin importar tropezarse con nosotros, él siguió su camino recto, hasta que el encuentro fue inevitable.

— Veo que tuvimos la misma idea —dijo a Julio, ignorándome a mí.

— ¿Estás hablando conmigo? —preguntó Julio en tono de burla.

La sonrisa arrogante de Mateo se borro sin disimular su disgusto.

— Veo que son la pareja perfecta —soltó en tono despectivo.

— Solo somos amigos —me apresure en aclarar, aunque no se por que.

— No le tienes que dar explicaciones —agregó Julio.

Me tomó por la cintura y me obligó a alejarme del rubio y su nueva chica que solo nos miraba de arriba abajo.

— Mientras mas te alejes de él, mejor —dijo Julio cuando estuvimos lo suficientemente lejos.

Arquee una ceja mirándolo sorprendido.

— ¿Estas celoso?

Julio soltó una risa sincera.

— ¿Por qué estaría celoso?

— No lo se, tu dime.

Julio se detuvo mirándome serio.

— Te estas enamorando de él —dijo—, y no te conviene.

— ¿Q-Que? ¿De donde sacaste algo tan estúpido?

— Lucía... —dijo con una mirada cómplice— he compartido contigo lo suficiente estas últimas semanas para saber que cada vez que aparece Mateo, te sonrojas, te pones nerviosa, actúas a la defensiva, y eso no lo haces con ningún otro chico.

— Psss, claro que no, te estas imaginando cosas.

— ¿Me estas mintiendo a mi o a ti misma?

Por la mirada de Julio sabia que estaba hablando muy en serio, lo cual me hizo tragar grueso.

— Estoy confundida —respondí con sinceridad.

Julio sonrió, y siguió con la marcha.

— Esta bien, entiendo que a ti misma te cueste darte cuenta que te gusta ese imbécil. A mi tampoco me gustaría aceptarlo.

— Tienes razón —dije uniéndome a su paso— me siento rara cuando aparece él, pero no entiendo cómo podría gustarme, es tan arrogante...mujeriego... 

— Patán, pretencioso, sin contar que quiere arruinarte la vida.

— ¡Si!, es burlón, engreído, valiente, ambicioso, inteligente, caballero...

— Espera, espera, ¿Estás diciendo cumplidos?

Guarde silencio dándome cuenta de lo que había dicho.

— No puede ser, estas peor de lo que pensaba —dijo Julio riendo—, estás enamoradísima de él.

— ¡Claro que no!

— Por favor, es la única razón por la que a alguien se le ocurría decir cosas buenas de él.

— Él no es tan malo —defendí—, a veces hemos estados solos y él... ha sido lindo.

Julio casi escupe el helado de la risa.

— No lo puede creer —dijo aun entre risas—, es una lastima que delante de la gente te trate como basura.

Julio tiene razón, las cosas que ha hecho Mateo que han logrado que me confunda siempre han sido cuando estamos solos, aunque cuando me defendió de Alejandro estaba con una chica, he incluso no le importa dejar sus planes para llevarme a casa... aun así eso lo pudo haber hecho cualquiera en esas circunstancias.

— ¿Estas bien? —pregunto Julio al ver que estaba sumergida en mis pensamientos—, tal vez no debí decir eso.

— No, esta bien, tienes razón.

— Escucha —dijo volviéndose a detener—, te mereces a alguien que te ame, así que nunca te conformes con menos, aunque te sientas sola.

— Desde que eres mi amigo, nunca me he sentido sola.

Julio sonrió y me dio un abrazo.

— ¿Por que tenias que ser un asexual arromántico?

Julio soltó una risa.

— Por que la vida tiene otros planes para mi mas allá de enamorarme, igual que tiene para ti una persona mucho mejor que yo.

El momento especial se arruinó cuando mi celular sonó.

— ¿Alo?

— Vaya, al fin escucho tu voz, últimamente solo existe Julio para ti.

— ¿Llamaste para pelear, Miranda?

— No, llame por que soy una buena amiga y acabo de pasarte un video que estoy segura que te interesara ver. ¡Y quiero una explicación!

Miranda tranco y abrí el video que me había pasado. Era la discusión que había tenía esta mañana con los dos chicos y como decía delante de todo el mundo que era asexual.

— No lo puedo creer.

— Si miras el lado bueno —comentó Julio tratando de animarme—, es una buena publicidad para tu campaña.

Julio soltó una risa nerviosa cuando lo mire con odio.

***

Mateo

Vanessa me tomaba de la mano y me jalaba con prisa hacia algún lugar, la verdad me sentía aburrido y solo me dejaba llevar por los pasillos de la escuela. Llegamos al armario del conserje que era un cuartito minúsculo con estantes y oscuro. 

Vanessa cerró la puerta con llave y comenzó a besarme frenéticamente.

— No te preocupes, a esta hora el conserje terminó sus tareas y no aparecerá por aquí hasta mañana.

Siguió besándome sin darme tiempo ni de respirar, yo solo me dejaba llevar mientras sujetaba su delgada cintura.

