32. Fiesta de antifaces pt. 1

SeokJin se vio en el espejo y escrutó su atuendo una vez más.

Vestía conjunto blanco, que consistía de un pantalón stretch formal que se ajustaba a sus piernas, una camisa de tul negra que era cubierta por un saco sencillo cerrado, de color blanco, poseyente de una solapa de pico redondeado que era delineada delicadamente por un color negro. Su cabello estaba arreglado hacia un lado, dejando ver nuevamente sus cejas y su frente también quedaba al descubierto. Se había aplicado algo de sombra negra en los ojos y un poco de brillo labial muy natural.

Una vez listo, se dio la vuelta y salió de la habitación, caminando hacia la entrada.

Se topó con NamJoon. Ambos se miraron, sin saber muy bien que decir. SeokJin dirigió su vista hasta su traje, observando a detalle.

Portaba una camisa de cuello abierto, negra. Su saco poseía solapas blancas que hacían un elegante contraste con el oscuro color del saco y del pantalón. Una cadena delgada de perlas colaba de ambos bolsillos del saco, conectándolos y un sutil collar estilo choker de plata decoraba su cuello. Había peinado su cabello hacia atrás, el cual estaba lo suficientemente largo como para formar un copete hacia un lado.

NamJoon se acercó hacia él y acarició con suavidad su rostro.

—Te ves hermoso... —halagó antes de besar con suavidad sus labios.

—Tú igual —sonrió SeokJin.

Acto seguido, ambos caminaron hacia la puerta principal, pasando por el pasillo que daba con el salón. Vieron a JungKook desparramado en el sofá con el teléfono en mano, sin siquiera estar vestido para la gala.

—¿Por qué no estás vestido? —preguntó SeokJin, entrando junto con NamJoon al salón.

JungKook alzó la mirada, viéndolos.

—Voy más tarde —informó él.

—Bueno... te vemos luego.

SeokJin y NamJoon se limitaron a salir del salón luego de aquello, NamJoon sin siquiera despedirse puesto que el ambiente seguía incómodo.

JungKook estaba a punto de volver a su teléfono, pero escuchó unos pasos que se aproximaban hasta que por el umbral apareció TaeHyung. JungKook bloqueó el teléfono y lo guardó en su bolsillo, observando intensamente a TaeHyung y se levantó, acercándose a paso lento mientras escrutaba todo su atuendo con interés.

Portaba una camisa perfectamente abotonada y de color blanco, cubierta con un saco negro y liso. Sus pantalones eran del mismo color que su saco y portaba unos mocasines lujosos. Una de sus muñecas portaba los brazaletes que JungKook había notado que usaba con frecuencia y que, de cierta manera, le daban ese toque que terminaba de definirlo.

JungKook pudo ver que tenía el antifaz en la mano, por lo que, una vez estuvo cerca de él, tomó el antifaz sin dejar de conectar miradas y se lo colocó con lentitud, acercándose un poco más hacia él para amarrarlo por detrás de su cabeza. TaeHyung tomó su cintura, viéndolo fijamente y JungKook se encargó de tapar con su cabello la cinta que sostenía el antifaz.

Una vez colocada, observó mejor el rostro del alfa. Su antifaz era de estilo veneciano, rejada, de un color gris plomizo. La apertura de los ojos era de estilo atigrado, haciéndolo lucir más atractivo y sensual.

—Te ves bien —murmuró roncamente el omega, acariciando sus hombros con lentitud.

La mirada de TaeHyung chispeaba al chocar con la del omega. Lentamente desprendió una mano de la cintura ajena y la movió hacia su labio inferior. Hizo presión con levedad para delineárselo y luego bajó ese mismo tacto hacia la barbilla. Se acercó, como si quisiera morder sus labios, pero simplemente susurró guturalmente:

—Vas a ir, ¿cierto?

—Claro, tengo que ir —contestó JungKook, acariciando ampliamente de sus hombros hasta su cuello y viceversa.

—Te veo allá —dijo por última vez, besando húmedamente su mejilla, muy cercanamente a sus labios, para luego distanciarse y retirarse a paso seguro hasta el exterior de la mansión.

