30. Karaoke
Ambos despertaron cuando la puerta fue tocada. TaeHyung hizo una mueca que denotaba sueño y se levantó, abriendo la puerta.
—¡Buenos días! —exclamó SangMin, quien cargaba una bandeja con el desayuno.
TaeHyung inmediatamente la recibió, ayudándola. JungKook bostezó y se frotó los ojos, sentándose y apoyando su espalda en el cabezal de la cama.
—No tenía por qué —dijo TaeHyung, agradeciendo.
TaeHyung comenzó a acercarse a la cama y se sentó, colocando la bandeja en frente de él y JungKook, quien le sonrió a SangMin algo adormilado y comenzó a comer.
—¡Por supuesto que sí! Deben tener mucha hambre —sonrió y se acercó hacia el lado de JungKook, depositando un sonoro beso en su cabeza que le causó una risita a JungKook. SangMin alzó la cabeza hacia TaeHyung—. ¿Cuándo vas a presentarme a tu novio, JungKook? —Alzó una ceja.
El omega se ahogó con el trozo de pan y golpeó su pecho, viéndola como si estuviera loca.
—Soy Kim TaeHyung, mucho gusto —se presentó TaeHyung cortésmente.
JungKook se volteó como la niña del exorcista y lo fulminó con la mirada, mas el alfa simplemente lo ignoró.
—Te conseguiste un novio guapo y atento, Kookie. —Le guiñó un ojo al omega, haciendo que este abriera la boca, consternado. SangMin le dio otro beso en la cabeza—. Bueno, lo dejaré solos, buen provecho —se rio ella antes de salir nuevamente por la puerta.
La cara de JungKook era tan roja como un tomate. Se volteó rápidamente hacia TaeHyung y le dio un manotazo en el hombro.
—¡¿Por qué no lo negaste?! —recriminó, abochornado.
—Tú tampoco lo hiciste —dijo como si nada, metiéndose un pedazo de pan a la boca.
—¡Pues porque casi me ahogo con un pan! —exclamó.
TaeHyung rio y lo ignoró, siguiendo con la comida. JungKook refunfuñó y, al final, terminó por hacer lo mismo y comer. Pasaron algunos minutos, en el que se formó un silencio cómodo, pero JungKook se sobresaltó cuando TaeHyung se levantó de la cama en un salto energético.
—Vamos. —Recogió la bandeja y básicamente jaló a JungKook, sacándolo de la cama—. Tenemos que irnos.
—¿Qué? ¿Por qué? Me quiero quedar —se quejó, siendo arrastrado de igual manera.
—No, no, nos vamos —dictaminó con entusiasmo—. Entra, después voy yo —dijo, metiéndolo al baño y después cerrando la puerta.
JungKook bufó, divertido y se cepilló los dientes y arregló un poco su cabello antes de salir. TaeHyung hizo lo mismo cuando salió.
Ahora TaeHyung había vuelto a arrastrar a JungKook, bajando las escaleras mientras lo llevaba de la mano y dejó la bandeja sobre uno de los mesones de la cocina.
SangMin, quien estaba allí, los vio con curiosidad, y solo entonces, TaeHyung soltó a JungKook, quien caminó hacia SangMin y la abrazó.
—Ya nos vamos —informó el omega, depositando un beso en la mejilla de SangMin.
—Venme a visitar más seguido —dijo SangMin con una sonrisa cuando el abrazo se terminó.
JungKook asintió, sonriendo.
Poco después, TaeHyung se paró junto a JungKook.
—Muchas gracias, un gusto conocerla —sonrió TaeHyung.
—¡Ay, pero qué lindo! —se maravilló SangMin, acercándose para apretarle las mejillas. JungKook contuvo una carcajada cuando TaeHyung lo miró, teniendo las mejillas tomadas por la mayor—. Cuida mucho a mi Kookie —pidió.
El rostro de JungKook cambio, a una expresión que TaeHyung no supo definir, pero luego sus mejillas se colorearon.
—SangMin, él no es-
—Lo haré, señora —dijo TaeHyung con firmeza, interrumpiendo a JungKook, quien se le quedó viendo indescifrable. La mayor le soltó las mejillas y sonrió suavemente.
