18. «Porque lo prometí»

SeokJin se sentó a desayunar después de servirle la comida a NamJoon. El silencio reinaba, como era costumbre estos últimos días. Se podría decir que a pesar de que dolía, se habían acostumbrado a no hablarse.

«—Este matrimonio no se puede disolver hasta que el contrato entre las dos empresas de nuestros padres caduque y el contrato dura cinco años. Si nos tiramos de listos y nos queremos divorciar, nuestras propiedades pasarán a manos de nuestros padres, o sea, que quedaremos en la maldita calle.»

Aquella información no había parado de rondar en su cabeza. Todo su ser dolía, demasiado, y no sabía qué hacer para menguarlo. Suspiró y miró a NamJoon.

—Voy a ir a ver a JungKook, ¿y tú? —preguntó el omega.

NamJoon lo miró, soltando un suspiro después de aquello.

SeokJin había pasado parte de la noche y de la mañana intentando contactar con el menor, pero después de haber salido por esa puerta, no sabía nada de él y ambos estaban preocupados.

—Vamos juntos, tengo que disculparme y a pedirle que regrese... —NamJoon se sentía algo culpable por haber sido una de las causas que impulsaron a JungKook a irse de la mansión tan de repente, a pesar de que el que lo hizo explotar fue TaeHyung. Miró a su lado, percatándose de que su hermano no se encontraba allí—. A todas estas... ¿dónde está TaeHyung?

—Salió muy temprano, me dijo que iría a la oficina —respondió SeokJin.

NamJoon asintió, algo distraído. En su cabeza no paraba de dar vueltas las palabras que había soltado TaeHyung sobre JungKook.

—¿Tú crees que él se quiera aprovechar...? —preguntó NamJoon, mirando su plato algo apagado.

—¡No! —respondió SeokJin casi al instante, haciendo que NamJoon lo viera—. JungKook quiere que el matrimonio no se dé, confió en él —habló con seguridad y convicción. Suspiró y dejó los cubiertos sobre el plato—. Todo pende de un hilo, por lo que le entendí a JungKook. Siento que es mucho más astuto de lo que hace creer, no hay que subestimarlo. —Se levantó y recogió los platos, deteniéndose luego de recoger el de NamJoon para mirarlo—. Y si estás tan inseguro, ¿por qué no vas y haces algo también? —dijo con sequedad, dándose la vuelta para poner los platos en el lavavajillas.

—SeokJin...

—No me digas nada —Le dio la espalda y se detuvo antes de pasar por el umbral de la puerta—. El evento es a las tres, ya sabes.

SeokJin salió de la cocina finalmente, dejando a NamJoon solo con sus pensamientos.

Esa mañana, TaeHyung había estado más irascible de lo usual. No había tenido tacto con algunos colegas, siquiera. Su cabeza dolía y aún estaba alterado por la discusión de la noche anterior. El omega ciertamente le había sacado de sus cabales.

—Maldita migraña —bufó el alfa, recostando su cabeza en el sofá y cerrando los ojos.

Poco después, por la puerta de su oficina entró su mejor amigo. TaeHyung abrió los ojos ligeramente para ver quién era y los volvió a cerrar.

—¿Tienes información sobre la construcción de Jeju? —preguntó, malgenioso.

—Ahora mismo eso no importa, he venido a hablar de otra cosa... ¿qué le hiciste a JungKook? —preguntó YoonGi, sentándose en uno de los sofás.

—Maldición, ¿tú también? —Soltó con irritación, mirándolo mal.

—No, no, no te pongas así —dijo YoonGi, mirándolo con seriedad—. Ayer llegó en la noche a la casa de JiMin diciendo que le habías gritado diciéndole cosas como que se acuesta con gente y muchas mierdas más.

—Entonces fue a acusarme y dejarme en mal —dijo soltando una risa sarcástica.

—No te lo tomes así, creo que más bien su objetivo era desahogarse.

—Aja sí. —Rodó los ojos.

YoonGi suspiró.

—JiMin está preocupado —continuó el azabache—. JungKook se fue muy molesto de su casa y no se supo más de él.

—¿Y qué quieres que haga?

—Deja de ser tan maldito, esto es serio, TaeHyung —habló firme—. Nadie sabe dónde se metió o si algo le pasó. —Vio a su mejor amigo desviar la mirada molesta—. Ojalá que se presente en la exposición de hoy, porque si no, todo habrá sido tu culpa. —Se levantó del sofá y salió de la oficina.

TaeHyung soltó un sonido de frustración y volvió a recostar su cabeza sobre el espaldar del sofá. Poco después, alzó su muñeca para ver la hora.

Era casi las tres de la tarde...

