Capítulo 1 "Un nuevo día"

Iba corriendo con ese hermoso vestido amarillo de tirantes que tanto había utilizado en ir a la iglesia y a fiestas familiares, me acuerdo cuando lo compre le había insistido mucho a mi mamá para que me lo comprara y aceptó diciendo que si sacaba buenas calificaciones me lo compraría, la excusa de todos los papás para decir no te lo quiero comprar.

Estaba en medio de un gran bosque donde caían las hojas de los inmensos árboles, mientras mi pelo liso y negro se movía con el viento, de repente se volvieron dos caminos largos y llenos de niebla tendría que seguir mi instinto para saber por cual irme, así que escogí el lado derecho, entonces al avanzar un poco se cerró el paso, para que no pudiera regresar.

Era muy largo y estrecho, cuando llegue al final había solo una gran muralla hecha de hojas y ramas; por alguna extraña razón cuando voltee para atrás, cada vez se acercaba más la parte de atrás así que la atravesé. Abrí mis ojos y estaba en una hermosa pradera, era donde había ido tantos veranos atrás con mi familia, siempre me traía buenos recuerdos, pero desde que había muerto mi hermana no habíamos ido, la verdad es que ya no hacíamos las mismas cosas desde su muerte, para mis padres Evangelina era su hija favorita de hecho sé que mis padres hubieran preferido que yo hubiera muerto.

Entonces los vi, vi a mi hermosa familia, a mi madre Madison que estaba sentada dibujando, cuando volteo a verme, tenía una sonrisa y una chispa en sus ojos, que hace mucho no tenia, mi padre Jorge que estaba jugando con Max mi pequeño y sensual perro, los dos parecían felices, pero de repente escuche una voz que cuando hablo hizo que se me hiciera la piel chinita y me sacara una sonrisa. Apareció de la nada enfrente de mí con ese short de mezclilla y ese top rosa, con unos tacones de aguja rosa, mientras su cabello rizado y negro le caía por el hombro, me sonrió, con esa sonrisa que había conquistado miles de chicos guapos, se me acercó y me abrazó, hablo casi como un susurro

—Escucha con mucha atención, en tu nueva escuela escoge bien en quien confiar, porque no todos son buenos o con buenas intenciones, siempre se fiel a ti misma ahí vas a conocer a una persona en especial que va a cambiar tu vida.

Eso me confundió demasiado, pero algo me decía que pronto entendería porque me decía aquello. Cuando acabo de decir eso, desapareció, de hecho, toda mi familia; estaba sola, cerré mis ojos con una intensidad muy grande.

De repente desperté asustada en la parte trasera del auto de mis padres, alcance a leer "BIENVENIDOS AL INSTITUTO COMPRISION" desde la ventana, la abrí un poco para apreciar más el lugar, pero el aire estaba helado y nevaba, solo vi un gran edificio, muy viejo, pero supongo que así debe de ser ya que esta escuela lleva 100 años de servicio, no podía ver nada más por el banco de niebla.

Mi padre cambio de estación a la x-yzw 92.12, donde hablaban sobre política, aunque la verdad nunca he confiado en ese programa ya que siempre hablan maravillas sobre los gobernantes, aunque la verdad en esta época es tan difícil encontrar una estación o noticiero donde digan la verdad sobre los políticos, me puse mis audífonos y me deje llevar por la música haciendo que mi pie fuera de arriba abajo, pero tuve que interrumpir para poder escuchar a mi padre diciendo con su voz grave y amable:

—Ya llegamos

Esas palabras me provocaron escalofríos ya que ese día me separaría de mi familia por tres años de mi familia, de mis amigos, de mis seres queridos, para estudiar en ese internado, la verdad tenía miedo, nunca había estado lejos de mis seres queridos, pero ya me había acostumbrado a estar lejos de alguien, pero además tenía que estar lo más lejos de mi casa era para el bien de todos ya que en este último año habían sufrido mucho.

— ¿Vas a estar bien? —Preguntó mi madre, esta vez sí conteste.

—Sí mamá, estaré bien, además es lo mejor para todos.

Se quedaron callados porque sabían que tenía razón, que era para el bien de todos, como creen que unos padres van a superar la muerte de su hija, si su otra hija que está viva es idéntica a ella. Me tendría que ir un tiempo para que no sufrieran el infierno que están sufriendo, la verdad es que las cosas ya no volverán a ser las mismas, pero hay que tratar de seguir adelante y hacer nuestras vidas y yo en la vida de mis padres no podría, la verdad extrañaba mucho a Evangelina , era mi hermana gemela estuvimos 14 años juntas, era la única que me entendía , la verdad nunca tuve la oportunidad de que nos confundieran ya que éramos idénticas y la única forma de reconocernos era por el pelo, ya que ella lo tenía chino y yo liso.

