42. Jeju pt. 2

Luego de algunos minutos, llegaron al Shilla Jeju. Al entrar al lobby, JungKook le dijo la habitación en la que se estaba quedado y ambos subieron, pero no esperó que el menor le exigiera sacar sus cosas, así que JungKook tomó su mochila disgustado y siguió al alfa.

Ambos subieron por el ascensor, el cual se detuvo en el pasillo de la suits del hotel, donde ambos bajaron. Como al parecer, TaeHyung también se estaba quedando en ese hotel, lo guio hasta la habitación donde se estaba quedando y JungKook lo siguió, con una línea en los labios cuando abrió la puerta.

JungKook dejó su mochila sobre una de las sillas del sofá mientras TaeHyung cerraba la puerta.

—Me voy a bañar, pide lo que quieras —informó TaeHyung, entrando en el baño segundos después.

El omega comenzó a ordenar por servicio al cuarto, el cual no tardó más de cinco minutos en subir con la comida pedida. JungKook la recibió y organizó todo para comer en la cama y se sentó para comenzar a comer.

Al rato salió TaeHyung, portando una bata.

—Ven, siéntate a comer —habló JungKook, palmeando suavemente el puesto a su lado.

TaeHyung se acercó y se sentó en la cama, comenzando a comer también. La cena transcurrió calmadamente y ya ambos se encontraban terminando sus platos cuando el alfa habló.

—Cuéntame todo —pidió, dejando de lado sus cubiertos para ver al omega, quien lo miró, para después suspirar y dejar sus cubiertos también en la mesita.

Comenzó a contarle lo que había ideado para descubrir a Shin, los micrófonos, cómo fue el robo de su laptop. Le comentó que fue a su antigua casa y entró al despacho de su padre, consiguiendo todos esos documentos, y que después entró a la habitación y consiguió la tarjeta que posteriormente le dio acceso a la oficina en la empresa de su padre, obteniendo información sobre varias transacciones sospechosas, títulos de propiedad y demás cosas, como el itinerario de viaje.

Sacó su teléfono y le mostró las fotos que consiguió donde se podían ver las bolsas de dinero que estaban en el despacho de su padre, y también le mostró la foto de la caja fuerte que hasta a día de hoy, no había logrado abrir.

Le dijo que no debía preocuparse por Shin, puesto que lo tenía bajo amenaza y estaba seguro de que el alfa no se atrevería a actuar en su contra con todas las pruebas que tenía. Pero a pesar de ello, no le contó con qué clase de cosas tenía amenazado a Shin, puesto que lo que menos quería era que le cayera peor de lo que ya lo hace, sería contraproducente.

También le mostró la grabación que había obtenido al estar oculto tras la puerta, haciéndole saber a TaeHyung sobre la veracidad de toda la información referente a la falsificación de documentos.

Muchas cosas ya le cuadraban, como el por qué la habitación de JungKook había estado casi destruida aquella vez. Aunque tenía que admitir que seguía ofuscándole el comportamiento hacia Shin, pero aquello no tenía mucha importancia, puesto que sus ojos estaban abiertos y su ceño fruncido, procesando toda la información soltada por el menor, quien seguía hablándole.

—Y... —JungKook se quedó callado, apretando los labios mientras miraba al mayor.

—¿Qué? ¿Por qué te callas? —inquirió el alfa, con el ceño fruncido—. ¿Qué encontraste?

JungKook se tomó un momento y suspiró.

—Cuando entré al despacho de mi padre, encontré una carpeta al fondo de unas de sus gavetas, que parecía haber querido ocultar... —Hizo una pausa—. En ella encontré una foto de tu madre.

TaeHyung inmediatamente se tensó, poniendo todo el resto de su atención en JungKook.

—Estaba junto a un documento con toda su información y en el papel indicaba que... está desaparecida... —Hizo una pausa—. El caso fue cerrado, dice como si la hubieran buscado pero nunca apareció...

TaeHyung miró hacia el frente, impasible, y se pasó la mano por la cara, para después echarle el cabello hacia atrás mientras cerraba los ojos. Su mente estaba procesando toda la información recibida.

—Continúa.

—¿Qué? —preguntó el omega, mirándolo.

—Sé que sabes más, continúa —habló solemne, abriendo los ojos para mirarlo.

JungKook mordisqueó sus labios con nerviosismo y esperó un rato para seguir hablando.

