51. Trauma
JungKook sintió como pequeños besos se posaban en su cuello, repetitivos y suaves. Aquello lo hizo sonreír, llevándolo a abrir los ojos. Jaló el cuerpo de TaeHyung hasta que éste quedara encima de él, y no demoró en enganchar sus piernas a la cintura del mayor, y sus brazos a su cuello.
TaeHyung hundió su cabeza en el cuello de JungKook, oliéndolo, para después besar suavemente su marca. Pues realmente eran principalmente los lobos de ambos los que estaban actuando ahora mismo.
Sus ojos destellaban en los distintivos colores que los definían. JungKook portando un violeta que resaltaba sus grandes orbes, mientras que TaeHyung destacaba con sus ojos azules.
Porque sus lobos se habían aceptado sin ellos mismos saberlo. Ahora JungKook veía a TaeHyung como su alfa, y TaeHyung lo veía como su omega. Y en cierto modo aquello era inevitable.
TaeHyung sacó su cabeza del cuello del menor, para después mirarse ambos a los ojos destellantes, y luego atrapar sus labios en beso lento. Aceptándose y probándose.
—Despierten que tenemos que ha-
SeokJin, quien abría la puerta en ese preciso instante, se detuvo al divisar como se encontraban ambos menores, quienes, al estar dominados prioritariamente por sus lobos, voltearon a verle con ojos filosos.
TaeHyung le gruñó, mientras que JungKook lo miró enfadado. SeokJin abrió los ojos en grande al notar el color de los ojos de ambos.
—Ay, ya me voy. —Se esfumó del lugar, dejándolos solos nuevamente.
Sin embargo, TaeHyung se quedó mirando la puerta por un buen rato, irritado por la interrupción. JungKook, al notarlo, besó su cuello repetidas veces, logrando que el semblante de TaeHyung se relajara, al igual que los músculos del resto de su cuerpo.
Volvieron a estar cara a cara, y después, TaeHyung se acercó nuevamente a su cuello para besar la marca. Poco después, JungKook parpadeó, notando como su lobo finalmente se había ido, dejándolo a su mera consciencia y actitud.
—Jin quiere hablar con nosotros —recordó, haciendo que TaeHyung también volviera a sí. Levantó la cara para mirarlo.
—Cúbrete el cuello.
JungKook asintió y ambos se besaron, sin mover sus labios. Se levantaron de la cama y entraron al baño para alistarse. Antes de cruzar la puerta, JungKook se colocó una camiseta blanca con una chaqueta, y por encima se colocó una bufanda, la cual TaeHyung no dudó en terminar de acomodar para asegurarse de que no se viera nada.
Ambos bajaron a la cocina, donde SeokJin les indicó donde se encontraba su desayuno, sin pasar por alto el tenue olor de TaeHyung en JungKook. En eso, llegó NamJoon, saludando a los presentes algo irritado para después sentarse junto a donde se habían sentado JungKook y TaeHyung.
—¿En serio vas a seguir molesto, NamJoon? —habló SeokJin, terminando de servir los últimos platos para después sentarse también en la mesa.
—¿Y cómo quieres que no lo esté? Ese beta de manoseó y tú te dejaste.
SeokJin volteó los ojos y comenzó a hablar.
—Parece que todo salió de acuerdo al plan —informó—. Me invitó a su casa el viernes por la noche.
NamJoon gruñó, más fue ignorando por todos los presentes.
—Entonces lo enfrentaremos ese día —dijo JungKook.
—No intentó sobrepasarse contigo más de lo necesario, ¿No? —preguntó TaeHyung, mirando a SeokJin, quien negó, llevándose un poco de comida a la boca para después tragar.
—No, solo dejé que creyera que si podía.
—Si ajá —dijo NamJoon, pero fue ignorado nuevamente. JungKook asintió, mirando a SeokJin.
—¿Y cómo vamos a entrar a su casa? —preguntó TaeHyung ahora, y JungKook sacó su teléfono, seleccionando una foto del plano de la casa que tenía en su galería. Todos miraron algo impresionados a JungKook, y TaeHyung no dudó en preguntar.
—¿Cómo conseguiste eso?
—Eso no importa —dijo JungKook, moviendo la mano como un gesto para quitarle importancia, más no bastó para quitar las miradas de extrañeza con las que lo estaban mirando. JungKook bufó y rodó los ojos—. Yo no planeo estas cosas a lo loco.
Y TaeHyung no pudo evitar mirarlo maravillado, mientras que los demás miraban a JungKook algo turbados.