Me bajé del carro, mis padres también se bajaron y me ayudaron a bajar mis maletas, cuando terminaron, mi mamá me abrazó, sentí como las lágrimas le caían por la mejilla hasta mi suéter, me dijo con su voz que tanta vez me había gritado: "ojalá tú te hubieras muerto y no tu hermana."

—Te voy a extrañar, recuerda se fuerte, te amo y si quieres volver antes a casa solo llámame y estaré aquí un día después, ¿está bien?

—De acuerdo mamá, yo también te voy a extrañar, te amo.

Después de ese momento se alejó para que mi padre se acercara y se despidiera, camino hacia mí y me abrazo fue un largo abrazo y solo dijo dos palabras que hizo que jamás olvidara cuanto lo amaba "te amo", mi padre y yo jamás habíamos sido muy buenos expresando nuestros sentimientos, pero cuando decíamos un te amo era todo lo que necesitábamos oír.

—¿Quieres que te acompañe a la oficina? — Me preguntó mi padre,

Negué con la cabeza y subí unas pequeñas escaleras para poder ir al edifico después de eso voltee. Y solo vi el carro alejarse con mis padres adentro.

Atravesé esas enormes puertas, mientras entraba dejé mis maletas, me dirigí hacia la puerta donde arriba tenia escrito "oficina", cuando entre olía a medicina, además había muchos escritorios donde había muchas señoras y señoritas trabajando y tecleando cosas en sus computadoras, eran alrededor de 10 secretarias, me acerqué a la primera que se me hizo más amable. Cuando la chica volteo agito su cabello rizado, pelirrojo y largo hacia atrás, dirigió sus hermosos ojos cafés hacia mí y preguntó:

—¿En qué te puedo ayudar?

—Soy de nuevo ingreso y me preguntaba si....

Antes de que terminara la pregunta me hizo un gesto de" espera un momento no tardo", y salió corriendo de su escritorio, tardo aproximadamente 15 minutos, estaba a punto de salir de ahí, pero en eso vi que venía la señorita con un montón de cosas cuando las dejo caer en su escritorio se disculpó por la tardanza y me empezó a decir:

—Escucha con atención, estos son tus libros, tu horario de clases, tu llave de dormitorio, y un croquis del lugar, es muy grande esta escuela y sería una lástima que te perdieras, además escucha, los lugares verdes son a los que puedes ir con toda la libertad y los rojos son a los que están prohibidos para los alumnos, estúdialo y espero que te vaya muy bien en este ciclo escolar.

—Muchas gracias. —Dije con una sonrisa.

Después de eso ella se sentó y siguió trabajando, mientras yo salía de su oficina, perdí el equilibrio y caí al suelo , me puse en cuclillas y empecé a recoger mis cosas, pero en eso alguien y yo agarramos el mismo libro y nuestras manos se tocaron, voltee para ver quién era y mi sorpresa fue cuando vi sus hermosos ojos azules, y su hermoso pelo rubio que podría asegurar que parecía dorado, era como un ángel, era muy hermoso, nos quedamos un par de segundos viéndonos, hasta que el quitó la mirada para ayudarme, después de unos segundos los empecé a recoger, cuando terminé, me levanté y empecé a echar varios libros a la maleta, cuando el habló:

—Hola, ¿Quieres que te ayude a llevar tus cosas al dormitorio?

—No, estoy bien muchas gracias.

—Pero no sería un caballero si te dejo llevar todas las cosas al dormitorio por sí sola, además una chica, no debería de llevar tantas cosas encima.

—La verdad te lo agradezco mucho, entonces si quieres lleva esas 3 maletas y yo las demás ¿te parece?

Él asintió con la cabeza, agarramos las maletas y salimos de ese edificio, empezamos a caminar, hacía mucho frio por lo que cada vez que respiraba salía humo de mi boca, hace tanto que no iba a un lugar donde nevaba lo más parecido que había estado en un lugar tan frio como aquel era en el invierno pasado, donde mi padre había decidido que sería lindo que fuéramos a la montaña, quiso que mi madre estuviera bien después de la muerte de mi hermana, pero jamás lo estaría, porque ¿Qué madre supera la muerte de su hijo?, yo pienso que ninguna, simplemente logran viven con ello.

— ¿Cuál es tu nombre? —Preguntó

—Anabelle y ¿el tuyo?

—Steve Johnson ¿Qué hiciste para estar aquí?

—Nada, estoy aquí por gusto—Eso había sonado muy falso, solo espero que cuando lo haya dicho no sonara tan poco creíble como sonó en mi mente

—¡Por dios! Eso sonó muy falso.... Todos estamos aquí porque hicimos algo malo, por ejemplo yo, me expulsaron de cuatro escuelas. Y mi madre dijo, —Esto lo dijo con voz graciosa—si te expulsan de este internado te irás a la escuela militarizada.

Reí sarcásticamente, la verdad su imitación fue muy divertida, aunque la verdad supongo que por decirme eso, ha de creer que pienso que es un chico malo y al parecer las chicas morimos por chicos malos, en motocicletas y con chaquetas de cuero, pero la verdad a mí no mucho.

