Capítulo 3 "Las apariencias engañan"
Nos dirigimos en seguida a la biblioteca, donde estaban algunas personas estudiando o consultando en las computadoras, me acerque al módulo donde estaba una anciana.
—Buenas tardes. —Dije— ¿No tendrá periódicos antiguos como de 1998 de la escuela?
—Sí, acompáñeme.
Caminos por los pasillos viendo todos los libros que había, desde romance, hasta historia de las matemáticas, llegamos a una vieja y maltratada computadora en una habitación muy pequeña.
—Aquí encontraras lo que buscas—Dijo amablemente.
—Muchas gracias.
Se fue la viejita, en eso Lisa estaba otra vez a mi lado, "bien" pensé, busquemos información de su muerte o algo por el estilo. Busque y no encontraba nada, busque todos los días de ese año hasta mayo, entonces vi una noticia que me llamo mucho la atención.
Al empezarla a leer lo más importante era que trataba sobre una chica, lo raro era que no decía el nombre ni la edad ni nada de la chica, solo que era del edificio Sentimilion, decía algo que se había lanzado desde el techo, del edificio y había muerto unas horas más tarde y al parecer alguien la había lanzado, pero nunca se continuó la investigación, porque había muy pocas pruebas de que si había sido un homicidio.
—Vaya al parecer te mataste. —Dije como un susurro.
—Eso no puede ser... Yo no me acuerdo, pero eso es muy poco probable lo más probable es que me hayan matado.
—Necesitamos encontrar tu nombre, lo encontramos, encontramos tu pasado.
—Lo sé, pero no me acuerdo de nada lo he olvidado todo.
Mande a imprimir esa noticia y después me fui de ahí, era de noche y hacia un frio tremendo, iba caminando por un sendero que solo lo iluminaba una triste lámpara, entonces me recordó a mi sueño, solo que ahí no había una muralla hecha de hojas o algo por el estilo, seguí caminando ignorando mis pensamientos, entonces sentí que alguien me estaba siguiendo y no era Lisa era otra persona, entonces observe que se veía la silueta de una persona, lo único hice fue irme corriendo, corrí y corrí no paré, hasta que vi el edificio de Steve y no dude en tocar la puerta, un chavo alto me abrió la puerta, ni siquiera escuche sus palabras y entre sin dudarlo dos veces, al entrar vi a muchos chicos, pregunte por Steve. Un chico me dijo que su cuarto era el 101, corrí por las escaleras hasta el tercer piso, muchos chavos se me quedaban viendo, algunos sorprendidos y otros enojados, cuando vi el 101, ni siquiera toque simplemente entre como una loca, y mi sorpresa fue cuando vi a Steve besando a Alondra, los dos en ese momento se me quedaron viendo y lo único que pude decir fue:
—Lo siento, no fue mi intención, me tengo que ir.
Salí corriendo de ese lugar con un par de lágrimas saliendo de mis ojos, no sé qué era peor ¿ver al chico que tal vez te gusta con otra chica? ¿O morir en manos de aquella persona?, no me importo corrí hasta mi edificio.
Al llegar, fui a mi habitación, me lance sobre la cama y agarre mi almohada la abrace, cuando pare de llorar vi a Lisa sentada a un lado mío.
—Escucha ese tío es un idiota y si no te quiere que te de igual, hay muchos chicos en este mundo, tal vez él no era para ti.
—Tienes razón debemos continuar con la investigación.
No era lo mejor pero tenía que ser fuerte no me debía dejar derrumbar por un chico, además si él era feliz con Alondra yo no se lo impediría.
Me sequé las lágrimas y saqué mi laptop, comencé a buscar en internet sobre una chica, que se lanzó del tejado, no me había salido nada era como si jamás hubiese sucedido.
— ¿Y no has encontrado nada?
—No, es como si jamás hubieses existido.
Cerré la laptop y la puse en el escritorio, dormiré un rato—Dije, en eso un ruido que eran pequeños golpes que venían desde mi ventana, abrí la cortina y me dio un infarto al ver a Steve en mi ventana, la abrí inmediatamente dejándolo pasar, después de que entrara la cerré y le di una manta para que se estuviera caliente
—¿Estás loco?
—No, pero no contestas mis llamadas, así que vine, pero tú horrible prefecta no me dejo entrar así que escale un árbol después brinque a tu ventana y toque.
—Eres un idiota.
—Te molesto verme con alondra ¿verdad?
—No, claro que no.
—Bien porque ella y yo somos novios.
—Felicidades, amigo, espero que seas feliz. —Dije sinceramente.
