50. Cumpleaños pt. 2
Se levantó del taburete y caminó, alejándose un poco del bullicio hasta quedar solo, puesto que nunca le había gustado la gente. Se tomó un tiempo para pensar en el plan, en alguna manera de sacar a TaeHyung de aquel lio y protegerlo.
—¿Qué haces aquí tan solo?
Al oír aquella voz desconocida, se volteó con el ceño fruncido.
—¿Ese es tu problema? —reviró JungKook, mirándolo al alfa mayor.
El desconocido se acercó a él con una mirada que asqueó a JungKook. Los ojos del desconocido estaban casi oscurecidos, y la forma en la que lo miraba era desagradable.
—¿No quisieras irte? —coqueteó descaradamente el alfa, acercándose un poco más a JungKook.
—No, que tenga buena noche.
Intentó irse, pero el alfa lo tomó de la cintura, pegándolo a su cuerpo.
—Te he estado observando desde que llegaste... —Hizo una pausa, mirando con lascivia el cuerpo del menor a arriba hacia abajo—. Nunca pensé que el hijo de MinSoo fuera tan atractivo.
JungKook intentó zafarse, pero el alfa tenía más fuerza.
—Ya tengo un alfa —masculló JungKook.
El alfa alzó una ceja.
—¿El hijo de Kim? Por favor. —bufó una risa—. Desde lejos se ve que no siente ningún deseo por ti.
Oh, pero no había especificado de cuál de los hermanos Kim se trataba...
—Pues le recomiendo que mire bien, porque vaya que me desea. —Hizo una pausa, mirando con desprecio al hombre—. Así que más le vale que me suelte, porque mi alfa me está esperando —habló entre dientes, haciendo fuerza para zafarse, pero el alfa no tenía intención de hacerlo y JungKook comenzó a desesperarse.
Pero justo como si TaeHyung hubiera escuchado sus pensamientos que gritaban auxilio, apareció, frunciendo el ceño al ver la escena.
—TaeHyung —dijo JungKook, aliviado.
—¿Qué es esto? —dijo TaeHyung, dando un paso hacia adelante.
—Nada del otro mundo, Kim, el omega y yo estábamos hablando —comentó el alfa, quien vio a JungKook, y después miró a TaeHyung—. Si no te importa, ¿podrías darnos privacidad?
JungKook intentó zafarse.
—Suéltalo —vociferó TaeHyung, apretando los puños y dando un paso más hacia adelante.
El alfa desconocido alzó una ceja.
—¿Por qué? Solo voy a divertirme con este omega, relájate.
La sangre de TaeHyung hirvió, y no dudó en dar un par de zancadas hasta donde estaba ellos y en una manobra, zafar a JungKook para después ponerlo detrás de sí.
—¡¿Cómo te atreves a tocarlo así?! —vociferó TaeHyung, tomando de la camisa al hombre.
El alfa mayor sonriera socarrón y alzara una ceja.
—Pensaba que su alfa era NamJoon —comentó el alfa, logrando que TaeHyung gruñera y afianzara su agarre, colérico—. ¿O no es así? —inquirió, para después reír descaradamente.
TaeHyung gruñó más fuerte y lo soltó de un empujón.
—No lo vuelvas a tocar, y ni se te ocurra mirarlo de nuevo, porque te lo advierto, él ya tiene un alfa —amenazó, antes de tomar la muñeca de JungKook con fuerza.
Jaló al menor, llevándoselo del lugar y caminando muy rápido. JungKook intentó igualar la velocidad, pero estaba siendo inevitablemente arrastrado, y solo pudo fruncir el ceño cuando sintió como el olor de TaeHyung se intensificaba, haciéndose más notorio.
TaeHyung se adentró a una habitación y cerró la puerta tras de sí, soltando la muñeca de JungKook finalmente, pero acorralándolo contra la pared, colocando ambos brazos a cada lado de su cabeza.