—¿Así que eres un chico malo?

—No, la verdad simplemente me aburría en clase, así que no entraba o les contestaba a los profesores, de hecho, me gane el título "del payaso de la clase", odiaba cuando los profesores me decían así, que tiene de malo divertirse un poco en la escuela, ya que es suficientemente aburrido pasar ocho horas o más, escribiendo, leyendo o pensando en cómo encontrar una "x", yo solo les daba un poco de diversión.

—Tienes toda la razón. —Dije volteando a verlo.

Hubo un momento de silencio, no sabía que decirle, la verdad me había caído muy bien podríamos llegar a ser mejores amigos, pero con el tiempo lo sabría

—¿Cuál es tu dormitorio y habitación?

Saqué un papel arrugado de mi chaqueta, lo empecé abrir y lo dije mientras lo leía.

—Sentimilion, habitación 309

—¿Es en serio?

Su voz sonó algo preocupado y sorprendido como si esa habitación estuviera maldita o algo por el estilo.

—¿Algún problema con esa habitación? — Pregunté un poco curiosa.

—¡Oh! olvide que eras nueva, te contaré sobre el fantasma de la chica del cuarto 309.

Reí en voz baja, porque era como cuando te decían que tu escuela fue construida en un cementerio, pero no todas las escuelas podían estarlo, ¿O sí?

Pero hablando en serio, los fantasmas no existen.

Se me quedo viendo con esos hermosos ojos azules, que me hipnotizaban cada vez más, de algún modo me hacía sentir protegida y tan bien.

—Cuéntame la historia...adelante. —Dije dándome por vencida.

—Muchas gracias, — Lo hizo con un tono de voz arrogante. — está es la historia: dicen que hace un par de años en esa habitación había una chica muy hermosa pero además era muy popular , pero un día la encontraron muerta en la habitación 309, nadie sabe el motivo, muchos dicen que era porque su novio la corto, otros dicen que era porque no aguantaba su vida y otros porque se le quebró una uña, pero dicen que a las dos de la mañana se aparece, corriendo por los pasillos pidiendo ayuda.

Cuando terminó me sentí un poco asustada y confundida porque no creo que le hayan dado la habitación a una chica donde murió alguien, además yo no creía en eso, sonaba muy absurdo.

—No creo en esas estupideces, pero gracias por divertirme.

—Es aquí— Lo dijo casi con un grito.

Voltee para ver mi edificio y era muy grande además de que estaba rodeado por una cerca y no había ningún otro edificio cerca, me provoco escalofríos entonces, Steve dijo:

—¿Quieres que te acompañe adentro?

—No, puedo sola, muchas gracias, te veré luego descansa.

—Sí, te vendré a buscar mañana o tal vez otro día, adiós.

Con esas palabras se dio media vuelta y se fue, no lo veía a más de cinco metros ya que la neblina lo impedía. Así que decidí entrar, era muy cálido pero nadie me saludo ni nada, solo camine entre personas que se saludaban o se ayudaban entre sí a subir sus cosas a sus recamaras, me dirigí hacia una persona preguntándole donde estaba la habitación 309, muchas solo se sorprendían y se alejaban, mientras otras se reían y se iban, solo una persona me dijo que era en el último piso que tendría que subir todas las escaleras y en el último piso ahí estaba, me dijo "sabrás cuando lo veas que ese será tu cuarto" , después me guiñó el ojo y se alejó, me quedé muy confundida, pero seguí sus indicaciones así que empecé a subir por las escaleras la verdad había dos y en medio un inmenso y hermoso candelabro, decidí irme por el de la derecha.

Subí como unos cinco pisos y cuando subí las ultimas escaleras vi que solo había un cuarto, solo eran unas escaleras y te dirigían hacia un cuarto que con un viejo cartelón decía "309", subí las escaleras, cuando acabé saqué mí llave y la introduje en esa vieja perilla y abrió.

Cuando entre vi que era un cuarto grande para dos personas ya que había dos camas, un pequeño y café ropero, además de una mesita de estudio, algo me decía que dormiría sola, llegue y empecé a desempacar, a tender mi cama, cuando casi acababa de desempacar sonaron unas horribles campanas y oí mucho ruido abajo así que agarre una chaqueta muy delgada y baje después de cerrar la puerta.

Muchas bajaban ¿A dónde se dirigían?, las seguí hasta que una chica, alta, rubia y con unos profundos ojos verdes se me acercó y me dijo:

— ¿Eres nueva, ¿verdad? —Me dijo con una sonrisa, lo cual me hizo sentir bien hablar con alguien.

—Sí, ¿se nota mucho?

—No, es solo que llevo mucho tiempo aquí, y conozco a todos y a ti no te conozco, mi nombre es Stacey

—Yo me llamo Anabelle. —Dije sonriéndole.

—Te puedes sentar conmigo si aún no tienes amigos, porque se cómo se siente ser la nueva y más en un internado.