JungKook se había pasado lo que restaba de noche pintando. No había dormido nada ni mucho menos comido algo porque estaba tremendamente ansioso. Cuando amaneció, decidió ir a la academia de arte solo para continuar pintando.

Todavía seguía ofuscado por la discusión con TaeHyung, pero ahora mismo estaba centrado en el concurso. Después de encargaría del alfa.

Ya toda su estación estaba montada, solo necesitaba terminar de arreglarse a sí mismo para el momento. Ahora mismo se encontraba en uno de los camerinos que poseía el establecimiento donde se realizaría el evento haciendo justamente eso.

Se había colocado unos pantalones negros que se amoldaban a sus piernas, junto con un cinturón del mismo color que lo separaba de una camisa negra con pequeños lunares plateados y leves esparcidos por toda la camisa. Dejó los primeros dos botones de arriba sin abrochar y acomodó su pelo de tal manera de que una fracción de su frente quedara a la vista.

JungKook escuchó la puerta abrirse, pero no prestó mucha atención pensando que sería alguien del staff, pero al alzar la cabeza desde su silla hacia el espejo, su sangre se heló y su espalda se tensó.

Se trataba de su ex novio, Jackson Wang.

Cuando tenía dieciséis años, JungKook pertenecía a la misma academia de arte que Jackson, pero cuando terminó con él, decidió irse a otra academia y, desde ese entonces, no había sabido más nada del alfa.

Encontrarlo aquí lo había tomado de sorpresa junto con un mal sabor de boca por ver a ver a una que consideraba las personas que más le habían hecho daño junto con su padre, de diferente manera, pero a final de cuentas era eso, daño.

—¿Qué haces aquí? —dijo JungKook con molestia.

—Solo quería verte —dijo Jackson con una sonrisa socarrona, dando unos pasos más hacia adentro del camerino.

—Ya me viste, ahora vete —exigió el omega, mas Jackson se quedó de pie, mirándolo con una sonrisa ladina.

El omega chasqueó la lengua y se levantó de la silla, haciendo que chirriase por la brusquedad empleada. Se volteó y miró al alfa.

—Jackson, ahora no tengo ni tiempo ni humor para aguantar tus idioteces, así que te voy a pedir que te vayas —dijo con brusquedad.

Jackson alzó una ceja.

—Vaya que has cambiado JungKookie... —dijo con mofa, dando unos pasos más hacia el menor.

—No tienes el derecho a llamarse así —dijo con irritación. Jackson lo ignoró nuevamente e intentó acercar su mano a la mejilla del omega, pero JungKook le pegó un manotazo—. No me toques, vete ahora —dijo entre dientes.

Pero en un movimiento rápido, Jackson lo apresó y le dio la vuelta, estampándolo contra la pared. JungKook gruñó e intentó liberarse.

—Me enteré de que estás comprometido con un Kim, estas yendo muy lejos —le habló al oído, entre dientes.

—Ese no es tu problema —dijo con brusquedad y ambos empezaron a forcejar—. ¡Suéltame, maldito infeliz!

Jackson lo apresó por unos segundos más antes de soltarlo mientras reía.

—Solo venía a fastidiarte un poco. —Se alejó con una sonrisa llena de sorna—. Hace mucho que no nos veíamos, Kookie.

JungKook apretó los puños y estaba a punto de hablar cuando la puerta de abrió, dejando ver a una muchacha del staff.

—En cinco minutos debes salir —informó.

JungKook asintió y la muchacha salió nuevamente.

—No necesitas suerte, tú eres bueno en todo —dijo Jackson, alzando una ceja sugestivamente.

JungKook puso una mueca de desprecio, asqueado.

—Me das asco, Jackson —dijo ofuscado.

Jackson se rio con sorna y se dio media vuelta, saliendo por la puerta del camerino mientras alzaba una mano a forma de despedida.

JungKook bufó y se dio media vuelta, mirándose al espejo. Respiró hondo y sin más, salió del camerino, listo para la presentación de sus obras.

—¿Y si JungKook no está? —preguntó JiMin, preocupado.

Él y YoonGi habían llegado hace unos minutos al establecimiento y ahora se encontraban caminando por las exposiciones que ya estaban presentadas, pero no veían la de JungKook. JiMin no había dejado de estar inquieto, muy preocupado por su mejor amigo.

YoonGi agarró su mano y la acarició con su pulgar.

—No creo que JungKook vaya a desperdiciar algo como esto, tranquilo —intentó calmar.

JiMin lo miró preocupado.

Al rato, llegaron NamJoon y SeokJin, quienes, al ver la ubicación de la futura pareja, decidieron sentarse al lado.