—¿Quién es tu alfa? —vociferó con voz gruesa, tomando su rostro con una mano.
El tono de sus ojos había pasado de almendrado a azul, su olor se había intensificado, e incluso sus colmillos habían salido a relucir, haciéndole saber a JungKook, que era el lobo de TaeHyung el que estaba actuando.
Se sintió algo mareado por el olor y la presencia del lobo alfa.
—Tú, tú eres mi alfa... —dijo bajito, sus ojos pigmentándose en color violeta. TaeHyung gruñó y sin soltar su rostro, atrapó sus labios en un vaivén posesivo.
Utilizó su lengua para marcar cada rincón de la boca del omega como suyo, probó sus labios a fondo, incluso rompiéndolo y sacándole algo de sangre por el roce de su colmillo con la piel.
TaeHyung se separó, moviendo su rostro de forma de que el cuello del omega quedara a su disposición, y no demoró en meter su cara ahí, lamiendo su cuello para después mordisquear.
—Alfa... —gimoteó JungKook, sintiendo como TaeHyung continuaba con lo suyo.
Pero el alfa comenzó a encajar sus dientes en la nívea piel de la curvatura de su cuello, haciendo que JungKook jadeara cuando los dientes atravesaron ligeramente su piel. Arrugó el rostro ligeramente por la sensación y parpadeó varias veces al notar que el alfa no se separaba.
—TaeHyung... —los ojos de JungKook volvieron a la normalidad, y se abrieron de par en par al sentir como TaeHyung seguía encajando sus dientes en él—. ¡TaeHyung! —y de un empujón lo separó, llevándole la mano a su cuello, jadeante y algo alarmado.
Separó su mano del cuello y la observó, notando como ésta tenía algo de sangre. Rápidamente caminó hacia el espejo de cuerpo completo más cercano que había en la habitación, observando su cuello y jadeando al ver como la marca de cuatro colmillos estaba presente. Pero no era una marca completa.
Ardía, ardía bastante, y JungKook no pudo evitar sisear al notarlo.
Los ojos de TaeHyung cambiaron nuevamente a un color almendrado, sus dientes de contrajeron y su olor menguó, volviendo a la normalidad segundos después para observar al menos a través del espejo totalmente espantado por lo que acababa de hacer. JungKook también estaba asustado, pero si poníamos a comparar sensaciones, TaeHyung era el más consternado.
JungKook alzó la vista hacia TaeHyung a través del espejo, conectando miradas.
—Lo siento mucho, yo no quise... —dijo TaeHyung, descolocado, y comenzó a caminar hacia la salida de la habitación.
Pero JungKook se apuró a impedírselo, poniéndose en su camino y tomando su saco para detenerlo.
—No, no, no, no te vayas, no te puedes ir —negó con la cabeza—. Acabas de marcarme, no fue una mordida completa, pero lo hiciste —tragó saliva—. Si te separas de mí me va a doler más...
TaeHyung, quien aún seguía algo impactado, se le quedó viendo con cara de miedo por unos instantes, para después respirar hondo y asentir, caminando nuevamente hacia el centro de la habitación para comenzar a buscar algo con lo que parar la sangre.
Finalmente encontró un pañuelo y dispuesto, se volteó hacia el omega, pero JungKook habló primero.
—Eso no va a detener el sangrado...
TaeHyung se quedó en su lugar, viéndolo.
Y claro que no lo haría, solo una cosa podía detenerlo...
TaeHyung tragó nervioso y asintió, dejando el pañuelo donde lo encontró para después acercarse nuevamente hacia el omega.
Se miraron a los ojos y JungKook tomó el saco de TaeHyung nuevamente entre sus temblorosas manos, mientras que el mayor tomó su cintura. JungKook movió suavemente el cuello hacia un lado, haciendo que finalmente TaeHyung acercara su cara a la curvatura de su cuello y se tomara unos segundos antes de lamer finalmente la herida.
