45. El inicio de un plan

Al siguiente día, JungKook despertó sin rastros de resaca, volteándose ligeramente para observar como el mayor dormía boca arriba. No dudó en subirse encima de él, pero aún no despertaba, así que traviesamente lamió su barbilla, pero TaeHyung ni se perturbó. JungKook arrugó la nariz y subió un poco para lamerle la punta de la nariz, para después moverse hacia su oreja y susurrar su nombre para que despertara.

Fue entonces cuando TaeHyung fue despertando, haciendo varias muecas antes de mover un poco su cabeza y notar que había un peso que inmovilizaba su cuerpo, por lo que entreabrió sus ojos, viendo que el omega lo estaba observando con ojos grandes.

—Despiértate —murmuró JungKook, lamiéndole nuevamente la barbilla.

TaeHyung lo abrazó por la cintura y abrió los ojos un poco más.

—¿Qué pasa? —dijo con un como de somnolencia.

—Se me ocurrió un plan, vamos a hablar con Jin.

—Tengo que ir muy temprano al trabajo, ayer no fui así que tengo muchas cosas que hacer hoy.

—Bueno, yo hablaré con Jin, y después te cuento el plan —habló JungKook.

—Deséame suerte hoy —pidió TaeHyung y JungKook sonrió.

—Ok.

Se arrastró debajo de la sabana, tomando el elástico del pantalón del alfa.

—¿Qué haces? —dijo TaeHyung con cara de espanto.

JungKook sacó su cabeza de entre las sábanas para verle.

—Deseándote suerte —sonrió travieso para después volverse a meter en las sábanas y bajarle el pantalón.

Horas más tarde, JungKook fue a ver a SeokJin a la universidad, esperando a que saliera de sus clases. Una vez SeokJin lo visualizó, frunció el ceño, extrañado.

—¿JungKook? ¿Qué haces aquí?

—Tengo que hablar de algo contigo, vamos a tomar un café —sonrió.

SeokJin lo siguió y ambos fueron a un café biblioteca que era bastante privado, por lo que no había mucha gente y era perfecto para hablar de lo que iban a hablar.

Cuando ya sus pedidos llegaron, JungKook se dispuso a contarle todo el plan bajo la atenta mirada de SeokJin.

—¿Aceptas? —preguntó el omega una vez terminó de explicarlo.

El mayor se lo pensó algunos instantes.

—Todo sea por acabar con esto, sí —aceptó, decidido.

Y JungKook pudo sonreír, dándole un sorbo a su café.

TaeHyung caminó por los pasillos de la empresa, hasta detenerse frente a la puerta de la oficina de HoSeok, la cual tocó, para después abrirla cuando HoSeok accedió a ello.

—¡TaeHyung! ¿cómo estás? —preguntó el omega una vez vio al alfa entrar por la puerta.

—Hola HoSeok, bastante bien, ¿y tú? —respondió, sentándose en uno de los sofás de la oficina.

HoSeok se levantó de su asiento y se sentó en otro sofá frente al alfa.

—¿Cómo estuvieron las cosas mientras no estuve? —inquirió TaeHyung.

—Bien, las ganancias volvieron a establecerse —informó—. No ha habido más transferencias por el momento... Por cierto, no quiero sonar muy metiche, pero, ¿por qué no las ha reportado?

—Las transacciones aparecen en el sistema de datos como autorizadas, tal y como si tú y yo las hubiéramos aprobado —explicó y se le quedó viendo a HoSeok.

El omega observaba a TaeHyung preocupado e interesando, pero su cara cambió a una impactada al ver la forma en la que TaeHyung lo observaba.

—TaeHyung, te juro por mis bolas que no tengo nada que ver en esto —se apresuró a asegurar.

—Confío en ti, pero te estoy diciendo esto porque puedes verte involucrado en todo esto y terminar mal. Hay que tener cuidado.

HoSeok asintió, mirando a un punto fijo en la oficina. Entonces, una idea surgió en su mente y giró hacia TaeHyung.

—Sé cómo averiguar de dónde se están autorizando las transacciones.

JungKook y SeokJin iban entrando a la mansión cuando la corneta de un auto resonó, haciendo que se volteara y vieran como el auto de los hermanos Kim se estacionaba.

—Cuéntale a TaeHyung el plan, yo distraigo a Nam por mientras. Me avisas —habló SeokJin en un susurro.

JungKook asintió.

Los omegas pudieron observar cómo ambos hermanos se bajaban del auto que estaba conduciendo NamJoon. JungKook pudo ver que cuando TaeHyung pisó el suelo y su cabeza salió del auto, se echó el cabello hacia atrás, dejando ver sus cejas ligeramente fruncidas que eran acompañadas con sus lentes de sol y un traje que destilaba elegancia. Tuvo que soportar guardarse los impulsos de morderse el labio inferior.