—Bien, ahora shu, shu, tengo cosas que hacer —dijo con gracia SangMin, empujándolos hacia la salida.
Ambos rieron cuando la beta cerró la puerta y se miraron por un momento, pero el contacto fue roto por JungKook que tragó.
—Vamos al auto —habló él, comenzando a caminar hacia el auto.
Fue seguido por TaeHyung luego de los instantes donde lo vio caminar. Una vez en el auto, el alfa arrancó.
—¿A dónde vamos? —preguntó el omega, curioso.
—Ya verás —se limitó a responder TaeHyung con tranquilidad.
Pasaron alrededor de quince minutos cuando el auto se detuvo y JungKook, quien estaba perdido en sus pensamientos, vio por la ventana. TaeHyung se bajó del auto y le abrió la puerta, dejando que JungKook saliera. JungKook observó hacia arriba, donde se encontraba un gran cartel.
—¿Un karaoke...? —preguntó JungKook, algo sorprendido. Bajó la mirada hacia el alfa que cerraba el auto.
—Ujum —afirmó TaeHyung.
Caminaron al interior del establecimiento. TaeHyung fue el que ordenó la cabina de karaoke, mientras que JungKook observaba a su alrededor, curioso. Hace años que no venía a un karaoke.
El alfa agradeció una vez le indicaron la cabina correspondiente y tomó la mano de JungKook para arrastrarlo al interior de la misma. Apenas cerró la puerta tras de sí, tomó el rostro de JungKook entre sus manos y juntó sus labios en un beso movido que por poco le saca un sonido de sorpresa a JungKook.
TaeHyung sonrió ladino entre el beso, complacido con la reacción del omega ante su tacto. Atrapó sus caderas para tener más control sobre él. JungKook se dejó llevar como si fuera la primera vez y enroscó sus brazos en el cuello del alfa, inclinando su cabeza hacia un lado para que la cercanía fuera menor.
En poco tiempo, TaeHyung ya tenía control total sobre el beso. Lo arrastró por la cabina, sus cabezas moviéndose de un lado a otro, pero ambos se espantaron cuando JungKook chocó contra la pared, pues su cuerpo activó el control de selección y una canción comenzó a reproducirse a todo volumen.
Separaron sus labios y abrieron los ojos. Al entender la situación, ambos rieron sin cambiar de posición y TaeHyung volvió a besar los labios de JungKook, para luego separarse y soltarle, tomando el control y desactivando la canción.
—¿Qué quieres cantar? —le preguntó TaeHyung, pasando de canción en canción.
—Cual sea —se limitó a responder.
—Bien... —Se detuvo en una—. Podré esta.
JungKook asintió.
A Daily Song de Hwang ChiYeul.
Ambos tomando sus micrófonos, y automáticamente después de que la melodía comenzó, JungKook puso cara de sufrimiento sobre actuado y miró a TaeHyung, haciéndolo reír. El primero en cantar fue TaeHyung, y la reacción de JungKook fue poner cara de sufrimiento extremo y deslizarse por la pared, dramatizando todo. TaeHyung lo vio y tuvo que hacer fuerza mental para no reírse o desafinar.
Al rato, JungKook se levantó siguiendo con su parte de la canción. Intentaba concentrarse en cantar, pero se le complicó cuando TaeHyung se le acercó por detrás, tomando sus caderas y moviéndolas de un lado a otro, lenta y sensualmente.
El alfa apegó su boca en la oreja de JungKook, donde mordió el lóbulo con sutileza, ocasionando que la voz de JungKook flaqueara, pero el omega logró recomponerse pronto. TaeHyung sonrió ladinamente.
Movió una mano más de la cuenta, dándole un apretón a su trasero. La reacción de JungKook fue jadear y automáticamente taparse la boca, puesto que el jadeo se había intensificado por el eco del micrófono. TaeHyung se carcajeó y JungKook le pegó un manotazo en el brazo. El alfa, acto seguido, comenzó a cantar su parte.