—Sería grandioso y muchas gracias. —Dije aliviada de por fin tener una amiga de mí mismo edificio.

Las dos nos sonreímos y bajamos hasta el lobby, donde había una puerta a la izquierda, donde era el gran comedor de Sentimilion, cuando entramos había muchas personas sentadas y otras en la barra escogiendo que iban a comer, iba platicando con Stacey, mientras ella saludaba a muchas chavas, entonces entendí que ella era muy popular, lo tendría que ser ella misma había dicho: "llevo muchos años aquí". Solo fuimos a la barra, donde escogí hot cakes y un vaso de leche.

Nos sentamos en una mesa donde había más chavas, todas platicando sobre que llevarían mañana, si llevaban su falda o su pantalón, la verdad no me sentía muy bien, porque todas parecían conocerse.

Una chica alta, pelirroja y muy hermosa, le pregunto a Stacey

— ¿Chica nueva?

—Si — Contestó Stacey inocentemente.

—Tendrá que hacer la iniciación. —Esto último lo dijo con malicia.

Me quedé muy confundida, así que pregunté.

— ¿Qué iniciación?

—Cuando es nuestro primer día o somos nuevas como tú, tenemos rondar por los pasillos, para ver el fantasma —Dijo Stacey.

—Eso me parece una tontería, los fantasmas no existen.

—Entonces no te dará miedo supongo— Dijo esa chica pelirroja con una sonrisa en su boca que me provoco miedo.

Todas se me quedaron viendo para ver que respondía, porque obviamente era un desafío.

—Acepto, lo haré.

—¡Excelente!

Después se fue y me quedé callada durante toda la cena, la verdad no sabía por qué había aceptado me tendría que estar hasta las tres de la mañana despierta simplemente para ver ese estúpido fantasma, la verdad solo lo hacía para probarle a todo el mundo que no existía ese fantasma.

Cuando acabamos de cenar nos dirigimos a los baños para lavarnos los dientes o muchas para hacer sus necesidades, cuando acabe me dirigí hacia mi cuarto me puse mi pijama y desempaque lo que faltaba. Saqué mi celular de mi bolsa para ver la hora 1:30, aún faltaba media hora, estaba exhausta solo quería dormir, pero tenía que hacerlo, pero ¿y si no lo hacía nadie me vería o sí?, en eso noté que alguien tocaba a mi puerta, me dirigí a ella

— ¿Quién es? —Pregunté asustada.

—Stacey, ábreme

Cuando le abrí ella traía su pijama.

— ¿Lista?

—Si —Contesté tratando de no lucir asustada.

— ¿No estas asustada?, ¿ni un poco?

—Tal vez un poco. —Admití finalmente.

Stacey se sentó en mi cama, observando mi habitación con curiosidad.

—Vas a estar bien, —Dijo volviendo a hablar. — en serio, todas hemos hecho esa maldita iniciación y nadie ha visto nada, son puros cuentos.

—¿Qué tal si alguien se disfraza? —Pregunté.

—No lo harán, todas están dormidas, además son muy justas y jamás en la vida harían eso, yo las conozco, y te doy mi palabra de que no lo harán porque ellas también pasaron lo mismo que tú y no les hubiera gustado que las asustaran.

En su voz había mucha confianza y lo dijo como si ella supiera que eso era verdad, eso me alivio un poco,

— Escucha. — Dijo con una voz muy seria. —Tendrás que empezar en el lobby después de ir al comedor y al baño, irás subiendo de piso hasta llegar a tu habitación después podrás dormir, es más, aquí me quedare, para ver que llegues sana y salva, sí te tardas mucho como a las tres iré a buscarte yo misma.

Después de eso nos la pasamos charlando sobre cosas de nuestras vidas, cuando mi reloj marco la 1:50, me despedí de ella, me puse otra vez mi chaqueta y agarré una linterna para alumbrarme por la oscuridad ya que no podía prender ninguna luz, si las prendía, me vería la prefecta que era la que cuidaba de que no hiciéramos cosas malas, si ella se daba cuenta que no estaba en la cama, me pondría una nota de castigo.

Salí por mi puerta después bajé todas las escaleras hasta llegar al lobby, empecé por el comedor no había nadie, pero me provocaba mucho miedo, ya que todo era muy terrorífico y estaba lloviendo además de que caían truenos, no había nadie solo se escuchaban mis pasos, por esa habitación. Cuando termine empecé por los baños, entre y eran grandes, pero me daban miedo, por el espejo grande y rectangular, había visto muchas películas de terror y sabía que si había un fantasma el aparecería ahí viéndome como en cualquier buena película de terror, revise cada baño y estaba limpio además de que no pasó nada.