Los hermanos se acercaron y NamJoon saludó a su pareja con un corto beso en los labios y de una vez el alfa lo arrastró hacia adentro, haciéndolo reír y que ahora TaeHyung y JungKook quedaran solos en la entrada.

JungKook observó a TaeHyung de pies a cabeza y se acercó a él, acariciándole del pecho a los hombros con ambas manos mientras se mordía el labio inferior. TaeHyung tomó su cintura y se acercó, queriendo darle un beso, pero JungKook puso su dedo índice en los labios de TaeHyung.

—Primero tengo que hablar contigo. —Tomó la mano de TaeHyung para después comenzar a caminar a la zona de la piscina de la mansión, donde habían varias mesitas techadas con sillas.

TaeHyung fue el primero en sentarse, y cuando JungKook iba a acercarse a una de las sillas para sentarse en ella, TaeHyung lo jaló, haciendo que cayera sentando sobre su regazo, de lado. Poco después, TaeHyung abrazó la cintura de JungKook.

—Cuéntame —pidió TaeHyung, mirándose.

Y así lo hizo, comenzó a relatarle paso por paso de su plan.

—A NamJoon no le va a gustar —habló TaeHyung.

—Lo sé, por eso tenemos que convencerlos entre todos —dijo el omega, acariciándole suavemente uno de sus brazos—. SeokJin lo está distrayendo mientras te cuento esto... ¿qué dices? ¿me ayudarás? —preguntó lindamente, tomándole el rostro con ambas manos.

TaeHyung se le quedó viendo y luego suspiró, asintiendo. JungKook soltó su rostro con una sonrisa.

—No me has saludado como es —acotó TaeHyung, haciendo que el omega rodara los ojos con una sonrisa bonita antes de unir sus labios—. Ok, ahora sí puedes avisarles.

JungKook se rio suavemente y se levantó para arrimar una de las sillas al lado de TaeHyung. Se sentó en ella y envió un mensaje para SeokJin, avisándole de que ya podían venir.

Y así pasó, pues a los pocos minutos aparecieron ambos mayores algo despelucados, haciendo que TaeHyung y JungKook se miraran con una ceja alzada.

NamJoon y SeokJin se sentaron uno al lado del otro al otro lado de la mesa. JungKook no esperó mucho más y a la primera incógnita que presentó NamJoon, comenzó a relatar el plan, pero a medida que JungKook iba hablando, el rostro de NamJoon se iba desfigurando a una mueca de puro disgusto, porque justo cuando JungKook terminó de hablar, respondió.

—No, no, y rotundamente no —se negó, molesto.

—Pero Nam, necesitamos esto —insistió SeokJin.

—No me importa, me niego —dijo firme, y luego miró a JungKook—. ¿Por qué no lo haces tú? —dijo con el ceño fruncido.

—No va a funcionar así —negó JungKook.

—¿Y JiMin? —siguió, tercamente.

—¿Vas a meter a JiMin a un problema donde no tiene nada que ver?

—Ah, pero a Jin si, ¿no? —NamJoon bufó.

—Pues claro, él es conocido popularmente como el amante del hijo mayor de Kim DongGun —habló JungKook, un poco alterado, y luego miró a SeokJin—. Perdón...

Pero el omega mayor le hizo un gesto para que no le diera importancia.

—No va a pasar nada, Nam. Además, estaremos todos para cuidar a Jin —habló esta vez TaeHyung.

NamJoon exhaló aire, molesto y después miró a JungKook.

—Muy fácil que ordenas hacer cosas, ¿no? Siempre pones en peligro a todos por andar metido en quién sabe qué cosas, ¡¿y ahora también quieres poner a Jin en peligro y en riesgo a que lo descubran?! —exclamó, alterado—. Debe haber otra manera de impedir el matrimonio, no esta.

—Pues te digo que no la hay porque nuestros padres son unos malditos mafiosos —dijo JungKook, irritado—. Es un sacrificio que hay que hacer, NamJoon. No todo se puede obtener en bandeja de oro, fácil y sencillo.

—JungKook... —quiso hablar NamJoon con todo de advertencia, pero el omega lo interrumpió, levantando la mano para que se callara.

—Mira NamJoon, si esto sale mal, no sólo yo me voy a ir a la mierda, sino todos aquí. Me he estado matando para conseguir cosas que puedan ayudar a que el matrimonio no se realice, y de paso, encargarme de nuestros padres —habló JungKook, un poco más rápido de lo normal. Su cara comenzaba a enrojecer cada vez más—. No voy a permitir que me digas que no hay otra manera cuando yo exploré ¡cada una de ellas! —JungKook explotó—. ¡¿Crees que, si hubiera otra forma en la que Jin o alguno de ustedes no corriera peligro, no la haría?! ¡Estoy harto de que siempre piensen mal de mí, que soy una mierda y que hago todo mal cuando lo único que he hecho ha sido protegerlos y hasta he matado por ustedes así que no voy a aceptar a estas altu-!

