Capítulo 11: Regreso a la ciudad
MARINETTE
Los días pasaban con lentitud, las horas eran infinitas para nosotros. A duras penas teníamos tiempo para conversar en privado pues todo el día la pasábamos entrenando. Batallas, defensa, descanso, comida. Las únicas palabras que pasaban por nuestra mente en esos momentos.
-Esto es agotador!- bufo con cierto tono infantil Adrien. No pude evitar soltar una pequeña risa.
-Tienes razón. Pero no podemos rendirnos, apenas ha pasado un mes-
El ojiverde torció la boca.
-No me refiero a lo de entrenar. Princesa, sabes que yo soy genial en todo eso- dijo mientras presumía sus "músculos"
Mi pequeña risa pasó a ser una carcajada. Ver a Adrien con personalidad de Chat Noir nunca aburría. Ahora conocía nuevas facetas de mi amado y me agradaban.
-Entonces qué es?- crucé los brazos. Esperé una respuesta digna de una mala broma gatuna.
-Es que no puedo estar en privado contigo- si en ese momento el fuera Chat, seguramente tendría las orejas bajas. En su rostro se mostraba una verdadera tristeza.
-Es porque Madame no deja que durmamos juntos?- pregunté con un enorme sonrojo. Después de que nuestra "entrenadora" descubriera que dormíamos juntos, se molestó y prohibió estrictamente eso. Cada noche iba y nos vigilaba.
-Ow, gatito- me acerqué y empecé a acariciar detrás de sus orejas -Dormimos en el mismo cuarto, eso cuenta-
Me miró a los ojos.
-Pero sabes que apenas pegamos la cabeza a la almohada quedamos dormidos- tenía razón, un mes y a duras penas y hablábamos entre comidas. Todo era entrenamiento, era un milagro que incluso tuviésemos una conversación de mas de un minuto pues la mujer misteriosa siempre nos distanciaba.
-Tal vez deberíamos organizarnos mejor para así terminar mas rápido el entrenamiento y poder estar juntos.- Adrien alzó la vista y sonrió.
-Exacto My Lady- de momento giró la cabeza asustado. Hice lo mismo, a nuestra derecha se encontraba nuestra entrenadora. Adrien chilló como si de un gato se tratase, en unas semanas había pasado de odiar a la señora para llegar a tenerle miedo pues era increíblemente estricta con el.
-Saben que deben seguir entrenando. En unas horas salimos a la ciudad y ustedes pierden el tiempo-
Quedamos estupefactos.
-Disculpa?!- dijimos al unisono.
-Yo no repito- nos dio la espalda -En su habitación están unas capas que cubrirán sus rostros, tienen media hora para alistarse-
Y queriendo evitarnos comenzó a caminar hacia la cabaña.
-Espere!- tome una de su muñecas -No estamos listos, y si nuestros familiares nos reconocen?- la mujer de removió incomoda, intentó deshacerse de mi agarre.
-Para ellos ustedes están muertos- logró hacerlo, se separó de mi y corrió directa a la cabaña.
Sus palabras retumbaron en mi cabeza e inconscientemente caí de rodillas al suelo. Lágrimas comenzaron a caer de mis ojos y cuando menos me di cuenta estaba sollozando demasiado fuerte.
Unos cálidos brazos me abrazaron mientras su dueño miraba hacia la casa. Era la primera vez después de un mes en el que Adrien volvía a observar con odio a la mujer.
-Eso no es cierto- me dijo con ternura en sus palabras -Les dejamos demasiadas pistas para que ellos descifraran que estamos vivos.- con su mano alzó mi mentón y depositó un pequeño beso en mis labios. Sentía que me derretía, tenía mucho tiempo de que no nos besábamos.
-Debemos apurarnos- dije con una sonrisa -Tal vez en la ciudad tengamos un poco de libertad-
Adrien volteó su mirada hacia lo poco que se podía apreciar de cielo.
-Esto es muy precipitado- susurró -Sin nuestros Miraculous no podremos hacer muchas cosas. De nada sirve manejar cientos de armas si no puedes escalar o saltar a través de los tejados-
Suspire pesadamente. Yo tampoco comprendía eso.
-Debemos confiar en ella, Tikki y Plagg fueron quienes nos guiaron hasta aquí. Hagamoslo por ellos- tome su hombro -Además solo quedan dos meses para volver a verles. Ahora, vayamos por las capas.-
Sonrió de lado.
-Por supuesto- tomó mi mano y sin importar que nuestra entrenadora nos viese entramos a la cabaña. Segundos mas tarde la puerta de nuestra habitación se cerró, teníamos aun unos minutos para disfrutar el momento. Nos pusimos nuestras capas y como en el primer día en el que llegamos nos sentamos uno al lado del otro.