JungKook se dio la vuelta y colocó las manos sobre sus hombros, moviéndose de un lado a otro, bailándole y seduciéndole. TaeHyung observaba al omega frente a él con fijeza, sintiendo como las manos de JungKook acariciaban sus hombros, bajando hasta el pecho y volviendo a subir.
Fue el turno de JungKook, por lo que tomó mejor el micrófono y comenzó a cantar, viendo a TaeHyung, sin detener sus movimientos sensuales de cadera. TaeHyung tomó sus caderas para ayudar a los movimientos y pegó a JungKook totalmente hacia él, haciendo que sus cuerpos rozaran con cada vaivén. JungKook abrazó los hombros de TaeHyung, pegando sus pechos mientras se mecían y él seguía cantando. La canción ya estaba llegando a su fin, por lo que JungKook quitó su micrófono y susurró la última frase de la canción, haciendo que todo el cuerpo de TaeHyung se estremeciera.
JungKook le devolvió el beso en el lóbulo de su oreja y fue descendiendo una seguidilla de ellos hasta llegar a su cuello, donde se esmeró.
TaeHyung jadeó guturalmente y con suavidad tomó los dos micrófonos entre sus manos y caminó con el omega para colocarlos en la mesa, JungKook no se despegó de su cuello. TaeHyung afincó sus dedos en la cadera ajena y el omega se separó lentamente para mirarlo a los ojos, con las manos en los hombros y los labios hinchados por los besos que le regaló.
—Cantas muy bien... —murmuró JungKook acercándose suavemente hacia TaeHyung—. Pero me gusta más cuando gimes —dijo, casi ronroneando sobre sus labios.
TaeHyung gruñó y llevó una de sus manos a la barbilla de JungKook, sosteniéndola con dos de sus dedos mientras ambos se venían con miradas chispeantes. Lo fue empujando hasta que JungKook quedó acorralado contra la pared. En ese momento, con sus cuerpos fogosos, se acercó lentamente hacia la boca del omega hasta que sus labios rozaron y las ganas los estaban consumiendo.
Pero el repique de un teléfono los desenfrascó de su momento. JungKook se separó, pero TaeHyung volvió a apresarlo, haciendo que sus pechos se pegaran mientras sacaba el teléfono de su bolsillo y atendía.
—¿Sí? —dijo TaeHyung al llevarse el teléfono a la oreja.
JungKook depositó su barbilla en el hombro de TaeHyung y achicó los ojos, escuchando lo que decían tras la línea.
—Tengo algo que te interesaría saber... —habló un hombre con voz ronca. JungKook frunció el ceño y ladeó un poco la cabeza, notando que era un teléfono algo diferente al que recordaba que tenía TaeHyung. El alfa frunció el ceño ante las palabras del hombre—. Pero tiene que venir usted mismo.
—Envíame la dirección por mensaje, iré para allá —contestó TaeHyung, trancando después. JungKook levantó su cabeza del hombro de TaeHyung, quien lo miró una vez guardó su teléfono nuevamente en uno de sus bolsillos—. Te dejaré en la mansión.
JungKook asintió y TaeHyung besó sus labios antes de finalmente soltarlo.
TaeHyung tamborileaba ansioso el volante mientras conducía, no prestando atención a nada más que la carretera. Pasaron algunos minutos de silencio y JungKook aprovechó para sacar su teléfono y apretar en "llamar".
Al instante, un repique sonó. TaeHyung frunció el ceño y metió la mano en su bolsillo, sacando su celular. JungKook tuvo tiempo suficiente para escrutar su teléfono.
No era el mismo que sacó en el karaoke.
TaeHyung vio el remitente con el ceño fruncido y se lo mostró a JungKook con una ceja alzada. JungKook se hizo el sorprendido y revisó su celular.
—Lo siento, me equivoqué —dijo, cortando la llamada.
TaeHyung volvió a guardar su teléfono, mirando algo extraño a JungKook, pero volviendo a prestar atención a la carretera. Pasaron unos minutos hasta llegar a la mansión, donde TaeHyung se detuvo en la entrada.
—Te dejo aquí porque estoy apurado —dijo TaeHyung, quitándole el seguro a la puerta.
JungKook asintió y salió del auto, viendo como después de cerrar la puerta, TaeHyung arrancó.