—Según estuve analizando, la casa no tiene mucha seguridad, por lo que no se nos hará difícil entrar en ella —dijo viendo el teléfono, para después volver a alzar la vista—. Aun así, no debemos arriesgarnos, así que estuve estudiando el plano y la entrada más factible es por el cobertizo de la parte trasera de la casa. —Lo señaló en la foto—. La reja está algo malograda, así que no será difícil cortarla con unas cizallas —informó, y luego miró a SeokJin—. Mientras tú, SeokJin, lo distraes adentro, nosotros estaremos entrando por ese lado. Necesito que evites que vea las cámaras de seguridad que tiene instaladas, y aún menos las ventanas. Luego de eso, TaeHyung, NamJoon y yo vamos a entrar. Ya saben lo que sigue. —Todos asintieron y JungKook hizo una pausa para mirar a NamJoon—. NamJoon, necesitamos que te controles, porque si no te lo digo desde ahora, no vas a ir.
—Ese era el trato —dijo, frunciendo el ceño, irritado.
—Ay, por favor —bufó TaeHyung y miró mal a su hermano mayor.
—Sí, era el trato antes de que te pusieras como un energúmeno —aclaró JungKook, enfatizando su punto al presionar su dedo índice contra la mesa.
—Aquí nadie me entiende —gruñó NamJoon, molesto.
—Claro que sí te entendemos, idiota —contradijo el menor de los Kim.
—¡Si claro! Como si a tu omega lo estuvieran manoseando y seduciendo en frente de tus narices, hermano —bufó—. ¡Ni siquiera tienes omega!
TaeHyung se molestó y le tiró un huevo a NamJoon, quien cerró los ojos y apretó los labios. El mayor le tiró un pan de vuelta, haciendo que SeokJin los mirara irritado.
—¡Bueno ya! ¡Con la comida no se juega!
Pero ambos hermanos, le tiraron comida a SeokJin.
El menor de los Kim miró a su lado, notando como JungKook observaba todo divertido, y no dudó en tomar un poco de comida para embarrársela en la cara, haciendo que JungKook hiciera lo mismo y la cocina se llenara de risas.
NamJoon se levantó de su silla y agarró el cuello de TaeHyung desde atrás con su antebrazo, apenas haciendo presión.
—¿No se te ocurrió otra cosa mejor que un pan, hermano?
—Siempre será mejor el plato entero —habló NamJoon, tomando el plato de TaeHyung para estamparlo y luego untarlo en su cara.
SeokJin apretó los labios y tomó dos huevos más, y se los tiró a ambos.
—¿Van a dejar de desperdiciar comida, o no? —vociferó—. Saben que estoy contando toda la comida que están botando como sus comidas, ¿no? Cada cosa que boten, cada cosa que no comen —recalcó SeokJin, haciendo que ambos hermanos detuvieran su pelea con cara de horror—. Luego no me vengan a pedir comida porque quedaron con hambre.
Ambos gruñeron y se soltaron, mirándose feo.
—¿Y JungKook? —preguntó SeokJin, notando que el menor ya no estaba. TaeHyung volteó a mirar a su lado, viendo como después JungKook volvió a entrar a la cocina, guardando su teléfono en el bolsillo.
—Tengo que ir a la universidad a presentar algunos exámenes —informó, preparándose para salir.
Pero una leve cosquillita se quedó instaurada en el pecho de TaeHyung. JungKook mentía. O al menos no decía toda la verdad, y podía sentirlo por la marca.
Lo dejó pasar, frunciendo el ceño cuando el omega salió de la casa.
—Efectivamente, es como tu creías, JungKook —habló Shin—. Ellos están detrás de MinSoo y DongGun.
JungKook había ido a la casa de Shin después de haber ido a la universidad a presentar sus respectivos exámenes, ya que el mayor lo había llamado, haciéndole saber que necesitaban reunirse porque tenían información importante que compartirle.
El omega asintió, pensativo.
—Sabes qué hacer, ¿no? —volvió a hablar Shin. JungKook lo miró, sonriendo suavemente y soltando una risita.
—Por supuesto.
JungKook llegó nuevamente a la mansión siendo ya de tarde. TaeHyung también había llegado de su trabajo, y estaba en la habitación esperando por JungKook, algo irritado.
El omega me había mentido, y aquello no le hacía ninguna gracia a su lobo.
JungKook iba subiendo las escaleras para entrar a su habitación para darse una ducha con el fin de quitarse el deje leve de olor que tenía de Shin para que TaeHyung no se enfadara, porque sabía perfectamente cómo se ponían los alfas que recién marcaban.
Eran capaces de percibir con más facilidad los cambios en el olor del omega, sin importar lo minúsculos que fueran. Así como también podían saber cuándo el omega estaba mintiendo o actuando.
Mientras abría la puerta, se quitó la bufanda, sosteniéndola con una mano. Pero cuando entró a la habitación, pegó un respingo del susto.