Una vez TaeHyung se fue, JungKook se mordió el labio y se volvió a sentar en el sofá, sacando su teléfono antes de comenzar a alistarse. Marcó a uno de sus números más recientes y se colocó el teléfono en la oreja.

—Señor Shin, el tipo va a estar en la fiesta, ¿cierto?

JungKook le había contado lo que había pasado sobre el incidente del hombre que lo intentó asesinar y que ahora había intentado envenenar a JiMin. Shin le había dicho que investigaría de ese hombre, pero claramente JungKook sabía que Shin sabía mucho más de lo que contaba.

Pero eso no importaba, porque en realidad JungKook lo sabía todo...

Los Kim junto con SeokJin ya habían llegado a la fiesta en casa de YoonGi. Había numerosos empresarios y asociados tanto a la empresa Kim como a la empresa Jeon, incluso algunos que estuvieron presentes en la anterior gala en la que se anunció en compromiso de JungKook y NamJoon.

TaeHyung estaba en la misma mesa donde se encontraban su hermano mayor, SeokJin, YoonGi, JiMin y HoSeok.

—¿JungKook no va a venir...? —preguntó JiMin, interesado en verlo para hacerle entender a su mejor amigo que estuvo equivocado en no apoyarlo de buenas a primeras el día anterior. Solo estaba... perturbado.

—Dijo que vendría en un rato —informó SeokJin, incomodándose un poco.

JiMin asintió y volvió a su bebida.

—¿Ustedes creen que...?

Todos en el salón hicieron silencio, observando hacia las puertas de la entrada que se abrían, dejando ver a aquel omega que había hecho revuelo en la gala pasada.

TaeHyung no fue la excepción, y al ver al omega, pudo sentir como una corriente eléctrica recorría su cuerpo de arriba a abajo, deteniéndose específicamente en su entrepierna.

Lucia tremendamente ardiente.

JungKook se había teñido las puntas de su cabello color rojo intenso que caían seductoramente sobre parte de su frente. Vestía una camisa blanca de manga larga semientallada hecha de satén de seda opaca, portadora de un cuello mao sin abotonar. Sobre ella, cargaba un saco negro que era decorado por un bordado de líneas combinado con adornos de lentejuelas pequeñas que estaban esparcidas por todo el bordado. Un cinturón delgado delimitaba su estrecha cintura y sus pantalones stretch formal se ceñían a sus piernas de una manera casi ilegal, dejando resaltar su trasero y muslos gruesos.

El omega se había decidido por una máscara de metal con recubrimiento de oro, portadora de rejillas delicadas que resaltaban el color de su piel. La máscara cubría su frente y la parte superior derecha de su rostro, dejando ver su ojo por una abertura de aspecto delicado, pero atrevido, quedando al descubierto su ojo izquierdo y el resto de su rostro. Sus labios tenían un ligero color rojizo y natural, mientras que sus ojos tenían sombra negra que los resaltaba de una manera seductora.

TaeHyung estaba aguantando las ganas de caminar hacia él y empotrarlo contra la superficie más cercana para hacerlo suyo.

La gente no dudó en empezar a murmurar toda clase de cosas, puesto que ahora JungKook era lo más parecido a un escándalo andante, no tenía pelos en la lengua para expresas sus opiniones.

JungKook saludó a algunas personas, y entre tantas, vio a la misma alfa de labios rosa chillón que había tenido la boca suelta la reunión pasada, y no dudó en guiñarle un ojo y seguir avanzando hasta uno de los mesoneros para tomar una de las copas de champaña que cargaba.

El ahora semi-pelirrojo, se acercó a su mesa sin ningún atisbo de timidez y se paró junto a TaeHyung. Estaban ubicados en una de las mesas de las esquinas del salón, por lo que había más privacidad.

Aquello benefició a TaeHyung, quien no dudó en colocarle una mano en el trasero y dejarla allí mientras actuaban como si nada. JungKook lo miró de reojo ante el atrevimiento, más no se quejó.

Posteriormente, el omega observó los atuendos de los demás.