Ni siquiera se dio cuenta que JungKook había dejado su teléfono en su auto.
JungKook alzó una ceja y sonrió ladinamente, dirigiéndose a la mansión, entrando con cuidado, lo que menos quería era ser visto. Subió las escaleras y tomó su IPad, bajando nuevamente y, tomando una de las llaves que había, salió de la mansión y se subió a uno de los autos.
Encendió el motor y activó la opción de "Buscar IPhone".
Lo seguiría.
Una vez localizado, arrancó, dirigiéndose al mismo lugar que TaeHyung.
Averiguaría con quién se reuniría el alfa.
Una calle antes de llegar al lugar, se estacionó y se bajó del auto, caminando lo que restaba de distancia para no levantar ningún tipo de sospecha. Se detuvo en el otro lado de la acera, justo detrás de unas plantas podadas lo suficientemente grandes como para no ser visto desde adentro. Se trataba de una cafetería.
Vio que el auto de TaeHyung estaba estacionado afuera del lugar, pero también vio otro auto bastante conocido.
Alzó una ceja.
—¿Tú que haces aquí? —murmuró para sí mismo.
Casi un instante después, por la puerta de la cafetería salió el Sr. Shin, acompañado de un hombre que vestía una chaqueta negra con capucha. Shin parecía ofuscado.
JungKook se asomó un poco más, queriendo identificar a aquella persona, y cuando ésta se descubrió un poco la cara, alzó ambas cejas.
Se trataba de la misma persona que intentó apuñalarlo.
Observó como Shin parecía querer dirigirlo a un lugar, un callejón específicamente.
Antes de moverse a la siguiente planta podada, observó como TaeHyung y otro hombre caucásico observaban todo desde dentro de la cafetería, la cual tenía todas las paredes de vidrio.
Cambió su punto de visión nuevamente hacia Shin, quien había llegado a un lugar más apartado de la cafetería, un callejón. Shin lo empujó contra la pared, parecía estar gritándole cosas.
Vio como TaeHyung y el hombre salían de la cafetería, hablando.
No, más bien simulando hablar.
Pudo notar como ambos, de vez en cuando, miraban en dirección al callejón.
JungKook sonrió de lado, negando con la cabeza y miró hacia donde estaban Shin y el hombre.
—Estás haciendo que crean que tú lo hiciste... —exhaló una risa, sin dejar de mirar a Shin desde la lejanía.
—Sabía que no era de fiar, ¿quién era ese tipo con el que estaba peleando? ¿Un subordinado? —inquirió TaeHyung con el ceño fruncido.
Ya Shin se había ido, solamente quedaban ellos, quienes habían vuelto a entrar a la cafetería.
—No saque conclusiones tan apresuradas —dijo Black—. Lo que sí está claro, es que aquel hombre hizo algo que no le agradó a Shin Hwan. Investigaré mejor el asunto —dijo antes de levantarse de la mesa.
TaeHyung se quedó pensando en el asunto una vez Black salió del establecimiento.
Pero algo que ya tenía claro: no podía confiar en Shin.
JungKook volvió a la mansión después de aquello, pero no se esperó encontrarse con que en la sala estuvieran NamJoon, SeokJin, YoonGi y JiMin.
Cuando lo vieron entrar, los cuatro se levantaron, pero JiMin fue el único en básicamente correr hacia el omega. Lo primero que hizo, fue tomar la mano de JungKook para verificar como estaba.
—¡Dios, JungKook! ¿Por qué te fuiste así? —preguntó con preocupación y comenzó a atiborrarlo de preguntas—. ¿Dónde pasaste la noche? ¿Quién te vendó? ¿Por qué llegaste tan alterado a mi casa? ¿Estás bien? ¿Cómo te hiciste la herida?
—Estoy bien, pasé la noche en mi antigua casa, con SangMin, y respecto a quien me vendó...
—Fui yo —interrumpió una voz gruesa que todos conocían.
TaeHyung entró por el umbral, sin siquiera saludar, y se acercó a JungKook, tomando su mano para revisarla.
—Estoy bien —le aseguró JungKook, mirándolo, y solo entonces, TaeHyung soltó su mano.