—TaeHyung...
TaeHyung dentro de la habitación, viéndolo con el ceño fruncido. JungKook se quedó quieto cuando TaeHyung se acercó a él, y se tensó un poco al notar como el alfa lo estaba olisqueando.
—Hueles a Shin —gruñó—. ¿Por qué me mentiste? —dio un paso al frente.
—TaeHyung, cálmate —intentó tomarle de los hombros para tranquilizarlo, pero TaeHyung apresó sus muñecas en el aire, bajando sus manos lentamente sin cortar el contacto visual.
—Dime —caso ordenó.
JungKook podía sentir a través de la marca que TaeHyung estaba enfadado. Y aquello, más el hecho de que él le había mentido, hizo que la marca doliera y comenzar a sangrar un poco. TaeHyung no pasó desapercibido aquello, más esperó a que el menor comenzara a hablar.
—Fui a hablar con Shin, como ya debiste suponer. —Hizo una pausa cuando TaeHyung tomó el borde de su camiseta y se la quitó, causándole un leve escalofrió en su espina dorsal—. Y me dio información sobre la casa de Choi...
TaeHyung lo tomó de la cintura, para después pasear la otra mano sobre su espalda, ascendiendo. JungKook sufrió leves espasmos al sentir el suave tacto de TaeHyung en su piel, quien luego se acercó a él para comenzar a lamer su marca, sacándole un jadeo.
—Mientes —habló TaeHyung, para después morder levemente donde estaba la marca, causando que JungKook siseara de dolor.
—TaeHyung —casi gruñó JungKook.
TaeHyung lo pegó más a sí.
—Dime la verdad —habló TaeHyung, con voz ronca.
JungKook suspiró.
—Sí fui a la universidad a presentar exámenes, pero luego Shin me fue a buscar y comenzamos a hablar. Me dio información sobre nuestros padres. El Centro de Inteligencia de Corea del Sur está tras ellos como yo pensaba —dijo, tomándole suavemente el rostro a TaeHyung en un indicativo a que ya no mentía—. Esa es la verdad...
Juntaron sus frentes y TaeHyung suspiró.
—Lo siento, parezco un maniático —se disculpó el alfa.
—Cada vez que te enojas conmigo me duele la marca —se quejó—. No creo soportar tu marca un día más —dijo dramáticamente, haciendo que ambos rieran suavemente.
—Lo siento —se disculpó—. ¿Nos bañamos?
JungKook sonrió y asintió.
En algún lugar de Washington D.C...
—Jeon JungKook, omega, veinticuatro años cumplidos a principios de este mes, estudiante de derecho... —Un hombre continuó enumerando los diversos datos de JungKook—. Está investigándolos...
—Según nuestro soplón, está muy metido en eso —habló otro de los presentes mientras una omega asintió, apretando el botón de su bolígrafo varias veces mientras caminaba de un lado a otro, pensativa.
—Es el hijo de Jeon, ¿cómo sabemos que es de fiar? —agregó la omega.
—No creo que trabaje para ellos —habló uno de los presentes que anteriormente había aportado a la conversación—. Según nos ha dicho el ayudante, el joven JungKook tiene mucho que recriminarle a Jeon MinSoo, lo odia.
La omega bufó una risa.
—Bueno, ¿y quién no?
—¿Qué deberíamos hacer con él?
La omega se detuvo, guardando su bolígrafo para después apoyar sus manos sobre la superficie de la mesa.
—Primero, quiero que investiguen más sobre el muchacho, necesitamos saber con certeza si podemos confiar en él o no. —Se enderezó—. Luego, ya veremos...
TaeHyung estaba acostado en la cama, boca arriba, mientras que JungKook dormía plácidamente a su lado. Hubiera querido seguir haciendo lo mismo, pero un recuerdo vino flagrante a su mente.
Esa noche, TaeHyung, con sus doce años, bajó hasta la habitación de SeokJin. El omega ya tenía dieciséis años, y de alguna manera lo hacía sentir seguro, por lo que ya era costumbre que TaeHyung fuera a dormir con SeokJin.
Llevaba un buen rato intentando que TaeHyung se durmiera, pero el pequeño era muy enérgico a veces. Por lo que las cosas no se facilitaron cuando se empezaron a escuchar gritos de su padre desde afuera.
Ambos pararon en seco en lo que estaban haciendo, notando que los gritos y regaños inentendibles se escuchaban. Luego, a estos gritos los acompañaron otros, esta vez de parte de NamJoon, quien gritaba "papá", alarmado e incluso lloriqueando un poco.
Aquello si lo pudieron entender, porque TaeHyung se acercó a la puerta. Ambos se miraron preocupados, y el pequeño estaba dispuesto a salir para ver qué era lo que ocurría, pero SeokJin tomó su brazo.