JiMin traía un conjunto suelto de color blanco impoluto. No portaba camisa debajo, ya que los botones del saco cubrían lo necesario. Las solapas de su traje comunicaban con el cuello del saco y por un lado del atuendo, adherido cerca de la solapa derecha, se encontraba un chandelle de plumas negras y finas. Su antifaz tenia aspecto de ser de porcelana blanca, con adornos de flores negras que sobresalían ligeramente de la estructura del antifaz.

YoonGi, por su parte, vestía todo de negro, usando una camisa común con el primer botón desabrochado. Su saco tenía hecho un bordado de realce en forma de grandes plumas negras. El antifaz era de metal platinado, con unos relieves en forma de espiral.

Pero TaeHyung, a diferencia de los demás presentes, no llevaba nada extravagante, pero de alguna manera que JungKook no conseguía comprender aun, lograba resaltar más que todos.

—Se ven bien —dijo, halagando a los presentes.

—Tú también te ves muy bien —halagó el peligris. JungKook sonrió en agradecimiento, más no era ciego, se notaba la incomodidad en todos los presentes.

Excepto en uno...

—Hola —saludó al omega rubio que estaba al otro lado de TaeHyung.

—Hola, soy HoSeok, Jung HoSeok —correspondió el saludo.

—Jeon JungKook —contestó el omega.

Ambos se quedaron viendo un rato, en el que el omega menor pudo observar su atuendo.

El omega rubio era el único colorido de la gala. Vestía un conjunto totalmente rojo pasión, portando un chaleco con seis botones simétricos que lo cerraban. Tenía puesto un antifaz de estilo veneciano, tenía varios colores: negro, blanco y rojo, separados por un relieve color dorado antiguo.

JungKook alzó ambas cejas, aprobando su vestimenta.

—Me gusta tu traje, eres el único que le pone color a la fiesta —halagó, logrando que los demás presentes lo miraran, queriendo creer que aquello no era una indirecta.

HoSeok sonrió levemente.

Luego de aquello, un silencio incomodo se formó nuevamente. JungKook alzó las cejas y miró a otro lado, carraspeando.

—JungKook —llamó otra voz cercana a él.

JungKook se volteó hacia ella.

—Gracias a Dios... ¡Shin! —dijo aliviado. Se acercó a él, soltándose del agarre de TaeHyung y pasando uno de sus brazos por encima de los hombros del alfa, mientras que Shin posaba su mano sobre la cintura del omega y ambos comenzaban a caminar. TaeHyung quiso saltarle encima a ese hombre por el atrevimiento—. Shin, no sabes todo lo que me ha pasado... —comenzó a contar el omega, siendo escuchando por todos los presentes en la mesa, quienes observaban todo con ojos filosos.

Un nuevo carraspeo más suave se escuchó en la mesa. HoSeok, demasiado incomodo con lo que acababa de pasar, habló.

—Bueno, me voy a beber —dijo rápidamente antes de irse lo más lejos posible.

—No me agrada ese tipo —habló JiMin, viendo a JungKook alejarse del lugar.

—A nadie, ¿sabías que es el mismo que redactó el prenupcial? —habló SeokJin

JiMin lo miró consternado.

—Él me había comentado algo de eso hace tiempo, pero... ¿por qué se está reuniendo tanto con él? Parece como si se conocieran de toda la vida...

—Si JungKook no te lo ha contado, a nosotros menos —habló NamJoon, serio y con un atisbo de amargura en su voz. Le dio un sorbo a su bebida—. Seguramente ese señor fue quien lo metió en el misterioso problema del que tanto habla, desde que está con él, han pasado puras cosas malas...

Todos observaron a JungKook hablar animadamente con Shin en la lejanía, todos viendo la interacción con desconfianza.

JungKook se había separado de Shin hace un rato, y ahora mismo se encontraba cerca de la mesa de comida, tomando algunas uvas, hasta que por sus oídos entró una conversación bastante peculiar.

Cercanos a él, se encontraban dos alfas mayores, bastante concentrados en su conversación como para notar su presencia junto a ellos en la mesa.

—Dentro de pocos días tengo que ir a la reunión de Jeju, tú vas, ¿cierto? —habló la voz de un hombre de aproximadamente unos sesenta años.

¿Eran hombres relacionados con las propiedades de Jeju y Qatar que había encontrado...?

