Capítulo 26 "Todo se volvió negro" 4/4

—Anabelle... es hora de ir a la escuela... —Dijo una voz del otro lado de la puerta.

Era Stacey.

Voltee para ver acostado a Steve, él me tenía atrapada en sus brazos.

Se veía como un ángel. Él aún seguía profundamente dormido.

—Anabelle no me hagas entrar.

—Ya voy, me quedé dormida. Si quieres adelántate.

Escuche como se alejaba.

Desperté a Steve con sumo cuidado, pero él se asustó y se cayó de la cama. Lo peor del caso es que siguió dormido en el piso.

—Por Dios.

Agarré una jarra de agua y se la vacié en la cabeza.

— ¡¿ANABELLE QUE RAYOS TE SUCEDE?! —Dijo mientras se levantaba sacudiéndose toda el agua.

—Lo siento... pero es tarde, tenemos escuela y ayer viendo las películas nos hemos quedado dormidos.

El sacó su celular de la bolsa y al mirar la hora. Salió corriendo hacia la ventana.

Pero se devolvió para darme un beso, además de despedirse de mí y salió por la ventana.

Yo me cambie lo más rápido que pude y me cepille el pelo.

Estaba en clase de matemáticas, cuando sonó la canción Want u back de Cherl Lloyd.

Era un mensaje, lo revise rápido, antes de que el profesor me viera.

De: Lindsay.

Ya me llego tu paquete... me asustaste... lo mandaron a investigar... mi padre no leerá los resultados te los mandará como han salido del laboratorio... En unos días estará listo y te mandare el paquete, fue difícil que mi padre no le digiera a tu madre, pero lo hará.

Pronto sabremos quién es el asesino y eso me alienta demasiado a seguir adelante.

Las clases fueron demasiadas normales. Pero como al día siguiente tendremos examen de matemáticas, fui a la biblioteca a estudiar.

Me encontraba sola, en aquella inmensa biblioteca, otra vez sentía esa maldita sensación de alguien me vigilaba. Era tarde así que decidí irme de ahí, recogí mis cosas y hui.

Iba caminando por el internado, como de costumbre estaba solo.

¿Qué rayos les sucedía?

Eran las nueve y no había nadie, parecía toque de queda.

Respiraba y salía humo de mi boca, como siempre hacía mucho frío, pero esta noche había neblina, llovizna y poca nieve.

En eso alguien me tapó de la boca. Yo pataleaba, pero esa persona pero era muy fuerte.

Me arrastró hasta un callejón oscuro. Lejos de cualquier oportunidad que alguien pudiera vernos y ayudarme.

Lo único que quería saber era quien era esa persona y porque me hacía esto.

Entonces vi mi única salvación. Le mordí la mano tan fuerte como mis dientes podían. Funcionó pues la persona me soltó, solo oí a la persona maldecir.

Yo trate de correr, pero la persona me volvió a agarrar del pelo, haciendo que regresara.

—QUEDATE QUIETA PEQUEÑA ZORRA. —Me grito al oído.

Entonces él me aventó muy fuertemente contra la pared, como si yo no pesara nada.

Cuando sentí el piso otra vez, me dolía todo, ni siquiera me podía mover. Me sentía tan impotente en ese momento, trate de arrastrarme fuera de su alcance, pero otra vez falle.

—Este es un mensaje, no investigues... —Dijo con una voz ronca, definitivamente era un hombre.

Me agarró del cuello de mi chaqueta, él era mucho más alto que yo, pataleaba en el aire, me está asfixiando.

Él con una mano, me tenía agarrado y con la otra me dio un puñetazo.

Sentía como la sangre me recorría la barbilla.

Me dolía todo mi cuerpo. Él me soltó y me empezó a patearme en el estómago.

Solo quería que parara, suplicaba una y otra vez, pero fueron en vano.

Entonces el me agarro de nuevo del cuello y me lanzo contra la pared, pero esta vez fue mucho más fuerte.

Por que después de eso, no sentí nada.

Y todo se volvió negro.

Fin del maratón OH POR DIOS pobre Anabelle... soy muy mala (ríe malvadamente), eso es todo... nos leemos el lunes, espero que les este gustando... :D y espero que les haya gustado el pequeño maratón :D. La pobre Anabelle en galería.


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