19. El desastroso y el desastre

TaeHyung se estaba sentando en su cama cuando un celular sonó. Sacó el suyo del bolsillo de su pantalón, pero frunció el ceño al darse cuenta de que no era ese el que sonaba. Sacó el otro celular, el que le había dado el Sr. Black para comunicarse con él.

Era ese.

Contestó y se lo llevó a la oreja.

—¿Señor Black?

—Le tengo información que creo que es importante que sepa —habló el alfa caucásico—. Se ha visto a su padre y a Jeon MinSoo en Busan, realizando varias reuniones e inspecciones en la sucursal de allá y tienen un vuelo programado hacia Daegu para el próximo fin de semana. Por ahora no han presentado ningún movimiento que pueda presentarse como sospechoso.

—Bien, ¿Tienes algo más? —preguntó el castaño.

—Ya tengo información sobre el hijo de Jeon MinSoo, Jeon JungKook —agregó el investigador.

TaeHyung se sentó mejor en la cama. El alfa castaño le había pedido hace unos días que investigara a JungKook también.

—¿Qué consiguió? —preguntó, algo ansioso.

—Es un estudiante de derecho en la UNS, becado. Tiene un historial psicológico desde los diez años.

—¿Psicológico? —TaeHyung frunció el ceño.

—Así es, según lo que pude averiguar, tiene una especie de estrés postraumático causado por la muerte de su madre cuando tenía seis años.

TaeHyung se comenzó a sentir mal.

—¿Y sobre la empresa Jeon? ¿JungKook tiene alguna relación con ella?

—A eso iba. Estuve investigando con un contacto y descubrimos que Jeon MinSoo no tienen ningún interés de dejarle un lugar o cargo en la empresa. Según mis fuentes, la relación entre JungKook y MinSoo es nula —finalizó.

A TaeHyung se le oprimió el pecho.

—Muchas gracias, sígame informando...

—Hasta luego —el Sr. Black trancó.

TaeHyung dejó caer lentamente su brazo en la cama, soltando el teléfono en ella. Se levantó se subió en la cama, acostándose en ella boca arriba.

—Eres una mierda... —se dijo a sí mismo.

Le dijo tanta mierda al omega y, en algún punto pensó que no importaba, pues a JungKook parecía no afectarle tanto. Pero si lo hacía.

Recordaba sus palabras como si se las hubieran escrito con un puñal en el pecho:

«—No te entiendo... ¿Por qué viniste? Pensé que no querías verme nunca más, pensé que era un falso, aprovechado y hasta incluso un prostituto»

Sí le importó cada cosa que le dijo, sí le afectaron sus palabras.

«—Quiero pensar que me dices todo eso porque quieres proteger a tu familia y no porque de verdad tengas algo contra mí. No sé por qué me importa tanto lo que pienses de mí, de todas formas...»

Lo había lastimado.

Había juzgado sin conocer. No una, sino dos veces. ¿Podía ser más imbécil?

Intentó conciliar el sueño, pero la culpa seguía martilleando su pecho sin cesar. Dio varias vueltas en la cama, esperando que fuera la posición lo que no le dejaba dormir, pero él sabía que no era eso. Sin meditarlo mucho más, se levantó de golpe y salió de su habitación, caminando algunos pasos por el pasillo hasta llegar frente a la puerta de la habitación de JungKook, que estaba junto a la suya.

Al otro lado se escuchaban las risas escandalosas de SeokJin y las risueñas de JiMin. JungKook estaba riéndose también, y no por él. Se le volvió a oprimir el pecho y levantó la mano para tocar la puerta, pero en ese momento, SeokJin la abrió entre risas.

Los tres omegas se quedaron callados, mirando con curiosidad a TaeHyung, pero TaeHyung solo observaba a JungKook, quien lo venía con sus ojos grandes y curiosos.

SeokJin vio la situación y le hizo señas a JiMin para que saliera con él.

—Oh —musitó JiMin, mirando a SeokJin para luego mirar a JungKook y sonreírle—. Nos hablamos después, JungKookie.

—Trátalo bien —le advirtió SeokJin a TaeHyung en un susurro casi amenazante.

TaeHyung tragó y asintió.

—Adiós —se despidió JungKook con una sonrisa, viendo como los dos omegas salían rápidamente de la habitación, dejándolos solos.