—Encontré una carta escrita a mano, también estaba en la carpeta —exhaló aire, nervioso—. Y estaba firmada por Bang Suni, hacia mi padre... —Vio cómo TaeHyung lo observaba y el omega no lograba descifrar que significaba—. Decía que no quería a mi padre cerca de sus hijos, ni de su esposo. Que se alejara y que los dejara en paz...

TaeHyung inhaló y exhaló, con los ojos serios en JungKook.

—No me ocultes nada —dijo con severidad.

JungKook maldijo internamente antes de continuar.

—En el documento dice que está desaparecida desde el 24 de abril del 2004 y en la carta, justo debajo de su firma, aparece que fue escrita el 12 de abril de ese mismo año...

TaeHyung respiró pesado y apretó los puños.

—¿Y no planeabas contarme esto? —dijo, conteniéndose.

—Oye... Yo no sabía que era tu mamá...

—El mismo día que te lo dije, debiste habérmelo dicho, JungKook —dijo, levantando un poco la voz—. No tienes idea cuanto me molesta que tenga que sacarte las cosas con cucharita para me las digas... ¿te cuesta mucho abrir la boca y soltar las palabras?

JungKook exhaló aire.

—Sé que debí decirte, pero sentía que ya había sido mucho para ti después de ver las fotos, y.... y, y, decirte todo esto... no sé, tenía miedo —dijo, muy nervioso, jugueteando involuntariamente con las mangas de su suéter.

TaeHyung lo miró, molesto.

—¿Miedo de qué? ¿De que fuera a agredirte? —espetó, indignado.

—¡No! No es eso... —Se apresuró a decir JungKook—. Tenía miedo a que te pusieras así como estás ahora —aclaró con nerviosismo.

—¿Y cómo estoy ahora? —inquirió, tercamente.

JungKook suspiró.

—A la defensiva.

TaeHyung bufó y volvió a pasarse la mano por la cara. Acto seguido, se levantó de la cama, pero el menor también lo hizo.

—¿A dónde vas? —preguntó TaeHyung, molesto.

—Me voy a mi habitación antes de que empieces a gritar y luego quieras solucionarlo con sexo —habló el omega—. Cuando estés más calmado, hablamos.

—De aquí no sales, JungKook —sentenció, advirtiéndole, para después entrar al baño y encerrarse allí.

JungKook hizo un sonido de frustración y salió al balcón, puesto que sabía que, si de verdad salía de la habitación, todo iba a ser peor. Se acostó en una de las sillas del pequeño espacio para ver el cielo y sin darse cuenta, terminó durmiéndose con el paso del tiempo.

Despertó en la mañana siguiente, abriendo los ojos y notando que se había quedado dormido en esas sillas. Fue a levantarse cuando vio que una manta cubría de su cintura para abajo y suspiró.

Se levantó y entró en la habitación, viendo como la cama estaba vacía. Caminó hasta el baño y también estaba vacío. TaeHyung no estaba por ningún lado. Rápidamente buscó las maletas, localizándolas con rapidez, cosa que lo hizo suspirar de alivio. No se había ido.

Fue al baño y se cambió, cepillándose los dientes para luego salir de la habitación, pero justo antes de tomar la perilla para abrir la puerta, su teléfono repicó. Frunció el ceño, pero contestó casi de ipso facto cuando vio que se trataba de Shin.

—¿Señor Shin?

Hola JungKook —saludó el mayor—. Tengo una nueva ubicación. No quiero agobiarte pero necesitas ir de una vez, es el único momento en el que sé con certeza de que nadie estará. —JungKook, con el ceño fruncido—. Debes apurarte, puesto que en unas horas irán MinSoo y DongGun al lugar, así que tienes que salir lo más rápido que puedas. Tienes dos horas exactas a partir de ahora para entrar y salir sin ser visto.

—Está bien, voy a ello —afirmó JungKook, abriendo la puerta de la habitación para después salir y cerrarla—. Gracias, señor Shin.

Cuídate mucho.

La llamada finalizó y JungKook se encaminó rápidamente al elevador, bajando hasta el lobby para buscar a TaeHyung. Buscó alrededor de cinco minutos hasta que finalmente lo encontró, dejando caer los hombros con desilusión al verlo en el bar del hotel, bebiendo.

Se adentró al lugar y caminó hacia él, deteniéndose junto al alfa.

