Capítulo 5 "La gran soledad"
Cuando iba caminando por la escuela vacía, parecía un pueblo fantasma, donde la única habitante era yo, apenas había pasado un día y ya extrañaba la compañía de alguien, estar cerca de alguien y platicar. Esas tres semanas serían de lo peor, pero por lo menos podría investigar un poco más acerca de Lisa.
Me desperté alrededor de las 9 de la mañana, me puse mis botas preferidas, con un pantalón negro, una blusa rosa y un gorro, me vi en el espejo, me veía perfecta, pero eso a quien le importaba en ese momento si estaba sola y las personas que me importaban estaban lejos de mí, baje al comedor.
Me acerque a la barra donde había muy poca comida, no veía a nadie dentro de la cocina, no le tome mucha importante y agarre unos huevos con tocino y un café.
Caminé hasta una mesa, arrastre la silla hacía atrás y me senté, comencé a comerme el desayuno, mientras observaba lo solo y frío que estaba el comedor.
Al acabar ese rico desayuno, subí a mi habitación donde me puse un abrigado y caliente suéter, en eso vi a Lisa, se me hacía extraño que no me hubiera hablado en la mañana.
— ¿Podemos salir? — Dijo.
—Por supuesto.
Salimos de la habitación y del edificio para dirigirnos a una linda y larga caminata, lo bueno es que me había puesto ese suéter, una bufanda y unos guantes, si no hubiera muerto congelada.
A mí me encantaba el clima frío desde que era una niña, mi hermana era muy diferente a mí, a ella le había encantado el clima cálido, si ella hubiera estudiado en esta escuela estoy segura que se hubiera ido en menos de un día.
—Hoy. — Dijo murmurando—Recordé algo de mi pasado.
— ¿Qué es? ¿Qué recordaste?
—Bueno... solo me veo a mí... Con un hombre, abrazándonos, pero no veo su cara, solo sé que yo llevaba un abrigo y abajo un hermoso vestido rojo y el traía un traje azul marino.
— ¿Será tu novio? —Pregunté tratando de procesar la información y por si él era el posible asesino.
—Tal vez, pero es la primera vez que lo recuerdo, jamás lo había visto, pero al recordarlo siento algo aquí. —Dijo señalando donde está el corazón.
—Bueno, si recuerdas algo más me lo tienes que decir, todo puede ser crucial para la investigación.
—Claro, por cierto, mira quien está ahí.
Voltee algo confundida, mi sorpresa fue cuando vi a Steve, parado en frente de mi con los audífonos en sus orejas y las manos en el pantalón, cuando me vio él me sonrió, y se acercó a mí.
— ¿Qué haces aquí? —Pregunté aliviada de tener a alguien humano cerca.
—Mis padres se fueron de vacaciones, siempre hacen lo mismo, solo me ven en vacaciones largas y dicen que es mucho.... Pero dime ¿tú que haces aquí?
—Mis padres están de viaje...
— ¿Sabes lo que significa? — Dijo con una sonrisa diabólica, sabía que tenía un plan.
—Que nuestros padres se fueron sin nosotros a un lugar genial, mientras nosotros nos aburrimos en el internado. —Dije con cara de pocos amigos.
—¿Qué?, no, lo que iba a decir era que tenemos todo el internado para nosotros solos, podemos hacer lo que queramos.
— ¿Cómo qué?
—Podemos fugarnos.... A una playa que queda a cuatro horas de aquí, podemos entrar al cine.... HACER LO QUE QUERAMOS.
— ¿Aquí hay una playa?
—Sí, está muy cerca, bueno no tanto, pero si....
—Vamos, ahora.
Él se quedó pensativo, después me contesto que si iríamos, que me llevara lo que fuera necesario ya que pasaríamos allá mínimo tres días y que me veía en la puerta principal en 30 minutos.
Al entrar a mi habitación saque la maleta más pequeña que tenía y empaque la ropa más liviana, mi pijama, cepillo, etc. Entonces me di cuenta que no tenía traje de baño, supongo que compraría allá, eché mi billetera, celular y todo lo que era indispensable, al ver que faltaba 10 minutos.
Salí del cuarto y me dirigí hacia la puerta principal, donde habíamos quedado en vernos, cuando llegué él todavía no llegaba, entonces vi un mercedes Benz, rojo, deportivo y mi sorpresa fue que él estaba conduciendo ese auto, se detuvo y se bajó del carro para meter mí pequeña maleta en la cajuela, cuando acabó me abrió la puerta de su auto.
—¿Lista?
—Lista — Le sonreí.
Él se puso los lentes de sol, me sonrió y empezó nuestro pequeño viaje.
—Me vas a contar la historia de el por qué tienes un mercedes deportivo. —Pregunté admirando su carro.
—Claro, mis padres se sentían culpables de no estar presentes en todos mis cumpleaños así que me regalaron este bebe, pero la verdad casi no lo uso.
—Pues a mí me encanta, es tan lindo y grandioso, la verdad no puedo creer que este adentro de este auto.
—Créelo. —Dijo guiñándome un ojo.
Pasamos platicando sobre nuestras vidas, después de casi dos horas, se empezaba a notar el calor, así que nos quitamos los suéteres, las chaquetas y todo eso, el abrió el techo, para que nos iluminara el sol, paso todavía otras dos horas para que llegáramos a la playa, pero la verdad se pasaron de lo más veloz. Al llegar a la playa, pude ver el hermoso mar, la arena, familias nadando o simplemente disfrutando de la arena, la verdad yo disfrutaba mucho de la vista, pero se acabó al entrar a una zona privada, él se para en frente de un gran portón, donde adentro se podía ver una casa, de dos pisos muy comunes, pero con un gran jardín y se podía observar que en la parte trasera esta la playa.
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