46. Recuerdos
SeokJin entraba en la cocina de madrugada, ya que no había logrado conciliar el sueño, pero se topó con JungKook.
El omega estaba sentado en uno de los taburetes de la cocina, con un envase de helado se fresa a un costado y un tazón vacío en frente. Por un lado, tenía la botella de cóctel que le había preparado Shin, y por el otro, un tazón lleno de fresas.
JungKook junto sus manos al frente y las frotó con una sonrisa, para después tomar el envase de helado y comenzar a servirlo con una cuchara en el tazón vacío. Luego que estuvo relativamente lleno, lo cerró y pasó a la botella de cóctel, la cual abrió y empezó a echar su contenido encima del helado, sin importarle que se derritiera un poco. Con una gran sonrisa cerró la botella y pasó al tazón con fresas, colocando varias en la cima de toda su creación.
Cuando terminó, se alejó un poco de su ubicación para observar su hermosa creación con suficiencia y orgullo.
SeokJin se acercó hacia su ubicación, viendo su creación con cara rara.
—Helado de fresa, con licor de lo que parece fresa, y con varias fresas arriba... —habló SeokJin, conteniendo una risa—. ¿Estás bien? —riéndose finalmente.
JungKook simplemente observó un tiempo más su deliciosa obra con orgullo y después alzó la vista.
El omega mayor se acercó a la nevera, sacando unas cuantas uvas para después sentarse junto al omega, quien había comenzado a comer con gusto su plato lleno de sabor a fresa.
—¿Qué haces despierto a esta hora? —preguntó SeokJin, comiéndose una uva.
—No podía dormir —dijo el omega menor, continuando con su plato—. ¿Y tú?
—Lo mismo...
Se hizo un breve silencio en el que ambos siguieron comiendo tranquilamente. JungKook le dio algunas miradas a SeokJin mientras comía, hasta que finalmente preguntó lo que se había preguntado durante algún tiempo.
—SeokJin, ¿Cómo fue que llegaste aquí, a la casa Kim?
SeokJin volteó a verle unos segundos, para que después de terminar de comerse una uva, empezara a hablar.
—Mi padre alfa nos abandonó a mi padre omega y a mí cuando yo tenía cerca de doce años —comenzó a relatar SeokJin, haciendo que el omega menor lo escuchara atentamente—. Al poco tiempo, mi padre omega falleció por el lazo roto que le había dejado mi padre, y yo quedé solo en la calle... —comenzó a contar, recordando aquel día en el que le cambió la vida.
SeokJin vagaba por una plaza de Seúl, sin mucho que hacer. Pero repentinamente comenzó a sofocarse. Todo vino de golpe, desde el intenso calor y sudoración excesiva, hasta una molestia sustancia húmeda entre sus piernas. Se comenzó a marear, por lo que decidió sentarse en una de las bancas del lugar.
Se estaba presentando, pero claramente eso SeokJin no lo sabía.
Todos los transeúntes que se paseaban por el lugar, volteaban a verle, y SeokJin no podía evitar sentirse fatal al sentir toda esa cantidad de cambios en su cuerpo.
Bang Suni, que iba de paso por la plaza junto a sus dos hijos, vio a SeokJin sentado en aquella banca, y no pudo evitar preocuparse al notar la cantidad de feromonas que estaba produciendo. Feromonas dulces.
Pero había tres hombres, alfas, que lo miraban mucho, demasiado, y Suni no lo pasó por alto, y sin dudarlo, se acercó junto con sus dos hijos.
—Hola, cariño, ¿cómo te llamas? —preguntó la omega con una sonrisa, agachándose para quedar a la altura del niño, captando su atención.
—SeokJin... —respondió, sintiéndose mal.
—Gusto en conocerte, SeokJin, yo me llamo Suni, y ellos dos —señaló a sus dos hijos a su lado—, son mis hijos, NamJoon y TaeHyung —SeokJin los miró a ambos, quedándosele viendo un poquito más a NamJoon, para después observar nuevamente a la mujer frente a él—. ¿Qué haces aquí solo?