JungKook suspiró de alivio al sentir que el ardor punzante desaparecía a medida que TaeHyung iba lamiéndola. Cuando terminó de limpiar la herida, JungKook dejó caer su cabeza en el hombro de TaeHyung, sosteniendo aún el saco del alfa con ambas manos. Sin embargo, ambos se quedaron esa posición por un rato.
El omega levantó la cabeza, mirando a TaeHyung, quien sacó la cabeza de su cuello para verle también.
—¿Te quieres ir? —habló JungKook, mas TaeHyung negó.
—No podemos dejar a Nam y a Jin.
JungKook asintió de acuerdo y se separó del abrazo, comenzando a abotonarse los dos botones de su camisa que estaba abiertos, para así tapar la marca.
—Nadie se dará cuenta de la marca, tranquilo.
TaeHyung asintió y poco después ambos salieron de la habitación, volviendo a colarse entre la gente hasta llegar a su mesa.
—Kim TaeHyung, ¡qué de años! —habló un alfa que llegaba a la mesa con una gran sonrisa en el rostro.
—Kwan, ha pasado un montón de tiempo —saludó el alfa con una sonrisa.
—¿Puedo? —dijo el alfa, señalando una silla, a lo que TaeHyung asintió, cediéndole el paso para sentarse junto a ellos. Cuando ya estuvo sentado, observó a un lado de TaeHyung, donde se encontraba JungKook.
—Oh, él es mi... —hizo una pausa repentina al percatarse como iba a llamar a JungKook... "Omega". Rápidamente alargó la "i" de la palabra, para finalmente terminar la oración—... cuñado.
—Entonces tú debes ser Jeon JungKook, ¿me equivoco?
—Ese mismo —correspondió el saludo, mostrando una sonrisa de labios cerrados.
El alfa asintió con una pequeña sonrisa afable, para después mirar a TaeHyung.
—¿Qué hay de tu vida, V? No supe más nada de ti después de que te fuiste de la academia de música —comentó el alfa.
JungKook observó curioso para después preguntar.
—¿Academia?
TaeHyung se tensó poco después, incómodamente la situación, y JungKook no pudo evitar sentirlo mediante la marca, mirando inmediatamente al alfa a su lado, algo confundido.
—Sí, tomábamos clases de piano juntos, TaeHyung era el mejor de la clase —habló el alfa con una sonrisa—. Nunca supe por qué lo dejaste.
—Decidí dedicarme a las finanzas de la empresa familiar —se limitó a responder TaeHyung, monótonamente.
—Es una pena, eras grandioso —musitó el alfa con una mueca.
TaeHyung se levantó de la silla, demasiado turbado como para prestarle atención a los modales.
—Mi hermano me llama, hasta luego Kwan —dijo rápidamente, dándose la vuelta para desaparecer del lugar.
Kwan observó por donde se había ido TaeHyung, confundido, y después miró a JungKook con esa misma confusión. JungKook sonrió a modo de disculpa, sintiendo después mediante la marca, como TaeHyung se alejaba más de la cuenta.
—Con permiso. —Se levantó también—. Hasta luego —se apresuró a decir antes de también marcharse en busca de TaeHyung.
No parecía estar dentro de la casa, o al menos no lo vio ni lo sintió así. La marca había comenzado a sangrar un poco, expresando a través de ella un deje de tristeza, melancolía y angustia, reflejo de lo estaba sintiendo TaeHyung en ese preciso instante.
Aquello lo preocupó, por lo que apresuró sus pasos hacia el exterior del lugar. Busco a TaeHyung con la mirada una vez estuvo afuera, divisándolo cerca del auto, y como si pudiera sentir su presencia, TaeHyung volteó hacia él, conectando miradas.
Pasaron segundos así, hasta que TaeHyung se acercó a él, recordando que la lejanía hacía que la marca ardiera.
—Lo siento, no debí dejarte solo —dijo una vez estuvo frente a él—. ¿Estás bien? ¿No te duele? —agregó, observando su cuello.
