Capítulo 11 "Un beso que jamás fue dado"
Él se alejó de mí, la verdad me había sorprendido de que me tratara de besar, porque, aunque me hubiera muerto por perderme en esos labios, supe que no podía por Alondra.
—Lo siento, fue un momento de debilidad. —Se disculpó.
—Entiendo, simplemente que no vuelva a suceder. —Dije seria.
Él trato de hablar, pero prefirió quedarse callado.
—Por mí esta bien, digo como quiera no hubiera significado nada para mí.
Ese comentario fue la gota que derramo el vaso y mi momento de éxtasis se esfumó tan rápido como había llegado, ¿cómo me pudo decir eso?... ¿Qué rayos le pasaba?, sé que si me hubiera besado, hubiese sentido lo mismo que yo. Ahora había arruinado todo ese momento, lo odiaba, ¿Cómo me pudo hacer esto?, en ese momento no sé si odiaba más a mi o a Steve, me odio por haberme permitido sentir esto, lo único que quería hacer era salir corriendo y no verlo nunca más.
—Perfecto, ¿sabes algo?, me hubiera sorprendido que sintieras algo, por que al parecer no sientes nada que aún teniendo novia, juegues conmigo.
Él simplemente se quedó callado. Así que me paré del sillón y me puse mi abrigo.
—Lo mejor será que me vaya, nos vemos y gracias por todo. —Dije enojada.
—Espera, por favor no te vayas. —Dijo Steve.
No le contesté y simplemente me fui dejándolo atrás. Porque sino podía terminar su relación para poder estar conmigo, entonces no me quería.
Salí corriendo como pude, escuchaba los gritos de Steve atrás mío, pero eso no me detuvo sé que se cansara de seguirme, cuando salí corriendo del edificio escuche algo que me hirvió la sangre.
—Claro huye como siempre, es lo único que sabes hacer.
—¿Cómo me puedes decir eso?, si tú fuiste el que dijiste eso, si eres un idiota porque juega con mis sentimientos.
—Yo sé que también me querías besar, ¿Vas a negar que me quieres?
—Te quiero y no solo como amigos, ¿okay?, pero estoy harta y confundida, porque jamás había sentido esto por alguien, y por primera vez siento que tú eres el indicado, pero tienes novia y es Alondra y sé que la quieres, jamás haría nada para separarlos, aunque esté completamente loca por ti. —Hice una pausa. —Además prefiero respetarme a mí, no quiero ser la otra Steve y si no eres capaz de entender eso, en serio lo siento.
Me fui de ahí, esta vez Steve no me detuvo para nada, la verdad me alegré un poco porque lo único que quería en ese momento era estar sola.
Cuando llegue a mi cuarto lo único que hice fue llorar durante horas sobre mi cama, lo único que quería en ese momento era que mi madre o mi hermana entraran por esa puerta para consolarme, no podía más, mi corazón estaba herido, estaba roto en dos partes, lo único que quería hacer era abrazar a alguien y comer chocolate mientras veía películas tristes o jugar videojuegos durante horas o simplemente correr, tal vez Steve tenía razón y lo único que sabía hacer era huir. Una parte de mi quería salir corriendo tras de él, mientras que la otra me decía, no lo hagas, él no te quiere.
Lo único que quería era que el entrara por esa ventana y me dijera como en cualquier película de amor, que me amaba e iba a luchar por nuestro amor, pero eso jamás iba a pasar ya que esto no es una película si no la cruda realidad. Estaba tan metida en mis pensamientos que ni siquiera me había dado cuenta que Alison había entrado y me estaba viendo.
— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? — Preguntó Alison un poco preocupada.
—No, Steve me trató de besar y no me deje, así que discutimos.
—Que maldito... — Después rio.
—¿Por qué te ríes de mi sufrimiento?
—Porque hace mucho que he olvidado que te rompan el corazón, y ahora que lo recuerdo es muy divertido— Rio de nuevo.
Me le quedé viendo con cara de pocos amigos, sinceramente no me gustaba que se riera por algo que a mí me dolía.
— ¿Cómo que divertido?
—Por que mira sé que él está sufriendo casi como tú, en cambio ninguno de los dos se anima a dar el primer paso... prefieren sufrir a pedir perdón y "verse débiles". Sabes haremos algo divertido. —Lo dijo con tono malicioso.
Estábamos en un lugar con poca luz, de hecho lo único que nos daba luz era una triste lámpara, al parecer estábamos en el sótano del edifico, era muy antiguo y viejo, además de que había polvo y telarañas por todas partes, Alison abrió la puerta gracias a un reloj muy antiguo y grande casi de mi tamaño, donde me dijo que metiera la mano y adentro había una palanca, y tal como lo había dicho sucedió al jalar esa palanca, se abrió la puerta. Me dio curiosidad como sabia eso, pero no le pregunte nada.