-Esto es un martirio- de nuevo hizo un puchero y cruzó los brazos. Adrien podía ser muy Chat Noir cada que el se lo propusiera-No puedo abrazarte y mucho menos besarte-
El típico berrinche de el cada que "Madame Arruina Momentos" nos interrumpía.
-Esta vez no esta ella para cuestionarnos- tomé su cuello -Adivina quién esta a punto de cumplir años- Sonreí coquetamente -Estábamos a punto de graduarnos para ir a la universidad.-
Siguió mi juego.
-Eso significa que tendrás mayoría de edad- me tomó desprevenida por la cintura.
Oh oh
-Si- intente ocultar mi repentino nerviosismo. Había llegado demasiado lejos.
-También significa que no podrá mandarnos - contestó refiriéndose a nuestra mentora.
-Tu ya tienes la edad para ya no temerle- dije divertida. Sabía que mi amado le tenía miedo a aquella mujer pues le recordaba a su madre.
-Hey!- volvió a cruzar los brazos fingiendo estar molesto -Tu sabes el porque-
-Lo se- intente aguantar la risa -Eres mayor de edad y temes de ella pero ruegas estar conmigo. Así cómo nos defenderás?-
Una mirada llena de lujuria asomo por su rostro.
-Ella no tiene porque enterarse- increíblemente rápido me tiró en la cama y se puso encima de mi. Nunca debí haber tocado el tema, sabia las consecuencias y aun así hable.
-A-adrien!- comencé a tartamudear. -Ella podría entrar!- intente excusarme.
-Yo te defenderé princesa-
No necesitaba una mascara para saber que en esos momentos eramos Chat Noir y Marinette. Mi querido gato estaba con el ego hasta las nubes y yo temblaba ante lo que hacia.
-Ya tendremos tiempo para eso- con mis manos me apoyaba para levantarme, el ojiverde tomó mis muñecas y las subió por encima de mi cabeza.
-He esperado un mes- me observaba con ojos felinos, era su presa y estaba completamente indefensa.
-Adrien!- temblaba ante nuestra cercanía. Su traje le hacia ver como ese gato callejero y hacia que la mayoría del tiempo su alter ego se presentase mientras que yo... No podía decir lo mismo. Era la tímida Marinette.
-Mi dulce Marinette, ese traje pegado te hace lucir tan pura- se acercó a mi oído -Lastima que no pueda no ver casi a tu otro ser- mordió el lóbulo.
Despertó a la Ladybug interna.
-Quién dice que no gato inútil?!-
Me observó un poco sorprendido pero eso no modifico su estado actual.
-No te preocupes- evadió mi comentario -Me fascina cada que te sonrojas por mi -y sin previo aviso me besó.
Al principio fue un beso lleno de ternura y un simple roce, pero con el paso del tiempo se convirtió en una violenta batalla por dominar al otro. Finalmente el oxígeno nos hizo falta y nos obligó a separarnos-
-Eso- dijo con la respiración entrecortada -Yo extrañaba eso. Te espere demasiado, ahora que te tengo no esperes a que te suite tan fácilmente- volvió a besarme para después bajar hacia mi cuello y comenzar a morderlo por encima del traje.
No pude evitar soltar un leve suspiro. Tenerlo tan cerca se sentía tan bien.
-Mi turno- esta vez no me asuste. En un impulso terminé encima de el -Esta vez Marinette no se dejara intimidar- me respondió con una sonrisa.
Coloque mis caderas por encima de sus piernas y baje hasta quedar a la altura de su rostro. -Siempre eres tu el que me roba los besos. Es hora de mi venganza-
Mis labios rozaron con los suyos, el intento besarme nuevamente pero yo logre evitarlo -No tan rápido minino- mi propósito era provocarlo. Hacer que el cayera rendido.
-Por favor!- suplicó e intentó tomarme por la cintura. Volví a acercarme.
-No-
De forma sorpresiva empezó a maullar.
-Adrien!- solté la carcajada y el aprovechó lo indefensa que estaba para volver a aprisionarme.
-Si quieres incluso ronroneo- guiñó un ojo y me robó un rápido beso -Soy un gato leal a su dueña-
-Adrien!- repetí -Ser Chat Noir te a afectado la cabeza- sabía que solo lo hacia por molestar pero adoraba verlo actuar tan infantil.
-Meouch princesa!- se sentó frente a mi y fingió estar dolido -Eso si duele-
No podía parar de reír.
-Con tus malos chistes de gato jamas llegaremos a algo- respondí -Arruinaste el momento-
Se dejó caer a lado de mi.