—¿Por qué no llamaste? Nos tenías preocupados —dijo NamJoon, serio.
JiMin intentó volver a tomarle la mano, pero JungKook se zafó de su agarre y dio dos pasos lejos de él, desconcertando al peligris.
—No puedes estar aquí —habló JungKook, JiMin lo miró sin comprender.
—¿Qué estás diciendo? —preguntó YoonGi con el ceño fruncido—. JiMin estuvo preocupado toda la noche y parte del día, ¿qué te pasa? —preguntó ofuscándose, más JiMin le puso una mano en el pecho, intentando calmarlo.
—Te dije que no puedes estar conmigo —dijo JungKook, sin dejar de mirar a JiMin e ignorando a YoonGi.
JiMin bufó una risa.
—¿Qué bicho te picó? ¡Estuve todo el día preocupado por ti, JungKook! No puedes venirme con esto ahora.
JungKook negó varias veces y se dio la vuelta, queriendo encaminarse hacia el piso de arriba, pero JiMin lo detuvo, vociferando.
—¡¿Qué te pasa?! —Se acercó a JungKook, dando zancadas hasta detenerse frente a él—. ¡¿Qué te pasa, JungKook?! ¡No sé qué mierda te está pasando! ¡Necesitas ayuda!
JungKook permaneció serio.
—Te voy a pedir que por favor te vayas —dijo mordaz.
—JungKook —dijo SeokJin a modo de reproche.
JiMin se puso rojo de la cólera.
—¡No me voy a ir de esta casa hasta que me expliques que te pasa!
JungKook enfureció.
—¡¿Quieres que te diga que mierda sucede?! —Dio un paso más hacia él—. ¡Mi padre mandó a que te mataran!
Todos los presentes lo miraron, incrédulos.
—¡¿Qué?! —exclamó JiMin, con los ojos abiertos en grande y el ceño fruncido.
—¡¿Qué mierda estás diciendo?! —vociferó YoonGi, deteniéndose junto a JiMin.
NamJoon dio un paso al frente, consternado.
—Explícanos eso —exigió, rígido.
JungKook rugió de frustración y lo miró.
—¡Ayer, cuando venía para acá, un tipo intentó apuñalarme! Lo detuve. —Alzó la mano herida, molesto—. ¡El hombre me dijo que mi padre me enviaba putos saludos y luego me dijo que iban a hacerle daño a JiMin!
—¡¿Por qué me van a querer dañar?! —gritó el peligris, entre asustado y alterado—. ¡¿Qué tengo que ver yo con el problema en el que te metiste?!
—¡Me quieren hacer daño a mí, quieren que sufra hasta volverme loco! —vociferó JungKook. Su cara estaba roja y su cabeza dolía a horrores—. ¡Ya intentaron matarme, ahora van por ti! ¡¿Qué más quieres para alejarte de mí?!
—No me voy a alejar de ti —sentenció JiMin, suavizando la expresión. JungKook lo miró agotado—. Aún no lo entiendes, ¿verdad? Eres mi mejor amigo, ¿cómo crees que me voy a alejar de ti así como así? —Se acercó a JungKook, tomando una de sus manos y envolviéndola en las propias.
—No intentes alejarnos, porque no funcionará —habló SeokJin.
JungKook los miró a todos, frustrado, y se dejó caer en el sofá, pasándose la mano por la cara.
—Qué difícil es tratar con ustedes...
JiMin no tardó en acercarse y posicionarse tras el sofá para abrazarlo.
—Lo siento mucho, no sabía por lo que estabas pasando —dijo JiMin con suavidad y luego palmeó sus hombros—. Ven, vamos todos a almorzar en algún restaurante —sonrió.
—Sí, vamos a ir para despejarte un poco —añadió NamJoon, comenzando a caminar hacia la entrada.
—Vamos —animó SeokJin, caminando hacia NamJoon.
TaeHyung fue el único en quedar en el salón también. El alfa lo miró y le hizo un gesto con la cabeza, indicándole la salida. Después, TaeHyung también salió.
JungKook soltó un largo suspiro.
Al parecer no le quedaba otra opción.
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