TaeHyung entró a la habitación y cerró la puerta tras de sí. JungKook, quien estaba sentando, apoyándose en el cabezal de la cama, observó cada una de las cuidadosas acciones del alfa con curiosidad.

—¿Cómo te sientes? —preguntó TaeHyung.

—Mucho mejor —respondió él, acomodándose un poco—. ¿Pasó algo? ¿Por qué volviste?

El alfa pensó en si era debía decir lo que tenía en mente o no. Iba en contra de sus principios orgullosos, pero esta vez sentía la necesidad de hacerlo. Suspiró frustrado consigo mismo y se sentó en la cama.

—Escucha, lamento haberte dicho todas las cosas que te dije —se disculpó él—. No pienso eso de ti, es lo que.... —Suspiró—. No confío en su padre.

—Jeon MinSoo —corrigió el omega.

—No confió en Jeon MinSoo —aclaró TaeHyung—. Pensé erróneamente que, al ser tu padre, serías igual o parecido a él.

—Parecido quizá, igual jamás —respondió JungKook.

TaeHyung, algo desconcertado, se le quedó mirando. JungKook estiró una lánguida sonrisa de picardía y palmeó la cama a su lado. TaeHyung se arrimó lo suficiente para subirse a la cama y quedar a la par.

—Muchas personas piensan que soy un estúpido que se deja pisotear por su padre —comenzó a decir el omega, atreviéndose a acariciar suavemente el pecho ajeno apenas con su dedo índice. Intercaló su mirada entre dicho lugar y los ojos almendrados del alfa junto a él, sin vergüenza—. Otros piensan que soy una copia exacta de él... Pero la verdad, yo siento que soy ambas cosas. Siento que tengo la misma habilidad para engañar y hacerles pensar a los demás que soy algo que no soy, alguien que se deja lastimar, débil, alguien que no tiene el coraje suficiente para enfrentar sus problemas. —Miró fijamente al alfa, que lo miraba de igual forma—. Sé exactamente lo que estoy haciendo, TaeHyung.

Los ojos del alfa chispearon, todavía sintiendo las caricias del omega que no amagaban detenerse.

—Quiero librarme de mi padre, quiero que sienta lo que yo sentí por tantos años —continuó JungKook en un murmullo—. Por eso voy a hacer todo lo que esté en mis manos para acabar con todo esto. Mi padre no ganará, eso te lo aseguro, TaeHyung.

Detuvo las caricias para posar su palma completa sobre el pecho de TaeHyung.

—No eres nada de lo que pensaba, JungKook —sonrió de lado TaeHyung, seguido por el omega.

—¿Y cómo crees que soy ahora? —murmuró roncamente.

—Eres mucho más inteligente de lo que pensé —dijo, bajando el tono de su voz cuando el omega retomó sus caricias con la palma, descendiendo con lentitud por su pecho—. Eres perseverante, no te rindes con nada y pareciera que siempre tuvieras la fuerza de voluntad para lograr todo lo que quieras, sin importar todo lo que se te venga encima...

JungKook continuó bajando y la voz de TaeHyung comenzó a volverse más gutural.

—Eres observador, YoonGi me comentó que lo descubriste escondido detrás de la pared.

Ambos rieron, más JungKook continuó bajando por su pecho. Su mano, para es entonces, ya estaba a la altura de su pelvis y no parecía tener intenciones de detenerse. Los ojos de TaeHyung se oscurecieron en lujuria.

—Y eres un maldito omega tentador —gruñó con voz ronca y, en un movimiento, empujó a JungKook hasta que la espalda del omega estuvo sobre la cama y él estuvo sobre su cuerpo curvilíneo.

Entre sus piernas, TaeHyung se sostenía con los brazos a cada lado de la cabeza del omega, con los ojos fijos en los ajenos. Chispeaban entre sí.

JungKook dejó ir una risa seductora y colocó su mano sobre el pecho del alfa.

—Te dije que eras tú el que estaba jugando con fuego —susurró JungKook lentamente, mordiendo su labio inferior antes de empujar al alfa para que cayera sobre su espalda sobre el colchón.

Acto seguido, subió a horcajadas sobre él.

TaeHyung lo miró desde abajo con la vista oscurecida y lo tomó de la cadera, empujándolo hacia sí para que el pecho del omega acabara sobre el suyo y su oreja quedaba a su disposición para susurrarle:

—Ambos lo estamos —secundó TaeHyung en voz ronca y, tentativamente, bajó sus manos hasta el trasero de JungKook.

