10.
—¿Me vas a explicar quien carajos te vino a dejar a casa? —Matthew gritó y se dio la vuelta en la puerta de su casa, viendo a Taerae -su mejor amigo y compañero de piso- parado en la puerta de la cocina con sus brazos cruzados.
—Dios mio Taerae, no vuelvas a hacer eso —Matthew le miró mal, llevándose una mano al pecho, —No eres mi madre, no debo explicarte nada —le dijo, sacándole la lengua al castaño, quien gruñó como un gatito antes de que Matthew recogiera sus cosas.
—Es el chico que está de pareja con Hao, ¿no?
—¿Y tú co-? —Matthew se detuvo, mordiéndose el labio y sujetándose el puente de la nariz, —Fué Hanbin...
—Se vendió por una photocard. —Taerae rió, antes de darse vuelta y comenzar a caminar hacia el sofá de dos cuerpos que había en la pequeña y acogedora salita de estar. El menor se tiró en el sofá a cuerpo muerto, para luego palmear a su costado un minúsculo espacio para que Matthew se sentara, e invitándole indirectamente a contarle todo sobre Jiwoong -ahora con el pequeño avance de que se comieron la boca hace 15 minutos atrás-
Iba a asesinar a Sung Hanbin por contarle al chismoso de Taerae su extraña relación con un hombre emparejado.
Dios, eso de verdad sonaba mal.
˗ˏˋ ★ ˎˊ˗
E
n los siguientes tres días, Matthew no supo nada de Jiwoong, porque, aparte de tener pena para escribirle un mensaje luego de todo lo ocurrido dos noches atrás, y de que Jiwoong tampoco le escribía, el pelinegro no había hecho acto de aparición en la cafetería, ni si quiera para ir a buscar a Hao, quien seguía con esa actitud hostil que a Matthew le daba algo de miedo.
Pero al menos, durante estos dos días, Jihoo había ido a alegrarle las aburridas tardes contándole sobre su vida diaria y haciéndole reír con cualquier insignificante coqueteo amistoso. El castaño ahora mismo le contaba la vez en donde intentó hacer uno de los tantos bubble tea que Matthew hacía y la tapioca había explotado de alguna forma.
A veces pasaban motocicletas fuera de la cafetería, y Matthew inconscientemente veía por los ventanales si en alguno de esos casos era Jiwoong el que estacionaba su motocicleta y se quitaba el casco, como siempre lo vino haciendo desde hace semanas atrás. Pero Matthew siempre formaba una mueca de decepción al darse cuenta de que nadie se estaba estacionando, nadie iba a entrar por la puerta y definitivamente Jiwoong tampoco vendría ni le escribiría hoy.
Despidiendo a Jihoo y viendo su chat de con Jiwoong, decidió dejar su vergüenza de lado y enviarle un simple mensaje que decía hola :)
Y esperó, pacientemente durante toda una hora, atendiendo a la gente y mirando a su celular al lado de la caja registradora por si brillaba a causa de una nueva notificación. Y finalmente a las 7 de la tarde, con las manos picando, abrió el chat, quedando con una sensación completamente amarga al darse cuenta de que Jiwoong si había visto su mensaje, pero no le había respondido.
Sintió sus ojos lagrimear un poco, con una decepción tan grande que se le cerró la garganta a tal punto de no poder hablar, ¿por qué le sucedía esto?¿qué tan grande era la presencia de Jiwoong en su vida para querer llorar como un bebé simplemente por no responderle un mensaje? Matthew sintió algo parecido al miedo en su pecho, claramente le quedaban 2 días aún para lo que sea que Jiwoong necesitara explicarle, ¿y qué si Jiwoong le decía que el beso fue un error? ¿y si Hao volvía a refregarle inconscientemente su relación en la cara con el hombre que le tenía enamorado?
¿Estaba enamorado? su labio tembló de solamente pensarlo, de solo pensar que aquello era real, y de que tenía tan pocas y casi ninguna probabilidad de que todo lo que le estaba ocurriendo fuese a salir bien. ¿Qué demonios hacía?
Sin poder evitarlo, se cubrió el rostro con sus manos y dejó salir un sollozo casi imperceptible, su situación recién comenzaba a afectarle casi como una pesa del porte de su cuerpo sobre sus hombros. Intentó reprimir la tristeza que comenzó a sentir no sabe cuando.
—Hey, Matthew, ¿estás bien? —se sobresaltó al sentir unas manos sujetarle los hombros, y giró su cabeza, encontrándose con el rostro preocupado de Hao a un costado suyo.
—¿Qué pasa Matt? —preguntó de nuevo el chico, y Matthew no fue capaz de responderle por el fuerte nudo en la garganta que no le dejaba ni respirar bien.
¿Porque como le explicaba a Hao que estaba enamorado de su novio, que había besado a su novio?
Matthew aún creía que la palabra enamorado era demasiado fuerte, pero él jamás había sentido tantas cosas por una persona, el jamás había tenido la necesidad de estar con alguien y jamás había sentido tanta euforia y emoción al recibir un beso. Porque Matthew conocía los sentimientos de gustarle otra persona, pero estos sentimientos que tenía con Jiwoong no se comparan para nada con los otros, estos activaban todos sus sentidos, presionaban todos sus botones correctos.
—¿Por qué no vas a despejarte un poco afuera? Yo me quedo en la caja, ¿si? Ve a calmarte, Matt —le susurró Hao de nuevo, sobando sus hombros tratando de reconfortarle de alguna manera.
Matthew sorbió su nariz, controlando todavía sus ojos nublados en lágrimas y enderezándose en el asiento. Le dio a Zhang una mirada apenada de agradecimiento, cosa que por suerte el chico entendió y con una sonrisita le empujaba fuera del asiento. El rubio intentó ocultar su rostro sonrojado y sus ojos llenos de lágrimas antes de salir lo más desapercibido posible hacia la sala de empleados para calmarse.
Solamente le quedaban dos días para saber lo que sea que le diría Jiwoong, y tenía miedo de que aquello afectara a su pobre corazón.
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