—¿Saben algo de JungKook? —preguntó SeokJin mientras se sentaba junto a ellos.

NamJoon se sentó a su lado, pendiente de la respuesta a la pregunta que había hecho SeokJin.

—No, me preocupa muchísimo... —respondió el omega peligris.

SeokJin hizo una mueca de preocupación y miró hacia el frente.

Ya se estaban presentando algunos estudiantes de varias academias, más JungKook no se había presentado todavía. Todos estaban muy ansiosos.

—Me imagino que TaeHyung no viene, cuando fui a su oficina y le hablé sobre JungKook, parecía como si quisiera golpearme —comentó YoonGi.

—No sabemos, pero conociéndolo, es muy seguro que no venga... —respondió NamJoon.

Entonces, vieron entrar a JungKook de una de las puertas del lugar para comenzar a quitar las mantas de sus cuadros.

—¡Es JungKook! —exclamaron JiMin y SeokJin al mismo tiempo.

Todos se aglomeraron alrededor de su exposición, haciéndolo sonreír de sorpresa. No se esperaba que todos estuviera ahí, no realmente. Mucho menos después de la escena de la noche anterior...

De alguna forma, eso le dio la fuerza necesita que a JungKook le hacía falta para comenzar a presentar sus cuadros. Sus palabras salían de su boca con tanta pasión y sentimentalismo que destilaba perseverancia y seguridad en sí mismo.

Poco a poco, comenzó a ganar más audiencia y las personas comenzaron a observar sus cuadros, que viajaban entre una gama de tonos cálidos y tranquilos, representaciones naturales y alguna que otra locación imaginaria.

Cuando JungKook terminó de exponer, los aplausos se hicieron presentes. Uno que otro grito de parte de JiMin y SeokJin también, sacándole más de una sonrisa agotada a JungKook.

Fueron minutos preciados de una gloriosa exposición con mucho éxito hasta que todos los evaluadores escucharon e hicieron sus anotaciones silenciosas sobre los cuadros.

Cuando todo pareció haber terminado, JungKook miró al profesor Lee con una gran sonrisa mientras se aproximaba.

—¡Bien hecho muchacho! Sabía que podía confiar en ti. —Le dio unas palmaditas en el hombro y JungKook con un poco de letargo murmuró un "gracias".

JungKook se despidió con una reverencia y no les dio tiempo a SeokJin ni a JiMin de intervenir cuando ya estaba caminando fuera del lugar hasta tras bastidores con la adrenalina a mil por hora. Poco a poco, esa adrenalina comenzó a desvanecerse y a darle paso a un caminar dificultoso e inestable. Al punto que, cuando entró al camerino, quedó quieto durante unos segundos intentando regular su respiración flemática, antes de correr hacia el baño y tirarse de rodillas al suelo frente a un inodoro para vomitar.

Demasiado cansancio emocional. No había comido nada a excepción de unos pequeños sorbos de leche de banana que le había dado SangMin en casa la noche anterior. Tampoco había dormido ni descansado nada desde el día anterior y estaba muy estresado y atosigado con hacerlo bien, ya que no quería perder esta oportunidad por nada del mundo.

Sintió como una mano le comenzaba a acariciar la espalda y le soplaban el cuello para calmarlo. Cerró los ojos, intentando menguar las arcadas, cosa que logró luego de unos largos minutos.

—JungKook, ya no estás vomitando nada... —dijo una voz gruesa que JungKook conocía.

TaeHyung.

El alfa siguió acariciándole la espalda, ya había visto que el omega no estaba vomitando más que agua y saliva, dándose cuenta de que no había comido nada en varias horas. El omega logró relajarse un poco después de un rato, sentándose en el suelo intentando calmarse mientras TaeHyung seguía haciendo lo mismo.

TaeHyung lo ayudó a ponerse de pie, pero JungKook lo empujó suavemente.

—No te necesito —balbuceó casi inentendible, más cuando intento caminar aún seguía débil. TaeHyung ignoró sus palabras y lo ayudó a llegar al sofá, acostando en él con cuidado—. ¿Por qué me tratas así? —Hizo una pausa para respirar—. A veces me tratas como la mierda y luego me tratas con tanto cuidado—murmuró—. Me confundes...

—Quizás deberías dejar de hacer cosas que me hagan tener que cuidarte —dijo TaeHyung, mirándole a los ojos, cosa que también hizo el omega, conectando sus miradas por largos instantes.

JungKook suspiró y apartó la mirada poco después.

—Me quiero ir... Estoy muy cansado —dijo mientras se sentaba en el sofá.

TaeHyung se sacó la gabardina y JungKook observó sus acciones, sorprendiéndose un poco cuando se la colocó sobre los hombros y luego se agachó de espaldas frente a él.