Cuando apretó, JungKook jadeó sobre su oído y arqueó la espalda. Rio lujuriosamente y se quitó de encima, no sin antes frotar su mano en la erección del alfa sobre su pantalón.

—Te dije que conmigo no tendrías las cosas tan fáciles, Kim TaeHyung —moduló el omega, sabiendo que el alfa estaba más que acalorado. Aun así, JungKook se puso de pie y sonrió—. ¿Tienes hambre? Porque yo sí.

TaeHyung le sonrió lascivamente, como un cómplice. En efecto, tenía hambre, pero no precisamente de comida.

JungKook rio, entendiendo su expresión, y salió de la habitación, agitando las caderas. Y la vista de TaeHyung fue a parar directamente a su trasero, humedeciéndose el labio inferior con una sonrisa ladina.

JungKook despertó al día siguiente y decidió bajar a desayunar, puesto que ya se sentía notablemente mejor que la noche anterior. En todo sentido, se sentía bien. Quizá aquella disculpa había tenido algo que ver...

Al entrar a la cocina, se topó con SeokJin, quien estaba terminando de hacer el desayuno.

—Buenos días —saludó JungKook, sentándose en una de las sillas de la mesa.

—Buenos días —correspondió el omega mayor—. Te ves mejor, más alegre —comentó, sonriendo suavemente.

—Lo estoy, me siento mucho mejor —sonrió de vuelta.

Poco después, por la puerta llegaron los hermanos Kim. NamJoon se ubicó en una de las cabezas de la mesa, mientras que TaeHyung hizo lo mismo junto a JungKook.

Luego entraron JiMin y YoonGi y se ubicaron en las sillas libres, uno junto al otro. Ambos obtuvieron la mirada extrañaba de JungKook.

—Hola —saludaron ambos, casi en sintonía.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó JungKook, curioso.

—No queríamos salir de noche así que nos quedamos —respondió JiMin—. Además, no tuvimos tiempo de felicitarte por tu genial presentación —sonrió en grande.

—JungKook, yo también quiero felicitarte, estuviste increíble, realmente se te da bien la pintura —habló NamJoon por todos—. También me gustaría disculparme por lo que pasó el otro día...

SeokJin se acercó a la mesa y sirvió el desayuno, para luego sentarse en la mesa, cerca de NamJoon.

—No debí tratarlos como niños, ustedes son lo suficientemente grandes como para ser tratados como adultos —continuó NamJoon, intercalando su vista entre ambos omegas—. Me preocupé de más... —Se quedó mirando a SeokJin, quien poco después cortó la conexión de miradas para comenzar a comer.

—No te preocupes —tranquilizó JungKook, con una suave sonrisa.

—Ahora espero que mi hermano también se disculpe —añadió NamJoon, mirando a TaeHyung.

—Ya lo hizo ayer por la noche, cuando lo fue a visitar a su cuarto —informó JiMin con una sonrisa traviesa y SeokJin soltó una risita.

NamJoon y YoonGi abrieron los ojos, sorprendidos por la información. «¿TaeHyung disculpándose?», pensaron al mismo tiempo. Eso definitivamente era nuevo.

JungKook fulminó a JiMin con la mirada por unos segundos, antes de suavizarla para hablar.

—Una linda manera de disculparse —musitó el omega, comenzando a comer su desayuno.

—Y él una linda manera de disculparme... —continuó TaeHyung, dándole un sorbo a su café.

Todos los presentes se miraron entre todos, para luego mirar al dúo. NamJoon puso una cara rara, de duda y extrañeza, y levantó su café para darle un sorbo.

—¡JiMin! ¿Entonces tú trabajas con YoonGi? —preguntó NamJoon, cambiando el tema.

—Así es —dijo con orgullo, inflando ligeramente su pecho.

—Eso es genial, ¿desde cuándo se conocen? —preguntó SeokJin, mientras alzaba su café para darle un sorbo.

La cara de JiMin se iluminó y se acomodó en su silla, emocionado por contar su relato.

—Bueno, nos conocimos hace unos meses en una cafetería que quedaba cerca de nuestras casas, hicimos conexión y decidimos seguir viéndonos. Lo más sorprendente fue que cuando fui a mi primer día de trabajo, se trataba del CEO de la compañía y...

