14. Tentación

JungKook terminaba de comer su desayuno cuando recibió un mensaje de texto. Sacó el teléfono de su bolsillo y le dio un vistazo, topándose con un mensaje del Sr. Shin que indicaba que ya se encontraba afuera. Levantó la mirada y observó a SeokJin.

—Jin, ¿puedes abrir el portón? Por favor —pidió amablemente el omega, levantándose de su asiento para acomodarse el atuendo.

—Ok —dijo SeokJin antes de salir por el umbral de la puerta para ir a abrirlo.

—¿Quién es? —preguntó TaeHyung, mirando a JungKook.

—Alguien —respondió apurado JungKook antes de trotar a la entrada de la casa.

TaeHyung puso mala cara, mirando por donde JungKook se había ido.

Cuando JungKook iba a cruzar la puerta principal, se topó con que el Sr. Shin ya estaba ahí.

—¡Señor Shin! —exclamó antes de darle un abrazo efusivo que fue correspondido de la misma manera al instante.

—JungKook —sonrió el alfa—. Apenas ha pasado una semana desde que nos vimos.

—Tú sabes, la emoción.

Ambos se rieron y se separaron del abrazo.

—La última vez que te vi no tuve la oportunidad de decirte lo bello que estás —halagó el alfa mayor.

TaeHyung, quien iba llegando a la entrada de la casa, paró en seco a oír eso y lo miró como un bicho raro. Estuvo a punto de gruñirle, pero se contuvo.

—Gracias —dijo JungKook sonrojado, sonriéndole hermosamente—. Usted también luce mu-

TaeHyung se aclaró la garganta y se atravesó entre ambos, dándole la espalda a JungKook. La sonrisa del omega comenzó a deformarse hasta que se convirtió en una mueca de molestia. JungKook se acercó a TaeHyung y le susurró:

—Quítate.

Más TaeHyung lo ignoró olímpicamente.

—Hola, soy TaeHyung —estiró su mano hacia el alfa.

—Soy Shin Hwan —se presentó con decencia y estrechó su mano con la de TaeHyung, quien, al romper el contacto, suspiró.

—Bueno, voy a trabajar. Te cuidas, JungKook —dijo antes de dirigirse hacia la entrada para salir por ella.

—Aja sí, vete —dijo odiosamente el omega a sus espaldas.

TaeHyung se dio la vuelta para contestarle algo, pero vio como JungKook le tomó la muñeca al alfa y se lo llevó escalera arriba. Escalera arriba. TaeHyung miró todo aquello con el ceño fruncido y la boca ligeramente abierta.

NamJoon, quien había observado eso último desde el pasillo, se acercó a TaeHyung, palmeando su hombro y haciendo que el alfa se sobresaltara un poco. TaeHyung miró de mal genio a NamJoon, quien tenía una ceja alzada, mirándolo con picardía.

—Andas muy pendiente del invitado de JungKook. —Lo codeó—. ¿Estás celoso?

TaeHyung bufó.

—Obvio no —dijo con tono seco y cortante, volviendo su vista hacia las escaleras, colocando una postura molesta mientras lo hacía.

—Ese tono yo te lo conozco, estás molesto —dijo con mofa, como si le hubiera descubierto una gran travesura.

—Claro que me molesta, ¿quién se cree para llegar a casas ajenas tan temprano por la mañana? ¿y a quién se le ocurre invitarlo?

NamJoon lo miró con una mueca de extrañeza, sin decir palabra, cosa que hizo que TaeHyung se volteara a verlo, notando su cara. TaeHyung viró los ojos y negó.

—No son horas de visita... no son horas de visita... —murmuró con molestia antes de mirar nuevamente la escalera para darse la vuelta y salir enfurruñado de la mansión.

—Bueno, hermano, si tú lo dices... —dijo NamJoon, comenzando a seguirlo fuera de la mansión y acercándose a su oído burlón solo para susurrar—. Pero no me convences...