Al decir eso se cayó un libro del estante, él se acercó a recogerlo y vi a lisa frotando en el aire, y empezó a tumbar todo, el dio un salto hacia la cama, empezó a tumbar todo, en eso solo le faltaba una cosa una foto donde salía toda mi familia.
—Ni lo pienses. —Dije como amenaza.
—Dile que existo, él te puede ayudar, algo me dice que él podría ser de gran ayuda.
—No. —Dije casi como un susurro, mientras Steve debía de pensar que estaba loca.
—Si.
—No, por favor va a pensar que estoy loca.
Steve se me quedo viendo, con cara que dé me faltaba un tornillo y prefería irse. Lisa empezó a ver el marco que empezó a temblar, está bien, lo haría.
Ella se alejó y se sentó en la cama observándome y con una sonrisa que estaba disfrutando mucho esto, mucho.
—Escucha Steve, sé que va a sonar algo muy loco, pero por alguna extraña razón puedo ver a Lisa, así le puse al fantasma de esta chica que no para de seguirme, ella me pidió ayuda por qué no puede descansar y por alguna extraña razón dijo que pidiera tu ayuda.
Él se me quedo viendo, aunque pareció creerme con todo lo que había pasado.
—Jajaja, que buena broma, ya dime la verdad.
—Esa es la verdad ¿quieres una prueba? Te la daré, lisa...
En eso lisa se quedó en frente de él viendo sus enormes ojos azules, sé que si él la pudiera ver, estaría muerto de miedo, entonces ella se separó y hablo:
—Su primera mascota se llamó Señor algodón y le dijeron que se había ido a vivir con su abuelo, pero en realidad lo atropelló su madre.
A lo cual repetí cada palabra.
— ¿Qué el Señor algodón, ¿cómo sabes de él?, ¿Esto es verdad?
Asentí con la cabeza y él se sentó en la cama recapacitando todo lo que había dicho.
—¿Qué debemos hacer? —Preguntó decidido.
—Que averigüemos cuál es su nombre y por qué murió.
—Investiguemos en internet....
—Ya lo hice no hay nada solo encontré esta nota.
Me acerque a mi mochila, donde saque la hoja de papel arrugada, se la enseñe, él empezó a leerla cuando termino por su mirada supuse que había tenido una idea, lo pensó y después me lo dijo como si fuera la idea más brillante.
—Los profesores hay que preguntarle, ¿Qué tal a la prefecta?
—Esa no puede ser tan mala idea, nos reuniremos mañana después de clases para preguntarle acerca de ella.
—De acuerdo, por ahora me tengo que ir, dejé a mi novia, en mi habitación.
—Si claro ve.
Él salió por mi ventana, después vi cómo se alejaba del edificio hasta volverse nada, cuando cerré la ventana y la cortina, Lisa me estaba viendo, sentada en la misma posición que estaba antes de que se fuera Steve, me dedico una sonrisa, después me dijo:
—Tienes que dormir.
—Investigaré un poco más y luego iré a la cama.
—Te agradezco todo lo que estás haciendo, buenas noches.
Después de eso volví a agarrar mi laptop para seguir investigando.
Desperté con la cara en el teclado de la laptop me empecé a estirar y me acerqué al reloj que estaba en mi mesita, el reloj marcaba que eran las 5:00 de la mañana, lo mejor será que me vaya a bañar, arregle lo que me iba a poner, después agarre una toalla y los utensilios para bañarme. Baje al segundo piso donde estaba el baño, me quite la ropa y la puse en una canasta, después me bañe, cuando acabe me subí en bata hasta el último piso, entre a mi habitación me cambie y me peine, después baje a la cafetería, para comer algo ya que anoche no había comido nada y mi estómago rugía como un león, agarre unos hot cakes y un café, la verdad dormir en mi computadora no era para nada cómodo.
Me senté en una mesa y se sentó Stacey.
—Hola.
—Hola Stacey.
— ¿Y cómo te ha ido con Steve?
—Mal, tiene novia, solo somos amigos ahora.
—Que maldito. —Dijo Stacey enojada.
—Tranquila, si él la escogió fue por algo, yo ya encontraré a alguien que me quiera.
Me quede callada dedicándole una sonrisa, la verdad yo pensaba eso, era mi amigo y era lo que seríamos siempre.
—Cuéntame sobre tu madre. —Dije para saber un poco más sobre ella.
—La verdad tenemos una relación un poco complicada, siempre me ha tratado mal, pero quiero mucho a mi padre, y mi madre es algo estricta.
—En serio lo lamento, quería preguntarte... ¿Ella no ha visto a la chica?...
