40. Pasaje
TaeHyung y JungKook se encontraban riéndose de camino a la mansión mientras hablaban. Se carcajeaban estrepitosamente mientras ingresaban nuevamente a la mansión por la puerta trasera.
—¿Qué hacían?
Una tercera voz se hizo escuchar, haciendo que pararan en seco puesto que el mayor de los Kim lo estaba mirando con una ceja alzada.
—Me estaba enseñando el lugar —se apresuró a decir JungKook, actuando con naturalidad.
NamJoon achicó los ojos y los vio unos segundos más antes de irse. TaeHyung y JungKook se miraron y soltaron varias risitas, que lastimosamente fueron cortadas por el repique del teléfono del omega.
JungKook sacó su teléfono del bolsillo y observó el remitente, este logrando que su sonrisa flaqueara un poco, pero aun así actuó normal.
—Ahora vuelvo —anunció hacia el alfa antes de dirigirse tranquilamente hacia su habitación.
Una vez adentro, se acercó al ventanal de una de las paredes de su habitación y contestó.
—Ya tienes veinticuatro —habló una voz gruesa tras la línea.
—Vaya, como que estás muy pendiente de mí, ¿cierto? —rio socarrón—. Ya tengo veinticuatro y no he muerto, te debes sentir muy mal por eso, padre —dijo con el mismo tono de burla en su voz.
—No te confíes mucho, porque, ¿quién sabe? puede que no estés para cumplir un año más...
JungKook bufó una carcajada gruesa, su mirada hacia la ventana se oscureció.
—Ten un buen día, padre —dijo con sorna y sarcasmo, antes de trancar el teléfono y guardarlo en su bolsillo.
Cerró los ojos y suspiró, queriendo sacar de su sistema la sensación del mal sabor de boca que le había dejado hablar con su padre. Pero no se esperó que unas manos hicieran contacto con su cadera, conociéndolo bien, pero, aun así, no abrió los ojos, relajándose. El alfa castaño con el que ahora tanto compartía le retiró la bufanda con cuidado, descubriendo su cuello.
—¿Estás bien? —preguntó TaeHyung.
JungKook supo que había escuchado la conversación y exhaló cuando el alfa comenzó a depositar besos apacibles sobre su cuello desnudo.
—Mhm —afirmó el omega, inclinando la cabeza un poco hacia un lado, disfrutando del tacto de los labios del alfa sobre su cuello, aun manteniendo los ojos cerrados—. ¿Por qué fue aquello...? Lo de la casa del árbol.
—Me dieron ganas de besarte así —se limitó a decir sobre su cuello, para después seguir besándolo.
—No, me refiero... ¿por qué me llevaste allá? —inquirió, recostando un poco su cuerpo sobre el de TaeHyung, negándose a abrir los ojos y decidiendo seguir relajándose bajo su tacto.
—Era la recompensa por no haberte regalado algo por tu cumpleaños...
—Gracias, fue lindo —murmuró JungKook.
TaeHyung sacó el rostro de su cuello y lo hizo voltearse. Atrapó los labios ajenos en un vaivén tranquilo, ni muy lento, ni muy rápido.
—¡Chicos, el desayuno ya est-!
SeokJin había abierto la puerta, haciendo que se separaran del beso y TaeHyung gruñera antes de ocultar la cabeza de JungKook en su cuello para que SeokJin no viera las marcas. TaeHyung se volteó un poco para observar con ojos filosos al mayor.
—¡SeokJin!
—Ay, perdón —dijo SeokJin.
—¿No sabes tocar, llamar o enviar un mensaje? —se quejó TaeHyung, ofuscado.
—Ya me voy, ya me voy —dijo SeokJin, tomando la perilla de la puerta para después cerrarla y dejar a ambos solos nuevamente.
TaeHyung sacó la cabeza de JungKook de la curvatura de su cuello y le comenzó a colocar la bufanda.
—No había necesidad alguna de que me escondieras, es solo SeokJin... —comentó el omega, un poco ofuscado, mientras TaeHyung terminaba de colocarle la bufanda—. ¿No crees que estás siendo muy posesivo?
—No me importa —dijo serio—. Nadie puede ver lo que te hago... solo tú y yo —hizo saber, pues le gustaba el hecho de que el omega y él compartieran una intimidad exclusiva como aquella. Tomó el rostro de JungKook con algo de fuerza, para acercarlo hacia sus labios y besarlo nuevamente.
Después del mediodía, Shin fue a buscar a JungKook y ambos fueron a un lugar privado para entregarle algo que sin duda le interesaría.