Salí del baño y entonces vi otra puerta era la cocina entre y no había nada más que grandes mesas, grandes cuchillos, cubiertos y un enorme refrigerador, en eso escuche un horrible ruido que hizo que soltara un pequeño y no tan ruidoso grito, voltee e iluminé con mi lámpara pero no veía nada, sólo una sartén tirada, me agache para recogerla , pero entonces me pregunté: ¿Cómo se cayó?, alguien la tuvo que tirar, pero si no fui yo, ¿entonces quién?, sentí que alguien corrió detrás de mí, otra vez voltee, pero no había nadie, mi corazón se estaba acelerando, estaba muy asustada, y me di cuenta que no podía ser ninguna de las chicas, porque las hubiera visto, cuando estaba a punto de salir, gire mi cabeza y la vi, en la esquina con un vestido blanco , su cara no la podía ver, no sé si era por el miedo que estaba sintiendo en ese instante o simplemente la tenía borrosa, solo veía caer su cabello rubio, mi corazón se detuvo al ver que ella se dirigía hacia mi diciéndome con una voz que me provoco escalofríos , "ayúdame " lo decía una y otra vez.

Después de eso, salí corriendo con todas mis fuerzas, pero al subir por los pisos la veía atrás de mí, lo peor fue cuando llegue a mi cuarto, donde la vi en la puerta, nos quedamos viendo una a la otra, mi corazón cada vez se aceleraba más, tenía mucho miedo después de un momento desapareció y logre subir a mi habitación, cuando la abrí, ahí estaba Stacey, yo solo corrí a abrazarla mientras lloraba en sus hombros ella preocupada me preguntaba: ¿Por qué lloras? ¿Qué sucedió? ¿Estás bien?, pero no lo estaba le quería contestar a Stacey lo que había visto pero no podía, simplemente no podía hablar del miedo.

Después de que mi razonamiento volvió y me había calmado un poco empezó hable.

—Lloro, porque tengo miedo, mucho, no sabrías lo que estoy sintiendo en estos momentos. —Hice una pausa para calmarme, cuando estuve tranquila comencé a contar mi historia. — Sucedió en la cocina, primero se cayó un sartén, después, sentí que no estaba sola, estaba alguien conmigo, cuando me dirigía a la salida vi alguien en la esquina cuando subí, la veía atrás de mí, después en las escaleras estaba parada, en esta puerta después simplemente desapareció. —Dije aterrada.

Cuando acabe solo me abrazo, mientras me decía palabras para hacerme sentir mejor, después de unos minutos de escuchar su voz relajante me quedé dormida, olvidando todo lo que había vivido hace un momento.

Sonó mi alarma eran las 6:00 de la mañana y ella estaba a mi lado, la desperté, ella reacciono medio dormida, después se levantó me dijo que me vería en la entrada a las 6:40, después salió de la habitación.

Me puse una blusa blanca, un pantalón negro y unos vans blancos con negros, después me peine, me cepille mi pelo, ya que no necesitaba mucho tratamiento, ni cremas ni nada, después cheque mi horario y a la primera hora tenia matemáticas. Agarre mis libros de un viejo librero que había allí, de hecho, los libros que me tocaban ese día, eche mis llaves, el croquis y salí de mi habitación para irme a la escuela.

Afuera estaba Stacey lista, me sonrió cuando me vio y me hizo una seña apuntando hacía su reloj diciéndome: "apúrate que llegaremos tarde"

— ¿Cuál es tu primera clase? — Preguntó mientras caminábamos rápido.

—Matemáticas con el profesor Collins. —Dije viendo mi horario.

–—A mi español, el profesor Collins es, —Tartamudeo – mi padre. Y también mi madre es la prefecta.

— ¿Qué? ¿Y por qué no me lo habías dicho? —Pregunté sumamente confundida.

—Porque no es lindo empezar una conversación con, hola soy Stacey la hija de la prefecta y el maestro de matemáticas.

—Está bien, entiendo.

Después de eso, ella se despidió ya que ahí estaba su edifico yo seguí caminando, cuando vi el edificio donde me tocaba entre y camine lo más rápido, ya que se me había hecho tarde, cuando llegué, me alivié demasiado todavía no llegaba el profesor Collins.

Mi sorpresa fue cuando vi a Steve sentado con un chavo y cuando me vio me sonrió con esa sonrisa hermosa y angelical, me hizo un movimiento con la mano para que me acercara y lo hice me acerque a él, me ofreció un asiento a lado de él y acepté.

En eso entro el profesor, era muy guapo era alto, tenía el pelo muy negro y unos ojos azules tan intensos que podrían ser como el océano

—Hola soy su nuevo profesor de matemáticas el maestro Adam Collins, pero llámenme, maestro Collins, se pueden sentar donde sea, pero si platican los cambio de lugar.

Entonces empezó anotar un montón de problemas en el pizarrón y nos explicó algebra y cosas relacionadas con el álgebra como métodos, etc. Se terminó la clase y nos encargó más problemas de tarea después todos salimos y mientras iba saliendo Steve me hablo.

—Hola, ¿Cuál es tu siguiente clase? —Me preguntó

—Historia con la maestra Romina y ¿tú a qué clase vas?