SeokJin simplemente levantó los hombros, sin emitir palabra.
—Me siento mal —expresó el niño.
—Mhm, ¿Y qué te parece si vienes conmigo y mis hijos para curarte? —ofreció dulcemente la mujer. SeokJin la miró con ojos grandes, pasando nuevamente su mirada en ambos niños que lo miraban con ojos curiosos, para después mirar a Suni y asentir—. Perfecto, ¿Por qué no subes a mi espalda? Así no caminas de más —dijo, dándose la vuelta, y el niño esperó un poco en acceder y subirse en la espalda de la amable mujer, quien lo levantó.
Comenzaron a caminar hacia el auto, donde Suni subió a SeokJin en la parte delantera, subiendo poco después a sus dos hijos en la parte trasera del auto. Ella se subió y comenzó a conducir hasta la mansión. Se encargó de velar por el niño el camino que restaba hasta su destino, y cuando finalmente llegaron y estuvieron a las puertas de la mansión, lo ayudó a bajar y lo guio al interior dándole su mano.
—Bienvenido —dijo la omega, mientras SeokJin observaba maravillado lo lujoso y hermoso que era aquel lugar.
Todos juntos subieron hasta el piso de arriba, entrando en una de las habitaciones. Antes de adentrarse en el baño, se detuvo frente a su hijo mayor.
—NamJoon, cariño, ¿Puedes prestarle algo de ropa a SeokJin? —pidió su madre, a lo que el niño no dudó en asentir, saliendo de la habitación para acatar su pedido.
Poco después, Suni y SeokJin se adentraron al baño de la habitación, donde la omega se encargó de darle un baño con agua tibia para bajar la fiebre que tenía a causa de su presentación como omega.
Antes de salir del cuarto de baño, Suni le ayudó a colocarse una bata y luego ambos salieron. En la habitación estaba NamJoon, esperando pacientemente sentado en la cama. Había traído no solo un conjunto, sino básicamente todo su armario y había colocado todas las prendas bonitas que tenía sobre la cama. Al ver aquello, Suni sonrió enternecida. NamJoon, al notar que ambos ya salían del baño, se levantó apresurado, pasando de largo a su madre para detenerse al frente de SeokJin con un conjunto doblado torpemente sobre sus manos.
—Toma, es lo mejor que tengo... —y le sonrió torpemente al pequeño omega, quien luego de observar al niño frente a él y después a las prendas, las tomó, agradeciendo suavemente con la cabeza.
Suni sonrió y le acarició suavemente la cabeza a su hijo mayor.
—Ahora SeokJin necesita cambiarse, NamJoon, ¿Puedes esperar afuera con tu hermano? —el niño asintió y salió, cerrando la puerta tras de sí.
Suni lo ayudó a colocarse la ropa y después lo acostó. Para ese momento, ya los niños podían entrar, así que eso hicieron. TaeHyung trajo una flor arrancada del jardín en un vaso lleno de agua y se la había entregado a SeokJin con una sonrisa. Mientras que NamJoon, se había sentando en la orilla contraria de la cama a vigilar que todo estuviera en orden y Suni continuaba atendiéndolo.
No mucho después, Suni escuchó a su esposo llegar, y no dudó en levantarse cuando el alfa cruzó la puerta, viendo con el ceño fruncido al pequeño omega acostado en la cama.
—Niños, pónganse cerca de mí —dijo Suni, haciendo que sus hijos se pusieran a sus espaldas.
—¿Y esto? —habló DongGun, disgustado por la presencia del pequeño omega, el cual se encogió al notar la mirada llena de desprecio que le ofrecía el alfa mayor—. ¿Quién es él y que hace en mi casa?
—Primero, es nuestra casa, DongGun, y segundo, él es SeokJin —habló Suni—. Lo estoy atendiendo porque se siente mal
—No es tu deber hacerlo, no es tu hijo para que lo andes cuidando —dijo el alfa, irritado.
—Tú por eso no te preocupes —dijo, algo irritada también—.Yo sola lo estoy cuidando, pero por favor deja que se quede —dijo firme, sin importarle la mirada de molestia que le ofrecía su alfa.
