Gracias...
El tiempo pasaba, las heridas físicas sanaban de a poco, pero había un hueco profundo en todos... Raph no había salido del cuarto desde hace unos días. Sus hermanos dejaban comida en la puerta, pero la mayoría estaba pudriéndose, algunos platos que el metió estaban a medio comer. No quería aceptar el hecho de que ella se había ido. Miro nuevamente, después de tantas veces, las fotos de las paredes, entre ellas una donde estaba con ella sonriendo como si nada pasara en el futuro. Y fue cuando se preguntó...¿Ella realmente le hubiera gustado verlo así? Lo conocía bastante bien, no le hubiera gustado para nada. Ella lo hubiera levantado de las sombras, como el hizo con ella dándole una esperanza.
El sonido de la puerta se hizo presente.
-Raph...Se escucho la voz clara de Miguel Ángel. -A sensei le gustaría que pusieras una foto de Yen en el altar... So-Sólo eso... Por favor, sal hermano...nos duele a todos...pero nos duele más verte así... Te queremos bro... El silencio volvio, tomo un gran respiro y poco a poco se levanto de la cama. Aun dudando con la mano en el pomo de la puerta se pregunto si debia hacerlo, la luz se topo con su cara.
Mikey giro hacia atras para ver a su hermano, aun con algunas heridas que no fueron tratadas. El pequeño corrió para darle un abrazo, sin fuerzas, ni presiones ni tristeza, fue algo cálido, algo que no había sentido en bastante tiempo. Todos fueron con Raph, Donnie logró tratar sus heridas y finalmente logró comer aunque sea un poco.
-Raph...
-...¿Si...sensei?
-Espero que Mikey te haya dado mi recado...
Raph fue a la habitación para escoger alguna foto, hasta que encontró la indicada. Era ella cuando uso la yukata, tenía una gran sonrisa que no tenía en ninguna otra foto. El salio con la imagen y se dirigió al dojo, todos lo estaban esperando. Tomo el marco y lo colocó junto con la foto familiar de Splinter. El tomo el hombro de su hijo.
-Esta en un buen lugar ahora, en paz y tranquila...
El, después de tanto tiempo, sonrió, mientras algunas lagrimas caían de sus ojos. Todos se abrazaron, y la habitación se lleno de silencio otra vez, pero era un silencio diferente...ya que por fin despues de tanto tiempo, había paz.
La vida de la familia Hamato tomaba cada vez más su vida cotidiana, cada quien tenía diferentes maneras de superar la perdida de su amiga. Pero siempre la recordarian.
Raph se encontraba en la sala leyendo algunos cómics viejos, pero un ruido constante sonaba desde la entrada a la guarida. El chico tomó sus sais y con silencio se acercó cada vez más a la entrada. Sabía que aquella paz no iba a durar para siempre, y así fue. Un pie descalzo se asomaba desde las sombras mientras más se descubría. Los ojos esmeralda del chico de abrían como platos, mientras su cuerpo se quedaba inmóvil, ¿Acaso era una alucinación? De las sombras, salía un cuerpo herido y con quemaduras, arrastrándose con pesades trataba de acercarce a la tortuga. Un rostro cubierto de cabellos cuyas puntas estaban chambuscadas, hasta que se dejo observar.
Los ojos esmerarla se reencontraron aún después de dar por perdidos a las otros.
-H-Hola... Dijo, la chica simplemente mostraba una sonrisa debil, mientras su brazo se arrastraba por la pared y finalmente caía al piso
¡¡¡¡¡DONNIE!!!!
Todos acudieron a la sala encontrándose con aquella escena, llena de terror y esperanza. Raphael simplemente habia caido de rodillas mientras un río de lágrimas caía por sus mejilas. En su garganta se encontraba un grito ahogado sin oportunidad de sacarlo. El tiempo pasaba tan rápido ante sus ojos, mientras que sus hermanos actuaban con rapidez para ayudar a la chica herida...
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Yep, capítulo corto pero es necesario que sea así, como sea, ya me voy. (A escrito 3 capítulos seguidos y no quiere perder la inspiración y ganas de escribir porque pasan años para que regrese v:) Chau, cuidense mucho!!!
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