JungKook se dispuso a escuchar mejor, quedándose cerca mientras disimulaba no decidirse por algún aperitivo.

—Sí, así es... —contestó el otro alfa—. ¿Sigue siendo en el mismo lugar de siempre? —inquirió el alfa, queriendo confirmar.

—Si, en el 695-929 de Jeju —asintió el hombre.

JungKook frunció el ceño e intentó memorizar el número. Decidió alejarse para sacar su teléfono y escribir el número en él para no olvidarlo. Una vez terminó, guardó su celular una vez más en uno de los bolsillos de su pantalón y se alejó más del lugar, acercándose hacia uno de los mesoneros que cargaba con champaña para tomar una copa y luego ponerse a conversar con algunas personas del lugar.

Desde a lo lejos, TaeHyung no podía quitarla la mirada de encima al menor. De alguna manera, todos sus movimientos parecían seducirlo y no podía evitar comérselo con la mirada. Apenas intentaba disimilar su descaro bebiendo algo de champaña, pero se forzaba a hacerlo cuando otra persona le dirigía la palabra.

Era una de esas tantas veces en las que tuvo que voltearse hacia la persona que le estaba hablando, dejando de mirar a JungKook por una fracción de segundo, pero al volver a voltearse, notó que la mirada del menor también estaba sobre él.

Ambos conectaron miradas chispeantes, miradas que significaban algo más que una simple conexión de ojos. Los dos comprendieron al instante, por lo que JungKook se tomó de un solo trago su bebida y TaeHyung imitó su acción.

JungKook dejó su copa en una superficie cercana y comenzó a caminar hacia el pasillo sin dejar de mirar a TaeHyung, perdiéndose por el muro de separación. Poco después, TaeHyung hizo lo mismo con su copa y caminó al mismo lugar hasta adentrarse en el pasillo, donde vio que estaba JungKook, apoyado contra una pared.

Solo bastaron un par de miradas entre sus máscaras para que, sin dudarlo, TaeHyung se acercara hacia él, dando zancadas, y JungKook atrapara su rostro con ambas manos, uniendo sus labios. TaeHyung lo empujó hasta estamparlo contra la pared del pasillo, devorando su boca con desesperación.

Su saliva sabía a champaña y de alguna manera, les hacía querer más, probar más. Las lenguas entraron en acción al poco tiempo, tocándose con desesperación. Las manos de TaeHyung pasearon por toda la cintura y cadera del omega, bajando de vez en cuando hacia su trasero. Las manos de JungKook estaban en el cabello ajeno, descendiendo y acariciando desesperadamente hacia su nuca y hombros, para volver a subir a su cabello, jalándolo entre el beso.

—El color rojo te queda bien, te ves malditamente ardiente, Jeon —gruñó TaeHyung contra su boca.

JungKook sonrió entre el beso y sintió como TaeHyung lo tomaban de las caderas y despegaba su espalda de la pared, para comenzar a caminar en dirección hacia la escalera sin dejar de besarse.

Chocaron sus espaldas contra la pared contraria, sin importarles demasiado, puesto que el fogoso beso tenía su atención. Se separaron de la pared para seguir caminando, pero inevitablemente volvieron a chocar, esta vez con la pared frente a las escaleras.

Volvieron a despegar sus espaldas de la pared y TaeHyung cargó a JungKook por los glúteos y ambos subieron escalera arriba, con desesperación.

Una vez arriba, JungKook pudo enganchar sus piernas en las caderas de TaeHyung y tomó su cabello, queriendo intensificar el beso. TaeHyung caminó por el pasillo del piso superior y abrió uno de los primeros cuartos que encontró, cerrando la puerta tras de sí, sin dejar de besar al omega.

JungKook gimió entre el beso cuando el alfa posó sus manos en su trasero, aparentándolo mientras caminaba hacia la cama y en un movimiento, lo tiraba de espaldas en ella.

Las manos de ambos se moviendo con tanta desesperación como sus labios lo hicieron. La excitación era demasiada, por lo que TaeHyung no dudó en comenzar a rozar su entrepierna con la contraria, haciendo que ambos jadearan a gusto.