Se rio cuando TaeHyung aumentó la velocidad de su andar y se subió al auto, seguido de NamJoon, quien se subió al asiento del copiloto. TaeHyung lo estaba ignorando y estaba evitando no cruzar miradas con él, cosa que le hacía más gracia a su hermano.

—¿Estás celo-?

—¡Vamos a escuchar la radio! —Encendió la radio a un volumen alto y NamJoon se carcajeó, haciendo que TaeHyung le subiera más volumen.

—Conseguí esto —dijo JungKook, entregándole una carpeta al alfa—. No es mucho, pero siento que hay algo muy malo detrás de todo esto.

El Sr. Shin revisó la carpeta, en la cual se encontraban unas fotos de unas bolsas repletas de dinero e imágenes impresas de los e-mails sospechosos que había encontrado en el correo de su padre.

—Efectivamente, esto es muy sospechoso. —Señaló los e-mails—. Creo que podemos empezar perfectamente por aquí... —Continuó leyendo—. En cuanto a las fotos de las bolsas, hay que conseguir más información al respecto para que cuenten como prueba.

—También conseguí esto. —Le mostró la tarjeta de acceso que había tomado de la mesa de noche de su padre—. Es la tarjeta de acceso a la compañía de mi padre, podría sernos muy útil.

El Sr. Shin asintió, de acuerdo.

—De hecho, sí, es muy bueno tener esa tarjeta en nuestro poder. —Volvió a guardar la información dentro de la carpeta.

JungKook aprovechó el momento de silencio para hablar nuevamente.

—Señor Shin, sinceramente estoy muy agradecido con que decidiera prestarme su ayuda en esta situación y espero que entre nosotros siempre haya pura sinceridad, eso nos beneficiaría a ambos por igual. Sé que desea destruir a mi padre y yo deseo lo mismo. Confió plenamente en el que podemos unir fuerzas para cumplir nuestro objetivo.

—Estoy totalmente de acuerdo contigo, JungKook —concordó el alfa, bajando la carpeta para centrar su visión en el joven omega.

—Damos un mal paso y corremos el riesgo de perder todo. Creo que tiene idea del terreno peligroso en el que nos estamos metiendo...

—Lo sé a la perfección y por eso mismo puedes confiar en mí, queremos lo mismo.

JungKook sonrió y tomó la carpeta.

—Bien, ahora... ¿qué hacemos?

El Sr. Shin sonrió.

—Pues mira, esto es lo que hay que hacer...

Antes de salir, le había notificado a SeokJin que hoy no lo esperara, pues el Sr. Shin le había propuesto llevarlo a la universidad esa mañana. JungKook aceptó con gusto y ahora ambos se encontraban dentro del automóvil en marcha.

—¿Desde cuando quieres vengarte de tu padre? —inquirió el alfa.

—Solamente me cansé de los abusos —murmuró JungKook, sin especificar mientras se encogía de hombros.

El Sr. Shin asintió.

—Mmh, ya... —dijo simplemente y siguió conduciendo.

JungKook acomodó su mochila en sus muslos y comenzó a revisar algunas cosas dentro de la misma. Se removió en su asiento.

—¿Puedo arrimar el asiento? —pidió JungKook.

—Claro, claro, ponte cómodo —permitió Shin amablemente.

JungKook no tardó mucho en tomar la palanca al lado de su asiento para echarlo hacia atrás. Luego de aquello, pudo acostar cómodamente su espalda y esperar a que llegaran a la universidad...

—Señor TaeHyung, ya ha llegado el Señor Black.

—Déjelo pasar —concedió TaeHyung, acomodándose en su silla al tiempo que le daba un sorbo a su copa de vino.

La puerta fue abierta y TaeHyung observó a la persona a través de sus lentes. Taylor Black, uno de los investigadores privados más eficientes a nivel internacional. Un alfa caucásico, poseyente de un cabello negro y una barba perfectamente arreglada, portando un elegante traje negro junto con un maletín. Descargaba una postura imponente que se expresaba a través de sus ojos verde oliva.

