Capítulo 6 "Las mejores vacaciones"
Al entrar, me enseño mi habitación que era la de huéspedes, él se iba a quedar en la suya, al terminar de desempacar y ponerme el traje de baño (que me había comprado al pasar por una tienda cerca de su casa) me cubrí con un vestido amarillo, me lo había regalado una amiga para cuando fuera a la playa y siempre lo llevaba por si alguna vez iba a nadar o a una playa.
Steve me enseño toda su casa que constaba de una pequeña sala, un comedor, la cocina, dos baños, y cuatro habitaciones, su casa era muy hogareña, el jardín era muy grande, estaba lleno de césped y flores muy coloridas, además de tener una mesa con una sombrilla, en medio del jardín había una gran piscina, con un tobogán pequeño y al lado de la piscina estaba el jacuzzi, y todo aquello estaba rodeado de una cerca pequeña y en frente estaba la playa.
Él me cargo y me lanzó a la piscina después él se quitó la camisa y el pantalón, se quedó en traje de baño, y se hecho un clavado a la piscina, después de nadar un rato, decidimos comer, comimos hamburguesas, al acabar de comer fuimos a dar un paseo a la playa, donde nos quitamos los zapatos y dejamos que nuestros pies sintieran la suave y fresca arena.
— ¿Te gusta? —Preguntó.
— ¿Qué si me gusta?, me fascina es de lo mejor, tu casa es tan hermosa, si yo tuviera una casa así jamás me iría
—Ni yo, tal vez sabrían que ese sería el peor castigo para mí, siempre me ha encantado este lugar. Y espera a que sea de noche siempre hacen fiestas a un lado, aunque ya no sé si me inviten o me recuerden, espero que sí.
—Está bien ya quiero que sea de noche, pero ¿Qué debo de ponerme para una ocasión así?
—Sabes que con lo que sea te ves perfecta.
— ¡Lo sé! —Dije.
Al ver que estaba cerca del mar lo mojé, él hizo un gesto de "dime que no lo hiciste", después se puso los lentes de sol y me lanzo agua, eso se convirtió en una guerra tan divertida donde Steve me lanzaba agua y yo hacía lo mismo, después corrí, mientras él me perseguía, hasta que me atrapó y me tiró en el mar, se quedó arriba de mi hasta que llegó una ola bastante grande y nos empapo a los dos, eso hizo que nos paráramos y me diera oportunidad de correr, no importaba que me ardieran los ojos o que mi nariz ardiera por toda la sal del mar, lo único que quería es que ese momento era que nunca se acabara. Al llegar el atardecer, nos sentamos en la arena y nos acobijamos con una toalla, él me estaba abrazando, era tan romántico, entonces se me vino a la mente solo una persona que hizo que todo ese momento se arruinara y me volviera a la realidad. Alondra era su novia ella debía de estar con el abrazándolo, no yo, yo solo era su amiga... Que lo quería como algo más.
—Ya está oscureciendo y si quieres ir a la fiesta tendremos que ir a arreglarnos. —Dije quitando la toalla y parándome.
Corrí adentro sin mirar atrás. Al entrar a mi habitación, me di una ducha rápida, para después ver lo que me podía llevar a la fiesta, y al final me decidí por una falda verde limón, una blusa azul de tirantes, me pinte muy delicadamente y recogí mi pelo en media cola, me lo adorne con un broche de mariposa, me puse una chanclas, supuse que los zapatos no eran tan importantes ya que iba a estar descalza, ya que iba a ser en la playa.
Cuando baje Steve estaba en el pie de la escalera con una blusa de tirantes blanca, pantalones blancos y un sombrero blanco. Pero su expresión, hizo que entendiera que me veía hermosa, al bajar totalmente abajo, me abrió la puerta trasera y salimos dirigiéndonos al lado, la verdad se veía una fogata con una par de chavos alrededor del fuego, bailando, platicando, bebiendo.
Un chavo alto, rubio, muy guapo para decir verdad, al ver que nos acercábamos, se paró y se dirigió hacia nosotros, hasta quedar cara a cara de Steve
— ¿Steve, que haces aquí? ¿Creí que te quedarías en la prisión?
—Pues vine aquí con mi amiga, a los dos nos abandonaron, entonces, ¿Por qué no venir a visitar a mi mejor amigo Cristian?
Los dos se rieron y dieron un abrazo fraternal, después nos presento
—Mira ella es mi amiga de la "prisión" Anabelle, y él es mi vecino desde que tengo memoria y mi mejor amigo, Cristian.