—Educación física, pero historia está por las canchas te puedo ir a dejar —Dijo sonriéndome.

—Sí, gracias. —Sonreí.

La verdad estaba agradecida por tener un buen amigo en el internado.

—¿Cómo te fue en la iniciación? —Preguntó viéndome a los ojos, lo cual no pude resistir y aparte la vista porque sentía que si me seguía mirando así me perdería en su mirada.

—¿Qué de que hablas? —Dije nerviosa.

—Ya sabes siempre hacen una iniciación de recorrer por los pasillos a las dos de la madrugada

—¿Cómo sabes eso? —Pregunté extrañada porque creí que solo las chicas del edificio lo sabíamos.

—Tengo contactos.... Bueno he tenido amigas y han hecho esa iniciación, aunque nadie la ha visto.

Me quede callada lo último que quería era recordar lo que había vivido anoche, esa experiencia me había dejado asustada y traumatizada, no volvería a pasar de noche por la cocina.

—La vi. —Fue lo único que pude decir.

—¿En serio? Como era, espera tendré que llamar a los noticieros— Sacó su teléfono.

Le pegué en el hombro para dejarle claro que esto no era una broma, que era algo serio.

—Traía un vestido blanco, pelo rubio y no le vi de la cara.

—Wow, pegas fuertes. —Dijo sobándose donde le había pegado. —Eres la primera en verla ¿Me estas mintiendo acaso Anabelle?

—No, claro que no.

—Creeré en ti, —Me dio un ligero golpe en el brazo—ahí es tu edificio adiós Anabelle

Esta vez se acercó para darme un beso en la mejilla y se alejó.

La demás clase fueron muy aburridas, cuando acabe todas mis clases del día, me fui caminando a mi edificio, cuando llegué, algunas estaban en la sala platicando o haciendo tarea, cuando me vio Stacey se acercó a mí, diciéndome que tenía algo que decirme a solas.

Sabía que a solas era algo muy malo, tal vez nos habían descubierto por lo de anoche, supe de inmediato que la mejor opción era mi cuarto ya que estaba aislado de todo, además que ahí tendríamos la privacidad que necesitáramos.

Cuando subimos y entramos en la habitación puse mi mochila en un viejo sillón, me senté en la cama junto a Stacey cuando ella con un tono preocupado dijo:

—La prefecta sabe que anoche estuviste a fuera de tu habitación en la madrugada

— ¿Qué, ¿quién se lo dijo? —Pregunté muy alterada.

—No lo sé, escuche a la prefecta hablando con Alison la chica pelirroja, ese es su nombre, —Dijo para que conociera su nombre. — como ella es la segunda al mando a ella le manda todos los recados cuando quiere hablar con alguien

—Pero solo dijo que quería hablar conmigo ¿no?

—Si— Lo dijo un poco pensativa y confundida.

— ¡Tal vez quiera verme para otra cosa! —Exclamé.

—Eso espero.

Después de eso hubo un gran silencio, estaba muy preocupada ni siquiera llevaba un día y ya me había metido en problemas, se lo que diría mi madre; "Esto es inaceptable, como es posible que en tu primer día ya te metiste en problemas, aprende de Evangeline, ella nunca se mete en problemas." Al pensar en que siempre me ponía de modelo a Evangeline me puse un poco melancólica.

—Oye una amiga te vio platicando con Steve—Comentó.

—Sí, ¿Tiene algo de malo? —Trate de averiguar si era un mujeriego.

—No, pero es el chico más cotizado de toda la escuela, porque además de ser una guapura se porta genial.

Eso me hacía sentir bien ya que hace mucho tiempo que no tenía una amiga como ella, la verdad sabía que ella llegaría a ser mi mejor amiga. Pero un sonido nos interrumpió, era alguien que estaba tocando mi puerta, respire hondo y me acerqué para abrir la puerta, cuando la abrí era Alison, supuse que ya tendría que conocer a la prefecta y saber para que me quería.

—Hola, la prefecta te solicita en su oficina y te quiere ver ahora. —Dijo remarcando la palabra "AHORA".

Después de eso ella bajo las escaleras y se fue, me despedí de Stacey. Bajamos las escaleras después de cerrar mi puerta. Cuando llegue a la puerta de la oficina estaba cansada de bajar tantas escaleras, ya que su oficina estaba en el lobby, toque la puerta después con una voz más o menos joven me dijo "pase".

Cuando entré a su oficina, era muy hermosa era todo de color rosa.

La prefecta tenía el pelo negro, la piel más blanca que había visto y los labios rojos, se parecía a "Blancanieves" ella estaba sentada en un escritorio con las manos enredadas y viéndome con esos ojos cafés.

—Escuche que me quería ver. —Dije mientras me sentaba en una silla.

—Sí, así es ¿Sabes por qué estás aquí?

—No —Dije tratando de fingir, aunque la verdad si sabía el motivo.

—Bueno ayer a las dos de la madrugada, te vimos rondando por la cocina, más bien por toda la casa y ya sabes las reglas.