—¿Qué? —interrumpió TaeHyung.

Todos miraron con los ojos abiertos a JungKook, quien al darse cuenta de lo que había revelado, apretó los labios y los miró a todos. Comenzó a sudar frio, y su ansiedad y nerviosismo aumentaron.

Se suponía que era un secreto que se iba a llevar a la tumba...

—¿Has matado? —preguntó NamJoon, viéndolo sorprendido y serio.

JungKook lo miró y luego de unos instantes, contestó.

Pero ahora por bocón, tendría que contarlo.

—Sí, lo he hecho.

—¡JungKook! —exclamó SeokJin, anonadado.

—¿Por qué? —preguntó TaeHyung, sorprendido.

JungKook miró a TaeHyung, suspirando nervioso ante todas las miradas consternadas que estaba sobre él.

—Fue en la fiesta de antifaces —comenzó a relatar JungKook.

TaeHyung lo miró asustado y JungKook había volteado hacia él, observando su expresión. Se sintió peor que pésimo.

—El mismo hombre que intentó matarme y luego intentó envenenar a JiMin, envenenó una de las copas de champaña que iban a llevar a nuestra mesa —exhaló, nervioso. Sus manos habían comenzado a temblar, así que las puso bajo la mesa, intentando ocultar su nerviosismo—. Pensé que era para JiMin, pero luego me di cuenta que solo querían distraerme, haciendo que mi atención se centrara en JiMin, cuando en realidad mi padre quería que alguno de ustedes muriera, fuera quien fuera...

TaeHyung tomó sus manos por debajo de la mesa, buscando calmarlo y lográndolo un poco, puesto JungKook tragó saliva y respiró un poco mejor. Luego de unos instantes, habló:

—La copa fue a TaeHyung —murmuró entonces, consiguiendo la mirada gigante del alfa sobre él. JungKook tragó y volvió a mirar al frente—. No pasó nada porque, por suerte, vi a tiempo como le echaba el veneno a la copa, así que serví otra y me quedé yo con la envenenada.

—Le hiciste tomar la copa envenenada —dijo NamJoon, más como una afirmación que una pregunta.

JungKook asintió.

—Cambié su copa por la envenenada y, al hacer el brindis, lo forcé a tomársela. —Hizo una pausa—. Lo maté.

Hubo un breve silencio que fue ahogante para el nervioso JungKook.

—¿Y cómo es que nadie se enteró de que el tipo murió? —preguntó NamJoon.

—Llamé a MinSoo para que buscara el cuerpo —explicó el omega—. No podemos meter a la policía en esto. Igualmente había planeado que alguien veía el cuerpo del hombre antes de que los hombres de mi padre lo buscaran, pues mis huellas no estarían presentes en la escena del crimen ya que hice todo con guantes, desde el frasco que puse en su mano, hasta el teléfono donde escribí una carta de suicidio en caso de que la policía lo encontrara.

SeokJin se quedó observando un punto fijo, analizando toda la información y NamJoon hizo lo mismo, solo que miró hacia otro lado, pero TaeHyung si observó a JungKook, quien parecía estar luchando por tranquilizarse, puesto que se sentía fatal porque sentía que ahora mismo todos lo estaban juzgando.

Quería irse, por lo que estuvo a punto de levantarse, pero TaeHyung fue más rápido en actuar.

El mayor alejó su silla de él, viéndolo con una mueca de espanto sobreactuado y muy graciosa.

—Cuidado, no me vayas a envenenar a mí —bromeó con una sonrisa, alejando su cara con horror exagerado, pero después suavizó la cara, convirtiéndola en una sonrisita de medio lado, logrando que JungKook se riera algo triste.

—No voy a decir que asesinar estuvo bien, pero nos protegiste. Protegiste a JiMin y a TaeHyung —habló SeokJin, y JungKook lo miró bonito, pero aún estaba nervioso—. No lo vuelvas a hacer.

—Acepto —dijo NamJoon de repente.

JungKook giró a verlo con confusión.

—Acepto el plan —añadió NamJoon—. Si no fuera por ti, mi hermano estaría muerto, así que te la debo.

TaeHyung hizo un sonido, denotando que estaba conmovido.

—Te quiero, bro.

—Sí, sí, yo también —dijo NamJoon con rapidez—. Acepto, pero con una condición —Miró a JungKook, que lo observó expectante—. Quiero estar ahí cuando lo enfrenten.