El hombre se acercó al interior de la oficina, posicionados frente al escritorio de TaeHyung.

—Un gusto, TaeHyung —Ambos estrecharon sus manos.

—Venga, siéntese —ofreció amablemente el alfa castaño, señalando la silla frente a su escritorio.

—Dígame, ¿para qué me llamó? —preguntó el Sr. Black, sentándose en una de las sillas y acomodando su maletín a un lado de la misma.

—Necesito que investigue a una persona. —Hizo una breve pausa, dejando la copa de vino sobre el escritorio—. Su nombre es Jeon MinSoo. —Le extendió una foto del hombre junto con los datos recolectados hasta el momento—. El hombre posee una empresa de arquitectura bastante reconocida y ahora él y mi padre quieren asociar las empresas, pero tengo mis sospechas de que hay otros intereses de por medio —continuó él—. Hablando con sinceridad, estoy casi seguro de que quiere quedarse con el dinero de nuestra empresa. Asimismo, me parece muy extraño el hecho de que la unión fuera tan repentina, sin ningún indicio previo de su realización. Conjuntamente, quieren que la unión se consolide con un matrimonio entre mi hermano mayor y el hijo único de la familia Jeon, cosa que me parece un movimiento bastante impulsivo y sin sentido.

—Entiendo.

—Necesito saber dónde nació, donde estudió, a que se dedicó, la relación que tiene con mi padre, todo —recalcó TaeHyung—. Ahora mismo él y mi padre están en un viaje de negocios, que sinceramente me parece muy sospechoso puesto que además de que no se sabe a dónde fueron con exactitud, el viaje consta de mucho tiempo para solo ir a algunas de nuestras sedes en distintos países.

El Sr. Black abrió su portafolio y guardó la información recientemente obtenida en él.

—Me encargaré de conseguir la información, puede confiar en mí —aseguró el alfa pelinegro—. Tenga, comuníquese conmigo por él a partir de ahora, yo haré lo mismo. Solo tiene mi número registrado, no lo utilice con nadie más. —Le entregó un celular que sacó de su maletín—. No conocemos qué clase de personas son, así que es preferible mantener nuestra comunicación en secreto por el riesgo tanto de usted, como el mío.

—Está bien —apoyó TaeHyung, meciendo ligeramente su copa casi vacía de un lado al otro.

TaeHyung se aseguraría de proteger a los suyos.

Si nadie hacía nada, él lo haría.

JungKook pintaba en la misma habitación de la mansión que había usado esas últimas semanas. Esta tarde, después de que el Sr. Shin lo recogiera de la universidad, el profesor Lee le había notificado que las fechas del concurso se habían adelantado por motivos técnicos. Eso lo estaba orillando a esforzarse al máximo para perfeccionar los últimos cuadros para terminar el concepto de su presentación. Estaba nervioso y a la vez muy emocionado.

—JungKook, la comida está-

SeokJin, quien iba por el pasillo, se calló al ver lo que JungKook pintaba. NamJoon, quien iba detrás de SeokJin, también observó con la boca en forma de una "o". El dibujo era tan detallado que parecía real, pero con matices característicos que solo JungKook sabía darle para que parecieran propios. Ambos mayores nunca habían visto algo así.

Su presencia y habla no pareció perturbar su concentración hasta minutos después, donde NamJoon volvió a hablar.

—Dibujas increíble —comentó NamJoon, acercándose.

—Gracias —dijo JungKook algo avergonzado, pero sonriente.

—Es hermoso —secundó SeokJin—. ¿Es por diversión?

JungKook negó con la cabeza y con una sonrisa.

—Es para una exposición que tengo dentro de tres días. Son para ganar y poder tener la oportunidad de presentar mis obras en la Galería Dugabun.

SeokJin pegó un chillido.