—A partir de ese momento, Suni insistió e insistió, hasta que el señor Kim accedió, pero con la condición de que tendría que trabajar para la casa, y a cambio, tendría comida y estudios —agregó el omega—. A los meses, Suni convenció al señor Kim de darme su apellido como su hijo adoptivo —JungKook abrió los ojos más de la cuenta—. Ella fue como una madre para mí, fue tan buena conmigo... Siempre me cuidó y me defendió como a su propio hijo, pero un año después de todo aquello, desapareció... —bajó la cabeza, entristeciéndose—. La extraño...
JungKook sobó su espalda, queriendo subirle el ánimo al omega mayor.
—No sabía que eras un Kim, jamás lo hubiera imaginado...
—El señor Kim nos dijo a NamJoon, TaeHyung y a mí, que estaba prohibido decírselo a alguien —dijo SeokJin, subiendo la cabeza.
Hubo un cómodo silencio en el que JungKook seguía reconfortándolo con caricias en la espalda hasta que volvió a hablar.
—Entonces... ¿Incesto? —dijo burlón, haciendo que SeokJin se carcajeara y el hiciera lo mismo.
Poco rato después, TaeHyung apareció, apoyándose en el marco de la puerta con los ojos casi cerrados y el cabello totalmente despelucado.
—¿Por qué no estás en la cama? —habló adormilado el alfa, haciendo que ambos omegas se dieran cuenta de su presencia.
—Tenía hambre —contestó JungKook. TaeHyung observó la taza vacía de JungKook.
—Ya comiste, vamos a dormir —dijo, acercándose medio desgarbado, pero poniendo una expresión de molestia al ver la botella de cóctel sobre la mesa.
JungKook se dio cuenta de ello y sonrió, más como una mueca por haber sido descubierto, que una sonrisa en sí. JungKook se levantó con el envase de helado y las fresas en ambas manos, caminando hacia la nevera para guardar ambas cosas.
—En la mañana yo lavo —le avisó a SeokJin, abriendo la puerta de la nevera para guardar todo, y posteriormente caminar nuevamente hacia la mesa para tomar el tazón sucio y llevarlo al lavaplatos.
Y JungKook iba a caminar hacia la salida de la cocina, pero TaeHyung jaló su brazo, haciendo que pudiera abrazarlo desde atrás y ocultar su cara en el cuello del menor. TaeHyung depositó besos en él, consiguiendo que el omega soltase algunas risas suaves.
—Buenas noches, SeokJin —se apuró a decir JungKook, puesto que TaeHyung parecía conducirlo escalera arriba, si así hizo.
Al poco tiempo ya estaban fuera de la cocina.
SeokJin se quedó unos instantes en la cocina, viendo con una suave sonrisa el umbral, pero pronto su ánimo recayó, recordando la conversación que acababa de tener con JungKook.
Se levantó y caminó hasta su propia habitación, cerrando la puerta suavemente tras de sí, para después dirigirse hacia su armario, sacando una caja de él. Se sentó en la cama y la abrió, comenzando a sacar numerosas fotos de Suni, incluso de Suni y él. Acarició suavemente la foto, dibujándose en su rostro una sonrisa melancólica, llena de añoranza.
Entraron a la habitación, JungKook soltando varias risitas por las acciones de TaeHyung, quien cerró la puerta sin despegarse del omega. JungKook se volteó, encarándolo y TaeHyung aprovechó el momento para besarlo e ir arrastrándolo hasta la cama, haciendo que ambos cayeran sobre ella.
JungKook se rio y le tomó la cara para separar sus labios. TaeHyung jaló la cobija, arropándolos a ambos y así después poder ocultar su cara en el cuello de JungKook, disfrutando de su olor.
—¿Qué haces? —preguntó JungKook, abrazando su espalda.
—Hueles bien... —dijo TaeHyung, adormilado.
—Esta vez sí me lo dijiste estando yo en todos mis sentidos —se rio suavemente y TaeHyung depositó un beso en su cuello.