—Entonces así será —asintió JungKook.

SeokJin le sonrió a NamJoon y acarició un poco su brazo para relajarlo.

—No te preocupes, nada va a pasar —aseguró SeokJin.

NamJoon lo miró algo ofuscado, pero se dejó hacer. SeokJin rio por lo bajo y después miró a JungKook, quien mantenía en su rostro una expresión algo triste y decaída.

—Ya quita esa cara —dijo SeokJin, inclinándose para abrazar al omega, quien correspondió algo nervioso.

Luego que ambos estuvieron nuevamente sentados en sus sillas, NamJoon habló viendo a JungKook.

—Perdón por todo lo que te dije antes, Kook, no era mi intención lastimarte.... Tú sabes, estamos hablando de Jin —sonrió bonito, viendo a su pareja.

JungKook sonrió y luego miró a TaeHyung, quedando algo desconcertado pero aliviado ya que el alfa lo estaba viendo muy lindo. Aquello le hizo relajar sus hombros y ayudó a que la ansiedad se disipara.

—Bueno, vamos SeokJin, te necesito para las cosas que te comenté —dijo NamJoon, levantándose y arrastrando al omega mayor, quien sonreía nervioso hacia los otros dos.

TaeHyung y JungKook alzaron una ceja y rieron, viéndolos irse. Al rato, ambos ya solos, se observaron.

—¿Quieres ir a la casa del árbol? —propuso TaeHyung y JungKook asintió con una sonrisa.

Ambos se levantaron y TaeHyung tomó su mano, para después empezar a caminar de camino a la casa del árbol.

Ya habían llegado a la casa del árbol y ambos estaban acostados en el suelo de la misma, viendo al techo. TaeHyung tenía apoyados ambos brazos debajo de su cabeza, mientras que JungKook tenía su cabeza sobre el estómago de TaeHyung, con las manos sobre su propio estómago.

—Pensar que pude haber muerto sin haberte tenido ahí —habló TaeHyung.

—Si no hubiera estado ahí, ni siquiera hubieras estado en peligro... —murmuró JungKook, decaído.

TaeHyung bajó la mirada hacia él, pero JungKook no se atrevió a dirigirle la propia. El alfa se sentó, ocasionando que JungKook también tuviera que hacerlo.

—Kook, nada de esto es tu culpa, tú solo quieres protegernos.

JungKook apretó los labios.

—Pero, ¿y si no lo hago bien? ¿y si a alguno le pasa algo? Me di cuenta de que iba a envenenar la copa casi en el momento, un instante después y no lo hubiera visto... —Hizo una pausa—. Hubieras muerto, ¿qué tal si a la próxima no me doy cuenta? —dijo, consternado.

—Eso no pasará...

JungKook bufó una risa sin gracia.

—¿Cómo estás tan seguro? —dijo temblorosamente—. Maté a alguien, TaeHyung, ¿cómo puedes saber que yo no soy también una amenaza?

Pero TaeHyung se acercó a él, acunando el rostro entre sus manos para darle un beso en los labios.

—Porque sé cuáles son tus intenciones. No eres malo, JungKook. —Vio el rostro del omega entristecerse, así que le acarició las mejillas con el pulgar—. Nunca pienses que conocernos fue un error.

JungKook bajó la mirada y TaeHyung no dudó en atraerlo hacia sí para abrazarlo con cariño.

—Cometí asesinato y aun así no te estás alejando de mí, definitivamente estás loco —susurró JungKook, soltando pequeñas risas y haciendo que el alfa también riera.

—Ahora estamos juntos en esto, así que cada vez que vayas a hacer una locura, me la dices para acompañarte a hacerla —sonrió TaeHyung.

JungKook levantó la cabeza, ocasionando que sus rostros quedaran a una escasa distancia. El omega asintió, con una pequeña sonrisa.

—¿Quisieras tener el sexo pasional de tu vida aquí? —propuso TaeHyung, para hacerlo sonreír.

JungKook bufó una risa.

—TaeHyung, tienes una seria adicción con el sexo —se mofó el omega.

—En Jeju me dejaste dos días sin nada —se excusó dramáticamente.

—TaeHyung, fueron dos días, no dos meses —rio el omega.

—¿Y tú crees que sobrevivir dos días sin sexo es fácil? —Alzó una ceja, dramatizando.

—Yo sobreviví tres años.

—¡¿Tres años?! —exclamó TaeHyung con rostro de horror. Cuando el omega asintió, aguantándose la risa, él lo atrajo hacia sí—. Mucho tiempo perdido, hay que recuperarlo.

TaeHyung alzó ambas cejas repetidas veces. JungKook rio hasta que TaeHyung atrapó sus labios con los propios, haciéndolo caer de espaldas de vuelta al suelo.




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