Al decir eso su voz sonaba un poco más ruda y parecía que en realidad estaba molesta, estaba pensando en ese momento, rayos, ¿Ahora qué hago? ¿Finjo demencia? ¿Lo admito todo?, supe lo que tenía que decir, no quería volver hacer la busca problemas otra vez.

—Lo siento, quería explorar un poco.

—Gracias por decirme eso, ya que te gusta tanto andar de noche vas a limpiar la cafetería durante una semana, después de que todos tus compañeros terminen de comer, si en la mañana no está limpio estarás en más problemas ¿entendido?

—Entendido—Dije un poco molesta.

—Puedes retirarte—Lo dijo con una enorme sonrisa, después volvió a escribir y yo salí de su oficina.

Me estaba muriendo de miedo, yo sola en las noches y en la cafetería, debía de estar loca, pero tenía que hacerlo, además había muy poca probabilidad de volverla a ver.

Fui a la habitación de Stacey, toqué la puerta, después de un par de segundos salió.

—Entra— Dijo.

Cuando pasé, vi su habitación, era muy bonita, aunque muy rosa para mi gusto y al parecer ella si tenía compañera, pues la otra cama estaba hecha.

— ¿Qué paso? —Me preguntó con mucha intriga.

—Me descubrió, pero además de eso me castigo, así que tendré que limpiar la cafetería yo sola todas las noches.

Se sentó en su cama un poco aturdida y asustada, supongo que no sabía que me castigarían.

— ¿Estás bien?

—Algo, estaré bien, solo espero que no se me aparezca de nuevo.

—No te preocupes, si quieres iré contigo. —Me dijo tomándome de la mano.

—No, si nos descubren nos castigarían.

Aunque tuviera miedo, no quería que Stacey saliera castigada, era mi única amiga y no quería que la castigaran por mis tonterías, tendría que solucionarlo sola.

—Está bien— Lo dijo un poco triste

—Me tengo que ir a hacer mi tarea, adiós, te veré en la cena.

La abrace y me fui a mi habitación, llegue y empecé a hacer mis deberes, pero mi mente solo estaba pensando en ella, en esa chica, que tal si no era mala, y ¿si trataba de hablar con ella? O ¿Qué tal si me mata?, la verdad no podía soportar todas aquellas dudas, volteé para ver ese cuadrado y negro reloj que marcaban las 8:00, me tendría que apresurar para bajar a cenar y cumplir mí castigo, me puse algo cómodo y me hice una coleta, arregle mi mochila para el día siguiente.

Cuando baje ya estaban cenando, me acerque a la barra, para ver que había, solo agarre unos huevos revueltos con tocino y jugo de naranja, me senté en la mesa con Stacey y sus demás amigas, la chica morena se llamaba Erika, la chica rubia se llamaba Amelia y por último estaba Alison. Me paré para dejar los platos. La prefecta se me quedo viendo, solo disimule que no me veía, así que me fui con Stacey.

— ¿Qué pasa? —Dijo Stacey

—La prefecta me vigila, —Le dije casi como un susurro — Voltea atrás.

Ella volteo, y me miro con una cara de "tienes razón".

—Debería de ir a la cocina. —Dije tratando de sonar fuerte.

—Creo que tienes razón, adiós hasta mañana. Mucha suerte —Se despidió Stacey.

Era la 1:30 y estaba sola en la cocina limpiando los trastes, aunque ya casi acababa, no podía con mi cuerpo ya había limpiado más 100 platos, solo me quedaban como unos 20, la verdad me sentía un poco aliviada de no ver a ese horrible fantasma.

Había terminado todos los platos, así que decidí irme a dormir, deje el mandil sobre un perchero y apagué las luces, con una lámpara me dirigí a las escaleras, pero para mi sorpresa estaba una chica ahí, no creo que sea el fantasma pensé, tenía el pelo rubio y con caireles, tenía unos ojos azules muy hermosos y andaba con una bata blanca.

–Hola ¿Cuál es tu nombre? ¿Y qué haces tan noche aquí? —Pregunté confundida y pensando que era una broma.

La chica volteo a verme confundida, solo dijo unas palabras:

—Me tengo que ir.

Se paró y camino hacia la cocina, la seguí, pero cuando entre no había nadie ahí supuse que había salido por la otra puerta, así que lo mejor fue irme a mi habitación y dormir.


Desperté a las 5:50, me levante y me arregle como siempre (me había cambiado, peinado y lavarme los dientes) después me fui a la cafetería donde agarre un dona, cuando salí del edificio ahí estaba Stacey poniéndose labial.

—Hola ¿la vistes? —Pregunto esperando que la respuesta fuera no.

—Hola, la verdad no, pero paso algo extraño, vi a una chava de aquí, te diré las descripciones y me dirás si la conoces

—Claro, yo conozco a todas las chicas que viven en este edificio.

—Era rubia y tenía caireles, alta, delgada, ojos azules, tenía una bata blanca, era muy hermosa.