Él me dio un fuerte apretón de mano y me saludo calurosamente, después de eso nos presentó a todo el mundo ahí presente, pusieron música movida, después todos empezamos a bailar, después trajeron cervezas y todos empezamos a tomar, yo solo me tome una, me paré del tronco donde estaba sentada y me puse a un lado de Steve, mientras bailábamos, las horas se pasaron muy rápido, entonces me di cuenta de que Steve ya estaba muy borracho, no paraba de decir cosas estúpidas, cuando vi que eran las 1 de la mañana me lo lleve, cuando estábamos en la casa, lo deje en su cama y me retire a dormir.
Me desperté muy temprano aún no amanecía, pero no podía dormir, daba muchas vueltas, pero no conciliaba el sueño, así que decidí bañarme y arreglarme, me puse ropa cómoda y salí a la playa, me encantaba observar como el sol empezaba a salir, amaba ese ambiente, nada comparado al de la escuela, que era un lugar muy frio, la verdad hasta extrañaba el sol y mucho.
Me senté en la arena, observando como las olas se movían de aquí allá, hacían lo que querían, sentía el viento de la mañana y el sol acariciando mi cara, en el pasado había ido muy pocas veces a la playa, la verdad eso lo hacía mágico que cada vez que fuera disfrutara cada minuto.
Vi una figura a lo lejos con dos vasos, era él, Steve.
—Buenos días—Dijo crudo.
—Buenos días ¿Cómo has amanecido?
—Perfecto.
— ¿Y a donde iremos hoy?
—Pues mis amigos me dijeron que hoy irían al parque acuático... entonces les pregunte que si podíamos ir con ellos y ellos aceptaron.
—Me parece genial.
—Entonces arréglate por qué tenemos que irnos en 20 minutos.
Nos paramos los dos juntos, cuando llegue a mi habitación, agarre una mochila que estaba colgada, que tenía una nota:
Querida Anabelle:
Pensé que te haría falta una mochila o morral como le quieras llamar, así que te doy esta, era de mi mama pero no creo que la extrañe, apresúrate.
Te quiere Steve.
Sonreí inmensamente sabía que este era las mejores vacaciones de mi vida, agarre la mochila eche ropa limpia, una bata, un vestido, bronceador, cepilló, dinero.
Habíamos llegado al parque acuático, se veía tan divertido, con esos inmensos toboganes, las piscinas y todo eso. Cristian pago todos los boletos después no los cobros, entramos y había varias mesas desocupadas en frente de la piscina de olas, dejamos los salvavidas y algunas mochilas.
Nos fuimos a cambiar, cuando salimos de los vestidores, nos dirigimos a rentar una llanta, Steve me dijo que rentáramos una doble, para los dos, acepté.
Nos fuimos a un inmenso tobogán donde era el más pequeño era de color azul, en ese se podía usar con o sin llanta, hicimos una larga fila, pero al fin me puse muy nerviosa al ver que cada vez que me acercaba más, cuando llegamos nos pidió el señor que nos acomodáramos y que cuando diera la señal saliéramos, la verdad esa llanta no se me hacía segura, no estaba tan cerca de Steve, él se había puesto adelante, y yo atrás, cuando dio la señal nosotros nos movimos hasta quedar a pocos centímetros de caer, me agarre muy bien del plástico que estaba en las llantas para sostenerse que estaban al lado, era muy emocionante, íbamos muy rápido e iba viendo todo lo que estaba afuera, los arboles otros toboganes, entonces vi que ya casi llegábamos , pero eso era lo peor ya que el final era todo recto y agarraba más velocidad, cuando llegamos el impacto hizo que sintiera mariposas en mi estómago.
Cristian y su novia nos hicieron una señal de que nos moviéramos para seguir al siguiente, los demás toboganes eran geniales, era hermosa esa sensación de adrenalina que recorría todo mi cuerpo.
Nos habíamos subido a la mayoría de los juegos y toboganes, que eran grandes, pequeños. Nos detuvimos al ver un juego que era el más alto. Se me puso la piel de gallina, cuando me retaron a subirme a ese tobogán; era de una persona, pero era un gran tubo, donde te ponías, y después caías, acepte el reto, debería a aprender a decir que no, cuando era mi turno me acerqué, y me metieron en el tubo cuando lo cerraron sentía que no podía de respirar, después se quitó el piso que me mantenía ahí, después caí haciendo que gritará, fue una sensación horrible pero genial, sentía que todos mis órganos se iban a salir, después que iba a morir, pero en eso dio una inesperada vuelta, y comencé a ver el cielo azul, en eso salí disparada como una bala, y llevándome toda el agua a su paso, cuando salí, mi corazón latía, sentía una dolor terrible, pero no paraba de reír, había sido un miedo divertido, seguimos caminando por el parque todos juntos hasta que nos quedamos Steve y yo solos.
— ¿Te estas divirtiendo?
—Como nunca.
—En la noche viene la mejor parte—Sonrió diabólicamente.
—Por eso hay que irnos, ya van a cerrar el parque.
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