JungKook estaba atento al relato de su mejor amigo, pero dejó de escuchar cuando sintió la mano de TaeHyung posicionarse en su muslo por debajo de la mesa. Se tensó y colocó su mano sobre la de TaeHyung, buscando que la quitara, pero a cambio, el alfa le dio un apretón, haciendo que JungKook diera un respingo.

—¿Estás bien? —le preguntó SeokJin a JungKook, quien abrió la boca, intentando encontrar una excusa rápida, pero TaeHyung se le adelantó.

—Parece que tiene hipo —respondió como si nada y le dio otro apretón, causando que JungKook tuviera la misma reacción.

—Sírvete algo de agua —le aconsejó YoonGi.

JungKook asintió ligeramente abochornado e intentó alcanzar la jarra de agua. Sin embargo, esta estaba muy lejos, por lo que tuvo que levantarse un poco de la silla para agarrar la jarra y servirse. Pero no se esperaba que justo cuando se estaba sirviendo, TaeHyung le diera un apretón en la parte trasera de su muslo, haciendo que diera un respingo y derramara bastante agua sobre la mesa, cortando toda conversación existente.

Todos miraron el desastre y al desastroso con extrañeza, pero TaeHyung estaba apretando los labios en una línea para contener las carcajadas. JungKook se volteó casi como la niña de exorcista para mirarlo con mala cara.

JiMin agarró el vaso de JungKook y le sirvió agua.

—Toma. —Le extendió el vaso para ayudarlo a salir de la vergüenza.

JungKook se volvió a sentar con la respiración ligeramente acelerada y tomó el vaso, negándose a conectar miradas con alguno de los presentes que tenían la vista sobre él.

—Gracias —dijo JungKook, agitado. Bebió un buen trago del líquido para intentar que el calor de sus mejillas se fuera.

Todos olvidaron el incidente poco después y siguieron comiendo. El desayuno hubiera seguido normal para JungKook si no fuera porque la mano de TaeHyung no había dejado de acariciar su muslo. JungKook ya estaba acalorado y sentía como su pantalón comenzaba a apretar. Al poco tiempo, todos estaban terminando sus platos, siendo TaeHyung el primero. El alfa permanecía tranquilo mientras acariciaba su muslo, hasta que movió un poco la mano y le dio un fuerte apretón a su entrepierna antes de levantarse de la silla.

JungKook jadeó bastante por aquello.

Todos miraron a JungKook, quien maldijo internamente, con el calor acumulado en las mejillas y en su parte baja. JungKook miró a TaeHyung, notando la sonrisita llena de sorna del alfa, quien a los segundos se fue.

Los presentes comenzaron a levantarse de sus asientos al terminar de comer, pero JungKook no podía hacerlo porque tenía un problema en su entrepierna bastante notorio.

—¿No te vas a levantar? —le preguntó NamJoon al notar como el omega continuaba sentando, viendo su plato vacío.

—No, no, no, no, me quedaré aquí un rato —sonrió forzosamente y NamJoon se le quedó viendo, por lo que JungKook tuvo que buscar rápidamente una excusa. Vio la cesta de panes—. ¡Quiero más pan! —exclamó nervioso, riéndose después de tomar uno.

NamJoon lo miró raro y moduló un "ok", mientras ponía una cara extrañada.

—Bueno, JiMin nos invitó a salir a los tres, me voy a arreglar —dijo felizmente SeokJin—. Te toca lavar —musitó, trotando hacia su habitación.

Al rato, todos se fueron de la cocina y él pudo respirar tranquilamente, dejando el pan en el plato para intentar calmar la respiración, intentando que su problema bajara. Cuando finalmente lo logró, se levantó y tomó los platos sucios, se colocó los guantes para lavar y abrió la manilla.

Sin embargo, en medio de su travesía de lavado, escuchó unos pasos aproximarse. No les prestó mucha atención en un principio, pero dio un respingo cuando esa persona se apegó a su cuerpo desde atrás y lo tomó de las caderas. Sintió la respiración de alfa con aroma a menta y tierra mojada cepillarle la zona detrás de su oreja.

—Eso te pasa por dejarme así ayer —murmuró con voz ronca TaeHyung.

El alfa movilizó su mano para darle una nalgada suave y después un beso en el lóbulo de su oreja. JungKook jadeó sonoramente, logrando que una pequeña risa seductora se escapara de los labios del alfa antes de soltarlo e irse totalmente de la cocina.

JungKook miró hacia abajo con la respiración agitada, notando que efectivamente, su problema había vuelto.

—Ya verás, Kim TaeHyung...




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