JungKook dirigió sus manos a la corbata del alfa, jalándola y desatándola con avidez. TaeHyung tenía sus manos en los glúteos de JungKook, disfrutando de la fricción que estaba generando.

El semi-pelirrojo comenzó a desabotonar la camisa de TaeHyung, abriéndola totalmente para luego meter sus manos y tocar todo su pecho. Una batalla de lengua se dio antes de que JungKook invirtiera posiciones, poniéndose a horcajadas sobre él, sentado en el borde de la cama.

JungKook comenzó a besar su pecho, descendiendo lentamente por él hasta agacharse frente a él. Sus besos llegaron hasta la pelvis del alfa y, sin dudarlo, se desabrochó su correa y abrió la cremallera de su pantalón de vestir, dejando a la vista su bóxer con un gran bulto tras él.

Levantó la vista, conectándola con la de TaeHyung, quien lo miraba con lujuria y deseo. JungKook se mordió el labio, emitiendo algo parecido a un gemido.

—Kook... —gruñó TaeHyung guturalmente, a modo de advertencia por lo que estaba a punto de hacer, más solo recibió una sonrisa ladina y llena de lascivia de parte del omega.

JungKook le bajó el pantalón en un movimiento y le dio un apretó a su erección, sacándole un jadeo profundo al alfa.

Acto seguido, el omega se levantó con seducción y empujó lentamente el pecho de TaeHyung hasta que su espalda tocó las sábanas. Volvieron a besarse con fervor y TaeHyung quiso poner sus manos sobre él, pero JungKook se lo impidió, apresando ambos brazos contra la cama. Comenzó a bajar nuevamente sus besos húmedos hasta llegar a la pelvis ajena, donde subió la mirada y luego besó su bóxer, justo encima de su erección.

TaeHyung jadeó y presenció cada lujurioso movimiento que realizaba el omega, incluso, no pudo evitar gruñir extasiado cuando JungKook tomó el elástico de su bóxer con sus dientes, bajándoselo.

Cuando el bóxer estuvo totalmente abajo y su erección salió liberada, JungKook gimió. El omega alzó la mirada excitada hacia el alfa. Tomó su extensión casi sin hacer fuerza, solo para atraerlo hacia su rostro. Poco a poco, con sus miradas conectadas, JungKook fue acercando a su boca hacia él, hasta darle un lengüetazo lento a la punta. TaeHyung jadeó, tirando su cabeza hacia atrás por una fracción de segundo antes de que volviera a observar al omega.

JungKook inició un movimiento rítmico con su lengua, lamiendo gustoso, hasta comenzar a realizar círculos sobre él, jugando morbosamente.

TaeHyung simplemente no podía dejar de observar y jadear con las acciones del omega. La vista era tan placentera que cada vez sentía que se endurecía más, y si a esa vista se le combinaba la gloriosa sensación del sin hueso húmedo, JungKook causaba estragos en él.

JungKook se separó unos instantes, con los labios brillantes debido a la saliva y al líquido preseminal de TaeHyung, y lo miró. JungKook había vuelto a apresar los brazos de TaeHyung por lo que pudo sentir como el alfa intentó moverlos para tocarlo, pero JungKook se lo impidió, riendo para luego volver a tomar la extensión entre una de sus manos y finalmente introdujo la punta en su boca, haciendo que TaeHyung gimiera gravemente y buscará más.

Y JungKook vaya que se lo dio, puesto que succionó, sacándole un alarido lujurioso al mayor.

Se separó unos segundos parar mostrar una sonrisa ladina y luego de volver a repetir la acción varías veces. Introdujo todo lo que pudo a su boca, viendo cómo TaeHyung entreabría su boca y la vena de su cuello se tensaba.

JungKook no dudó en comenzar a moverse con lentitud alrededor de él. Observaba victorioso las reacciones de TaeHyung. Llevó una mano hacia la zona que sus labios no podían tocar y se encargó de darle más placer.

La velocidad tan lenta comenzaba a desesperar a TaeHyung, quien comenzó a mover suavemente las caderas hacia arriba. JungKook, al notarlo, tomó sus caderas con ambas manos y le impidió el movimiento, sacándose momentáneamente la extensión de la boca.

—Si vuelves a intentar algo más, volveré a empezar —habló JungKook, respirando sobre su parte íntima.