—No, no, te puede hacer daño —dijo SeokJin, algo alarmado.
—Pero está lastimando a NamJoon —habló TaeHyung, y no dudó en librarse del agarre del omega, para abrir la puerta y salir por ella.
Comenzó a seguir la proveniencia de los gritos, notando que su padre y NamJoon estaban en el segundo piso. No alcanzó de salir de su escondite, porque desde donde pudo ver, DongGun tomó bruscamente a NamJoon del cabello, gritándole palabras inentendibles para TaeHyung a causa de la distancia.
Y un instante después, NamJoon estaba rondando por las escaleras.
TaeHyung se tapó la boca, asustado y pasmado por lo que acababa de ver. Su padre había tirado a su hermano mayor por las escaleras.
—Eso te pasa por meterte donde no te llaman —alcanzó a entender TaeHyung.
DongGun bajó los escalones con una ceja alzada, mirando el cuerpo inconsciente de un NamJoon de catorce años. TaeHyung hizo lo mismo, reaccionando finalmente.
Salió corriendo hacia donde estaba su hermano tirado, sin importarle que su padre estuviera ahí.
—¡NamJoon! —dijo con la respiración irregular. Intentó zarandear suavemente a su hermano para que despertara, pero no lo hacía, por lo que llamó a la única persona en la que sabía que podía confiar—. ¡SeokJin!
—¡¿Qué viste?! —exclamó su padre, tomándolo del brazo con fuerza.
—Nada, escuché un golpe y salí a averiguar —se hizo el desentendido, demasiado ensimismado en comprobar el estado de su hermano.
SeokJin, quien había escuchado el grito del pequeño, salió corriendo desde su habitación, jadeando horrorizado al ver a NamJoon en el piso. Se tiró de rodillas y comprobó a NamJoon, notando como su sien sangraba.
—Hay que llevarlo al hospital, está sangrando —dijo SeokJin con ojos grandes, mirando desesperado a DongGun, quien no se inmutó.
—Papá, por favor —rogó TaeHyung.
DongGun lo soltó de mala gana, porque en el fondo sabía que tenía que hacerlo sin no quería que sospecharan.
—Voy a cambiarme, súbanlo a la camioneta —avisó, dando media vuelta para subir las escaleras.
Y así hicieron. TaeHyung cargó a NamJoon, mientras que SeokJin subía a la camioneta para ayudarlo desde adentro.
Cuando DongGun apareció, condujo hasta el hospital. NamJoon fue tratado, necesitando que le tomaran puntos. DongGun había informado que se había caído de las escaleras por accidente, y que había caído desmayado entre tanto.
Pero TaeHyung sabía lo que verdaderamente había pasado. Aun así, decidió no decir palabra alguna.
Pasaron algunas horas para que finalmente despertara. Y al hacerlo, TaeHyung aprovechó que no había nadie más en la habitación para preguntarle qué había pasado, pero NamJoon alegaba no recordar nada.
Y verdaderamente no lo hacía.
A raíz de eso, NamJoon, a pesar de no recordar nada de lo ocurrido, generó un miedo hacia su padre que perduró con el paso de los años. Le tenía pavor al tacto de su padre, y cuando le hablaba, se tensaba y se encogía en su lugar.
NamJoon no se atrevió nunca más a desobedecer a DongGun.
Desde ese entonces, TaeHyung se había encargado de proteger a NamJoon de su padre. Él sabía del trauma que le había generado su padre a NamJoon, y sabía que ese trauma llegaba a tal punto de no poder siquiera defenderse de él por sí solo.
Le tocó asumir el papel de hermano mayor desde pequeño.
Volteó su cabeza hacia JungKook, observándolo un rato. Suspiró largamente y acomodó algunos mechones que caían sobre sus parpados cerrados. En un principio TaeHyung había desconfiado de JungKook porque no quería que DongGun continuara haciéndole la vida un infierno a su hermano.
Por eso es que TaeHyung sabe lo difícil que es para NamJoon aceptar hacer algo en contra del matrimonio. El terror que le tiene a su padre es mucho mayor que cualquier deseo que tenga.
DongGun nunca había podido amedrentar a TaeHyung porque desde pequeño supo que su padre no era bueno, por lo que tuvo la inteligencia y astucia suficiente como para no dejarse controlar por alguien como él. Por eso DongGun ni le prestaba atención, sabía que no podía contra él.
Y TaeHyung siempre quiso que su padre pagara por el daño que le había hecho a su hermano, y también a SeokJin.
Ahora finalmente tendría la oportunidad de ello, y afortunadamente para él, esa oportunidad venía con el hermoso omega durmiendo a su lado.
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