Mientras veía mejor la habitación había muchas cosas antiguas como mesas, pupitres, etc.
—Agarra ese palo. —Me dijo Alison.
— ¿Este? —Dije señalándolo.
—Si.
Lo agarré la verdad me daba mucho miedo estar ahí abajo donde había muchas arañas y otros insectos, pero al agarrar el pelo me sentí un poco mejor.
—Ahora destroza todas estas cosas
—¿Pero no se darán cuenta?
—Estas cosas son más antiguas que yo, y además nadie sabe de este pasadizo, más que tú y yo.
Lo dijo con una seguridad que me sentí aliviada, que empecé a destrozar todo a mi paso, me estaba desahogando de lo mejor, tal vez golpear era la mejor solución de reparar un corazón y era mucho mejor que llorar, pero después al golpear una mesa sé quebró y salió un cuaderno volando, me tuve que agachar para que no me pegara, después Alison y yo nos reímos como locas.
Me acerque para ver el cuaderno, estaba cubierto de polvo, así que le sople para que se limpiara, solté un pequeño estornudo y vi lo que estaba escrito en la pasta del cuaderno.
Diario de Alison Payne Hill.
— ¡ALISON!, este es tu diario, si lo leemos tal vez podamos saber por qué moriste.
—Sí, pero hay una mala noticia....
—¿Qué? —Pregunté tratando de entender la mala noticia.
—Ese diario, tiene un broche del lado derecho que si notas bien cubre todo el diario y solo se podrá abrir con la llave.
—Bien solo dime donde está la llave.
—Esa es la mala noticia, no sé dónde está la llave.
—¡Rayos!, creo que lo mejor es que subamos, es tarde y quiero dormir.
A la mañana siguiente me desperté a las dos de la tarde, era muy tarde y como sabría que ese día me la pasaría sola, decidí quedarme en mi cuarto todo el día en pijama, baje hasta la cafetería, donde no había nadie, así que comí galletas con café, subí a mi habitación y empecé a ver una película casera, era de mi hermana y yo en mi primera navidad, la verdad ahí mi madre se parecía más a Alison, sea veía más hermosa, la verdad es que era muy diferente a la mujer que era ahora, la verdad lo que yo pienso es que el dolor la cambió, más bien el dolor cambia a la gente.
Mientras las lágrimas recorrían por mis mejillas, me sentí fatal, lo único que quería era irme de ahí. En eso apareció Alison y dijo con un tono un poco melancólico.
— ¿Estás bien?
—Sí, ¿Qué pasa? ¿Por qué estas tristes?
—Escucha debes de arreglar las cosas, él es un buen chico y además muy en el fondo te quiere, por eso te dije que él te podía ayudar por que el daría la vida por ti, además sé que emocionalmente no puedes sola, necesitas a alguien en quien confiar... En alguien vivo, me refiero, así que ve ahora mismo con él.
—Está bien, iré, pero si no me quiere ver no luchare por él.
Alison me sonrió con esa sonrisa que me hacía sentir segura, me arreglé y me fui al edificio de Steve.
— ¿Cómo que no me quiere ver? — Pregunté
—Lo siento señorita Hamilton, pero el señor Steve me ha dado la orden de que no la deje pasar.
—Está bien, solo dígale que vine.
En ese momento ese señor me cerró la puerta en la cara, la verdad lo mejor era que me hubiera ido, pero no lo hice, así que me fui a su patio trasero, donde había unas ramas esparcidas por toda la pared que parecían una escalera, pero lo mejor era que si llegaba hasta la habitación de Steve.
Después de escalar toda esas ramas toque la ventana de Steve, pero no habría, entonces trate de ver por las cortinas y vi que estaba en su computadora con sus audífonos, toque con más fuerza en intensidad, hasta que él volteo y se sorprendió mucho de verme ahí colgando como mono, él se paró inmediatamente de su cama y abrió la ventana.
— ¿Qué rayos estás haciendo?
—Vine a hablar contigo. —Dije resbalándome de la rama.
— ¿Por qué?
—Porqué eres mi mejor amigo en este lugar junto con Stacey.
—Está bien, pasa. —Dijo no muy convencido.
Pero cuando trataba de entrar me resbale y la rama en la que estaba apoyada se rompió, caí tres metros, me golpee en la cabeza, sentí un dolor horrible, después solo escuche los gritos de Steve y lo último que sentí fue a él cargándome.
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