Se trataba de un pasaje de avión a Jeju que partía mañana.
También me había entregado toda la información que requería, como la ubicación de aquel lugar clandestino del que tanto sospechaban, la gente que iba a estar presente.
Todo.
Tendría que ir a Jeju, a petición propia. Él mismo descubriría de que se trataba todo ese lugar.
Luego de aclarar diversos puntos y estrategias con Shin, le pidió que lo dejara en la empresa de los Kim, cosa que Shin hizo. Esa es la razón por la que ahora se encontraba frente al mostrador en el lobby de la empresa.
—Buenas tardes, ¿cuál es la oficina de Kim NamJoon? —le preguntó JungKook a la chica tras el mostrador.
—¿Quién pregunta? —preguntó cortésmente la chica.
—Su prometido, Jeon JungKook —dijo con amargura.
La chica se mostró sorprendida y asintió.
—Ahora mismo está en una conferencia en el séptimo piso, pero puede esperarlo en su oficina —sugirió la chica—. Es en el octavo piso, a la derecha.
—Ya veo... Y la oficina de Kim TaeHyung está al lado, ¿cierto?
Pero la chica negó.
—No, está en el mismo piso, pero a la izquierda, un poco más al fondo del pasillo.
—Ya veo, muchas gracias —agradeció, antes de abrir una de las puertas automáticas que delimitaban el espacio y luego subir al ascensor.
Marcó el séptimo piso, y en el momento en el que las puertas volvieron a abrirse, salió de camino a la sala de conferencias que encontró gracias a los carteles sobre las puertas, deteniéndose en un punto ciego entre la sala de conferencias con paredes de cristal, y el pasillo, justo donde un grupo de cuatro hombres se encontraban cuchicheando entre sí.
—Ese omega, ya sabes... Jeon JungKook, ¿todavía está comprometido con NamJoon? —inquirió uno de los hombres, mirando a NamJoon de reojo.
—Pensaba que ya lo había dejado —habló otro.
—Ush, ¿se puede ser tan hipócrita? dijo toda esa palabrería en la fiesta de negocios de Min y se nota que lo que busca es tirarse a NamJoon, si es que aún no lo ha hecho.
—Si no lo obtiene de NamJoon, lo obtendrá de TaeHyung, ese omega siempre ha sido así —se mofó uno de los hombres—. Que no les sorprenda que en realidad se tire al señor Kim.
De pronto, un fuerte golpe sobre la mesa se escuchó en la sala de conferencias y todos callaron, haciendo que incluso JungKook observara la fuente de dicho sonido.
TaeHyung.
—¡¿Van a seguir murmurando o van a prestar atención a la reunión?! ¡De verdad no se callan nunca! —vociferó, mirando con furia a los cuatro hombres.
Los había escuchado.
—TaeHyung, cálmate —habló su hermano, más TaeHyung levantó una mano hacia él.
—¡Ay cállate! —pidió exaltado—. Pobres de sus parejas al tener que tratar con gente como ustedes a diario. —Negó, viéndolos con asco y desprecio—. Son tan repugnantes que yo no podría pasar ni un día soportando las porquerías que salen de sus bocas. —Apretó la mandíbula—. Si van a seguir teniendo la boca tan sucia, mejor olvídense de seguir asistiendo a este tipo de reuniones, porque no permitiré que pisen este suelo nunca más. —Se enderezó en la silla y acomodó su saco. Toda la sala estaba en silencio, pero TaeHyung solo observaba a estos cuatro hombres—. Ahora, ¿Algo útil que aportar?
JungKook observó todo con una sonrisita victoriosa antes de volver a dirigirse hacia el ascensor e ir hacia la oficina de TaeHyung.
Una vez adentro, se sentó en su silla y se propuso esperarlo.
TaeHyung bufó y tomó la perilla de su oficina, abriendo la puerta con los ojos cerrados y sobándose la sien. Estaba furioso. La misma molestia que le habían generado esos cuatro hombres seguía carcomiéndole la cabeza. Cada que pensaba en ello, más se ofuscaba. ¿Con que derecho hablaban así de JungKook? TaeHyung no lo entendía, así como tampoco entendía las veces que él mismo lo tachó de todo lo que esos hombres dijeron. En parte también le repugnaba su propia actitud, y eso lo hacía enfurecer más.
Cerró la puerta tras de sí, pero al momento de abrir los ojos para caminar hacia su escritorio, vio a JungKook ahí, cosa que lo sorprendió.