—Es mejor que vayamos a casa —habló JungKook.
TaeHyung suspiró, asintiendo después.
Ambos caminaron hacia el auto, y se subieron en él. TaeHyung era el que estaba conduciendo, por lo que JungKook tuvo tiempo de sacar su teléfono y escribir un mensaje a SeokJin para avisarle que TaeHyung se sentía mal y que ahora estaban de camino a casa.
Durante todo el trayecto, JungKook pudo sentir una presión en el pecho producto de aquellos sentimientos tan abrasadores y negativos que estaba sintiendo el alfa, por lo que no pudo evitar voltear varias a veces a verlo, notando como su mirada lucía apagada, triste.
Llegaron a la mansión y poco después entraron a la habitación de TaeHyung, pero éste simplemente caminó directo al baño, encerrándose en él.
JungKook suspiró y mordisqueó su labio inferior, preocupado. Decidió sentarse en la cama mientras TaeHyung salía, y así hizo. Las emociones que le compartía la marca, comenzaron a intensificarse con el paso de los minutos, tornándose potentes. JungKook jadeó y se levantó, turbado. Caminó rápidamente hacia la puerta del baño, pero justo cuando iba a tomar la perilla entre su mano, ésta fue abierta.
Tras ella, estaba un TaeHyung completamente desaliñado. Su cabello estaba despeinado, su corbata estaba aflojada alrededor de su cuello y los primeros cuatro botones de su camisa estaban abiertos. JungKook frunció las cejas hacia arriba, totalmente preocupado y listo para dar un paso al frente, pero TaeHyung se apresuró y tomó su cara con ambas manos, atrapando sus labios en un beso desesperado.
JungKook gimió de la sorpresa, sosteniendo los hombros del alfa para no caer cuando éste comenzó a empujarlo hasta la cama, logrando tumbarlo por completo en ella y acostándose encima de él, sin cortar el beso en ningún momento. El omega intentó separarse del beso, empujando sus hombros, puesto que el alfa claramente no estaba bien, pero TaeHyung ejerció más fuerza, decidiendo continuar con el beso, volviéndolo más profundo.
Las manos de TaeHyung bailaron por todo su cuerpo, tocándolo mientras bajaba sus besos desesperados y húmedos hacia el cuello de JungKook, chupando, lamiendo y mordiendo toda su piel.
—TaeHyung —intentó llamar el omega, jadeando, pero TaeHyung no parecía querer detenerse. O al menos hace un momento. La expresión de JungKook se contrajo cuando sintió algo húmedo mojar su cuello, y estaba seguro de que no se trataba de la saliva de TaeHyung—. ¿TaeHyung?
El alfa no contestó. Sin embargo, un sollozo salió de sus labios, haciendo que su aliento caliente chocara con la piel mojada del omega, haciéndole más claro aquel leve sollozo.
—¿Bebé? —llamó nuevamente, tomando las mejillas de TaeHyung y alejando su cabeza del cuello para poder mirarlo directamente a los ojos.
La imagen destrozó totalmente a JungKook.
TaeHyung tenía los ojos llorosos y lágrimas se derramaban de ellos sin parar, impactando en las mejillas del omega. Su cara estaba totalmente roja, su nariz y ojos más que todo. La expresión era acompañada por un puchero involuntario que se habían formado en sus labios, seguido de otro sollozo lastimero.
JungKook se incorporó en la cama, sentándose sobre ella sin soltar al mayor. Atrajo a TaeHyung a sus brazos, envolviéndolo para buscar reconfortarlo. El mayor escondió su cara en la curvatura de su cuello y se aferró a su torso con fuerza, como si su vida dependiera de ello. El omega, totalmente intranquilo, podía sentir una pequeña parte de lo que estaba sintiendo TaeHyung en ese instante, y esa parte era casi atropelladora. No se imaginaba como se debía estar sintiendo en ese instante. Angustiado, acarició los cabellos castaños del alfa, bajando después a su espalda para comenzar a acariciar ahí.