—Nunca me ha contado nada de eso, la verdad no estoy segura, pero ¿Por qué tantas preguntas?
—Por nada, curiosidad, me tengo que ir, ya es tarde nos vemos en la noche.
—Adiós, nos vemos en la noche.
Cuando salí del comedor se quedó muy confundida, pero no le podía decir nada, hasta que descubriéramos todo sobre Lisa eso sería lo más sensato.
Camine hasta el edificio de mi siguiente clase historia. Entre en el edifico, hasta el salón 21, al tocar la puerta mi sorpresa fue cuando vi a la prefecta en el salón.
—Pasa—Dijo.
Pasé y me senté en una butaca de en medio, en eso sonó la campana y cerró la puerta mientras empezaba a hablar.
—Buenos días, yo seré su maestra suplente ya que lamentablemente, la profesora Ana Sofía, se lastimo la cadera, así que yo seré su nueva maestra, para los que no me conocen soy Harriet Collins, empecemos con una pequeña dinámica, ya que yo no los conozco, se van a parar y decir su nombre y sus pasatiempos
Empezamos por el otro lado del salón, cuando fue mi turno me levante dejando la mochila en el suelo, todos se me quedaron viendo, no pude evitar sonrojarme y ponerme nerviosa.
—Hola mi nombre es Anabelle Elizabeth Hamilton Payne me gusta ver películas.
Al terminar con todos, la maestra continua con la clase, después de eso fue muy aburrido, a mí no me gusta mucho la historia, a veces pienso para que volvemos al pasado si ya no se puede cambiar, pero a la vez los profesores nos dicen que es para que no cometamos los mismo errores que nuestros antepasados.
Desperté con la cara en el teclado de la laptop me empecé a estirar y me acerqué al reloj que estaba en mi mesita, el reloj marcaba que eran las 5:00 de la mañana, lo mejor será que me vaya a bañar, arregle lo que me iba a poner, después agarre una toalla y los utensilios para bañarme. Baje al segundo piso donde estaba el baño, me quite la ropa y la puse en una canasta, después me bañe, cuando acabe me subí en bata hasta el último piso, entre a mi habitación me cambie y me peine, después baje a la cafetería, para comer algo ya que anoche no había comido nada y mi estómago rugía como un león, agarre unos hot cakes y un café, la verdad dormir en mi computadora no era para nada cómodo.
Me senté en una mesa y se sentó Stacey.
—Hola.
—Hola Stacey.
— ¿Y cómo te ha ido con Steve?
—Mal, tiene novia, solo somos amigos ahora.
—Que maldito. —Dijo Stacey enojada.
—Tranquila, si él la escogió fue por algo, yo ya encontraré a alguien que me quiera.
Me quede callada dedicándole una sonrisa, la verdad yo pensaba eso, era mi amigo y era lo que seríamos siempre.
—Cuéntame sobre tu madre. —Dije para saber un poco más sobre ella.
—La verdad tenemos una relación un poco complicada, siempre me ha tratado mal, pero quiero mucho a mi padre, y mi madre es algo estricta.
—En serio lo lamento, quería preguntarte... ¿Ella no ha visto a la chica?...
—Nunca me ha contado nada de eso, la verdad no estoy segura, pero ¿Por qué tantas preguntas?
—Por nada, curiosidad, me tengo que ir, ya es tarde nos vemos en la noche.
—Adiós, nos vemos en la noche.
Cuando salí del comedor se quedó muy confundida, pero no le podía decir nada, hasta que descubriéramos todo sobre Lisa eso sería lo más sensato.
Camine hasta el edificio de mi siguiente clase historia. Entre en el edifico, hasta el salón 21, al tocar la puerta mi sorpresa fue cuando vi a la prefecta en el salón.
—Pasa—Dijo.
Pasé y me senté en una butaca de en medio, en eso sonó la campana y cerró la puerta mientras empezaba a hablar.
—Buenos días, yo seré su maestra suplente ya que lamentablemente, la profesora Ana Sofía, se lastimo la cadera, así que yo seré su nueva maestra, para los que no me conocen soy Harriet Collins, empecemos con una pequeña dinámica, ya que yo no los conozco, se van a parar y decir su nombre y sus pasatiempos
Empezamos por el otro lado del salón, cuando fue mi turno me levante dejando la mochila en el suelo, todos se me quedaron viendo, no pude evitar sonrojarme y ponerme nerviosa.
—Hola mi nombre es Anabelle Elizabeth Hamilton Payne me gusta ver películas.