—TaeHyung-

—Qué —interrumpió con odiosidad, mirándole con ojos filosos. JungKook cerró la boca en ese momento, mirándolo mientras apretaba los labios—. No te quiero ver ahora —agregó, para volver a su bebida.

JungKook se quedó unos segundos en el lugar, viendo al alfa. Después se dio media vuelta hacia la salida del lugar. Iría solo entonces.

Shin le envió la dirección del lugar cuando estaba por salir del hotel y JungKook no dudó en tomar un taxi y dirigirse a las cercanías de la zona. Le agradeció al taxista y se bajó cuando llegaron al destino.

Esta vez, se trataba de un lugar abandonado más pequeño. No tenía automóviles estacionados en el exterior, aportándole veracidad a las palabras de Shin.

Se adentró en el lugar, colocándose los guantes que ahora siempre cargaba a la mano. Exploró las instalaciones, pero la mayor parte del lugar estaba vacío. Hasta que se topó con una sala repleta de documentos.

Expandió los ojos un poco y se adentró en ella, tomándole foto a cuanto pudiera. Estaba en eso cuando se le ocurrió subir la vista, viendo como en la pared del lugar, había una lista. Frunció el ceño y se acercó a ella.

Era la lista de todos los empleados de los negocios clandestinos.

JungKook sonrió victorioso y le tomó foto a cada uno de ellos, notando como había un nombre que resaltaba entre los demás como el cabecilla del negocio que seguía el puesto de MinSoo y DongGun: Choi Jun.

Y el menor quería seguir investigando, pero el ruido de una puerta lo espantó. Era la puerta principal del recinto. Sudó frio y se acercó al umbral que separaba la habitación donde estaba, del pasillo, y se asomó.

Creyó desmayarse cuando vio que se trataba de MinSoo y DongGun, quienes hablaban cordialmente mientras cerraban la puerta principal. JungKook inhaló y exhaló con fuerza, queriendo aplacarlos nervios que lo estaban consumiendo poco a poco.

Los dos mayores comenzaron a caminar por el pasillo, y JungKook se movió con rapidez, ocultándose en la pared junto al umbral, esperando a que por gracia divina su destino no fuera entrar en la habitación en la que ahora mismo se encontraba.

Cerró los ojos y esperó, escuchando las voces y los pasos cada vez más y más cerca. Su pecho subía y bajaba constantemente, pues sabía lo que eran capaces de hacer ese par si lo encontraban en el lugar.

Pero, para su suerte, pasaron de largo.

Pudo respirar mejor cuando escuchó como entraban en otra habitación. Con el corazón en la boca, salió de su escondite con sigilo, observando el pasillo para corroborar, y efectivamente, estaba vacío, por lo que se apresuró a mover sus pies para salir del lugar.

Caminó largas cuadras hasta finalmente pedir un taxi, saliendo de las cercanías de aquel lugar con el pulso acelerado.

Cuando subió a la suit y cerró la puerta tras de sí, pudo apoyar la espalda en la puerta y cerrar los ojos, buscando disipar todo el nerviosismo que había sentido.

Pero no se esperó escuchar que por el pequeño pasillo de la suit. Abrió los ojos y vio a TaeHyung histérico, casi corriendo hacia él.

—¡JungKook! —exclamó TaeHyung con las cejas arriba, tomándole el rostro con preocupación—. ¿Estás bien? ¿Dónde estabas?

Lo dijo con tanta desesperación, que el omega no supo cómo responder, por lo que TaeHyung se vio en la necesidad de observarlo completamente para cerciorarse de su estado, para después abrazarlo con fuerza.

—Estás bien —exhaló TaeHyung con alivio, y JungKook, algo desconcertado, correspondió el abrazo.

Se quedaron así un rato, hasta que TaeHyung lo soltó para mirarlo.

—Pensé que estabas enojado conmigo... —habló JungKook, mirándolo con algo de extrañeza.

—Sí, pero no era para que te desaparecieras así —se apresuró a decir.

—Dijiste que no querías verme.

Pero TaeHyung ignoró eso ultimo y lo arrastró con calma hasta la cama, donde ambos se sentaron.

—¿Dónde estuviste? —volvió a preguntar el alfa, más calmado.

—Shin me llamó más temprano, me dijo que tenía un nuevo lugar para investigar y que tenía que ir en ese momento, porque no habría otra oportunidad cercana, así que fui y conseguí algo que podría ser útil. —Le mostró la foto de la lista en su teléfono—. Es la lista de empleados que están envueltos en ese negocio ilegal. Iba a seguir investigando, pero MinSoo y DongGun llegaron, así que tuve que irme —contó el omega.