TaeHyung gruñó. Dejó caer su espalda en la cama cuando el omega retomó su tarea, cada vez más rápido. Para ese punto, TaeHyung ya gemía profundo, disfrutando de la gloriosa calidez y humedad.

—JungKook, voy a correrme —advirtió el mayor, alzando la cabeza, más JungKook parecía muy concentrado en mirarlo a los ojos a través del antifaz mientras metía y sacaba su miembro de la boca con rapidez que en alejarse. TaeHyung no pudo evitar gemir y tomó el cabello de menor con suavidad, para comenzar a mover su cabeza contra su miembro, sin ser brusco.

Poco faltó para que TaeHyung se dejara ir con un gemido. JungKook no dudó en tragar cada gota, separándose para deshacerse de cualquier rastro excedente en la comisura de sus labios.

TaeHyung veía extasiado al omega, quien tenía el cabello despelucado, las mejillas rojas y los labios brillantes, jadeando. El omega le sonrió de lado y TaeHyung correspondió la sonrisa, pero con letargo por el reciente orgasmo.

JungKook se acercó nuevamente a él y lo besó, usando su lengua, pero luego se separó, pues él también necesitaba aliviar la dolorosa sensación que aún permanecía en sus pantalones.

Se sentó de rodillas en la cama con la respiración agitada, viendo a TaeHyung, quien podía observar la excitación de JungKook.

Con lentitud, JungKook comenzó a acariciar seductoramente su propio cuerpo, delineando su figura con la yema de sus dedos mientras leves jadeos temblorosos salían de su boca. Poco a poco fue descendiendo hasta desabrochar su cinturón e introducir su mano dentro de su pantalón y ropa interior, tocándose.

JungKook gimió y cerró los ojos cuando envolvió su propia parte íntima, comenzando a mover su mano alrededor con una lentitud dolorosamente exquisita. Sus labios estaban entreabiertos y su ceño estaba fruncido, disfrutando del tacto. Le extasiaba aún más que TaeHyung lo estuviera observando como si quisiera comérselo, cosa que lo hizo gemir más sonoramente.

TaeHyung gruñó, sentándose de rodillas en la cama, justo en frente de JungKook y, en un movimiento, le bajó los pantalones y el bóxer, dejando su trasero y su parte íntima al descubierto. JungKook gimió al sentir el aire chocar con sus partes mojadas.

El alfa apegó sus pechos, sus rostros quedando a escasos centímetros de distancia. Sus ojos miraban al omega con hambre, pues JungKook mordía sus labios entre gemidos que comenzaron a ser más continuos.

TaeHyung finalmente se movió, dirigiendo ambas manos al trasero de JungKook, apretujándolo mientras el omega seguía tocándose. Aquello hizo que un gemido agudo saliera de los labios de JungKook, los cuales ahora rozaban entreabiertos con los de TaeHyung mientras seguían observándose intensamente.

Movió una de sus manos, separando su trasero para después, con la mano contraria, dirigir sus dedos a la parte más íntima del omega, acariciándola superficialmente. JungKook gimió entrecortado y cerró los ojos por un instante, pero solo pudo soltar un alarido de placer cuando TaeHyung introdujo uno de sus dedos.

Se miraron a los ojos cuando TaeHyung comenzó a mover su dedo, llevando poco a poco al omega al éxtasis. JungKook ya no podía controlar sus gemidos y menos cuando TaeHyung comenzó a doblar sin miedo su dedo dentro de él, tocando aquel punto que lo hacía gemir fuerte y claro.

TaeHyung sonrió de lado sobre sus labios y añadió otro dedo para seguir martilleándolo. JungKook aumentó el movimiento de su mano, intentando igualar la velocidad que el alfa usaba en él. Sus labios rozando y los numerosos gemidos y jadeos de parte de JungKook, sus miradas chocando... TaeHyung no se podía sentir mejor.

Para cuando un tercer dedo se añadió a la lista, TaeHyung lamió descaradamente los labios entreabiertos de JungKook y este último gimió con fuerza.