—Está bien, bebé, todo estará bien —reconfortó el omega, depositando un beso en la cabellera despeinada del mayor, quien sollozó al momento.
TaeHyung siguió llorando sin contener una sola lágrima, ocultándose en el cuello del menor, que lo recibía con una calidez incomparable, como si la misma esencia de JungKook lo abrazara y quisiera calmarlo.
Al rato, el alfa cayó rendido en el mundo de los sueños, mientras que lagrimas se derramaban de por medio y JungKook continuaba acariciándolo.
Con cuidado, el omega se levantó y lo movió ligeramente hasta que la cabeza de TaeHyung quedara sobre la almohada de la cama, y después lo arropó. Se tomó un momento para verle, no pudiendo evitar que sus ojos se cristalizaran al verlo tan quebradizo.
Exhaló aire lentamente y se colocó su pijama, caminando después hacia el interruptor de la luz, apagándolo y después caminando nuevamente hacia la cama. Se acostó en ella, acomodándose cerca de TaeHyung, queriendo reconfortarlo entre sueños, y después cayó rendido en el mismo mundo, cerrando los ojos finalmente.
JungKook despertó de madrugada, sintiendo la ausencia y malestar de TaeHyung. Abrió los ojos y levantó su espalda del colchón, viendo que, efectivamente, TaeHyung no estaba ahí. Sin embargo, podía sentir que no estaba lejos.
Observó el lugar, notando como la luz del baño se veía encendida por debajo de la puerta. Desarropó su cuerpo y se levantó de la cama, caminando hacia el baño.
Se espantó cuando escuchó que del otro lado de la puerta se escuchaban arcadas. Abrió la puerta del baño rápidamente, observando como TaeHyung estaba de rodillas frente al inodoro, vomitando y transpirando.
Caminó hacia él, arrodillándose detrás para acariciarle la espalda con una mano y soplar su cuello tal y como había hecho el alfa por él tiempo atrás. Luego de que terminó de expulsar todo, JungKook lo ayudó a levantarse, haciéndolo caminar hacia el lavamanos.
—¿Te busco tu cepillo de dientes? —preguntó suavemente el omega y TaeHyung asintió.
Casi al instante, JungKook besó su mejilla y caminó para prepararle su cepillo. Cuando estuvo listo, abrió la manilla para que el agua comenzara a bajar y le entregó el cepillo. TaeHyung lo tomó y comenzó a cepillarse mientras JungKook acariciaba su espalda para intentar calmarlo. Una vez terminó, ayudó al alfa a caminar hasta la cama, sentándolo en ella para después quitarle la camisa para que pudiera refrescarse.
Ambos se sentaron en el centro de la cama, en posición de indio. TaeHyung le daba la espalda a JungKook, quien se encargaba de acariciarla y depositando uno que otro besito sobre su piel.
—¿Quieres hablar de ello? —preguntó JungKook cuando lo notó más calmado.
—Sí... —respondió con voz gangosa, inhalando y exhalando aire para después finalmente soltarlo—. Mi mamá tocaba el piano. Nunca en mi vida he escuchado a alguien tocarlo como ella lo hacía... Yo me sentaba a su lado siempre que tocaba, la podía escuchar por horas y horas mientras la veía mover sus delicados dedos sobre las teclas. —Hizo una pausa melancólica, exhalando aire cuando sintió como sus ojos comenzaba a aguarse nuevamente—. Al ver mi interés, me preguntó si quería aprender a tocar piano y yo le dije que sí, quería ser como ella. Ella me inscribió en una academia de músicos para que pudiera aprender libremente, y desde entonces tocaba para hacerla sentir orgullosa. Incluso me puse V como nombre artístico. —Bajó la cabeza, sintiendo como el omega continuaba con sus caricias—. Pero un día ella solo se fue... —Su voz se quebró—. Luego de eso, cada que me sentaba en el piano e intentaba tocarlo, no podía evitar recordarla... Y era tan doloroso, JungKook. —Pasó el dorso de su mano por sus propias mejillas, limpiando las lágrimas traicioneras que se había escapado durante el relato—. Estuve algunos años más en la academia, pero nunca volvió a ser lo mismo. Le dije a DongGun que me sacara de ahí, y desde entonces, nunca he vuelto a tocar un piano...