—¿JungKook?
JungKook sonrió con picardía y se levantó de la silla hacia un pequeño estante donde se encontraban los licores.
TaeHyung caminó hacia la parte delantera de su escritorio mientras aflojaba un poco su corbata y desabotonaba dos de los botones de su camisa. Se recostó ligeramente en él mientras apoyaba un brazo sobre la superficie.
—¿Qué haces aquí? —preguntó el alfa.
JungKook se volteó desde su posición, luego de haber servido un vaso de whisky para después caminar hacia él y entregárselo. TaeHyung lo aceptó y le dio un sorbo para después cerrar los ojos y subir una cabeza, intentando calmar el dolor de cabeza que tenía.
—Me pasé por la sala de conferencias... —inició JungKook, haciendo que TaeHyung bufara en la misma posición, recordando a esos hombres. JungKook caminó hacia la puerta de la oficina, cerrándola con pestillo para después volver hacia él y recordarse ligeramente en el escritorio para acariciar seductoramente el pecho del alfa—. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? —casi susurró el omega y TaeHyung, a pesar de no estar viéndolo, sabía que ahora mismo se estaba mordiendo lujuriosamente su labio inferior.
El alfa bajó finalmente la cabeza y abrió los ojos, corroborando sus sospechas. El omega estaba a centímetros de él, mirándolo intensamente mientras mordía su labio.
La cara de TaeHyung permaneció impasible y estiró la mano que tenía el vaso de whisky y le dio un sorbo sin dejar de observar al menor.
—Tú siempre puedes ayudar —dijo con una voz más ronca de la que JungKook se esperaba.
El alfa depositó el vaso sobre el escritorio a sus espaldas, con tranquilidad. Y, en un movimiento repentino, la cintura del omega fue tomaba con ímpetu y sus lugares se invirtieron. TaeHyung lo acorraló contra el escritorio para después besarlo con entusiasmo.
JungKook gimió bajito cuando sintió que TaeHyung pegaba su cuerpo totalmente a él mientras con una mano sostenía su cabeza, permitiéndole mejor soporte para degustar su boca con una desesperación y lujuria muy notoria. El omega igualó el ritmo, acostumbrándose a la sensación, y envolvió sus brazos alrededor del cuello del alfa, buscando un beso más intenso, cosa que logró puesto que TaeHyung introdujo su cálida lengua en su cavidad, moviéndola con rapidez y haciéndola chocar con la del omega.
Comenzó una batalla por el control que fue ganada por el alfa cuando este mordió ligeramente su labio inferior, sacándole un gemido audible.
TaeHyung recorrió con sus manos la cintura, caderas y muslos, concentrándose en mover la cabeza de un lado a otro para asegurarse de atrapar la boca de JungKook en todos los ángulos disponibles.
JungKook acarició la nuca ajena, comenzando a retorcerse al sentir como la erección, ya notoria, comenzaba a restregarse contra la suya, dificultándole un poco seguir el ritmo fiero del beso, pero ingeniándoselas para lograrlo.
—TaeHyung... —jadeó sobre su boca en el momento en el que sintió como el alfa comenzaba desabrochar con rapidez los botones de su camisa, quitándola del camino y tirándola al suelo.
El omega repitió la acción casi al instante, solo que, con más desesperación, pues tomó la camisa del alfa por el área del pecho y jaló, abriendo los botones de solo dos jalones. La quitó poco después, sin despegar sus labios en ninguno momento.
JungKook tocó el pecho del alfa con la mano abierta, jadeando entre tanto y descendiendo su mano poco después, abriendo la hebilla del cinturón del mayor para luego bajar el cierre de su pantalón, dándole un jalón a los lados para bajarlo junto con su bóxer.
TaeHyung dejó que JungKook terminara de quitarle las prendas para luego atacar su cuello sin piedad, chupando, mordisqueando y lamiendo toda la piel suave mientras amasaba el trasero del omega y realizaba un camino sobre él hasta llegar al bulto de sus pantalones, el cual apretó y masajeó, sacándole más de un gemido.
Despojó finalmente a JungKook de todas sus prendas, quedando ambos desnudos, rozando todo su cuerpo con el contrario.
Los besos y mordidas de TaeHyung viajaron hasta los hombros del omega, quien no paraba de soltar jadeos lujuriosos al sentir esa lengua jugueteando con su piel.