—Sube —casi ordenó TaeHyung.

JungKook lo miró dudoso, pero luego sonrió levemente por la actitud orgullosa del alfa a pesar de estar haciendo esto por él, y se abrazó al cuello ajeno. TaeHyung tomó sus muslo y lo levantó del suelo.

El omega se permitió recostar su cabeza en la nuca del alfa, cerrando los ojos en un intento por menguar el cansancio y la fatiga.

Inhaló; su aroma era tan...

Suspiró, relajándose más.

Cuando TaeHyung estaba avanzando hacia la puerta, esta se abrió, dando paso a unas cuatro siluetas, dos de ellas emocionadas, preparadas para felicitar al omega, pero sus caras cambiaron a preocupación cuando vieron la situación.

—¿Qué tiene? ¿qué le pasó? —preguntó JiMin, acercándose.

—Creo que no comió nada y está muy agotado —dijo, acomodando a JungKook en su espalda, quien se abrazó mejor a él.

—¿Qué haces aquí? Pensé que no vendrías —preguntó YoonGi, extrañado.

—Hay que irnos —dijo TaeHyung, ignorando lo dicho por su mejor amigo para comenzar a caminar a la salida. Los presentes le hicieron espacio y él comenzó a avanzar hasta su auto, seguido de los demás, quienes fueron a sus respectivos autos.

TaeHyung abrió la puerta del copiloto y acostó a JungKook en el asiento, tapándolo con la gabardina para luego cerrar la puerta y subir al asiento del conductor.

JungKook escuchó cuando el auto fue encendido y se acomodó mejor en el asiento con los ojos letargosos.

Iban a mitad de camino cuando JungKook habló.

—No te entiendo... —habló suavemente—. ¿Por qué viniste? Pensé que no querías verme nunca más, pensé que era un falso, aprovechado y hasta incluso un prostituto —murmuró, mirando el perfil del alfa. Su voz débil era evidencia de la herida emocional que realmente le había causado.

—JungKook, necesitas descansar —murmuró TaeHyung sin dirigirle la mirada y siguió conduciendo en silencio.

—Quiero pensar que me dices todo eso porque quieres proteger a tu familia y no porque de verdad tengas algo contra mí —admitió en medio de un suspiro tembloroso para luego soltar una risa apagada—. No sé por qué me importa tanto lo que pienses de mí, de todas formas...

TaeHyung no contestó nada hasta que llegaron, momento en el que, luego de estacionar, salió del auto y abrió la puerta, ayudando a JungKook a salir. Pasó uno de los brazos del omega por encima de sus propios hombros y, sosteniéndolo firmemente con una mano en la cintura, avanzaron.

NamJoon y SeokJin ya habían llegado cuando el entraba por la puerta, al igual que JiMin y YoonGi. TaeHyung se detuvo unos segundos y miró a SeokJin.

—¿Puedes subir un vaso de agua con algo de azúcar y sal?

SeokJin asintió y fue hacia la cocina.

TaeHyung retomó su andar, ayudando a JungKook a caminar hasta el pie de la escalera, donde TaeHyung se aseguró de que JungKook pudiera mantenerse estable.

Se agachó frente a él. NamJoon y YoonGi observaron aquello con sorpresa.

JungKook se volvió a abrazar a su cuello y TaeHyung lo cargó hasta subir las escaleras y entrar en su habitación. Acostó con cuidado a JungKook en la cama y lo tapó.

—Fui a verte porque lo prometí —dijo TaeHyung, sin mirarle.

JungKook se le quedó viendo, esperando a que continuara, pero no lo hizo. El omega sonrió con letargo.

—Viste, sabía que te importaba.

—No me importas —quiso aclarar TaeHyung, pero JungKook rio suavemente.

—Aja sí, vamos a hacer como que te creo —sonrió adormilado.

La puerta fue abierta, dejando pasar a SeokJin con el vaso que JungKook aceptó agradeciendo. Le dio algunos sorbos.

—Le diré a los demás que pueden pasar —dijo SeokJin antes de retirarse, dejándolos a ambos nuevamente solos.

—Bueno, yo ya me voy —dijo TaeHyung luego de aquello, dirigiéndose a la puerta y alzando la mano para tomar la perilla.

—TaeHyung —llamó el omega antes de que pudiera girarla.

TaeHyung se volteó y miró a JungKook, quien tenía una sonrisa que achicaba sus ojos

—Me hizo muy feliz que fueras, gracias.

TaeHyung se quedó mirando por largos instantes al omega y a su sonrisa sincera. Asintió luego de salir de su pequeño trance y salió de la habitación, caminando a zancadas hacia la propia.

¿Por qué...?




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