-Sabes que me encantaría acosarte todo el día si fuese posible pero la bruja nos vigila. Estoy seguro que después de las visitas a la ciudad se le bajara un poco la crueldad.-
Tome una de sus mejillas.
-Yo se que detrás de ese espeso velo hay una buena mujer- dije. Adrien tomó las palabras como una ofensa pues sabía que el la odiaba, ella era increíblemente estricta y arrogante con el, siempre se fijaba en que hiciera las cosas bien y buscaba tener la razón aunque fuese imposible.
-Lo dices por que a ti no te ha jalado la oreja- gruñó -No entiendo por qué me trata como... Su hijo.
Ahí vamos de nuevo.
-Muy pronto sabremos quién es - fue lo único que logré decir. Me acerqué un poco mas y besé su frente.
-AGRESTE, DUPAIN. ES HORA DE IRNOS!- la voz de la mujer resonó a través del pasillo. Rápidamente nos levantamos antes de que ella abriese la puerta.
-Qué han estado haciendo?- ingresó a la recámara.
-Platicando- dijo con indiferencia Adrien, me sorprendí ante el acto.
-Saben que no hay tiempo para eso-
-Estábamos hablando sobre nuestro regreso a la ciudad- defendí -Además a veces uno necesita hablar de temas privados-
Aún con el velo se pudo notar como negaba.
-Adolescentes- y como siempre, nos dio la espalda -Siganme-
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Para Alya y Nino la vida en París era ahora un completo infierno. Primero descubren que Marinette y Adrien eran Ladybug y Chat Noir y ahora debían seguir las pistas que sus amigos "supuestamente" muertos habían dejado.
-Crees que estemos cerca?- dijo un castaño que portaba ahora unos lentes rotos y en lugar de su antigua vestimenta usaba una capa como símbolo de luto. El luto por lo héroes caídos en batalla.
-Si- respondió Alya -Mantente alerta, no queremos que las sombras nos atrapen- entraron con sigilo a lo que en su momento fue su escuela y con un martillo lograron romper el seguro del casillero de su antigua dueña.
-El locker de Marinette?- cuestiono Niño -Qué tiene de especial?-
Dentro de este se hallaban diversos libros y una que otra fotografía de Adrien. Una hoja rosada se encontraba encima de todo eso, con letras cursivas indicaba al destinatario.
"ALYA"
Sin dudar un solo segundo, tomó la carta y comenzó a leerla.
Querida Alya:
Estoy segura que a estas alturas ya sabes sobre mi alter ego así como el de Adrien, debo confesarte que todo esto lo planeamos en unos cuantos minutos y estoy confiada de que mínimo ha pasado un mes del incidente y tu te encuentras leyendo esto.
Lamentablemente en esos momentos no podíamos hacer nada por la cuidad, debemos aprender mas sobre nuestros Miraculous y buscar una forma de vencer a Thalia. Por favor, no teman y sean fuertes.
Nosotros estamos vivos.
No sabemos cuándo regresaremos exactamente pero si que derrotaremos a esa mujer y a Hawkmoth de una vez por todas.
En verdad perdonadme. Espero volver a verte algún día, dile a mis padres que los quiero muchísimo.
Atte: Marinette.
Lágrimas salieron de su rostro, nada la hacia más feliz que saber acerca de su mejor amiga y de que estaba viva. Debajo de la carta se encontraba una caja rosada con una llave, la reconoció al instante. Esa era la caja donde Marinette guardaba su antiguo diario.
-Nino! Esté el diario de Mari!-
El joven se acercó y tomó la caja. Rápidamente Alya se la arrebató para abrirla y comenzó a leer el contenido.
-Cielos!- por cada palabra que leía abría cada vez más los ojos -Aquí narra todas sus aventuras como Ladybug. Espera- pasó las hojas hasta llegar a una fecha en especifico. -Lo sabia!- gritó -Después de tantos años!-
-Qué?- preguntó preocupado el chico.
-Marinette besó a Adrien hace algunos años- contestó gritando como si de una fangirl se tratase
-QUÉ?!-
-Día de San Valentin- cerró el diario y se llevó las manos a la cadera -Este diario ya esta llenó y me imagino que por eso esta aquí. Hace unos años Ladybug tuvo que besar a Chat Noir para romper un encantamiento-
Nino le observó sorprendido -Te refieres a cuando atacó DarkCupid?- Alya se limitó a asentir estrepitosamente.
-Sabia que por alguna razón los dos siempre llegaban tarde-
-Donde crees que estén el estos momentos?- dijo el joven con cierto tono de tristeza.
-No lo se- la castaña bajó la mirada -Pero estoy segura de que muy pronto los veremos-
...
Listo!
Disculpen la tardanza, estoy escribiendo varios capítulos a la vez 7u7
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