El omega Tomó el cabello de la nuca del alfa y lo separó de sus hombros para estampar sus labios sobre los de TaeHyung, quien no demoró ni dos segundos en moverlos ferozmente y a la par. TaeHyung paseó las palmas abiertas por su trasero y muslos, colocando su mano en la parte de atrás de ellos e impulsándolo hacia arriba.
JungKook comprendió y de un salto enroscó sus piernas alrededor de la cintura de TaeHyung. Abrazó el cuello del alfa, quien moldeó sus muslos y caminó con él en brazos mientras volvía a atacar sus labios.
TaeHyung estampó a JungKook contra el ventanal al otro lado de su escritorio, haciéndolo jadear cuando la superficie fría tocó su espalda. Pasó sus besos nuevamente al cuello del menor y casi al instante, JungKook gimió y echó su cabeza hacia atrás para darle más acceso a los ataques lascivos del mayor.
Comenzó a recorrer el cuerpo del omega con sus manos, hasta llegar a su parte más íntima, en la cual introdujo solo la yema de su dedo índice, notando lo lubricado que se encontraba el omega. JungKook gimió ante la leve intrusión y buscó más contacto, pero se quejó inconforme cuando aquel dedo dejó de tocarlo.
TaeHyung gruñó fogosamente ante la desesperación del omega y rozó su entrepierna, acorralándolo más contra el ventanal.
—Pídeme que te folle —exigió el alfa.
—TaeHyung —gimió y jadeó con cada movimiento que el alfa había comenzado a ejercer sobre su intimidad.
—Pídemelo.
—Fóllame... ¡TaeHyung! —exclamó el omega, sintiendo como se acercaba a su clímax.
Volvió a quejarse cuando el alfa detuvo sus movimientos.
—Quiero que te corras cuando esté dentro de ti —gruñó con voz honda.
JungKook gimió ante lo posesivo y autoritario que se estaba comportando TaeHyung últimamente y gustoso aceptó lo dicho, mordiendo su labio inferior mientras se miraban intensamente.
TaeHyung con una mano, se alineó con JungKook, haciéndolo jadear cuando el glande hizo contacto con la piel sensible de su entrada.
Un gemido ahogado se atoró en su garganta cuando la punta entró y se aferró con más fuerza al cuello de TaeHyung, notando como cada centímetro se iba expandiendo a medida que el alfa se iba hundiendo en él.
Cuando ya todo estuvo dentro, JungKook pudo gemir gustoso al sentir como lo llenaba.
—Eres tan exquisito, Kook —jadeó el alfa, amando como las paredes de JungKook lo apretaban.
—Comienza —casi ordenó el omega, sacándole una sonrisa ladina al contrario.
—Como desees...
Con lentitud, TaeHyung salió un poco y se introdujo tortuosamente lento en su interior nuevamente, haciendo temblar a JungKook. Repitió la acción unas cuantas veces, consiguiendo que los gemidos de JungKook se volvieran más desesperados.
TaeHyung lamió el cuello del omega y delineó la mandíbula con su lengua para luego dirigirse a sus labios y besarlos lascivamente, siendo correspondido con el mismo sentimiento.
Separó el trasero de JungKook con ambas manos y cortó el beso para colocar su boca cerca del oído de JungKook, respirando sobre él. Los vellos de JungKook se erizaron. Poco después, TaeHyung cambió el ritmo de las embestidas a uno más fuerte.
JungKook gimió alto cuando su próstata fue tocada y cerró los ojos, manteniendo su boca entreabierta por los gemidos.
El impacto de sus pieles generaba un sonido bastante fuerte ahora que TaeHyung arremetía de esa forma. Ya ambos estaban sudando y sus cabellos estaban pegados a sus frentes.
JungKook se sostuvo con una mano del hombro del alfa, mientras que con la otra se sostenía del ventanal por sobre su cabeza y comenzaba a subir y bajar su cuerpo, arremetiendo contra las embestidas.
—TaeHyung... —jadeó por la sensación tan placentera.
TaeHyung siguió embistiendo hasta que JungKook se quitó, haciendo trastabillar a TaeHyung y lo miró con lujuria para luego con una mano irlo empujando hasta que ambos cayeron sobre la alfombra frente al escritorio.
Cayó encima de JungKook, para luego besar y lamer sus clavículas, intercalando las lamidas con leves mordiscos. No tardó mucho en volver a retomar las embestidas, pero con lentitud. JungKook, quien tenía al alfa entre sus piernas, enredó sus manos en las hebras castañas, apretándolas de vez en cuando.