—Me hubieras dicho —reprendió TaeHyung.

JungKook lo miró con desdén e incredulidad.

—¿Es en serio, TaeHyung? Dime tú en qué momento te hubiera dicho, si cuando lo intenté hacer me interrumpiste con un "qué" —Imitó su tono odioso—, y luego me dijiste que no querías verme. No me iba a quedar a insistirte porque el tiempo era limitado y me quedaban menos de dos horas para entrar y salir del lugar —dijo, ofuscado.

TaeHyung bufó.

—¿Y por qué entraste tan agitado a la habitación?

—Pues porque puede ser que quizás no sé... ¿nuestros padres casi me atrapan? —Rodó los ojos, pero TaeHyung siguió sin decir nada—. ¿Me lograron ver? No, no me vieron —añadió, más para ofuscar a TaeHyung que por otra cosa—. Casi me da un ataque de pánico ahí, pero gracias por preguntar, eres muy considerado —espetó con una sonrisa falsa, levantándose de la cama.

TaeHyung hizo lo mismo poco después, pero para irse a un lado de la misma y acostarse en ella.

—Acuéstate —casi exigió el alfa, pero JungKook solo lo miró con mala cara.

—TaeHyung, no todo se soluciona con sexo —dijo, irritado.

—No vamos a tener sexo —aclaró TaeHyung—. Si no quieres, claro.

JungKook lo miró con fastidio y puso ambas manos en su cintura, mirándole con desaprobación. TaeHyung observó que el omega no se movía de su sitio, así que se sentó en la cama y lo observó.

—Ya pensé, mi culito bello, mi cuchurrumí, mi Cotton Candy, mi good bunny, mi galleta de azúcar... —dijo, batiendo las pestañas.

—¿Galleta? —dijo JungKook, apretando los labios para reprimir la carcajada que quería escaparse de su boca por el montón de apodos que le estaba poniendo.

—JungKook, Kook, Kookie, Cookie, Galleta... Es lo mismo —dijo, como si aquello fuera obvio.

JungKook tomó una almohada de la cama y le pegó con ella a TaeHyung, quien se estaba riendo, y no dudó en aprovechar la cercanía del menor para jalarlo y hacer que cayera sobre el colchón luego de un pequeño grito, seguido de varias carcajadas de parte de ambos.

Estaban cansados del largo viaje y las numerosas paradas que tuvieron que hacer ya aquí, por lo que ahora se encontraba recargando mitad de su espalda en el cabezal de la cama, con los ojos cerrados y el ceño fruncido, entrelazando sus manos a la altura de su pecho.

—¿En qué piensas? —preguntó el contrario.

—En lo de siempre... —abrió los ojos y lo miró. El contrario suspiró.

—Siempre tratas de que todo salga a la perfección —dijo mirándolo—. Quizás no deberías pensar de más, mejor intenta relajarte un poco —se dirigió hacia donde se encontraba la botella de vino tinto, para servir un poco en una copa y luego llevarlo hacia el contrario, quien la recibió, sentándose un poco mejor en la cama, pasándose la mano por el cabello mientras suspiraba y le daba un sorbo a la copa—. ¿Por qué no te relajas estos días que nos quedan en Jeju, mh? —propuso—. Yo me encargo de todo.

El contrario se frotó la sien y asintió en medio de un suspiro, cerrando los ojos nuevamente, para después volver a abrirlos cuando el otro volvió a hablar.

—TaeHyung está acá en Jeju como lo había pensado, seguro se dio cuenta de las transacciones y vino a investigar...

—¿No te preocupa eso? —dijo, más el contrario sonrió con sorna.

—Todas las transacciones deben estar autorizadas por él, y si no, tiene que reportarlas y hasta día de hoy, no lo ha hecho —hizo una pausa—. Si TaeHyung se da cuenta e intenta pasarse de listo, terminará cayendo.

—Hay alguien que si se puede dar cuenta —habló—. JungKook. Él está muy metido en esto y aunque me cueste admitirlo, es más inteligente de lo que pensaba... —dijo con un deje de desprecio en su voz.

—Tienes que destruir a todos lo que lo rodean, uno por uno. JungKook perderá la cabeza y luego podremos encargarnos de él —sonrió macabramente.

Ambos se miraron.

—DongGun...

—MinSoo...




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