—Bueno hay cinco chicas con esas descripciones si quieres en la hora de la cena te las presento y me dices quien era la que viste

—Está bien, corre si no llegaremos tarde.



Iba por la cuarta hora del día y me tocaba matemáticas con el maestro Collins, cuando llegué estaba el sentado con la mirada perdida, había muchos chicos que rumoraban que él había perdido algo que lo hizo perder su luz.

Pase a sentarme y vi a alguien que se me hizo familiar estaba Steve sentado pero había algo más estaba sentado platicando con una chica de pelo pelirrojo, alta y era muy hermosa además de que cuando hablaba con él se tocaba su cabello rizado, sentí un poco de celos.

Me senté unas bancas atrás de ellos, saque mis libros y espere a que sonará la campana para que empezara la clase, Steve volteo a verme y me hizo con una señal en la mano para que me acercara, entonces aquella chica volteo y después de hacer una mueca se dirigió hacia Steve y se empezó a reír diciendo: "Steve eres tan gracioso", después le negué con la cabeza y dirigí mi atención a mi libro, cuando una chica se sentó a un lado de mi se me hizo algo extraña e interesante así que le hable.

–Hola.

–Hola–contestó.

—¿Cuál es tu nombre?

—Cristal. ¿Y el tuyo?

—Anabelle —Dije sonriéndole.

Ella se volteó y no me dirigió la palabra la verdad sentía que era una de esas personas que no tenían muchos amigos, tal vez era muy tímida así que hable con ella, quería que fuera mi amiga por alguna extraña razón.

—¿En qué edificio vives? — Pregunté porque no la había visto en mi edificio.

—Elandior ¿y tú?

—Sentimilion

En eso el profesor se paró y cerró la puerta enseguida se escuchó la campana, el maestro Collins tenía un muy estricto reglamento donde tenías que estar antes de que sonara la campana, hablo enseguida:

—Saquen por favor su tarea.

Después de eso la clase se fue lo bastante normal, cuando acabó la clase todos empezamos a salir.

Al final del día, ya estaba en mi habitación haciendo mi tarea de matemáticas, español e historia, en eso sonó la campana para que fuéramos a cenar, la verdad en lo único que pensaba era en esa chava que estaba llorando en las escaleras. Así que salí, cerré la puerta y baje las infinitas escaleras, cuando llegue al comedor estaba Stacey esperándome, cuando llegué me presento a cada una de las chavas con la descripción, pero no la vi. Así que le dije que no estaba esa chica y le pregunte

— ¿Son todas las chicas?

—Sí, ¿no es ninguna de ellas?

—No. —Dije un poco desilusionada.

— ¡Qué extraño!, pero bueno vamos a comer, tengo mucha hambre además hoy es noche de tacos y si no ingiero un taco en los próximos 10 minutos explotaré.

—Está bien vamos por esos tacos

Después de comer esos riquísimos tacos, me fui a cumplir mi penitencia aún me quedaba 6 días más de castigo, me dirigí hacia la cocina y empecé a hacer mis deberes que eran guardar lo que era en el refrigerador, limpiar las mesas y por ultimo lavar los trastes cuando termine todo eso puse mi viejo y sucio mandil en el gancho oxidado, cuando ya iba a salir, cheque si traía las llaves y mi celular, pero no tenía mi celular, así que lo busque en toda la cocina y no lo encontré, por esa razón decidí buscar en el comedor, cuando salí por esas puertas dobles, me dio un escalofrió que recorrió por todo mi cuerpo, encendí la lámpara y empecé a caminar entre las mesas buscando mi celular, cuando lo vi en mi silla donde me había sentado para cenar, lo agarre, me dirigí a la salida y la vi de nuevo en las escaleras, aquella chica de la vez pasada, pero ahora no estaba llorando si no estaba parada viéndome con esos ojos hermosos y profundos.

—Hola.

—Hola —Contestó.

­— ¿Cuál es tu nombre? —Pregunté.

Ella pareció confundida y se me acerco a mí quedando casi enfrente de mí

—No me acuerdo.... I-iré a mi cuarto—Dijo tartamudeando.

Después de eso se subió y yo la seguí, y lo extraño es que subió hasta mi cuarto, cuando ella casi acababa yo estaba al principio de la escalera.

—Ese es mi cuarto... —Trate de explicarle.

Pero mi sorpresa fue cuando esa chica atravesó la puerta como si ella fuera un fantasma, me dejo impactada, entonces me di cuenta que por eso ella no estaba en el comedor ya que ella era la chica muerta, la de la historia de terror. Y eso no era lo peor, lo pero era que estaba en mi habitación, debería de dejar de tener miedo no me podrá hacer nada pensé, está muerta. Subí las pocas escaleras y me quede parada y empecé abrir lentamente la puerta.

N/A

Esta canción me recuerda mucho a Anabelle y Steve cuando se conocen <3 

https://youtu.be/nGXxped0RIA

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