Las embestidas eran tan tortuosamente lentas que hacían al omega sudar de desesperación, queriendo y deseando más.
—Más... TaeHyung... —gimoteó, pero fue torturado un poco más.
TaeHyung se levantó sobre sus manos y lo observó desde arriba, notando como sus mejillas estaban totalmente rojas al igual que su nariz. Sus ojos estaban entrecerrados y su ceño fruncido, mientras que sus labios estaban entreabiertos, soltando gemidos y jadeos de vez en cuando. Gruñó, tomando la barbilla ajena para besarlo.
JungKook gimió cuando él comenzó a penetrarlo con más fuerza mientras sus bocas retomaban la batalla de lenguas. Empezó a desesperarse, buscando más y más contacto, enrollando con más ímpetu sus piernas alrededor de las caderas de TaeHyung.
Sus embestidas aumentaron en fuerza y velocidad, sacudiendo en cuerpo de JungKook en el proceso y haciéndolo gemir más alto.
JungKook abrazó el torso del alfa mientras gemía ahogado. Apretó aún más el agarre de sus piernas para que las embestidas fueran más profundas, lográndolo.
Pero no era suficiente.
El omega empujó el pecho de TaeHyung y se subió sobre él. Ambos se miraron intensamente a los ojos, jadeantes y deseosos de más. Apoyó una de sus manos sobre el pecho ajeno, mientras que con la otra se apoyó sobre uno de los muslos y se impulsó sobre sus piernas para autocomplacerse.
—Dios, JungKook... —jadeó TaeHyung, quien paseó sus manos de la cintura del menor hacia su torso, tocando todo su cuerpo con una mano.
JungKook, quien echó su cabeza hacia atrás mientras seguía dejándose caer sobre el alfa, tomó la mano ajena y la dirigió a su trasero. La petición fue acatada al instante y ahora ambas manos del alfa se encargaron de juguetear con su trasero, abriéndolo y cerrándolo a su antojo.
JungKook bajó la vista y observó a TaeHyung por unos segundos antes de tomar el vaso de whisky a medio tomar que estaba sobre la mesa y le dio un sorbo. Sin tragar, volvió a depositar el vaso en la mesa.
El alfa no tardó mucho en comprender, por lo que después de soltar un gruñido, levantó su espalda con rapidez, haciendo que sus pechos quedaran totalmente pegados y sus caras estuvieran a escasos centímetros de distancia.
TaeHyung se acercó lujuriosamente hacia su boca, hasta finalmente besarla y compartir el whisky dentro de la misma, cosa que hizo que quisiera devorarle la boca con más ímpetu y erotismo. JungKook retomó sus movimientos mientras el alfa tomaba su cintura y lo ayudaba, complementando sus saltos con embestidas.
Algo de whisky se derramó de los labios del menor, por lo que TaeHyung al separarse, lamió lascivamente desde el cuello hasta la comisura de sus labios, limpiando todo rastro de alcohol, para luego mirarse mutuamente a los ojos.
JungKook colocó sus manos sobre las ajenas y aumentó notablemente la fuerza de sus saltos, arqueando su espalda para soltar más y más gemidos.
TaeHyung miró hacia arriba, soltando un gemido y JungKook, quien no había parado de gemir, juntó sus frentes y después de una fuerte caída, se corrió, soltando un lloriqueo de placer. TaeHyung no demoró en correrse también, tardando solo unos segundos de diferencia en los que gruñó guturalmente y liberó su esencia en la cálida entrada del menor.
JungKook cayó de espaldas a un lado, sobre la alfombra. Las respiraciones de ambos estaban erráticas, por lo que se tomaron un momento para recomponerse.
—Gracias —dijo el alfa, tomando su cara para besarlo con somnolencia.
JungKook correspondió y cuando sus labios se separaron, subió encima de él, acostándose para verle mejor.
—Gracias a ti... —respondió el omega con una leve sonrisa.
Ambos se quedaron en esa posición hasta que sus respiraciones terminaron de estabilizarse, momento en el cual TaeHyung habló.
—No voy a estar por unos días, tengo que hacer un viaje de negocios —comentó, mirándole—. No hagas locuras, por favor.
JungKook se rio travieso y depositó un corto beso en los labios del alfa.
—Esperaré a que vuelvas para hacerlas... —respondió con picardía.
TaeHyung bufó una risita, para después volverlo a besar.
JungKook se sentía más que aliviado al saber que TaeHyung no se daría cuenta de su ausencia mientras iba a Jeju, justo como Shin y él habían planeado.
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