— Hace mucho tiempo te deseaba —dijo comenzando a desabrochar el botón de mi pantalón—, las chicas dicen que sabes lo que haces.

Sonreí a duras penas, me sentía cansado y no tenía nada de ganas de estar con esta chica por muy hermosa que fuera.

Ella obviamente se dio cuenta que algo no iba del todo bien.

— ¿Qué sucede? —dijo con una sonrisa maliciosa— ¿Necesitas algo de ayuda?

Vanessa iba a arrodillarse y nada mas de pensar en la idea me entro un escalofrió  y la detuve.

— No hace falta —le dije sujetándola—, mejor dejamos esto para después, hoy no me siento bien.

— ¿Que? 

— Lo que escuchaste, no me siento bien, otro día será.

La chica me miró completamente indignada.

— ¿Acaso te parezco fea?

— ¿Que? No, solo no es mi día —respondí ya con fastidio.

Abrí la puerta más fuerte de lo que debería llamando la atención de una chica que iba pasando.

Ella obviamente me miró y luego miró a Vanessa que salió detrás de mi frustrada.

— ¿Problemas en el paraíso?

Sofía era una morena hermosa, tenía un cuerpo envidiable para muchas chicas y deseada por los chicos, pero para mi desgracia le era muy fiel a su novio.

Mire a Vanessa que ya se había ido, y me encogí de hombros.

— Hay chicas con las que simplemente no funciona.

— Y yo había escuchado que eras todo terreno.

— Nunca me has dejado mostrarte —dije intentando mostrar la sonrisa más seductora que podia.

— Para tu suerte, ayer pelee con mi novio.

— Es el destino, ¿Me aceptas una cita hoy?

— Por qué no, no tenía nada planeado para después de clases.

Victorioso sujete a Sofía por la cintura llevándola conmigo. Las clases ya habían terminado y se me ocurrió ir a una heladería que estaba cerca del parque, pero antes de salir unos compañeros del equipo me interceptaron casi ahogados de la risa.

— ¡Mateo! ¿A que no te imaginas lo que logre grabar esta mañana?

Tome el teléfono de Manu y vi el video.

Lucía estaba discutiendo con una chica y un chico, ellos dudaban sobre sus intenciones en la campaña y luego Lucía, en uno de sus ataques de ira que me encantaban, gritaba prácticamente delante de todo el mundo que era asexual y como se sentía.

— Borra eso —ordené.

— ¿Que? No, esta buenísimo, incluso ya lo hice viral.

—¿¡Que!? —dije tomándolo de la franela.

— Oye, relájate —dijo soltándose—, lo hice para ayudarte, seguro nadie votara por ella después de esto.

Me frote la cabeza frustrado, no podia imaginarme lo vulnerable que debia sentirse sabiendo que su intimidad estará ahora en la boca de todos.

— ¿Qué te pasa, amigo? —agregó Harry— no me digas que ahora sientes lastima por ella.

Di un paso hacia ellos llenándome de ira, y ellos retrocedieron sintiéndola, pero recobre la calma justo a tiempo.

— Lo que hicieron fue ayudarla, ahora todos sentirán empatía por ella.

— ¿Tu crees? —se preguntó Harry.

— De todas formas no hay nada que hacer, ya es viral —terminó Manu.

Empuñe mis manos, y si no fuera porque Sofia me tomo del brazo en el momento justo, hubiera golpeado a esos dos imbéciles.

— Ya no importa, ¿Vamos por ese helado?

— Vamos.

Mientras caminamos por el sendero del parque antes de llegar a la heladería, vi a lo lejos a Lucía y a Julio comiendo también un helado. Una sensación extraña me invadió cuando los vi a ambos sonriendo con sus barquillas.

"Les arruinare el día".

— Veo que tuvimos la misma idea —dije para Julio.

— ¿Estás hablando conmigo? —preguntó con la intención de burlarse.

No pude evitar mirarlo con disgusto; este chico siempre me había dado igual, pero últimamente me estaba cayendo de un pésimo.

— Veo que son la pareja perfecta —solté

— Solo somos amigos —respondió Lucía de inmediato.

Sentí un alivio de repente que no sabia que necesitaba, pero duro poco cuando Julio la tomo por la cintura y se la llevó.

— No le tienes que dar explicaciones.

— "No le tienes que dar explicaciones" —susurre en tono burlón, cuando ya estuvo lejos.

Sofia dándose cuenta de mi estado me tomo por lo hombros masajeándome hasta el pecho.

— Tienes rato tenso —dijo—, por que no vamos por esos helados y después podemos pasar al verdadero postre —agregó con una sonrisa picara.

Sonreí por su propuesta, desde hace mucho tiempo había deseado a esta chica, pero ahora que estaba en mis manos, imaginármelo solo me producía aburrimiento y fatiga.

— Creo que hoy estoy muy cansado.

Ella me miro encarnando una ceja.

— Si no te conociera bien, diría que estas enamorado.

— Pss, que estupidez.




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