No faltó mucho para que JungKook se dejara ir, soltando un fuerte gemido que fue atrapado por los labios del alfa, que lo besó húmedamente. JungKook se desestabilizó, aletargado, por lo que TaeHyung tuvo que sostenerlo entre sus brazos y con cuidado acostarlo en la cama.

Ambos se miraron y sonrieron con las respiraciones agitadas.

—Dios, JungKook, eso fue... —bufó una sonrisa ladina.

JungKook sonrió, aun intentando estabilizar su respiración. Dirigió su mano al pecho descubierto de alfa y lo acarició con parsimonia.

—¿Te he dicho lo sexy que te ves con ese traje y con ese antifaz? —murmuró, mordiendo su labio con una sonrisa pícara.

TaeHyung se carcajeó y lo atrajo nuevamente hacia él, besándolo con pasión.

—Creo que deberíamos volver, los chicos se van a preguntar por nosotros —comentó JungKook una vez el beso terminó.

—Mhm —concordó el alfa.

TaeHyung se levantó para buscar algunas toallas húmedas en el tocador y una vez las encontró, se acercó a JungKook y lo limpió. Lo ayudó a vestirse adecuadamente y luego él hizo lo mismo tiempo después, abotonando su camisa con ayuda de JungKook. Subió su ropa interior, su pantalón y después abrochó su cinturón.

Cuando ya estuvieron como nuevos, con el cabello acomodado, se acostaron boca arriba en la orilla de la cama nuevamente.

—¿TaeHyung? —inquirió musitando el omega.

—¿Sí? —contestó el alfa, mirándolo.

—¿De quién es esta habitación? —preguntó con curiosidad.

TaeHyung frunció el ceño y se levantó sobre sus codos, observando a detalle la habitación. Volvió hacia JungKook, con una expresión divertida en el rostro.

—Es la habitación de YoonGi —dijo y se carcajeó.

JungKook lo miró con asombro y le siguió.

TaeHyung tomó su rostro y se volvió a acercar a él, besando sus labios de forma profunda, pero lenta, disfrutando del sabor dulce de su boca. JungKook tomó el cabello de la nuca de TaeHyung, quien tenía mitad de cuerpo sobre él, y se dejó besar a gusto.

Sin que ambos se percataran, la puerta fue abierta y YoonGi entró junto con JiMin. Parecían bastante fogosos y calientes, puesto que se estaban besando con desespero, tal y como habían entrado los menores hace unos largos minutos.

YoonGi, quien estaba empujando a JiMin hacia adentro, se le ocurrió abrir los ojos. Al hacerlo, vio que, a espaldas de JiMin, específicamente en la cama, se encontraban TaeHyung y JungKook, comiéndose la boca sin haberse percatado de sus presencias.

—¡¿Qué hacen en mi habitación, malditos sucios?! ¡No se atrevan a coger aquí! —exclamó YoonGi, despegándose de los labios de JiMin para verlos, alterado.

JiMin se volteó, desconcertado por el grito del alfa. Al voltearse, pudo ver como JungKook y TaeHyung se estaban separando de un beso. TaeHyung se volteó a la puerta y JungKook se levantó sobre sus codos, ambos jadeantes y con los labios hinchados y enrojecidos.

El peligris abrió los ojos en grande e inhaló aire en sus pulmones para luego pegar un chillido.

—¡Salgan de mi habitación, marranos! —exclamó YoonGi, recibiendo carcajadas contenidas mientras ambos menores se dirigían a la puerta, pasando a un lado de la pareja—. ¡Menos mal que llegamos a tiempo y no hicieron marranerías!

—Discúlpanos, ya te cierro la puerta... —dijo TaeHyung, tomando la perilla mientras contenía una carcajada, su voz inestable a causa de la terrible necesidad de reírse de la situación—. Sigan con lo suyo. —Cerró.

Instantes después, ambos se miraron cómplices.

—Si supieran... —comentó JungKook, haciendo que las risas contenidas se convirtieran en carcajadas de parte de ambos.

Se alejaron paulatinamente de la habitación, descendiendo por las escaleras. JungKook estaba dispuesto a seguir caminando por el pasillo, pero TaeHyung jaló su brazo y tomó su cintura, besando sus labios una última vez antes de separarse y mirarse.

Después, volvieron a la gala.




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