—¡¿La Galería Dugabun?! ¿Por qué no me dijiste? —dijo con asombro.

—Yo ni siquiera sabía que pintabas —dijo NamJoon, en trance.

—Perdón por eso... —se disculpó apenado JungKook.

—Tranquilo —dijo NamJoon, saliendo de su trance para sonreír—. Oye, ¿y se puede ir a ver?

Los ojos de JungKook se iluminaron.

—Sí, claro —sonrió hermosamente.

Poco después, TaeHyung llegó por la puerta para dirigirse directamente hacia SeokJin a través de un caminar perezoso.

—SeokJin, tengo hambre —expuso.

—Espérate que estamos en algo —dijo SeokJin, sin prestarle mucha atención.

—Pero tengo hambre —insistió TaeHyung, casi como un niño pequeño haciendo un berrinche, agarrándole el brazo a SeokJin con el fin de jalarlo hacia la cocina, pero el omega pelinegro se zafó.

—Que te esperes, estamos hablando de que vamos a ir a ver a JungKook en su exposición —contestó SeokJin.

TaeHyung frunció el ceño.

—¿Qué exposición? —preguntó el alfa menor con curiosidad.

—En tres días tendrá una exposición y si gana, podrá presentar su arte en la Galería Dugabun, ¿no es impresionante? —contestó NamJoon, aun maravillado.

JungKook bajó la cabeza, sus mejillas coloradas por la vergüenza.

TaeHyung expandió los ojos, sorprendido por la noticia.

—¿Sí? ¿a qué hora?

—¿Y quién dijo que tu ibas a ir? —dijo JungKook con una ceja alzada y expresión pícara.

TaeHyung hizo una línea con los labios mientras JungKook avanzó hasta pasarle por un lado, no sin antes detenerse junto a él solo para decirle:

—Yo no te he invitado —se mofó el omega, estirando una sonrisa ladina. Luego, miró a SeokJin—. Jin, tengo hambre.

Caminó campante por el pasillo hacia la cocina y TaeHyung casi se sintió ofendido al ver como SeokJin sí le prestaba atención al omega y a él no. Estupefacto e indignado, bufó y negó con la cabeza. Aun así no despegó sus ojos del pasillo.

—Te caché de nuevo —susurró NamJoon a su lado, casi logrando que su hermano pegara un brinco. NamJoon rio, divertido.

—Ya cállate —Viró los ojos y empujó a NamJoon, quien después de eso caminó hacia la cocina, soltando carcajadas.

Poco después, cuando TaeHyung estaba a punto de irse a la cocina, JungKook asomó su cabeza por la pared del pasillo. TaeHyung parpadeó y se mantuvo quieto en su lugar. JungKook caminó hacia el alfa con una sonrisa suave y se acercó a paso seguro de sí mientras meneaba con ligereza sus atributos.

TaeHyung por poco se atragantó cuando el omega se inclinó a su oído.

—Claro que estás invitado —susurró JungKook con tono ronco.

Una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de TaeHyung de pies a cabeza hasta detenerse en un lugar en particular. Tomó la cadera del omega con una mano y lo acercó aun más, ocasionando que sus pechos colisionaran y un jadeo se escapara de los labios de JungKook.

Entonces fue el turno de TaeHyung de acercarse a su oído.

—Iba a ir de todas formas. —Usó el mismo tono ronco que el omega, aunque su voz, al ser más gruesa, logró que JungKook se estremeciera contra él.

Segundos después, ambos se separaron, pero sus miradas continuaron conectadas y, movidos por la lujuria, rieron coquetamente.

—Vamos a comer —dijo JungKook, y se dio la vuelta para retirarse a la cocina con el mismo movimiento de cadera.

Esta vez, para asegurarse de que la mirada del alfa estuviera justo donde quería.

Y por supuesto que lo logró, pues TaeHyung solo pudo pensar para sus adentros con una sonrisa coqueta en los labios: «Maldito omega tentador...»




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