—Eres increíble —dijo JungKook con sinceridad y TaeHyung se volteó, permitiendo que JungKook se sentara en la misma posición sobre sus piernas, para así poder abrazarlo—. Debió haber sido muy difícil dejar algo que te gustaba tanto... —Acarició su cabeza, notando como el mayor la había ocultado en la curvatura de su cuello, donde se encontraba la marca—. Quizás en un futuro podrás volver a encontrar una razón para volver a intentarlo, ¿no te parece? —dijo suave y reconfortante.
—No lo sé... —Abrazó más al omega.
—Yo si lo sé, estoy seguro —sonrió suavemente, acariciando su espalda. TaeHyung suspiró entrecortadamente y sumergió su nariz en su cuello, pudiendo relajarse con el aroma dulce de JungKook, revolviéndole un poco que tuviera un pequeño deje de su olor en él.
TaeHyung pensó en ese momento, que ambos estaban muy melosos, y suponía que era a causa de la marca, pero aquello le encantó. Le encantó que JungKook estuviera así de meloso con él, era un sentimiento tan reconfortante, que le gustaría poder sentirlo siempre. Abrió ligeramente los ojos, observando de cerca la marca de sus cuatro colmillos plasmados en el cuello del menor. Apretó los labios.
—Oye, JungKook....
—¿Mhm? —dijo, mientras acariciaba su cabello.
TaeHyung sacó la cabeza del cuello del omega para mirarle.
—Siento lo de la marca... No sé qué me pasó —apretó los labios, sintiéndose culpable, pero JungKook acarició su espalda.
—No te preocupes, en unas semanas ya no va a estar —sonrió suavemente, haciendo que TaeHyung asintiera y volviera a ocultar su cabeza en el cuello del omega—. Mientras tanto, tendrás que sentir lo que yo siento...
TaeHyung suspiró, llenando sus fosas nasales de la dulce esencia y permitiéndose acurrucarse más en ella, abrazando un poco más la cintura del omega, quien acariciaba con una mano su espalda y con la otra su cabello desordenado. El alfa sacó la cabeza de ahí un rato más tarde, para ver a JungKook a los ojos.
—Me llamaste bebé —habló TaeHyung y JungKook no pudo evitar que sus mejillas se colorearan de rojo, haciendo que inevitablemente mirara hacia otro lado.
TaeHyung sonrió y poco después se acomodaron sobre la cama, acostándose de medio lado y abrazándose suavemente mientras se miraban sin decir palabra por un buen rato. Ambos fueron cerrando los ojos y TaeHyung ya estaba por caer dormido, pero sintió algo apretar ligeramente su pecho, haciendo que sus ojos se abrieran y, gracias a la luz de la luna que entraba por la ventana a su lado, pudiera ver la marca en el cuello de JungKook, que había empezado a sangrar de nuevo.
El omega no dijo nada cuando sus ojos se conectaron unos instantes, y poco después, TaeHyung se acercó a él, lamiendo suavemente la herida. JungKook cerró los ojos de alivio y TaeHyung besó la marca, haciendo que una corriente cálida abrazara el pecho de JungKook.
Ahora ambos se encargaron de cerrar los ojos y buscaron dormirse finalmente.
TaeHyung en una parte de sí, sentía regocijo. Regocijo gracias a la marca que ahora estaba en JungKook. Nunca había experimentado algo así, y se sentía extrañamente bien poder compartir aquello con JungKook.
Y JungKook...
JungKook sentía lo mismo.
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