JungKook se dispuso a darle suaves caricias en su espalda puesto que ya había descubierto que era una de las maneras más efectivas de calmar al alfa.
—TaeHyung... —llamó suavemente el omega.
—¿Mh?
—En la tarde es el evento de recaudación de fondos en el orfanato... —comentó JungKook y el alfa sacó un poco su cabeza del cuello para verle.
—Intentaré salir temprano, yo te llamo —dijo TaeHyung.
JungKook sonrió.
TaeHyung buscó lo labios del omega con sus ojos entrecerrados por el sueño, pero lo máximo que pudo calcular, fue su barbilla, depositando un beso ahí, para después volver al cuello y comenzar a dormirse, disfrutando del dulce olor del omega, y de sus caricias relajantes.
SeokJin, quien seguía viendo las fotos de Suni con una suave sonrisa, escuchó unos pasos acercarse a su puerta, por lo que intentó fallidamente esconderlas, pero NamJoon logró entrar primero, y SeokJin rápidamente intentó tirarlas debajo de la cama para que no las viera, pero fue muy tarde, puesto que NamJoon se estaba acercando a él con el ceño fruncido.
—¿Qué es eso? —habló NamJoon, más SeokJin intentó ocultarlas más—. ¿Qué tienes ahí?
SeokJin intentó detenerlo, pero NamJoon se agachó y tomó una de las fotos que había quedado en el suelo. Cuando vio que se trataba de una foto de su madre, su cara de contrajo a una llena de furia. Alzó la viste y agitó la foto con molestia.
—¿Desde cuando tienes estas fotos? —exigió saber, pero SeokJin se la arrebató.
—Desde hace un tiempo... —dijo con nerviosismo,
Guardó la foto en la caja junto con las demás y se levantó para guardar la caja nuevamente en su closet, pero NamJoon la tomó, intentando arrebatársela. Sin embargo, SeokJin también la sostuvo bien.
—¿Por qué conservar fotos de ella? —dijo con rabia—. ¡Contéstame! —exigió en un grito—. ¡Ella nos abandonó, SeokJin, a ti, a TaeHyung y a mí!
SeokJin se enfureció, y después de tantos años aguantándolo, explotó. Agarró con fuerza la caja de cartón y la jaló, arrebatándosela al mayor, quien casi inmediatamente miró sus propias manos. El omega guardó la caja nuevamente en el closet y se enderezó.
—No entiendo por qué sigues recordándola bien, si ella nos hizo todo esto —negó, enfurecido—. Mira lo que me hiciste por andar defendiéndola.
Alzó ambas manos, notando varias cortadas en sus palmas productor del jalón que le dio SeokJin a la caja.
—Te lo mereces por imbécil —dijo SeokJin, molesto—. Ya han pasado muchos años, NamJoon, ¿Y aun así crees que ella nos dejó porque le dio la gana? ¿Acaso no la recuerdas? ¡¿Cómo puedes creer que ella nos pudo dejar?!
—La conocía mejor que tu —vociferó—. Te recuerdo que tú solo estuviste con ella un año —moduló con rabia—. Esto afectó a mi hermano, a ti y a mi papá-
—¿¡A tu papá!? —interrumpió SeokJin—. ¡A DongGun no le afectó en nada, él siguió como si nada hubiera pasado y te traumó a ti, traumó a TaeHyung y me hizo la vida una mierda! —exclamó, rojo hasta el cuello, incluso sus venas sobresalían de la furia que estaba sintiendo ahora mismo—. ¡Pasé solo un año con ella, pero gracias a ese hermoso año, confío más en ella que tú, y a diferencia de ti, sé que ella no nos abandonó! ¡Y con todo lo que está pasando, ya no me extrañaría que tu papá la haya matado! —vociferó, intentando regular la respiración. NamJoon dio unos pasos hacia atrás, apretando los puños y la mandíbula de la furia—. Cuando aprendas a que te estás comportando como un idiota resentido, me avisas.
NamJoon se dio la vuelta, totalmente molesto, y salió de la habitación, azotando la puerta.
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