Al terminar con todos, la maestra continua con la clase, después de eso fue muy aburrido, a mí no me gusta mucho la historia, a veces pienso para que volvemos al pasado si ya no se puede cambiar, pero a la vez los profesores nos dicen que es para que no cometamos los mismo errores que nuestros antepasados.
Al terminar todas mis clases, me fui caminando, pero entonces vi algo que me llamo mucho la atención, era un jardín donde había flores, jamás las había visto en mi vida, pero en medio de ese jardín había un kiosco.
—¿Y has encontrado algo interesante? —Preguntó Lisa.
—No, solo me llamó mucho la atención esto. —Dije señalando el kiosko.
—La verdad me acuerdo de este jardín me venía a sentar las tardes aquí, aunque muriera de frio. —Sonrió.
— ¡Te acuerdas de algo!
—Cierto.
—Oh por dios, tal vez al ver las cosas puedes recordar algo de tu pasado. —Dije emocionada, de que por lo menos teníamos una pista.
—Sí, pero esto jamás me había pasado.
Las dos nos quedamos callados, la verdad no sabía que tendría que ver yo en que recordara las cosas, solo sé que cuando ella supiera la verdad yo también lo haría.
—Bueno vamos a la habitación me ha de estar esperando Steve para preguntarle a la prefecta sobre ti.
—Sí, claro además yo estaré presente para lo que te diga.
—Solo con una condición, no puedes mover nada ni hacer nada, como si no existieras.
—Está bien, pero hay algo en ella, que no me agrada.
—A lo mejor solo es tu imaginación.
—Tal vez.
Después de eso caminamos juntas, mientras yo le contaba sobre mi vida personal, la verdad para ser un fantasma me estaba cayendo bastante bien, pero no me debo de encariñar de ella, porque cuando sepamos la verdad ella se irá. Al llegar estaba Steve en las escaleras me saludo con un beso en la mejilla.
— ¿Lista?
—Lista, vamos
Entramos al edificio, en mi mente estaba repensando lo que le iba a decir, tenía que salir muy bien, para que me dijera la verdad. Estábamos enfrente de esa puerta hecha de madera, Steve me miro sé que estaba algo asustado como yo porque era como ¿Hola estamos ayudando a un fantasma, sabe algo? , al final me anime a tocar la puerta, un chirrido hizo que se me pusiera los pelos de punta, ella abrió con ese traje rojo que traía en la clase de historia
—¿Qué se los ofrece? —Dijo ella.
—¿Podemos pasar?, es sobre una tarea.
—Está bien
Se hizo a un lado permitiéndonos pasar, cuando pasamos, nos sentamos en unos sillones.
—Bien, ¿Qué es lo que me van a preguntar?
—Es sobre algo que sucedió hace mucho, sobre el suicidio de una chica, sucedió en este edificio
Se quedó callada con la mirada perdida, estaba pensando muy bien en lo que nos iba a decir.
—Escuchen si es sobre eso, no pasó nada, son cuentos para asustar a los de primer año como tu Anabelle
— ¿Entonces no sucedió nada? ¿Segura?
—Segura, jamás les mentiría.
Nos sonrió pero esa sonrisa era más como lárguense y si siguen preguntando sobre eso los voy a castigar.
—Bueno muchas gracias y nosotros nos retiramos, que tenga bonita tarde.
—Igualmente, los acompaño a la puerta.
Ella se paró para abrir la puerta después de que salimos la cerró instantáneamente.
—Bueno, que tal si vamos a tu cuarto. —Preguntó Steve, a lo cual accedí.
Subimos por las escaleras, hasta mi cuarto, entramos y me sorprendió ver a Stacey adentro ¿Cómo se había metido?
—Amm... Hola, lo siento no creí que fueras a llegar con compañía, luego hablamos los dejo solos.
—No, no te vayas.
—Si me voy porque recordé que había quedado con una amiga de hacer la tarea, nos vemos luego.
Dejo la habitación más rápido de lo que lo habría hecho Lisa, voltee a ver a Steve que ya estaba sentado en el sillón.
—Creo que debemos de platicar de lo de anoche con lo Alondra mi novia
—No, solo que me sorprendió que fueras su novio. –Dije con naturalidad.
—Si es que después de que la perseguí, la encontré en su cuarto, entonces ella me dijo que me amaba, y la verdad me gusta, así que me le declare ahí y después fuimos a mi habitación y una cosa llego a la otra.
—Me parece bien, si tú eres feliz yo lo soy.
—Está bien, pero todo en orden ¿verdad?
—Si por supuesto, si no fuera así no estarías aquí. —Dije.
Los dos sonreímos y seguimos platicando de demás cosas.
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